ONE HEAD LIGHT... A GIRL CALLED GEZABEL
El ruido del motor zumbaba mezclado con la velocidad del viento y el sonido de las llantas rozando el asfalto de esa vieja carretera. Ella iba recostada sobre el regazo del hombre que manejaba concentrado mirando hacia donde la única luz de su Chevy 63 iluminaba al filo de esa madrugada. El cansancio la había vencido y aunque no iba dormida del todo, se sentía relajada de posar su cabeza sobre el duro muslo del trigueño. Ya era más de un mes de ese viaje hacia la locura que había empezado una noche casi al finalizar su último baile en el strip bar en el que trabajó, hasta que ese tipo de aspecto angelical pero mirada turbia la paralizó con la misma mientras bailaba intentando provocar a la clientela que dejaran sus salarios sobre la pista y así sacar la cuota de la noche. De inmediato se dio cuenta de que el tipo frente a ella no era de esos rumbos, su mirada cortaba como dagas de acero y a punto estuvo de tropezar por los nervios con sus plataformas de tacón.
Ya para marcharse, su patrón quiso maltratarla cuando era su costumbre pero quiso el destino que el forastero se percatara de ello para que lo despachara de un cachazo del arma que ocultaba en la parte trasera de su pantalón. Ella no supo como reaccionar de inicio, pero el guapo forajido le dijo al cerdo asqueroso que se desangraba en el piso que no podía tolerar que a un ángel se le tratara con tanta rudeza. La chica sintió una furia arder en su pecho y sin poder controlarla le dio una patada en la herida cabeza que terminó por deshacerse como una calabaza. Ella se quedó pasmada y aterrada ante su propia acción, pero el hombre solo la miró y sonriendo de lado, le dijo con un acento raro:
-Nena, eres una verdadera fiera, dime como te llamas??
-Geza... Gezabel... Ella sonrió al mirar el exquisito rostro que de inmediato le hizo sentir confianza y seguridad.
El hombre se mordió el labio, y poniendo una mano en la cintura, como analizando la situación, miró el cuerpo inerte en el piso y luego la volvió a mirar sin dejar de sonreír.
-Bien, Gezabel, es un placer conocerte, me llamo Terrence pero para mis amigos soy Terry, tu puedes llamarme como gustes, con esa linda boca tuya... como puedes ver, somo socios en el crimen y si no queremos meternos en problemas a causa de este malnacido, sería conveniente ponerlo en el fondo de un barranco donde los coyotes y las ratas se encarguen de borrarlo de la faz de la tierra.
Sorprendentemente, a Gezabel no le pareció descabellada la idea, así que entre los dos tomaron el cuerpo como un fardo y vigilando que nadie viera lo arrastraron por el callejón trasero del nightclub. Tal como lo había sugerido Terry, lo botaron en un despeñadero cercano y sin mediar palabras, se fueron juntos. Ella no regresó a su pensión por sus pocas pertenencias. El le dijo que no sería necesario, que lo que ella fuera necesitando lo irían consiguiendo en el camino.
Lo que él no le dijo, era que era un asesino a sueldo que además cometía asaltos si veía la oportunidad. Cuando ella se percató de este detalle, mas que asustarse o intentar huir, se volvió su compañera que lo ayudaba en cada uno de los delitos que cometían, se dieron cuenta de que eran almas gemelas que compartían el gusto por la violencia, las armas de diferentes indoles y la buena música. Terry se sentía orgulloso de ver como la bella chica era una hábil conductora, y la facilidad con la que manipulaba todo tipo de armas blancas, y particularmente sus nulas reservas a la hora de despachar cristianos. Sonreía con ternura al verla sacar la pequeña motosierra con la cual torturaba y obtenía confesiones de los que se negaban en entregar información valiosa como claves de cajas fuertes entre otras cosas.
Gezabel simplemente disfrutaba la libertad que vivía al lado del aristócrata renegado. Huyendo de un pasado ingrato, llegó a tierras americanas y por su necesidad de desahogar su ira se involucró desde muy joven en actividades ilícitas que lo habían vuelto un lobo solitario. Saberse tan especial como para compartir la vida de Terry le había dado nuevos ánimos de vivir y un gusto bestial por ir cada día mas y más allá de los limites que existían en todos los sentidos. Viviendo al tope ella también ahogaba los pocos o muchos malos recuerdos, que en realidad carecían de importancia si podía embriagarse en su propia adrenalina con cada atraco y cada paliza que le daban a los incautos que tenían la mala suerte de cruzarse en su camino.
Así habían pasado 3 meses y para ella parecían 3 años. Esa noche en particular no habían cometido ninguna fechoría, sin embargo huían de la ley de ese estado en el que habían asaltado 1 banco. Terry Terminó su cigarrillo y lo arrojó por la ventana del auto y con esa mano libre acarició con dulzura la tupida cabellera de la chica.
-Geza, creo, creo que tenemos suficiente dinero guardado para irnos del país para vivir al caribe... no te gustaría que abriéramos nuestro propio pub sin polizontes pisándonos los talones? Nada es para siempre y debe haber un punto intermedio donde podamos estar sin riesgo, un lugar que podamos llamar hogar...
Terry hablaba mirando hacia el horizonte, más parecía estar hablando para si mismo que hablándole a ella. Gezabel hizo un gesto de desagrado, renunciar a su vida criminal para perseguir la quimera de una vida feliz y de ensueño?? Claro que no! Guardó silencio mientras veía en el techo del auto las luces de los demás automóviles que pasaban a un lado.
-Te estas volviendo blando súbitamente, Terrence?? Mira que me vas a hacer creer que quieres que juguemos a la casita y tengamos hijos y hasta un perro...
Terry sonrió de lado, como acostumbraba cada vez que se sentía vulnerable e intentaba disimularlo, y de forma juguetona despeinó el cabello de la chica que soltó una carcajada ante la broma.
-Claro que no, bobita! No tengo materia para hombre de familia, somos como meteoritos, en algún momento habremos de impactarnos en el suelo pero en el inter seremos brillantes e incandescentes, dejando una estela detrás de nuestros pasos.
-Ahh, ya me habías asustado y estaba pensando en sacar mi motosierra para hacerte cambiar de opinión. A donde nos dirigimos ahora? Le dijo abrazando el muslo mientras se acomodaba nuevamente junto a él.
-A Lakewood, Illinois. Vamos a ir a darle una calentadita a un deudor de apuestas, de apellido Leagan, me han dicho que le gusta molestar a las mujeres, así que te podrás dar gusto dándole una de tus terapias...
Gezabel sonrió y se quedó dormida finalmente, y tuvo una horrible pesadilla en la que se veía a si misma vestida como una ama de casa suburbana, horneando un pastel mientras su guapo esposo veía la televisión con 5 niños y un perro golden retriever en la sala de una hermosa casa con rejas de madera blanca. Lanzó un grito de horror hasta que Terry la hizo despertar, que aliviada se sintió de darse cuenta que sólo había sido un mal sueño!
FIN
GRACIAS POR LEER!
Última edición por Maga Cafi el Lun Abr 05, 2021 12:48 am, editado 1 vez