ADVERTENCIA: HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES Y TEMÁTICA MUY FUERTE, SE RECOMIENDA MUCHA DISCRECIÓN Y AMPLIO CRITERIO
Desde niña fui en apariencia una niña consentida, se pudiera decir que hasta cierto punto era una niña mimada, era muy apegada a mi madre Diana a quien todo el mundo conocía como "Didi" pero para mí simplemente era mi Momy. así solía llamarla y mi padre Stear, él fue un padre ausente en mi vida ya que siempre estaba mucho más interesado en sus proyectos de ingeniería que en nosotras, también tenía hermanos, bueno en realidad eran medio hermanos pero eso no importaba para mí eran mis hermanos y nada más
Cada verano lo pasábamos en casa de mi abuela, era mi lugar favorito en todo el mundo a pesar de ser una casa muy vieja y humilde sin embargo al tener el cariño de mis dos abuelos lo demás dejaba de importarme. A pesar de tener tan sólo cinco años recuerdo perfectamente que en esa casa siempre ocurrían cosas paranormales, en el corral en donde tenían a las gallinas también estaba un árbol que daba unos limones muy ricos y jugosos pero el verlo de noche era una total pesadilla ya que siempre veía que estaba una señora mayor que me llamaba
-Candy por favor ve a cortar unos limones para hacer agua- Era lo que normalmente me solía decir mi abuela ya que al ser la más chica me resultaba mucho más fácil trepar a ese árbol para cortar los mejores y ese día no fue la excepción -Ya no deben de tardar tus papás
-Voy abuelita- Le contesté un día como todos en los que me enviaba a hacer ese encargo, sin embargo ese día en específico la viejita del limón como yo solía llamarla se me apareció, era de día por lo que me asusté mucho ya que ninguno de mis hermanos se encontraba cerca y el corral quedaba aislado del resto de la casa, únicamente estaba un cuarto que se veía hasta el fondo y era donde dormían mis dos tíos así que no entrábamos allí
La viejita me señalaba específicamente el cuarto y movía la cabeza de un lado al otro como si me dijera que NO pero fue tanto mi terror que terminé corriendo hacia la cocina sin prestar caso a esa negativa, después de todo sólo era una niña de cinco años
Mucha gente se ha preguntado y me han hasta ridiculizado diciéndome que es imposible que una niña de esa edad recuerde con tanta claridad cosas de ese tipo pero juro que en verdad las recuerdo como si me hubieran ocurrido ayer y actualmente deseo con muchas ganas el haberle hecho caso a la advertencia que me estaba dando ese fantasma, ente o lo que sea que fuese
-Candy como solamente tenemos una habitación disponible tu y tu hermana van a dormir con tus tíos- Me dijo mi madre
-¡Que emoción, vamos a dormir con mi tío Beto!- Me dijo mi hermana Patty
-No Patty, yo me quiero dormir con él porque mi tío Neal me da mucho miedo- Le pedí a mi hermana quien era solamente un año mayor que yo pero como las niñas que eramos y al ser ella la más dominante de las dos me ganó el lugar
-Patty, por favor te lo ruego déjame dormir en esa cama- Respondí muy atemorizada ya que además la cama de mi tío Neil se encontraba justamente en dónde estaba una ventana desde la que se veía el árbol
-Ya te dije que no Candy, yo te gané el lugar así que duerme en esa cama, además no creo que el tío Neal llegue a dormir, ya ves que salió con sus amigos y cuando hace eso casi siempre no llega- Dijo mi hermana dándome un abrazo para tranquilizarme ya que sabía perfectamente que mi tío sin ninguna razón en específico me daba mucho miedo, es decir hasta ese momento nunca me había hecho absolutamente nada, parecía que yo no existía para él
Finalmente me acosté con esa tranquilidad pero cuando ya estaba dormida comencé a escuchar golpes en la ventana, era una noche lluviosa así que no hice mucho caso pero los golpes se hicieron más fuertes y por inercia volteé a ver a mi otro tío y a mi hermana, me dí cuenta que ellos estaban profundamente dormidos así que con mucho miedo me asomé por la ventana y alcancé a ver que la viejita se acercaba más y más a la ventana así que hice lo mismo que hacía cada vez que me asustaba, me tapé con las cobijas hasta la cabeza pero los golpes se tornaron violentos y hasta pudiera decir que con desesperación así que saqué la cabeza y mi sorpresa fue mayúscula al ver que ahora se encontraba asomada en la ventana
Cuando los rayos la iluminaron pude ver que la cara que tenía era simplemente terrorífica, su palidez cadavérica y la mueca que tenía me inmovilizaron por completo, jamás la había visto separarse del aquél árbol, cada vez tocaba con mayor desesperación con sus manos que simplemente eran sólo huesos, la veía que volteaba una y otra vez hacia atrás y llegó un momento en el que realmente creí que rompería la ventana, sin embargo en ese momento llegó mi tío Neal, fue la primera vez en toda mi corta vida que me alegré de haberlo visto, sin embargo esa alegría me duró muy poco
-Miren a quien tenemos aquí- Dijo en voz baja con aliento alcohólico -Parece que tengo a una intrusa en mi cama pero no sabes cuánto me alegra de que estés aquí Princesa Candy- Dijo con burla quitándose la ropa quedando sólo en ropa interior
-Tío me estás asustando- Dije en voz baja ya que simplemente no pude gritar
-Silencio, tranquila que no te voy a hacer daño, es más te va a gustar ya sólo es un juego, tu tocas aquí- Dijo mientras bajaba su ropa interior para poner mi pequeña mano en su pene erecto -Y lo te toco aquí- Agregó quitando por completo mis calzoncillos -Es como jugar al doctor y nos estamos revisando ¿Te gusta?-
-No me gusta este juego tío, hueles muy feo y mi mamá siempre me dijo que esto que estás haciendo es malo- Contesté asustada intentando retirar mi mano pero el la tomó con fuerza y no me permitió retirarla de su asqueroso pene y puso su otra mano en mi vulva
-Pues está pendeja, además ella no es tu mamá y no le interesa, ella solamente quiere a tus hermanos- Respondió mientras seguía sobando mi vulva hasta que finalmente metió su dedo en mi vagina ocasionando que empezara a removerme muy asustada ya que con una mano sostenía la mía obligándome a masturbarlo y con su otra mano seguía introduciendo cada vez más su dedo
Mientras hacía esto los golpes en la ventana se seguían escuchando muy desesperados pero mi Neal simplemente los ignoraba y al parecer los demás también
-Tío Beto- Comencé a decir pero mi voz no salía con el volumen suficiente ya que los rayos y los truenos se escuchaban muy fuerte y me encontraba demasiado asustada como para que pudiera gritar
-Tío Beto no va a salvarte, ni siquiera esa vieja que está tocando desesperada en la ventana, este cuarto tiene protección para evitar que entre, así que ni te molestes en gritar Candy- Dijo burlándose antes de ponerse sobre mi pequeño cuerpo y me penetró fuertemente
El dolor que sentí es simplemente indescriptible y fue peor cuando empezó a moverse, mis lágrimas de dolor no lo conmovieron en lo absoluto, continuó por un rato que para mí fue eterno, dejé de escuchar los golpes en la ventana y sólo lo sentía a él y a su asqueroso olor a licor barato, llegó un momento en el que empujó más duro para después quedarse quieto
-No te voy a robar la experiencia de tu primer beso, ese debe ser muy especial, no lo olvides Candy- Dijo con la voz cada vez más pastosa pero sin retirarse de mí y no había forma de que yo lo moviera dió unos empujones más y finalmente se retiró, me puso mis calzoncillos y se puso los suyos antes de quedarse dormido
Por mi parte y en mi inocencia no sabía que era lo que acababa de pasar pero sabía que había sido algo muy malo, me pegué a la ventana mientras trataba de encontrar una posición cómoda para que no me doliera tanto, mi llanto era demasiado pero nadie en ese cuarto parecía escucharlo, ya no me importaba la figura pegada a la ventana, sólo quería que amaneciera para poder contárselo a mi mamá, los sollozos que tenía se juntaban con algunos que venían de la ventana pero ya no me asustaban, lo que me daba más miedo era que mi tío despertara y me volviera a hacer lo mismo
Esperé despierta hasta el amanecer, sabía que mi momy siempre se despertaba muy temprano así que salí a hurtadillas para buscarla y la encontré tomando una ducha así que entré al baño y le dije todo lo que me había hecho mi tío
-Como te gusta decir mentiras Candy, lo más seguro es que todo lo soñaste- Me dijo fastidiada
-No momy, mira mi colita, está sangrando, me duele mucho además me duele mucho mi estómago- Contesté acomodándome en la taza
-A ver pues- Dijo saliendo finalmente de la regadera para revisarme y se quedó inmóvil al ver el estado en el que me encontraba
-Escúchame muy bien Candy, si le dices a alguien lo pasó me voy a enojar mucho y mucho menos le digas a tu abuela porque si lo haces se puede morir y no creo que quieras que tu abuelita se muera- Me dijo haciendo una cara triste y negando
-No momy pero es que en verdad me duele- Me quejé
-Haz del baño y se te va a pasar, ahorita te doy una pastilla pero recuerda ni una palabra de esto a nadie- Me advirtió ya molesta
-Si momy- Dije resignada
-Cómo me fastidia que me digas momy, pareces idiota llamándome así, dime mamá o mejor aún Didi como todo el mundo, métete a bañar para que se te quite toda la sangre, eso también te va a ayudar- Contestó mientras tomaba mi pijama llena de sangre y la metía en la bolsa de la basura -No te tardes Candy, si cuando regrese con tu ropa no te has terminado de bañar te pego ¿Entendiste?- Agregó mientras tomaba la bolsa de basura y salía
-Si mo..- Me quedé a mitad de la frase ya que recordé lo que me había dicho -Mamá Didi- Terminé de decir ya a solas en el baño llorando desconsolada al saber que nadie iba a defenderme, esa fue la primera vez en que pensé que la que mejor se debería de morir era yo
Más tarde ya cuando estábamos todos bañados y todos se encontraban desayunando tranquilamente mi madre muy me obligó a tomar asiento a pesar del dolor, todos se quedaron sorprendidos porque jamás me había levantado la voz
-¿Todo bien Didi?- Preguntó mi papá
-Si, es sólo que esta niña me saca de quicio ya sabes como es- Contestó fastidiada así que mi papá como siempre no le dió mayor importancia al tema
-Terminen de acomodar todas sus cosas porque nos vamos en un rato más- Nos ordenó mi mamá
-Pensé que se iban a quedar otra noche hermanita- Dijo el tío Neal con burla
-No, ya sabes como es mi marido, tiene muchas cosas que hacer en el trabajo y sólo veníamos a recoger a los niños- Respondió con altanería puesto que estaba muy orgullosa de ser la única que se había casado con una persona que le daba el estilo de vida que siempre quiso tener
-Me va a dar mucha pena que se vayan hijita pero si tu marido está ocupado pues no se puede hacer nada- Respondió mi abuela
-Si, es una pena ¿No es así Candy?- Me susurró mi tío en el oído mientras me sobaba una pierna, mi madre me había obligado a sentarme a su lado
-Voy a hacer mi maleta ¿Me puedo levantar?- Dije al borde del llanto
-No hasta que te termines todo ¿Quieres que te dé en la boca?- Respondió nuevamente el tío Neal en tono cariñoso
-En verdad mamá Didi, creo que si como más voy a vomitar en el camino dije parándome muy rápidamente
-Es verdad, se me olvidaba que siempre vomitas en el camino, ya ve a arreglar tus cosas y Candy- Agregó mientras me señalaba -Ya sabes-
-Si mamá Didi- Contesté con la cabeza agachada
-¿Mamá Didi? ¿De cuando a acá Candy te dice mamá Didi?- Preguntó extrañada mi abuela
-Ay madre, ya sabes como son los niños, que si me dicen mamá, momy, etc. hoy amaneció con esa manía, no le hagas caso- Respondió como si nada
Después de eso me fui corriendo al árbol y como no me podía subir a él debido al dolor simplemente lo abracé, en ese momento sentí una mano acariciando mi cabeza y pensando que se trataba de mi mamá que por fin me había venido a consolar volteé pero lo que encontré fue a la viejita del limón que me miraba muy triste pero intentaba sonreir
-Gracias viejita del limón, me tengo que ir, cuida mucho a mis abuelitos hasta que regresemos- Le dije sonriéndole también
-Candy, Candy, ¿Ahora hasta te ríes sola?- Escuché la voz de Neal a lo lejos pero la viejita volteó a verlo y no sé que hizo pero mi tío comenzó a retroceder hasta que huyó hasta la puerta de la calle
-Viejita, te diría que te fueras conmigo pero alguien tiene que cuidar a mis abuelitos y en Chicago por lo menos voy a dormir en mi camita, gracias- Dije alejándome puesto que eschuché a mi mamá llamándome
-¿Que le dijiste a tu tío Neal?- Preguntó molesta
-No le dije nada mamá, sólo estaba aquí con la viejita del limón, no le he dicho a nadie lo que me hizo mi tío-
-Esas cosas no existen niña y tu tío no te hizo nada ¿Entiendes? Espero que no sea necesario que vuelva a repetir esto-
-No mamá Didi-
-Ya vamonos- Contestó jalándome del brazo
Ya estábamos por subirnos al automóvil pero realmente tenía terror, en mi imaginación veía penes erectos en los asientos y sentía que si me sentaba iban a volver a entrar en mi cuerpo pero sentí un fuerte empujón proveniente de mi hermano mayor quien fastidiado me obligó a sentarme y desde dentro del auto veía como todos nos despedían en la puerta pero lo último que vi fue a Neal enviando besos y justo detrás de él estaba la viejita del limón con cara de enojada, al despedirme también me despedí de toda la inocencia que una niña de cinco años pudiera tener...