CAPITULO 9 ***********EL IMPOSTOR**********
CAPITULO FINAL
Los jóvenes viajaban en total mutismo. Como siempre y en modo automático el castaño ponía su música de rock ochentero para tratar de aplacar los demonios que lo estaban carcomiendo.
********AEROSMITH ARMAGEDON(subtitulada en español)***********
Candy se sentía muy nerviosa y trataba de disimular su estado mirando por la ventanilla del vehículo, de vez en vez regresaba a mirar el perfil del joven que seguía manteniendo su seriedad todo el tiempo. Para tratar de aligerar la tensión existente entre ellos, la rubia decidió hablar.
—Pensé que le devolverías el jaguar a tu amigo después del viaje…—Terence no dijo nada, solo movió su ceja derecha—Emyli quedó encantada con este automóvil, en especial con este reproductor
—¿Sabes que Myli te envió un obsequio? —La joven rubia seguía manteniendo su actitud positiva ante el mutismo del castaño; sin embargo, Terry al escuchar el nombre de la pequeña no pudo evitar preguntar.
—¿En serio? —El joven no pudo esconder la leve sonrisa que ya se dibujaba en su cara.
—Y… ¿se puede saber que se le ocurrió enviarme la pequeña pecosa?
Candy al ver que Terrence relajaba su actitud, se atrevió a contarle sobre el obsequio que la pequeña había enviado para su amigo.
—¡Galletas! ¡¿Puedes creer que obligó a mi madre que hornee las galletas especiales de navidad para que tú las puedas probar?! Bueno, no las traigo aquí conmigo. Es que las guardó en una caja que ella misma decoró; y si vieras el pompón que Myli le ha puesto… está un poco exagerado; pero, dijo que era tu regalo de navidad y que debería ser así de llamativo. ¡Ah! y mi madre también te envió un obsequio.
—Tu familia es muy peculiar. Parece que les caí bien a pesar de solo haberme conocido por tres días, en especial ese diablillo pecoso—La actitud de Terence ya estaba más relajada, sin embargo él seguía sin mirar a Candy y eso la estaba poniendo triste.
—Terry, yo…yo quería agradecerte todo lo que hiciste por mí en esos días. Me ayudaste tanto que hasta pude avanzar mucho con mi parte del proyecto.
—Pues no me lo agradezcas a mí. Deberías de estar agradecida con Neal Lagan, al parecer fue él quien terminó por devolverte la felicidad—Nuevamente la expresión hostil regresó al rostro del castaño.
—NOOO… ¿Por qué dices eso? ¡Estás equivocado!
Terrence se molestó con las palabras de la rubia. De manera brusca giró el volante y aparcó el automóvil. Ahora sí miraba de frente a Candy, pero su expresión era una mezcla de incredulidad y molestia.
—¡¿Es en serio lo que me dices Candice?! ¿Me vas a decir que ese gusano no te beso? ¡Yo vi como te acariciaba el rostro y después te besaba! Y luego ahí estaba ese maldito diario donde cada hoja me recalcaba lo ilusionada que siempre estuviste por ser su novia. ¡Qué podía hacer yo! ¿Quedarme a ver como regresabas feliz del brazo de ese patán a la reunión?
¡Caramba Candice! te acababa de pedir que fueras mi novia y tú….
—Terry estás equivocado, yo no quise…—El joven ya no quiso seguir escuchando más explicaciones de la rubia
—¡Ya déjalo así! «suspiro» Además en el corazón no se manda y el tuyo ya tenía dueño—Las palabras del joven eran dichas con melancolía.
Terry quería seguir hablando; pero un movimiento de la rubia lo interrumpió de manera abrupta. Sin darle mayor explicación Candy colocaba su mano sobre la boca del castaño para acallar sus palabras. Con voz suave le dijo
—Por favor, déjame hablar…. Mírame y ve la sinceridad en mis ojos. Yo no he regresado con Neal y lo que viste no fue todo lo que ocurrió—Terry tomó las manos que la chica aún posaba sobre su boca y lentamente las retiraba. Su mirada era tan intensa que la joven casi que tartamudeaba.
—Yo…yo no acepté su beso, él lo hizo en un descuido y además ¡no me gustó! …yo … yo… le di un golpe en la entrepierna por su idiotez y… él se…quedó tirado...pidiendo disculpas…—Terry aún mantenía a la joven tomada por las muñecas y fue acercando más su rostro al de Candy hasta casi tener su boca a escasos centímetros de distancia.
—Dime Candy ¿lo quieres a él de nuevo en tu vida? —la joven solo negó con su cabeza—entonces ¿me quieres a mí en tu vida? —nuevamente la joven solo contestó con un movimiento de cabeza, pero esta fue vez de manera afirmativa
Terry no dudó más y en un segundo soltó de las muñecas a Candy; pero esta vez para tomar delicadamente su rostro y besarla profundamente. Eran caricias y besos delicados pero que poco a poco se fueron tornando desesperados. Cuando sus respiraciones se agotaron, los jóvenes separaron sus labios y entre leves jadeos el castaño susurraba tiernas palabras a la rubia que aún se encontraba con sus ojos cerrados y con su corazón latiendo a mil.
Una vez que sus emociones se calmaron y entre sonrisas cómplices, Terry procedió a dar marcha a su jaguar con destino desconocido para Candy.
—¿A dónde vamos?—La rubia tenía verdadera curiosidad.
—Quiero invitarte a un restaurante italiano muy elegante y fino. Su comida me encanta. Además quiero contarte algo que es muy importante para mí.
Mientras el joven manejaba, tomó la mano de la chica y la entrecerró con la suya. Quería tenerla cerca y sentir que en el corazón de la rubia ya no había espacio para más dudas.
—Honestamente, me has tenido a punto de estrangular a ese gusano Pecas. Pensé que había logrado convencerte nuevamente y estuve a poco de arrastrarlo. La verdad es que fue gracias a Myli que eso no ocurrió; pues cuando ya estaba dispuesto a eso, la pequeña apareció de la nada parada a mi lado.
—¡Que dices Terry! jajajaja además yo me encargué de él y su hermana. Era algo que tenía que hacer personalmente. Yo quiero mostrarte algo
Los jóvenes llegaron al restaurante del que Terry ya le había hablado a Candy. El joven se acercó para hablar con el hostess y este de inmediato lo dirigió a un privado exclusivo
—¡Guau! Parece que te conocen aquí o ¿es que vienes muy seguido?
—Tengo mis influencias Pecas.
A pesar de que los malos entendidos estaban ya limados entre los jóvenes, entre ellos todavía existían cosas de las que tenían que hablar. Mientras el mesero tomaba las órdenes, Candy no podía dejar de sentirse algo nerviosa, pues ella quería ser totalmente honesta con Terry y eso significaba contarle todo lo ocurrido con Neal en su pasado.
—Y dime Pecas, ¿qué es lo que me tienes que mostrar? ¿Acaso me vas a declarar tu amor pequeña pecosa?—Candy sentía que sus mejillas ardían ante la mirada picaresca que el joven le prodigaba.
—¡Terry! se supone que Myli es la pequeña pecosa
—Pues déjame decirte que eres muy pecosa y además también eres pequeña jajaja pero así me gustas. Bueno ahora dime qué es eso tan importante
La joven abrió su bolso y del mismo sacó una funda negra y se la dio al castaño diciéndole
—Quiero que abras esa funda
El joven al ver la seriedad en el rostro de Candy tomó la funda negra y sacó lo que había en el interior de la misma. Ante sus ojos se encontraba el diario color marfil de letras doradas; pero en esta ocasión el libro estaba parcialmente…. Quemado
—¿Y esto? ¿Por qué me lo das a mí y en ese estado?
—No te lo quiero dar, solo deseo que sepas que lo escrito en esas hojas ya no está más en mi corazón. Y quiero que sepas que al quemar ese diario, estoy dando por terminado ese capítulo en mi vida. Sería una estúpida si deseara empezar una relación entre nosotros y tenga este diario que ya no significa nada para mí más que un triste recuerdo.
[suspiro] Sé que lo leíste—Terry al momento de escuchar a Candy quiso disculparse, pero esta no lo dejó
—Candy yo no quise ser indiscreto; pero quería comprenderte y supuse que el diario….
—Terry, yo no te reprocho que leyeras mi diario. Lo que me reprocho es no haberlo destruido antes de que tú lo leyeras y pensaras que aún amaba a Neal.
El castaño se daba cuenta de lo tonto que había sido al irse de la casa White sin hablar primero con Candy.
Tomaba de las manos a la joven rubia y las rozaba con suaves besos que hacían estremecer a la rubia.
—Déjame sacar esto de una vez de esta mesa. Espérame pecosa—tomando lo que quedaba del diario quemado lo guardó nuevamente en la funda y se lo llevó, no sin antes darle un profundo beso a la rubia que la dejó toda electrizada.
La romántica escena había sido vista desde lejos por dos figuras cuyos ojos ambarinos refulgían de amargura. Al ver que el castaño dejaba sola por unos momentos a la rubia las figuras se dieron a la tarea de acabar con esa relación.
—¡Hola Candy! mira qué pequeña es esta ciudad. Veo que sigues estando de maravilla en tu trabajo que te permite comer en un lugar como este.
—Hola Eliza, te agradezco que me dejes sola porque estoy acompañada
—¡Oh! que bueno que dejaste a ese farsante de Terrence Graham
—A qué te refieres ¿por qué lo llamas así?
—¡Que en buena hora sales con otro! ya que ese tipo Graham está comprometido con otra chica. Sabes que cuando lo ví sabía que su rostro me era familiar. Mira mi celular; aquí está el reportaje de esta revista de farándula—la pelirroja de forma maliciosa le enseñaba su celular con un editorial donde se mencionaba el compromiso matrimonial de Terence G. Granchester y la Señorita Susana Marlow.
—¡Esto es mentira! ¡ Terry se apellida Graham!
—Ves, a eso me refiero, hasta eso es mentira, pues él es hijo de un famoso abogado dueño de un bufete que trabaja para multinacionales y él ha estado usando un nombre falso para que no lo descubras. ¿Por qué crees que maneja un jaguar?
Candy estaba perpleja ante lo dicho por la pelirroja. Se levantó sin decir nada dejando el celular de Eliza sobre la mesa y tomando su bolso procedió a marcharse.
En el rostro de Eliza se pintada una macabra sonrisa de triunfo y esperaba que su hermanito hiciera lo propio con el estúpido de Graham.
************
Terence se encontraba en el baño de caballeros tirando al basurero esa funda negra cuando a sus espaldas escuchó una voz familiar que lo sacaba de casillas.
—Hola Graham ¿que tal te va? Veo que ya estas en segunda base con mi rubia.
—Ten la amabilidad de largarte de este lugar o no responderé por partirte la cara.
—Vamos Terry, yo no soy celoso. Además ya te lo dije antes. A mi ya no me interesa Candy, es muy…desabrida y llorona cuando le hacen el amor --la expresión de Neal era de total satisfacción
Terry no esperó más y agarró a Neal de las solapas con claras intenciones de golpearlo
—Deberías medir tus palabras acerca de mi novia gusano asqueroso, si te vuelvo a escuchar su nombre en tu asquerosa boca te parto la cara.
—¡Suéltame desgraciado! jejeje ¿que pasa? ¿Acaso te molesta que te diga como es Candy en la cama? Pues te lloriquea la muy estupi… zas
Ya Neal no pudo terminar lo que decía, pues Terry ya le daba sendos golpes en la cara
—Mira pedazo de mierda, Candy ahora es mi mujer en toda la extensión de la palabra y no te quiero ver a dos kilómetros de ella—mientras Terry hablaba golpeaba ferozmente el rostro de Neal
Lo soltó cuando vio que este ya estaba seriamente lastimado, lo volvió a levantar por las solapas y le dijo
—¿Sabes que? estoy casi seguro que las lagrimas de Candy fueron por verte el tamaño del pito—Dicho esto lo dejó tendido en el piso del baño. Neal estaba muy lastimado pero aún así logró emitir una carcajada siniestra y decir
—Será mejor que vayas a ver a tu dulce mujercita GRANCHESTER
Terry se quedó helado al escuchar su verdadero apellido salir de la boca de ese gusano. Cuando llegó a su mesa ya no vio a la rubia encontrando en su lugar a la pelirroja que sostenía una copa de champagne en una mano, y en la otra su celular donde estaba el reportaje de su compromiso matrimonial con la señorita Marlow.
El castaño solo atinó a quedarse parado en la entrada de aquel bello restaurante con la nieve que empezaba a caer copiosamente.
A la mañana siguiente acudió temprano al trabajo para tratar de hablar con la joven; pero al llegar se percató que el escritorio de la joven estaba vacío. Solo escuchó las palabras del señor Jhonson diciéndole
—Ella renunció. El guardia me dijo que vino muy temprano y solo dejó esto—con mucha pena, el jefe de Terry descubría una caja de cartón que Candy había dejado sobre el escritorio. De ella salía una caja más pequeña con un enorme pompón. Terry supuso que era el obsequio que Myli le había enviado y otra caja con bonitos diseños cuyo remitente le pertenecía a la señora White.
Terry solo atinó a tomar entre sus brazos aquella caja que ahora se convertía en su baúl de recuerdos de un hermoso fin de semana cuando fue EL IMPOSTOR.
HOLA CHICAS. GRACIAS POR LEER ESTE FIC UN TANTO LARGO Y CON FINAL AGRIDULCE. TENGO PENSADO UN EPILOGO PERO DEPENDE DE USTEDES
GRACIAS POR LEERME
CAPITULO FINAL
Los jóvenes viajaban en total mutismo. Como siempre y en modo automático el castaño ponía su música de rock ochentero para tratar de aplacar los demonios que lo estaban carcomiendo.
********AEROSMITH ARMAGEDON(subtitulada en español)***********
Candy se sentía muy nerviosa y trataba de disimular su estado mirando por la ventanilla del vehículo, de vez en vez regresaba a mirar el perfil del joven que seguía manteniendo su seriedad todo el tiempo. Para tratar de aligerar la tensión existente entre ellos, la rubia decidió hablar.
—Pensé que le devolverías el jaguar a tu amigo después del viaje…—Terence no dijo nada, solo movió su ceja derecha—Emyli quedó encantada con este automóvil, en especial con este reproductor
—¿Sabes que Myli te envió un obsequio? —La joven rubia seguía manteniendo su actitud positiva ante el mutismo del castaño; sin embargo, Terry al escuchar el nombre de la pequeña no pudo evitar preguntar.
—¿En serio? —El joven no pudo esconder la leve sonrisa que ya se dibujaba en su cara.
—Y… ¿se puede saber que se le ocurrió enviarme la pequeña pecosa?
Candy al ver que Terrence relajaba su actitud, se atrevió a contarle sobre el obsequio que la pequeña había enviado para su amigo.
—¡Galletas! ¡¿Puedes creer que obligó a mi madre que hornee las galletas especiales de navidad para que tú las puedas probar?! Bueno, no las traigo aquí conmigo. Es que las guardó en una caja que ella misma decoró; y si vieras el pompón que Myli le ha puesto… está un poco exagerado; pero, dijo que era tu regalo de navidad y que debería ser así de llamativo. ¡Ah! y mi madre también te envió un obsequio.
—Tu familia es muy peculiar. Parece que les caí bien a pesar de solo haberme conocido por tres días, en especial ese diablillo pecoso—La actitud de Terence ya estaba más relajada, sin embargo él seguía sin mirar a Candy y eso la estaba poniendo triste.
—Terry, yo…yo quería agradecerte todo lo que hiciste por mí en esos días. Me ayudaste tanto que hasta pude avanzar mucho con mi parte del proyecto.
—Pues no me lo agradezcas a mí. Deberías de estar agradecida con Neal Lagan, al parecer fue él quien terminó por devolverte la felicidad—Nuevamente la expresión hostil regresó al rostro del castaño.
—NOOO… ¿Por qué dices eso? ¡Estás equivocado!
Terrence se molestó con las palabras de la rubia. De manera brusca giró el volante y aparcó el automóvil. Ahora sí miraba de frente a Candy, pero su expresión era una mezcla de incredulidad y molestia.
—¡¿Es en serio lo que me dices Candice?! ¿Me vas a decir que ese gusano no te beso? ¡Yo vi como te acariciaba el rostro y después te besaba! Y luego ahí estaba ese maldito diario donde cada hoja me recalcaba lo ilusionada que siempre estuviste por ser su novia. ¡Qué podía hacer yo! ¿Quedarme a ver como regresabas feliz del brazo de ese patán a la reunión?
¡Caramba Candice! te acababa de pedir que fueras mi novia y tú….
—Terry estás equivocado, yo no quise…—El joven ya no quiso seguir escuchando más explicaciones de la rubia
—¡Ya déjalo así! «suspiro» Además en el corazón no se manda y el tuyo ya tenía dueño—Las palabras del joven eran dichas con melancolía.
Terry quería seguir hablando; pero un movimiento de la rubia lo interrumpió de manera abrupta. Sin darle mayor explicación Candy colocaba su mano sobre la boca del castaño para acallar sus palabras. Con voz suave le dijo
—Por favor, déjame hablar…. Mírame y ve la sinceridad en mis ojos. Yo no he regresado con Neal y lo que viste no fue todo lo que ocurrió—Terry tomó las manos que la chica aún posaba sobre su boca y lentamente las retiraba. Su mirada era tan intensa que la joven casi que tartamudeaba.
—Yo…yo no acepté su beso, él lo hizo en un descuido y además ¡no me gustó! …yo … yo… le di un golpe en la entrepierna por su idiotez y… él se…quedó tirado...pidiendo disculpas…—Terry aún mantenía a la joven tomada por las muñecas y fue acercando más su rostro al de Candy hasta casi tener su boca a escasos centímetros de distancia.
—Dime Candy ¿lo quieres a él de nuevo en tu vida? —la joven solo negó con su cabeza—entonces ¿me quieres a mí en tu vida? —nuevamente la joven solo contestó con un movimiento de cabeza, pero esta fue vez de manera afirmativa
Terry no dudó más y en un segundo soltó de las muñecas a Candy; pero esta vez para tomar delicadamente su rostro y besarla profundamente. Eran caricias y besos delicados pero que poco a poco se fueron tornando desesperados. Cuando sus respiraciones se agotaron, los jóvenes separaron sus labios y entre leves jadeos el castaño susurraba tiernas palabras a la rubia que aún se encontraba con sus ojos cerrados y con su corazón latiendo a mil.
Una vez que sus emociones se calmaron y entre sonrisas cómplices, Terry procedió a dar marcha a su jaguar con destino desconocido para Candy.
—¿A dónde vamos?—La rubia tenía verdadera curiosidad.
—Quiero invitarte a un restaurante italiano muy elegante y fino. Su comida me encanta. Además quiero contarte algo que es muy importante para mí.
Mientras el joven manejaba, tomó la mano de la chica y la entrecerró con la suya. Quería tenerla cerca y sentir que en el corazón de la rubia ya no había espacio para más dudas.
—Honestamente, me has tenido a punto de estrangular a ese gusano Pecas. Pensé que había logrado convencerte nuevamente y estuve a poco de arrastrarlo. La verdad es que fue gracias a Myli que eso no ocurrió; pues cuando ya estaba dispuesto a eso, la pequeña apareció de la nada parada a mi lado.
—¡Que dices Terry! jajajaja además yo me encargué de él y su hermana. Era algo que tenía que hacer personalmente. Yo quiero mostrarte algo
Los jóvenes llegaron al restaurante del que Terry ya le había hablado a Candy. El joven se acercó para hablar con el hostess y este de inmediato lo dirigió a un privado exclusivo
—¡Guau! Parece que te conocen aquí o ¿es que vienes muy seguido?
—Tengo mis influencias Pecas.
A pesar de que los malos entendidos estaban ya limados entre los jóvenes, entre ellos todavía existían cosas de las que tenían que hablar. Mientras el mesero tomaba las órdenes, Candy no podía dejar de sentirse algo nerviosa, pues ella quería ser totalmente honesta con Terry y eso significaba contarle todo lo ocurrido con Neal en su pasado.
—Y dime Pecas, ¿qué es lo que me tienes que mostrar? ¿Acaso me vas a declarar tu amor pequeña pecosa?—Candy sentía que sus mejillas ardían ante la mirada picaresca que el joven le prodigaba.
—¡Terry! se supone que Myli es la pequeña pecosa
—Pues déjame decirte que eres muy pecosa y además también eres pequeña jajaja pero así me gustas. Bueno ahora dime qué es eso tan importante
La joven abrió su bolso y del mismo sacó una funda negra y se la dio al castaño diciéndole
—Quiero que abras esa funda
El joven al ver la seriedad en el rostro de Candy tomó la funda negra y sacó lo que había en el interior de la misma. Ante sus ojos se encontraba el diario color marfil de letras doradas; pero en esta ocasión el libro estaba parcialmente…. Quemado
—¿Y esto? ¿Por qué me lo das a mí y en ese estado?
—No te lo quiero dar, solo deseo que sepas que lo escrito en esas hojas ya no está más en mi corazón. Y quiero que sepas que al quemar ese diario, estoy dando por terminado ese capítulo en mi vida. Sería una estúpida si deseara empezar una relación entre nosotros y tenga este diario que ya no significa nada para mí más que un triste recuerdo.
[suspiro] Sé que lo leíste—Terry al momento de escuchar a Candy quiso disculparse, pero esta no lo dejó
—Candy yo no quise ser indiscreto; pero quería comprenderte y supuse que el diario….
—Terry, yo no te reprocho que leyeras mi diario. Lo que me reprocho es no haberlo destruido antes de que tú lo leyeras y pensaras que aún amaba a Neal.
El castaño se daba cuenta de lo tonto que había sido al irse de la casa White sin hablar primero con Candy.
Tomaba de las manos a la joven rubia y las rozaba con suaves besos que hacían estremecer a la rubia.
—Déjame sacar esto de una vez de esta mesa. Espérame pecosa—tomando lo que quedaba del diario quemado lo guardó nuevamente en la funda y se lo llevó, no sin antes darle un profundo beso a la rubia que la dejó toda electrizada.
La romántica escena había sido vista desde lejos por dos figuras cuyos ojos ambarinos refulgían de amargura. Al ver que el castaño dejaba sola por unos momentos a la rubia las figuras se dieron a la tarea de acabar con esa relación.
—¡Hola Candy! mira qué pequeña es esta ciudad. Veo que sigues estando de maravilla en tu trabajo que te permite comer en un lugar como este.
—Hola Eliza, te agradezco que me dejes sola porque estoy acompañada
—¡Oh! que bueno que dejaste a ese farsante de Terrence Graham
—A qué te refieres ¿por qué lo llamas así?
—¡Que en buena hora sales con otro! ya que ese tipo Graham está comprometido con otra chica. Sabes que cuando lo ví sabía que su rostro me era familiar. Mira mi celular; aquí está el reportaje de esta revista de farándula—la pelirroja de forma maliciosa le enseñaba su celular con un editorial donde se mencionaba el compromiso matrimonial de Terence G. Granchester y la Señorita Susana Marlow.
—¡Esto es mentira! ¡ Terry se apellida Graham!
—Ves, a eso me refiero, hasta eso es mentira, pues él es hijo de un famoso abogado dueño de un bufete que trabaja para multinacionales y él ha estado usando un nombre falso para que no lo descubras. ¿Por qué crees que maneja un jaguar?
Candy estaba perpleja ante lo dicho por la pelirroja. Se levantó sin decir nada dejando el celular de Eliza sobre la mesa y tomando su bolso procedió a marcharse.
En el rostro de Eliza se pintada una macabra sonrisa de triunfo y esperaba que su hermanito hiciera lo propio con el estúpido de Graham.
************
Terence se encontraba en el baño de caballeros tirando al basurero esa funda negra cuando a sus espaldas escuchó una voz familiar que lo sacaba de casillas.
—Hola Graham ¿que tal te va? Veo que ya estas en segunda base con mi rubia.
—Ten la amabilidad de largarte de este lugar o no responderé por partirte la cara.
—Vamos Terry, yo no soy celoso. Además ya te lo dije antes. A mi ya no me interesa Candy, es muy…desabrida y llorona cuando le hacen el amor --la expresión de Neal era de total satisfacción
Terry no esperó más y agarró a Neal de las solapas con claras intenciones de golpearlo
—Deberías medir tus palabras acerca de mi novia gusano asqueroso, si te vuelvo a escuchar su nombre en tu asquerosa boca te parto la cara.
—¡Suéltame desgraciado! jejeje ¿que pasa? ¿Acaso te molesta que te diga como es Candy en la cama? Pues te lloriquea la muy estupi… zas
Ya Neal no pudo terminar lo que decía, pues Terry ya le daba sendos golpes en la cara
—Mira pedazo de mierda, Candy ahora es mi mujer en toda la extensión de la palabra y no te quiero ver a dos kilómetros de ella—mientras Terry hablaba golpeaba ferozmente el rostro de Neal
Lo soltó cuando vio que este ya estaba seriamente lastimado, lo volvió a levantar por las solapas y le dijo
—¿Sabes que? estoy casi seguro que las lagrimas de Candy fueron por verte el tamaño del pito—Dicho esto lo dejó tendido en el piso del baño. Neal estaba muy lastimado pero aún así logró emitir una carcajada siniestra y decir
—Será mejor que vayas a ver a tu dulce mujercita GRANCHESTER
Terry se quedó helado al escuchar su verdadero apellido salir de la boca de ese gusano. Cuando llegó a su mesa ya no vio a la rubia encontrando en su lugar a la pelirroja que sostenía una copa de champagne en una mano, y en la otra su celular donde estaba el reportaje de su compromiso matrimonial con la señorita Marlow.
El castaño solo atinó a quedarse parado en la entrada de aquel bello restaurante con la nieve que empezaba a caer copiosamente.
A la mañana siguiente acudió temprano al trabajo para tratar de hablar con la joven; pero al llegar se percató que el escritorio de la joven estaba vacío. Solo escuchó las palabras del señor Jhonson diciéndole
—Ella renunció. El guardia me dijo que vino muy temprano y solo dejó esto—con mucha pena, el jefe de Terry descubría una caja de cartón que Candy había dejado sobre el escritorio. De ella salía una caja más pequeña con un enorme pompón. Terry supuso que era el obsequio que Myli le había enviado y otra caja con bonitos diseños cuyo remitente le pertenecía a la señora White.
Terry solo atinó a tomar entre sus brazos aquella caja que ahora se convertía en su baúl de recuerdos de un hermoso fin de semana cuando fue EL IMPOSTOR.
HOLA CHICAS. GRACIAS POR LEER ESTE FIC UN TANTO LARGO Y CON FINAL AGRIDULCE. TENGO PENSADO UN EPILOGO PERO DEPENDE DE USTEDES
GRACIAS POR LEERME
Última edición por SHALOVA el Dom Abr 25, 2021 8:05 am, editado 1 vez