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Candy se encontraba sin empleo gracias a los Leagan que habían movido sus influencias para que fuera despedida y que ningún otro hospital la contratara; sin embargo, ella no se rendiría y les demostraría a todos que podía salir adelante sin ayuda de su familia adoptiva los Andrew.
Así que un buen día salió de casa muy temprano a buscar un puesto de periódicos para buscar algún empleo disponible, nadie le arrebataría las ganas de ayudar y ejercer su profesión de enfermera y así leyendo observó un anuncio.
“Se solicita enfermera que le agraden los niños para la clínica feliz” … Ella inmediatamente observó la dirección y se dirigió a toda prisa hacia el lugar, no estaba muy lejos de su casa así que pronto llegó al lugar indicado.
Al llegar observó una fachada sobria tal como son los hospitales, con grandes ventanas y un jardín con árboles frondosos y bellas rosas alrededor, cosa que le hizo recordar a su querido Anthony y en su mente profesó una pequeña plegaria como le habían enseñado la Señorita Pony y la hermana María para que pudieran darle ese empleo que tanto necesitaba.
Al terminar respiró profundo y con paso firme se decidió a entrar, había un pequeño pasillo que conducía hacia un escritorio donde se encontraba una muy amable recepcionista atendiendo el teléfono, la cual le indicó con la mano que tomara asiento, Candy asintió con la cabeza y esperó a que terminara la llamada para poder dirigirse a la chica.
Finalmente colgó el teléfono e inmediatamente le brindó una cálida sonrisa a nuestra rubia y le dijo:
- Hola soy Patricia mucho gusto, debes venir por el puesto de enfermera que publicamos en el periódico ¿verdad?
- Si -contestó muy alegre Candy.
-Patricia respondió - Pues ven conmigo que te llevaré al consultorio del
Doctor Martí ya que el tendrá que entrevistarte, espero que tengas todos tus documentos para que pueda revisarlos el doctor y de deseo mucha suerte, eres la primera enfermera que ha llegado así que adelante es ahí en la puerta azul.
Candy un tanto nerviosa tocó a la puerta y una voz se escuchó desde el interior diciendo “adelante”, abrió la
puerta y grande fue su sorpresa ya que todo el consultorio era totalmente distinto a todo lo que ella había visto.
Con la vista recorrió todo el consultorio, estaba feliz y muy asombrada por el lugar tanto que ni siquiera se había fijado que el Dr. Martí la veía con curiosidad cosa que después de un rato, él le regaló una grata sonrisa que derivó en carcajada.
- Veo que le ha deslumbrado mi consultorio ¿verdad señorita? Ummm…. ¿Cuál es su nombre?
-Candy -respondió enseguida y con la cara roja de la pena, a lo cual el Dr. Martí le dijo
- No te preocupes, sé que este no es el clásico consultorio de un “doctor” pero mi cariño por los niños me llevó a elegir la carrera de pediatra y quiero que ellos no tengan miedo de llegar a un lugar frío de paredes pálidas y con un fuerte olor a medicinas ¿No lo crees?
- Si -contestó ella con una gran sonrisa e inmediatamente le preguntó
-¿Doctor le puedo preguntar porque eligió esta decoración? Bueno es que los niños tienen una alegría innata pero sus juegos son muchos así que me encantaría saber ¿Cómo fue que convirtió este consultorio en un paraíso para los pequeños?
El Dr. Martí entre cerró sus ojos, cambió su sonrisa y lanzó un pequeño suspiro y le dijo a Candy. - Toma asiento pequeña, es una larga historia la que voy a narrarte...
Continuará ……….
A Lucy Montano, Azul pequeña, Liz y a Giovanna les gusta esta publicaciòn
Que bonita historia me encanta conocer de los demas personajes de Candy, muy lindo espero con ansias el que sigue, felicidades amiga que te animaste a dar este paso a la escritura
Que buen inicio de la historia ya quiero saber cómo le irá a candy en la clínica feliz.. Te felicísito amiga por animarte a escribir lo haces Muy bien espero el próximo capítulo con ansias
AMIGA GUERRERA QUE DULCE QUE SE PROYECTA ESTA HISTORIA ME HIZO RECORDAR A LA DE PATCH ADAMS. EN ESPERA DE SABER QE PASO EN LA VIDA DE NUESTRO DOCTOR SEGUIMOS EN LA LUCHA
Que bello comienzo , y a sí es Nuestra pecosa y no solo ella , uno también debe de abrirse el camino sin miedo y creó que el puesto ya lo tiene , no me imagino el consultorio .