DESTINO O CASUALIDAD!
By..Rossy Castañeda & Pecas TG
Fanart..Genesi Carmesí
La pelinegra sabía que su amiga era tímida. Aunque ella también lo era. Cuando tocaban temas íntimos, podían desenvolverse con facilidad por el solo hecho de estar casada, no así Candy que permanecía soltera y arrastrando tabúes que le estigmatizaron desde que estaba pequeña.
Annie salió del lugar, no sin antes echarle una mirada escrutadora a la "parte posterior" del recién llegado. Cuando estuvo a espaldas del recién llegado, le hizo un gesto de afirmación a su amiga levantando juguetonamente un pulgar provocando que las mejillas de Candy ardieran y se cohibiera en ese momento.
Cuando el recién llegado se plantó frente a ella, del otro lado del mostrador de madera, Candy se preparó mentalmente.
-- Buenas tardes, señorita -- saludo el recién llegado con voz fuerte
-- Buenas tardes -- respondió la rubia sin titubear, asombransome de si misma -- ¿Cómo puedo ayudarle?
-- Me han informado que ustedes poseen una colección bastante nutrida de novelas eróticas y me gustaría tener acceso a ella.
Decir que Candy se sintió apenada era nada, puesto que estaba bastantes grados por encima de la "timidez" Se aclaró la garganta y el joven emitió una risa entre los dientes por demás burlona.
-- Lamentó informarle informarle que esa colección esta en la ala que se encuentra en remodelación. Por lo tanto no puedo darle acceso a ellos. -- puso el mejor rostro de pesar que le fue posible.
---¡ No me diga eso, señorita! Vine desde New York hasta aquí por la reputación que tiene esta insigne biblioteca.
-- <> -- pensó Candy escogiendose de hombros.
-- Lo siento mucho, señor
-- Terrance, Terrance Gradchester
Candy lo miró detenidamente. Aquel nombre le sonó familiar pero no logró recordar de donde.
-- Lo siento mucho, señor Grandchester, pero como se lo dije anteriormente, el lugar esta en remodelación -- mantuvo firmé su postura. Después, de todo no mentía. En ese momento Candy agradeció el interés del director por la restauración de las salas y obras de arte.
-- No me diga eso, por favor -- repitió el recién llegado. -- su sugerente tono de voz hizo que a Candy le temblaran las rodillas -- No me diga que he perdido tantas horas de viaje.
-- Permítame ver en que estado se encuentra la sala -- respondió Candy -- espero su discreción -- suspiró -- porque debe saber que no puedo hacer ... -- hizo una pausa -- estas concesiones por mero... -- apretó los labios -- placer. -- concluyó con dificultad para tragar su propia saliva. Se giró y caminó por un pasillo a su izquierda. Sintió unos pasos detrás de ella; pero no le dio importancia.
-- No es mero placer, señorita.....
-- White. Candice White -- completó ella.
-- Bien, señorita White. Le aclaró que busco unas obras que me permitan conseguir inspiración para mi próximo libro -- suspiró -- he estado algo obtuso últimamente.-- concluyó tomando por sorpresa a la joven bibliotecaria quien en ese momento comprendió la razón por la cual se había hecho familiar su nombre.
--- Se ve algo joven para ser escritor, señor Grandchester. Y no lo tome a mal, por favor, -- dijo la joven haciéndose la desentendida; como si no hubiese oído jamás acerca de él cuando la verdad era otra. Ella no se permitía leer esas ... obras, pero Annie era fanática de él. Tenía los libros que había sacado hasta ahora, y siempre utilizaba frases de sus novelas. Le fascinaba de sobremanera la forma en que planteaba las historias. Si él pusiera fotografías en sus obras como muchos Autores lo hacian; con seguridad su amiga hubiese estado babeada atendiendolo en estos momentos.
-- No se,preocupe. No es la primera persona que me lo dice. -- respondió riendo entre dientes detrás de ella.
Candy se detuvo en una puerta de madera grabada con figuras abstractas y antiguas. Giró el pestillo e ingresó en la sala. Encendió las luces y avanzaron al interior.
Los trabajos de remodelación no iban nada avanzados. Sólo las pinturas que adornaban las paredes, habían sido removidas y apiladas al final del salón.
-- Pensé que el ala era más... grande -- dijo él con sorpresa.
--- Pues, parece que mucho no se dedican al ... erotismo. -- respondió ella titubeando un poco.
--- Se equivoca -- replicó él -- Es sólo que no se reconoce esta hermosa forma de expresión. La gente sigue arrastrando creencias algo " arcaicas" .
El guapo caballero frente a ella curvo sus labios en una sonrisa de medio lado tan encantadora que le aceleró el corazón a la joven rubia.
¿Qué diablos le ocurría con ese hombre?
-- Y eso es una lástima... -- continúo el con seductora malicia -- El sexo es una experiencia casi espiritual.
Candy bajó la bajó completamente prosiguió:
-- ¿No coincide conmigo, señorita White? -- Su tono burlón hizo enojar un poco a Candy; abrió la boca para replicar pero no se esperó que al girarse, él estuviera tan cercas suyo; se atragantó con la bocanada de aire que tomó. EL no tubo la delicadeza de disimular su malévola sonrisa. Ella se movió a un lado, se aclaró la mente y luego habló.
-- ¿ Qué autores busca, señor Grandchester?
--- Me gustaría ver algo de -- mencionó el nombre de una reconocida escritora -- lo que quiera recomendarme.
--- Ese no es mi fuerte, señor -- respondió ella un poco nerviosa.
--- ¿ Porqué me tratas de señor cuando quizás somos de la misma edad?
-- Es por cuestión de respeto -- respondió ella mientras leía los autores entre los libros que tenía en frente.
--- Dime Terry, no soporto los formalismos. Así yo te diré Candice y estaremos a mano ¿ Te parece?
--- No. -- respondió Candy mientras buscaba entre los libros.
-- De todas maneras lo haré -- respondió él poniendo los ojos en blanco.
--- Por lo menos dime Candy..
CONTINUARÁ......Gracias por leer.