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Desde la fundación K-G Amazonas de Terry —Haremos Arder El Cosmos Por Terry —Defendiendo Al Bombón Inglés Con Uñas y Dientes
La Respuesta De Candy
Capítulo VI
By Rossy Castaneda
De los once rostros dentro de la biblioteca, ocho se desencajaron al ver frente a ellos a quien por años consideraron muerto, uno se sorprendió al tener frente a ella a quien pensó jamás volvería a ver, otro se mostraba turbado al no comprender la reacción de todos dentro de aquella estancia y el último se mostró preocupado por que se avecinaba.
—Rose, es él, es él —balbuceó Isabell Turner a su hermana mayor en cuanto lo vio.
—¿De que hablas Isa? —Preguntó la susodicha confundida por los balbuceos de su hermana menor.
—El chico del Aquitania
—¿Y que hace aquí?
—No lo sé
—Buenas noches.
Al escuchar su voz, y comprobar que no se trataba de un fantasma, un estupefacto Albert sostuvo a Candy que se mareó y Elisa cayó de bruces desmayada.
—¡Tony! —Isabell se acercó a él y lo abrazó.
—Hola Isa —Que sorpresa verte justo aquí y este día.
—Lo mismo digo —Isabell sonrió —que alegría ver que has recuperado los movimientos de tus piernas, sabía que lo lograrías.
—No lo hubiera conseguido de no haber sido por ti —le sonrió.
—¿Por mi? —¿A que te refieres?, no recuerdo haber hecho nada al respecto.
—Hiciste mas de lo que puedas imaginar.
—¿Ustedes se conocen? —Los interrumpió la señora Elroy.
—Si tia Elroy, ella es la joven que conocí durante uno de los viajes en donde acompañe a mi padre, la misma que....
—¿Tia Elroy? —interrumpió Isabell con sorpresa, giró su rostro para ver a los demás que se encontraban con el rostro desencajado —¡Por Dios! —dijo Isabell cubriendo sus labios y sintiendo que todo a su alrededor se movía al comprender todo. El chico frente a ella, a quien había conocido a bordo de un transatlántico y quien le dijo que lo había dejado de todo porque no quería la lástima de su familia, el que le dijo que aunque quisiera jamás podría regresar a America, era el mismo Anthony que le había obsequiado a Candy una rosa creada de sus propias manos llamada Dulce Candy el día de su cumpleaños, el mismo que según los Ardley había muerto tras caer aparatosamente de un caballo.
—Isa ¿te sientes bien? —preguntó Roselyn con preocupación sujetándola con fuerza y evitando que terminara de bruces en el suelo.
Candy se soltó de Albert y caminó hasta el joven rubio frente a ella.
—An— tho— ny —balbuceó la joven rubia entre lágrimas —¿Como es que estas vivo?
—Es una historia bastante larga la cual ha llegado el momento de revelar
—Isa, apóyate en mi hombro, te llevaré afuera para que respires un poco de aire —dijo Roselyn al escuchar que la respiración de su pequeña hermana se volvía irregular
—No —Anthony impidió que las hermanas Turner abandonaran la biblioteca.
—Anthony, es mejor que se marchen este es un asunto familiar —intervino Elroy
—Y es por eso que no deben marcharse, Tia Elroy —Anthony tomó la fría mano de Isabell, ella es la joven de la que le hablé.
—Pero dijiste que un par de ojos verdes te dieron la fuerza para mantenerte vivo todo este tiempo
Anthony sonrió levemente —Así fue —el joven rubio alzó el mentón de Isabell para ver aquellos hermosos ojos —Al parecer mi vida está ligada a ojos color verdes.
Elroy observó a la joven detenidamente. Era de tes clara y ojos verdes almendrados.
—Creí que te referías a Candice.
Anthony negó con la cabeza.
—Sufrí mucho cuando por mi padre me enteré que Candy era una autentica Ardley y no cualquiera, sino la hermana menor de mi madre y por ende mi tía, deseé con todo mi alma haber muerto aquella tarde que caí del caballo, pero entonces apareció Isabell —Anthony la miró a los ojos —fue como si de pronto, mi madre me enviara un ángel de preciosos ojos verdes almendrados, que con sus palabras me hizo entender que la vida era hermosa y habían una y mil cosas porque dar gracias a Dios y que era mejor mirar el presente y luchar por un mejor futuro en donde solo hubiera espacio para el amor, la felicidad y la verdad, en vez de quejarnos por el pasado.
—Mamá dime que no estoy soñando —musitó Elisa quien había despertado luego del desmayo que le causó la impresión de ver a Anthony vivo después de tantos años, no daba crédito a lo estaba escuchando. Primero Candice y ahora aquella insolente.
—No Elisa, es tan real como el aire que estas respirando, es tan real, como Candice es una auténtica Ardley.
Elisa negó con la cabeza, aunque su madre le decía que todo era real, ella se negaba a aceptarlo, aquello tenía que ser una pesadilla, una horrible pesadilla de la que deseaba despertar lo antes posible.
—Lamento mucho el haberles causado tanto dolor en el pasado, reconozco que fui un egoísta que sólo pensó en su propio dolor sin reparar en el dolor que con mi supuesta muerte les ocasioné a todos, en especial a ti —se dirigió a Candy, no sabía cómo llamarla. Si tía Candice o simplemente Candy, como solía hacerlo en el pasado.
—¿Por que Anthony, por que lo hiciste? —Preguntó Archie con la voz quebrada
—Luego de mi caída del caballo, fue todo tan confuso, vi a mi madre con sus manos extendidas, mientras corría en dirección a ella, escuché a lo lejos a Candy llorando y rogando que no la dejara, detube mi andar y quedé en el centro de una brecha, frente a mi, estaba mi madre y a mi espalda estaba Candy llorando suplicando que despertara, después de varios segundos, decidí ir a los brazos de mi madre pero conforme me acercaba a ella, su figura se desvanecia. De pronto, no supe más de mi y cuando volví en si, intenté moverme y no pude, quise abrir mis ojos y fue inútil, escuchaba todo a mi alrededor, era como si estuviera muerto en vida.
—Quise gritar que no estaba muerto como todos dentro de la habitación aseguraban, pero por más que me esforcé no pude. Me invadió el miedo al ser consiente lo que proseguía.
—¡Anthony! —musitó Candy entre sollozos al ver sus ojos cristalizados.
—No puede evitar que lo hicieran —Anthony dejó caer las lágrimas que intentaba retener —fui enterrado vivo y cuando creí que todo había terminado y moriría asfixiado, escuché el llanto de mi padre, lamentándose por no haber estado conmigo durante mucho tiempo. De pronto sentí que una fuerza brotó de lo mas profundo de mi ser y finalmente pude abrir mis ojos y comencé a gritar con toda la fuerza que me fue posible. —Apretó la mandíbula —Afortunadamente mi padre escuchó los gritos y con la ayuda de su chofer pudieron sacarme de aquel lugar que sería mi última morada.
—¡Por Dios! —Isabell cubrió sus labios, aquello era horrible —Anthony había sido enterrado vivo y estuvo a punto de morir asfixiado tres metros bajo tierra.
—¿Por que el señor Vicent no buscó a Tia Elroy y le contó la verdad? —Preguntó Candy sollozando.
—Porque yo le rogué que no lo hiciera.
—¿Por qué Anthony?, ¿por qué te ocultaste todo este tiempo?
—Luego que mi padre y su chofer me sacaron, me di cuenta que no podia moverme —respondió el joven rubio —no quería la lástima de nadie —musitó —además para ustedes yo estaba muerto y así era como yo me sentía después de todo, pero con los años, la ayuda de Dios y la persistencia de mi padre de no dejarme morir en aquellas condiciones, comencé a recobrar los movimientos de gran parte de mi cuerpo, excepto mis piernas, yo estaba resignado a vivir el resto de mis días en aquellas condiciones hasta que un día apareció Isabell y le dio un nuevo sentido a mi vida —limpió sus lagrimas y extendió sus manos para limpiar el rostro bañado en lagrimas de la joven Turner.
—Anthony, ¿por que no me lo dijiste?, yo habría permanecido contigo entonces.
—No podía atarte a mi Isa, no en aquellas condiciones, me prometí que lucharía por ser quien antes fui y cuando lo lograra, encontraría la manera de hablar contigo frente a frente y decirte lo que he guardado todos estos años.
Anthony los miró a todos —sé que no merezco su perdón, ya que por mi causa la vida de todos ustedes dio un giro inesperado, estoy al tanto de todo lo que cada uno a padecido después de aquella tarde —cerró los ojos —pero les ruego que me perdonen.
Mientras los miembros de la Familia Ardley rodean al joven que durante años creyeron muerto, Elisa a pesar de estar feliz que Anthony estuviera con vida, sentía un sabor agridulce en su paladar.
@@@@@@@
Sentado frente a un escritorio en una esquina de su camerino, sacó una libreta en donde escribía cada vez que la soledad tocaba las puertas de su alma; colocó la pluma a un lado, resopló con frustración y cubrió su rostros con ambas manos al darse cuenta que a pesar de los años y el dolor en su corazón, esté seguía añorándola y lo dejaba claro a través de sus letras.
—¡Traidor! —le dijo golpeando el lugar donde éste latía aceleradamente. —¿Hasta cuando dejaras de latir por ella, porque no aceptas de una maldita vez que te olvidó, o que quizás jamas te amó como tu lo hiciste?
Al ser consciente que su rebelde corazón ignoraba sus palabras, se puso de pie y fue hasta un estante donde se encontraba el libro en donde guardaba la prueba irrefutable de sus palabras. Lo abrió, extrajo el sobre antes blanco y ahora a perlado por el pasar de los años, sacó aquel trozo de papel. Lo extendió y fijo su mirada a aquellas malditas lineas que lo destrozaron años atrás y seguían haciéndolo cada vez que lo recordaba.
TERRENCE... YO ESTABA ENAMORADA DE TI —leyó en voz alta —lo escuchaste, ¿verdad? —Eres parte de su pasado, ya no lo está más, ella te olvidó, acéptalo de una maldita vez y deja de sufrir por alguien que nunca te mereció.
Aquellas palabras provocaron una lucha entre su yo interno y él.
—Tu no la buscaste después de la muerte de Susana —su yo interno le recriminó.
—Si lo hice y lo sabes —le respondió
—¿Pero después de cuanto tiempo?
—¿Y que querías, que saliera corriendo tras la muerte de Susana?
—No, por supuesto que no, pero debiste ingeniártela para hacerle saber cual era tu situación y tus planes.
—Y lo hice, le envié aquella maldita carta en donde le hacía saber que nada había cambiado en mi.
—¿Y esas cuantas lineas le llamas carta? —bufó —maldición Grantchester, me decepcionas.
—Haber genio, según tu ¿que debí hacer?
—Debiste ir personalmente y decírselo tu mismo.
—Y que mi dijera en mis narices lo que está escrito en este maldito trozo de papel —lo extendió —Y darle el gusto que viera como había destrozado mis sueños e ilusiones? . no gracias, así fue mucho mejor
—Y que tan seguro estas que ella envió esa carta, y si se trata de una trampa como la que les tendieron hace años en los establos del colegio? Te recuerdo, por si lo has olvidado, que en aquella ocasión caiste como un imbécil.
—Es diferente ahora.
—¡Ah si! ¿Y que le hace diferente?
—Esta si es su caligrafía —apuntó la carta
Su yo interno se negaba a aceptar todo aquello.
—Aunque así fuera, como explicas que la respuesta llegara tan rápido?
—Seguramente ... —Se quedó cayado buscando un argumento válido
—Lo ves —su yo interno sonrió —en el fondo tu mismo te has preguntado eso, pero como siempre, dejas que la rabia le gane a la razón, eres un idiota.
Unos toques a la puerta hicieron que limpiara rápidamente el rastro de dos malditas e insolentes lágrimas que habían corrido por sus mejillas mientras discutía consigo mismo.
—¡Maldita sea! —gritó con frustración —Hasta cuando entenderán que cuando me encuentro en mi camerino no quiero ser interrumpido.
—Muchacho soy yo Robert.
Terry tomó una bocanada de aire y caminó hasta la puerta.
—Debe de ser algo muy urgente para que te presentes tu mismo.
—Bueno si lo es .
Terry ladeó el rostro
—Dime, ¿que sucedió ahora?.
—Se trata de Rose.
—¿Que con ella? Imagino que a esta hora estará instalada en el hotel Savoy y que mañana vendrá para presenciar los ensayos antes de integrarse al grupo.
—No —respondió Robert.
—No me digas tu salvadora te ha plantado y no llegó a Londres como se suponía hacer hoy—dijo enarcando una ceja.
—Roselyn Turner es una profesional —respondió Robert —ella si llegó a Londres pero no estará presente en el ensayo de mañana como se lo había a pedido, se unirá a nosotros después de tres días.
—Creí que dijiste que era una profesional —dijo burlón.
—Lo es
—¿Y que pasó entonces? ¿Por que no cumple con su compromiso, entonces?
—Su compromiso comienza a partir de la próxima semana —respondió Robert seriamente —el que se presentara mañana a los ensayo, no era parte de su contrato, por lo tanto no estaba obligada a asistir, sin embargo iba a hacerlo por voluntad propia, y si al final decidió disfrutar los pocos días libres que le quedan junto a su asistente está en todo su derecho de hacerlo y ni tu, ni yo, ni nadie, puede recriminárselo
Terry no tuvo argumentos para replicar aquellas palabras, si bien era cierto, los ensayos reales con aquella actriz serian la semana entrante y solo esperaba por el bien de ella que fuera lo suficientemente buena actriz como saber sus lineas de memoria y para acoplarse a su ritmo de trabajo o de lo contrario conocería su lado hostil y exigente.
@@@@@@@@@
Ya habían pasado tres años desde que recibió aquella carta que le cambió la vida por completo y donde a pesar de su negativa a hacer lo correcto, permaneció a su lado ayudándolo a recuperarse de todas aquellas heridas
—¿Por que no enfrentas tu realidad de una vez?
—No puedo hacerlo, tu mejor que nadie sabes lo mucho que he sufrido todos estos años.
—¿y crees que permanecer encerrado en tu propio mundo es lo mejor?
—No lo sé —apretó la mandíbula.
—No me decepciones, tu no eres un cobarde y eso lo tengo bien claro —se dio la media vuelta y salió de aquel lugar azotando la puerta, dejándolo sorprendido por su reacción
Continuará......
Nota....
Para explicar un poco lo sucedido con Anthony, me basé en hechos reales de personas que fueron y han sido enterradas vivas bajo el estado de Catalepsia.
¿Que es la Catalepsia?
Es un estado biológico en el cual la persona yace inmóvil, en aparente muerte y sin signos vitales, cuando en realidad se encuentra viva en un estado que podría ser consciente o inconsciente, lo que puede a su vez variar en intensidad: en ciertos casos el individuo se encuentra en un vago estado de conciencia, mientras que en otros pueden ver y oír a la perfección todo lo que sucede a su alrededor.
Los síntomas incluyen: cuerpo rígido, los miembros rígidos, los miembros permanecen en la misma posición cuando se mueven (flexibilidad cérea), no hay respuesta a estímulos visuales y táctiles, la pérdida del control muscular y la desaceleración de las funciones corporales, tales como la respiración, la digestión y el latido cardíaco y la persona parece que ha fallecido.
Hoy en día sucede a menudo en personas con cuadros graves y agudos de histeria, esquizofrenia y diversas psicosis, pero también existen casos muy aislados de episodios catalépticos los cuales puede ser desencadenados por un choque emocional extremo.
La gravedad radica en que la persona puede ser sepultada estando aún con vida y despertar en cualquier momento. Normalmente puede llegar a durar tres días, en los cuales la persona en estado de muerte aparente podría ser enterrada y despertar ya dentro del ataúd.
Entre 1879 y 1910 cuando la ciencia no estaba tan avanzada, y por temor a ser enterrado vivo, se crearon los llamados “ataúdes de seguridad”. Dichos ataúdes contaban con sistemas de seguridad por si a alguna persona la enterraban viva accidentalmente. Consistía en poner mecanismos dentro provocando sonidos con la intención de ser rescatados y en algunos casos dar oxígeno al interior de la tumba.
En 1897, el conde Karnice-Karnicki de Bélgica patentó un sistema de rescate que mecánicamente detectaba movimiento en el pecho que accionaría una bandera, una lámpara, una campana y aire fresco. En parecido sentido, en Gran Bretaña se desarrollaron varios sistemas para salvar a los enterrados vivos, incluyendo paneles de cristal rompibles en la tapa del ataúd y sistemas de poleas que alzarían banderas en la superficie (sin aportación de aire, como en el modelo italiano, esto naturalmente sería inútil sin guardias que vigilaran sobre la tumba). En 1995, un fabricante italiano de ataúdes introdujo un modelo con un sistema de intercomunicación y un beeper.
Aunque hay casos documentados de catalepsia, los avances tecnológicos han hecho casi imposible que un individuo sea enterrado en estado cataléptico: ahora un electroencefalograma o un electrocardiograma pueden confirmar la muerte de alguien con facilidad.
—Interesante ¿verdad? —no cabe duda que leer te da conocimiento
La Respuesta De Candy
Capítulo VI
By Rossy Castaneda
De los once rostros dentro de la biblioteca, ocho se desencajaron al ver frente a ellos a quien por años consideraron muerto, uno se sorprendió al tener frente a ella a quien pensó jamás volvería a ver, otro se mostraba turbado al no comprender la reacción de todos dentro de aquella estancia y el último se mostró preocupado por que se avecinaba.
—Rose, es él, es él —balbuceó Isabell Turner a su hermana mayor en cuanto lo vio.
—¿De que hablas Isa? —Preguntó la susodicha confundida por los balbuceos de su hermana menor.
—El chico del Aquitania
—¿Y que hace aquí?
—No lo sé
—Buenas noches.
Al escuchar su voz, y comprobar que no se trataba de un fantasma, un estupefacto Albert sostuvo a Candy que se mareó y Elisa cayó de bruces desmayada.
—¡Tony! —Isabell se acercó a él y lo abrazó.
—Hola Isa —Que sorpresa verte justo aquí y este día.
—Lo mismo digo —Isabell sonrió —que alegría ver que has recuperado los movimientos de tus piernas, sabía que lo lograrías.
—No lo hubiera conseguido de no haber sido por ti —le sonrió.
—¿Por mi? —¿A que te refieres?, no recuerdo haber hecho nada al respecto.
—Hiciste mas de lo que puedas imaginar.
—¿Ustedes se conocen? —Los interrumpió la señora Elroy.
—Si tia Elroy, ella es la joven que conocí durante uno de los viajes en donde acompañe a mi padre, la misma que....
—¿Tia Elroy? —interrumpió Isabell con sorpresa, giró su rostro para ver a los demás que se encontraban con el rostro desencajado —¡Por Dios! —dijo Isabell cubriendo sus labios y sintiendo que todo a su alrededor se movía al comprender todo. El chico frente a ella, a quien había conocido a bordo de un transatlántico y quien le dijo que lo había dejado de todo porque no quería la lástima de su familia, el que le dijo que aunque quisiera jamás podría regresar a America, era el mismo Anthony que le había obsequiado a Candy una rosa creada de sus propias manos llamada Dulce Candy el día de su cumpleaños, el mismo que según los Ardley había muerto tras caer aparatosamente de un caballo.
—Isa ¿te sientes bien? —preguntó Roselyn con preocupación sujetándola con fuerza y evitando que terminara de bruces en el suelo.
Candy se soltó de Albert y caminó hasta el joven rubio frente a ella.
—An— tho— ny —balbuceó la joven rubia entre lágrimas —¿Como es que estas vivo?
—Es una historia bastante larga la cual ha llegado el momento de revelar
—Isa, apóyate en mi hombro, te llevaré afuera para que respires un poco de aire —dijo Roselyn al escuchar que la respiración de su pequeña hermana se volvía irregular
—No —Anthony impidió que las hermanas Turner abandonaran la biblioteca.
—Anthony, es mejor que se marchen este es un asunto familiar —intervino Elroy
—Y es por eso que no deben marcharse, Tia Elroy —Anthony tomó la fría mano de Isabell, ella es la joven de la que le hablé.
—Pero dijiste que un par de ojos verdes te dieron la fuerza para mantenerte vivo todo este tiempo
Anthony sonrió levemente —Así fue —el joven rubio alzó el mentón de Isabell para ver aquellos hermosos ojos —Al parecer mi vida está ligada a ojos color verdes.
Elroy observó a la joven detenidamente. Era de tes clara y ojos verdes almendrados.
—Creí que te referías a Candice.
Anthony negó con la cabeza.
—Sufrí mucho cuando por mi padre me enteré que Candy era una autentica Ardley y no cualquiera, sino la hermana menor de mi madre y por ende mi tía, deseé con todo mi alma haber muerto aquella tarde que caí del caballo, pero entonces apareció Isabell —Anthony la miró a los ojos —fue como si de pronto, mi madre me enviara un ángel de preciosos ojos verdes almendrados, que con sus palabras me hizo entender que la vida era hermosa y habían una y mil cosas porque dar gracias a Dios y que era mejor mirar el presente y luchar por un mejor futuro en donde solo hubiera espacio para el amor, la felicidad y la verdad, en vez de quejarnos por el pasado.
—Mamá dime que no estoy soñando —musitó Elisa quien había despertado luego del desmayo que le causó la impresión de ver a Anthony vivo después de tantos años, no daba crédito a lo estaba escuchando. Primero Candice y ahora aquella insolente.
—No Elisa, es tan real como el aire que estas respirando, es tan real, como Candice es una auténtica Ardley.
Elisa negó con la cabeza, aunque su madre le decía que todo era real, ella se negaba a aceptarlo, aquello tenía que ser una pesadilla, una horrible pesadilla de la que deseaba despertar lo antes posible.
—Lamento mucho el haberles causado tanto dolor en el pasado, reconozco que fui un egoísta que sólo pensó en su propio dolor sin reparar en el dolor que con mi supuesta muerte les ocasioné a todos, en especial a ti —se dirigió a Candy, no sabía cómo llamarla. Si tía Candice o simplemente Candy, como solía hacerlo en el pasado.
—¿Por que Anthony, por que lo hiciste? —Preguntó Archie con la voz quebrada
—Luego de mi caída del caballo, fue todo tan confuso, vi a mi madre con sus manos extendidas, mientras corría en dirección a ella, escuché a lo lejos a Candy llorando y rogando que no la dejara, detube mi andar y quedé en el centro de una brecha, frente a mi, estaba mi madre y a mi espalda estaba Candy llorando suplicando que despertara, después de varios segundos, decidí ir a los brazos de mi madre pero conforme me acercaba a ella, su figura se desvanecia. De pronto, no supe más de mi y cuando volví en si, intenté moverme y no pude, quise abrir mis ojos y fue inútil, escuchaba todo a mi alrededor, era como si estuviera muerto en vida.
—Quise gritar que no estaba muerto como todos dentro de la habitación aseguraban, pero por más que me esforcé no pude. Me invadió el miedo al ser consiente lo que proseguía.
—¡Anthony! —musitó Candy entre sollozos al ver sus ojos cristalizados.
—No puede evitar que lo hicieran —Anthony dejó caer las lágrimas que intentaba retener —fui enterrado vivo y cuando creí que todo había terminado y moriría asfixiado, escuché el llanto de mi padre, lamentándose por no haber estado conmigo durante mucho tiempo. De pronto sentí que una fuerza brotó de lo mas profundo de mi ser y finalmente pude abrir mis ojos y comencé a gritar con toda la fuerza que me fue posible. —Apretó la mandíbula —Afortunadamente mi padre escuchó los gritos y con la ayuda de su chofer pudieron sacarme de aquel lugar que sería mi última morada.
—¡Por Dios! —Isabell cubrió sus labios, aquello era horrible —Anthony había sido enterrado vivo y estuvo a punto de morir asfixiado tres metros bajo tierra.
—¿Por que el señor Vicent no buscó a Tia Elroy y le contó la verdad? —Preguntó Candy sollozando.
—Porque yo le rogué que no lo hiciera.
—¿Por qué Anthony?, ¿por qué te ocultaste todo este tiempo?
—Luego que mi padre y su chofer me sacaron, me di cuenta que no podia moverme —respondió el joven rubio —no quería la lástima de nadie —musitó —además para ustedes yo estaba muerto y así era como yo me sentía después de todo, pero con los años, la ayuda de Dios y la persistencia de mi padre de no dejarme morir en aquellas condiciones, comencé a recobrar los movimientos de gran parte de mi cuerpo, excepto mis piernas, yo estaba resignado a vivir el resto de mis días en aquellas condiciones hasta que un día apareció Isabell y le dio un nuevo sentido a mi vida —limpió sus lagrimas y extendió sus manos para limpiar el rostro bañado en lagrimas de la joven Turner.
—Anthony, ¿por que no me lo dijiste?, yo habría permanecido contigo entonces.
—No podía atarte a mi Isa, no en aquellas condiciones, me prometí que lucharía por ser quien antes fui y cuando lo lograra, encontraría la manera de hablar contigo frente a frente y decirte lo que he guardado todos estos años.
Anthony los miró a todos —sé que no merezco su perdón, ya que por mi causa la vida de todos ustedes dio un giro inesperado, estoy al tanto de todo lo que cada uno a padecido después de aquella tarde —cerró los ojos —pero les ruego que me perdonen.
Mientras los miembros de la Familia Ardley rodean al joven que durante años creyeron muerto, Elisa a pesar de estar feliz que Anthony estuviera con vida, sentía un sabor agridulce en su paladar.
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Sentado frente a un escritorio en una esquina de su camerino, sacó una libreta en donde escribía cada vez que la soledad tocaba las puertas de su alma; colocó la pluma a un lado, resopló con frustración y cubrió su rostros con ambas manos al darse cuenta que a pesar de los años y el dolor en su corazón, esté seguía añorándola y lo dejaba claro a través de sus letras.
—¡Traidor! —le dijo golpeando el lugar donde éste latía aceleradamente. —¿Hasta cuando dejaras de latir por ella, porque no aceptas de una maldita vez que te olvidó, o que quizás jamas te amó como tu lo hiciste?
Al ser consciente que su rebelde corazón ignoraba sus palabras, se puso de pie y fue hasta un estante donde se encontraba el libro en donde guardaba la prueba irrefutable de sus palabras. Lo abrió, extrajo el sobre antes blanco y ahora a perlado por el pasar de los años, sacó aquel trozo de papel. Lo extendió y fijo su mirada a aquellas malditas lineas que lo destrozaron años atrás y seguían haciéndolo cada vez que lo recordaba.
TERRENCE... YO ESTABA ENAMORADA DE TI —leyó en voz alta —lo escuchaste, ¿verdad? —Eres parte de su pasado, ya no lo está más, ella te olvidó, acéptalo de una maldita vez y deja de sufrir por alguien que nunca te mereció.
Aquellas palabras provocaron una lucha entre su yo interno y él.
—Tu no la buscaste después de la muerte de Susana —su yo interno le recriminó.
—Si lo hice y lo sabes —le respondió
—¿Pero después de cuanto tiempo?
—¿Y que querías, que saliera corriendo tras la muerte de Susana?
—No, por supuesto que no, pero debiste ingeniártela para hacerle saber cual era tu situación y tus planes.
—Y lo hice, le envié aquella maldita carta en donde le hacía saber que nada había cambiado en mi.
—¿Y esas cuantas lineas le llamas carta? —bufó —maldición Grantchester, me decepcionas.
—Haber genio, según tu ¿que debí hacer?
—Debiste ir personalmente y decírselo tu mismo.
—Y que mi dijera en mis narices lo que está escrito en este maldito trozo de papel —lo extendió —Y darle el gusto que viera como había destrozado mis sueños e ilusiones? . no gracias, así fue mucho mejor
—Y que tan seguro estas que ella envió esa carta, y si se trata de una trampa como la que les tendieron hace años en los establos del colegio? Te recuerdo, por si lo has olvidado, que en aquella ocasión caiste como un imbécil.
—Es diferente ahora.
—¡Ah si! ¿Y que le hace diferente?
—Esta si es su caligrafía —apuntó la carta
Su yo interno se negaba a aceptar todo aquello.
—Aunque así fuera, como explicas que la respuesta llegara tan rápido?
—Seguramente ... —Se quedó cayado buscando un argumento válido
—Lo ves —su yo interno sonrió —en el fondo tu mismo te has preguntado eso, pero como siempre, dejas que la rabia le gane a la razón, eres un idiota.
Unos toques a la puerta hicieron que limpiara rápidamente el rastro de dos malditas e insolentes lágrimas que habían corrido por sus mejillas mientras discutía consigo mismo.
—¡Maldita sea! —gritó con frustración —Hasta cuando entenderán que cuando me encuentro en mi camerino no quiero ser interrumpido.
—Muchacho soy yo Robert.
Terry tomó una bocanada de aire y caminó hasta la puerta.
—Debe de ser algo muy urgente para que te presentes tu mismo.
—Bueno si lo es .
Terry ladeó el rostro
—Dime, ¿que sucedió ahora?.
—Se trata de Rose.
—¿Que con ella? Imagino que a esta hora estará instalada en el hotel Savoy y que mañana vendrá para presenciar los ensayos antes de integrarse al grupo.
—No —respondió Robert.
—No me digas tu salvadora te ha plantado y no llegó a Londres como se suponía hacer hoy—dijo enarcando una ceja.
—Roselyn Turner es una profesional —respondió Robert —ella si llegó a Londres pero no estará presente en el ensayo de mañana como se lo había a pedido, se unirá a nosotros después de tres días.
—Creí que dijiste que era una profesional —dijo burlón.
—Lo es
—¿Y que pasó entonces? ¿Por que no cumple con su compromiso, entonces?
—Su compromiso comienza a partir de la próxima semana —respondió Robert seriamente —el que se presentara mañana a los ensayo, no era parte de su contrato, por lo tanto no estaba obligada a asistir, sin embargo iba a hacerlo por voluntad propia, y si al final decidió disfrutar los pocos días libres que le quedan junto a su asistente está en todo su derecho de hacerlo y ni tu, ni yo, ni nadie, puede recriminárselo
Terry no tuvo argumentos para replicar aquellas palabras, si bien era cierto, los ensayos reales con aquella actriz serian la semana entrante y solo esperaba por el bien de ella que fuera lo suficientemente buena actriz como saber sus lineas de memoria y para acoplarse a su ritmo de trabajo o de lo contrario conocería su lado hostil y exigente.
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Ya habían pasado tres años desde que recibió aquella carta que le cambió la vida por completo y donde a pesar de su negativa a hacer lo correcto, permaneció a su lado ayudándolo a recuperarse de todas aquellas heridas
—¿Por que no enfrentas tu realidad de una vez?
—No puedo hacerlo, tu mejor que nadie sabes lo mucho que he sufrido todos estos años.
—¿y crees que permanecer encerrado en tu propio mundo es lo mejor?
—No lo sé —apretó la mandíbula.
—No me decepciones, tu no eres un cobarde y eso lo tengo bien claro —se dio la media vuelta y salió de aquel lugar azotando la puerta, dejándolo sorprendido por su reacción
Continuará......
Nota....
Para explicar un poco lo sucedido con Anthony, me basé en hechos reales de personas que fueron y han sido enterradas vivas bajo el estado de Catalepsia.
¿Que es la Catalepsia?
Es un estado biológico en el cual la persona yace inmóvil, en aparente muerte y sin signos vitales, cuando en realidad se encuentra viva en un estado que podría ser consciente o inconsciente, lo que puede a su vez variar en intensidad: en ciertos casos el individuo se encuentra en un vago estado de conciencia, mientras que en otros pueden ver y oír a la perfección todo lo que sucede a su alrededor.
Los síntomas incluyen: cuerpo rígido, los miembros rígidos, los miembros permanecen en la misma posición cuando se mueven (flexibilidad cérea), no hay respuesta a estímulos visuales y táctiles, la pérdida del control muscular y la desaceleración de las funciones corporales, tales como la respiración, la digestión y el latido cardíaco y la persona parece que ha fallecido.
Hoy en día sucede a menudo en personas con cuadros graves y agudos de histeria, esquizofrenia y diversas psicosis, pero también existen casos muy aislados de episodios catalépticos los cuales puede ser desencadenados por un choque emocional extremo.
La gravedad radica en que la persona puede ser sepultada estando aún con vida y despertar en cualquier momento. Normalmente puede llegar a durar tres días, en los cuales la persona en estado de muerte aparente podría ser enterrada y despertar ya dentro del ataúd.
Entre 1879 y 1910 cuando la ciencia no estaba tan avanzada, y por temor a ser enterrado vivo, se crearon los llamados “ataúdes de seguridad”. Dichos ataúdes contaban con sistemas de seguridad por si a alguna persona la enterraban viva accidentalmente. Consistía en poner mecanismos dentro provocando sonidos con la intención de ser rescatados y en algunos casos dar oxígeno al interior de la tumba.
En 1897, el conde Karnice-Karnicki de Bélgica patentó un sistema de rescate que mecánicamente detectaba movimiento en el pecho que accionaría una bandera, una lámpara, una campana y aire fresco. En parecido sentido, en Gran Bretaña se desarrollaron varios sistemas para salvar a los enterrados vivos, incluyendo paneles de cristal rompibles en la tapa del ataúd y sistemas de poleas que alzarían banderas en la superficie (sin aportación de aire, como en el modelo italiano, esto naturalmente sería inútil sin guardias que vigilaran sobre la tumba). En 1995, un fabricante italiano de ataúdes introdujo un modelo con un sistema de intercomunicación y un beeper.
Aunque hay casos documentados de catalepsia, los avances tecnológicos han hecho casi imposible que un individuo sea enterrado en estado cataléptico: ahora un electroencefalograma o un electrocardiograma pueden confirmar la muerte de alguien con facilidad.
—Interesante ¿verdad? —no cabe duda que leer te da conocimiento
Última edición por RossyCastaneda el Sáb Abr 25, 2020 2:54 pm, editado 1 vez
. Y ahora si está claro que no puede haber relación entre él y Candy, me estoy comiendo las uñas, piensa y piensa 
