-¿En dónde te metiste? ¿Por qué carajos desapareciste? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Quién es ese hombre que anda contigo? ¿Cómo es eso que te llamas Candice, no que te llamabas Kukullito o algo así?
-Señor, son demasiadas preguntas, no le entiendo, y no me gusta el tono que está usando
-¡Maldita sea Dulce! ¿Te estás haciendo la indiferente? ¿De verdad?
No me lo puedo creer, la abrazo, quiero tenerla cerca de mí, pero ella intenta mantener las distancias.
-Señor, creo que se está equivocando por completo y su comportamiento es reprochable
-¿De qué demonios hablas? Dulce, ¿no recuerdas cuando estabas en mis brazos desnuda y te follaba…? - ¡Plaaaf!
-¡Ni se le ocurra volver a mencionar semejante barbaridad en voz alta! ¡Aléjese de mí!
¡Me ha dado una cachetada! ¡Ésta loca ha osado ponerme la mano encima!
Contrólate Terry, contrólate que ella es una mujer y a las mujeres no se les pega.
Se ha marchado y me ha dejado sólo, con las ganas, las dudas y el calentón.
Respiro un par de veces para calmar la tensión ¡La vieja ésta me ha bofeteado! Estoy que hecho humo.
-¿Terry? Terry cariño ¿Eres tú?
-Eliza… sí, aquí estoy
-¿Qué haces aquí solo?
-Nada, necesitaba un poco de aire
Vuelvo al lado de mi prometida, nos quedamos un poco más en la fiesta. No puedo evitar buscarla de soslayo y enervar en rabia y celos. Finalmente le pido a Eliza que nos retiremos a descansar.
A la mañana siguiente en el restaurante del club de campo, le pregunto a Stear si sabe algo de la Candice Rose Damned, pero no sabe nada, primera vez que escucha su nombre. Intento recordar el nombre que me dijo cuándo se presentó, sin embargo, lo que sí logro recordar es la sensación cuando poseía su cuerpo.
Es una búsqueda incesante en mis recuerdos, y frustrado por ello, decido ir a cabalgar. Debo distraerme con algo o de seguro mis sesos van a terminar explotando. Hago correr al animal de manera desbocada, estoy furibundo, y el pobre paga las consecuencias. Y claro, como si no tengo suficiente con mi tormento interior, empieza a llover… lluvia de primavera.
Disminuyo la carrera, no sea que termine en el suelo y sea peor. De presto, una figura llama mi atención… una mujer vestida de blanco camina bajo la tormenta sin prisas, temores, ni con ganas de resguardarse. Me acerco para ofrecerle mi ayuda, cuando la reconozco… es Dulce
-¿Qué haces bajo la lluvia? Te puedes enfermar
Desciendo de la montura y me acerco a ella, quien estaba con el rostro al cielo y los ojos cerrado, parece feliz de recibir el agua… entonces, como si fuese a cámara lenta, abre sus pestañas dejando ver a unos enormes, deslumbrantes ojos verdes… una especie de brillo los cruza, como si me reconociera. Sin poder contenerme le beso… la beso desesperadamente y ella se deja.
-Maldita sea Dulce ¿Qué significa todo esto? ¿Qué demonios está pasando? Dímelo, por favor
-Terry
-Sí preciosa… soy yo, Terry
-¿Por qué lo hiciste?
-¿El qué? ¿A qué te refieres?
-La tierra es como un testigo silencioso de todo lo que se hace y dice… y cuando necesitas recordar, el agua es un buen conductor de mensajes.
-¿Qué… qué estás diciendo?
-¡Debería de matarte! ¡Debería de hacerlo yo, con mis propias manos!
Ésta mujer me está asustando, me tiene cogido del cuello, recuerdo perfectamente que tiene mucha fuerza para lo pequeñaja que es. Como lo hice esa vez, la abrazo y acerco su cuerpo al mío… no se resiste, entonces la beso.
Mis manos recorren su cuerpo, todo éste tiempo lo había extrañado y no había entendido que era eso lo que me pasaba. Terminamos en el suelo y la abro de piernas para posicionarme entre ellas. Saco mi polla del pantalón, pues está deseosa de penetrarla.
Los cabellos de Dulce se esparcen por el suelo y sus pechos se transparenta en la ropa que lleva, los saboreo con mi boca, que está habida por comérselos a la vez que entro en su centro. Me recibe con gemidos guturales aterciopelados. Mueve sus caderas para recibirme más profundo ante cada embestida.
Siento su éxtasis y cada una de sus corridas, deseo arrancarme la piel y volverme uno con ella. Es delirante y sublime la sensación que me embarga cuando mi verga recorre cada centímetro de su vientre, con sus piernas rodea mis caderas, está a punto de alcanzar un orgasmo y me uno a su arrobamiento. Siento que estallo en mil colores cuando llego a la cúspide de mi placer, nuestras esencias se mezclan a la vez que intento recuperar el aliento bebiendo de su boca.
Me he dado cuenta de algo… la necesito, quiero a Dulce en mi vida… pero no para algo furtivo, y a escondidas. La quiero sólo mía.
-Te quiero preciosa
Siento como se tensa, creo que la he asustado
-Terry, tú no me quieres… sólo estás encandilado con esa ilusión
-¿¡Qué!? ¿Por qué dices eso? ¿A caso lo dudas?
-No…
-¿Entonces…? Si lo dices por Eliza, no debes preocuparte. Terminaré mi compromiso con ella
-Yo no he venido para tal despropósito
-¿Entonces? ¿Se puede saber para qué mierdas estás aquí?
Me levanto furioso, guardo a mi colega dentro de los pantalones… estoy demasiado cabreado como para seguir en su regazo. Simplemente no me puedo creer lo que acaba de decir…
Escucho el ruido de unos cascos, alguien se acerca… no sé por qué, de presto me entra el pánico
-¿Cuánto tiempo te quedarás?
-El necesario
-Tenemos que hablar, necesito que me aclares todo
-No es necesario
-¡Maldita sea Dulce! ¿Puedes dejarte de misticismo e idioteces?
-No estoy haciendo nada de eso
-Mañana nos vemos aquí, y me aclaras todo
El relincho de un caballo está cerca y me giro para ver de quien se trata… cómo si no, es Stear.
-¡Terry ¿Estás bien?!
-Sí
Voy a decirle algo a Dulce, pero ella ya no está… ha vuelto a desaparecer
Última edición por Cherry Cheddar el Vie Abr 09, 2021 10:58 am, editado 1 vez