La ultima melodía de un aviador.
CUMPLIENDO RETO
Valga la redundancia que en ese momento, sus últimos momentos, llegara hasta él aquella tonalidad que solían obligarle a tocar en las duras y balanceadas teclas de un piano, una melodía que se le hacía sosa y triste, porque evocaba un sentimiento que no iba con su personalidad.
Ahora, esa misma melodía, se había convertido en la música de fondo de su muerte, le hacia honor y traía consigo el significado de esta que se le estrellaba en la cara, risueña, burlona, pesada, perezosa, suelta como los garabatos de un niño, imitando sel perfil de aquel adolescente con traje que manipulaba con maestría el piano para hacer feliz a la tia abuela, a sus padres y todo aquel que se atreviera a entrar en el enorme salón de la mansión de los Andrews a disfrutar de la tonada que él exprimía.
Mientras veía el bosquejo de su joven figura iba cayendo hacia algún lugar donde no sabía si lo encontrarían…
El piano, aquella melodía, su significado de imperfección se convertían ahora en las mas duras y dulce de las perfecciones «como la vida misma» esbozó junto a una sonrisa que sería la última. Lástima que nadie más lo sabría.
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