No le doy oportunidad a que diga algo más y la beso.
Sus labios son subes, dulces, tiernos.
Tarda en responder a mi caricia, luego se deja llevar.
Mis manos recorren su cuerpo, un deseo enciende mi ser. Quiero poseerla.
Las prendas estorban, y Dulce gime… también tiene el mismo deseo.
Terminamos en el suelo y con delicadeza subo el refajo de su vestido para llegar a su centro. Mi boca baja hasta sus pechos y los libero de la tela que los cubre. Una nueva fuerza y vigor se empodera de todo mi cuerpo, siento que mi polla va a reventar si no la poseo.
Como puedo saco mi verga palpitante, deseosa de entrar en Dulce. No me lo impide, ni objeta. La embisto con ímpetu, y siento como las paredes de su vagina rodea mi sexo. Esparzo besos por su piel rosácea, mientras que ella enreda sus dedos en mi cabello y se entrega cada vez que la penetro.
Me olvido de todo, sin cordura ni razón. Solo las ganas de follarla. Mi mente se embota, la visión se nubla… estoy siendo arrastrado en un torbellino de lujuria, desenfreno y deseo.
La escucho gemir. Me encanta oírla y propinarle ese placer.
Pestañeo un par de veces para poder ver su cara y me parece que mi piel cambia; Dulce gime y me dice
-Para
Y sin proponerlo ni buscarlo, todo se oscurece.
Cuando vengo a reaccionar, estoy tirado en el suelo y solo. ¿Acaso estuve soñando que me tiraba a esa mujer? Me apoyo sobre los codos y me observo, tengo la camisa abierta y mi pene raquítico está fuera del pantalón
-¿Qué has hecho cabrón? ¿Qué puñetas ha pasado?
Siento que la cabeza me quiere reventar, al igual que me duelen los gumaros. Recompongo un poco mi apariencia y voy al río a lavarme.
No veo a Dulce por ningún lugar ¿En dónde se mete ésta mujercita?
Estoy jodido… pero que muy jodido. ¿Qué mierdas ha pasado?
Pasa un buen rato antes de que ella aparece nuevamente. Me sonríe con timidez, le ofrezco la mano para que se siente a mi lado y lo acepta de buena gana. No hablamos, creo que ambos estamos perdidos en nuestros pensamientos.
Todavía tengo la sensación de estar poseyendo su cuerpo. No me parece correcto lo que he hecho, no supe controlarme… aunque, creo que ha sido un polvo de mierda, si no recuerdo haber terminado, ni entiendo qué fue lo que paso.
La observo fijamente con la intención de poder recordad y entender lo que ha pasado ¿Tuve un gatillazo? ¿La hice terminar? ¿Por casualidad alguno de los dos pudo tener un pinche orgasmo?
Creo que intuye lo que estoy pensando porque se sonroja y evita mi mirada.
-Tú me has hecho algo ¿Verdad?
-¿Yooo? Pero ¿Qué locuras estás diciendo?
-No quieras engañarme Dulce… estoy seguro que me has hecho algo. Nunca en la vida he tenido un gatillazo, soy todo un portento
-Ha, ha, ha, ha… estás muy seguro de ti mismo Terry
Dejo de insistir… estoy seguro que no me dirá nada… como tampoco lo ha hecho antes. Me levanto para encender el fuego y cuando regreso, la veo sonreírme abiertamente, eso hace que mi corazón se olvide de latir por un segundo y al siguiente lo haga todo azorado.
Tomo asiento a su lado y la abrazo, espero que no se dé cuenta de la loca carrera de mi corazón. Y sin darnos cuenta, ambos caemos un sueño.
Me siento como en letargo, pero mi tercer brazo ha revivido; sentir la calidez y suavidad de su piel me pone. Dulce duerme dándome la espalda. Me acerco y acaricio las curvas de su cuerpo. Las ganas han vuelto y quiero poseerla. Le cojo las nalgas y se las estrujo; ella responde acercando más su trasero a mi entrepierna, sin pensarlo más saco mi polla y la penetro. Siento su humedad ante las embestidas, pega su espalda a mi pecho y con mi diestra le agarro sus senos.
Todo mi ser palpita, un bramido ronco se me escapa de la garganta.
Una nueva sensación me estremece y eriza mi piel, de presto veo como mi brazo parece otro… grotesco, de color verde y pegajoso ¡Estoy alucinando! Aprieto los ojos desesperado por olvidar esa imagen repugnante; el aterciopelado gemido de placer de ella me enciende a tal punto, que hinco mis dientes en su hombro, la abrazo y acerco a mi cuerpo antes de derramarme en sus entrañas. Siento perfectamente como el líquido de su orgasmo envuelve mi pene antes de mezclarse con el mío.
Cuando vuelvo a abrir los ojos Dulce ya no está entre mis brazos… no sé en qué momento se ha levantado. Sin poder evitarlo, vuelvo a caer presa de un sueño.
Al despertarme tengo una mezcla de sensaciones estorbándome en el pecho. Estoy pletórico, nunca había disfrutado tanto de una mujer… estoy cansado y con la mente algo espesa… y por supuesto, no puede faltar ese sentimiento de culpa. Decido levantarme e ir a lavarme al río… no es por asco, bueno sí, pero conmigo mismo ¡Soy un reverendo imbécil!
-¿Qué mierdas te pasa Grandchester? Estas olvidando la razón por la que llegaste a éste lugar y que hay alguien que está esperando tu regreso
Me froto la cara con frustración.
Cuando salgo del agua, la veo que está frente del arbusto, me dirijo hacia ella sin siquiera ponerme la ropa ¿Para qué? Si estamos solo. Lo único que deseo es estar a su lado, me atrae como un imán. Cuando estoy a su lado la abrazo.
-Tienes la piel fría
-Es lo que pasa cuando te pones a remojo
-Ha, ha, ha… y también te vuelves una pasa
-Éste culito respingón no se arruga, tócalo si no me crees
-Ha, ha, ha, ha
Su risa me evoca ternura, le doy un beso en su mejilla y otro en su cuello
-Terry… será mejor que te marches
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
-Hazme caso… tú no perteneces a éste lugar
-¿A caso tú sí? Deja de decir estupideces y bésame
Se resiste un poco, pero mis caricias son vehementes y logro encenderla en deseo. Le empujo su torso hacia adelante para tener su precioso trasero en alto; le beso la espalda y bajo hasta llegar a la entrada de su sexo y lo acaricio con mi lengua… luego le meto un dedo, segundos después otro tras comprobar lo empapada que está. Es entonces que decido penetrarla.
Dulce se derrite con mis embestidas… sé que lo disfruta. Le sujeto de las caderas a la vez que tiro de sus cabellos, estoy embravecido con su sexo. La penetro con fuerza y ella gime gustosa. Tiene un orgasmo y sigo con más. De presto un escalofrío me recorre, mi corazón late duro y creo que mi cuerpo cambia.
Me estoy transformado en una cosa horrenda de color verde, con garras negras y mandíbula cuadrada; soy grotescamente enorme. Detengo mis acometidas mientras observo mis manos, brazos y torso ¡Soy una bestia! Sin darme cuenta, una luz me ciega y me siento caer en una oscuridad profunda
Última edición por Cherry Cheddar el Miér Abr 07, 2021 7:51 pm, editado 1 vez