UN VIAJE EN EL OCEANO.
Tal vez fue por su sonrisa o el leve parecido que tenia con su fallecida esposa pero aquella mujer llamo su atención desde el primer momento en que subio al barco… como iba el a saber… como iba el siquiera a imaginar.
Despues de perder a su hijo y a la mujer que amaba se dedico a viajar sin descanso, era capitán de un barco despues de todo y prefirió perderse en las olas del mar, tal vez como penitencia por no haber estado con ellos…Sus viajes habian sido los culpables de no estar con su familia por la necesidad de hacer fortuna y darles una mejor vida, estar a la altura de la familia Andrew. Pero ahora, viajaba solo porque la soledad le pesaba fuera de un barco, navegaba el mar sin descanso en búsqueda del perdón de sus seres queridos, solo en el mar podia sentirse cerca del cielo aunque en realidad de nada servia porque estaba solo.
Habian pasado muchos años y en todo ese tiempo no habia siquiera intentado buscar alguien con quien sustituir a su mujer, aunque sustituir era una palabra que no usaría porque ella era insustituible, era la única mujer que habia amado.
Aquel dia, se dio a la tarea como siempre, de recibir a los pasajeros a su barco, tardarían un mes en llegar al otro lado del mundo y el como capitán, intentaba conocerlos a todos para hacer el viaje mas seguro y placentero. Antes navegaba barcos mercantes, pero de unos años a la fecha, habia optado por cambiar a barcos de pasajeros… todo esto despues de la Guerra, pues era mas valioso cuidar de una vida que de mercancía.
Ahí fue donde la vio por primera vez, aquellos ojos, aquella sonrisa aquel aroma… podia ser su padre, era cierto pero… aquella joven le parecio conocida pero no supo de donde y su impresión en él le parecio que era debido al parecido con su Rose Mary.
- Buenos dias Soy el capitán Brown.
- Yo soy Candice, Candice White… -dijo con una amplia sonrisa.
El se quedo intentando recordar donde habia escuchado aquel nombre, pero no lo hizo y ella no se dio cuenta ante quien estaba. El apellido Brown era muy común.
A partir de ese dia el procuraba toparse con aquella pasajera sin proponérselo, su rostro y figura habian entrado en su mente de tal manera que no podia dejar pensar en ella. Las atenciones que le daba eran tal vez excesivas para cualquiera, pero ella parecía tomarlo tan normal, no hablaron del pasado, hablaron de los viajes de el, del trabajo de ella, habia estado ese tiempo en Europa intentando aprender medicina, era medico ahora y volvia a su tierra natal para poder ejercer y enseñar lo aprendido al otro lado del mundo.
Poco a poco aquellas platicas los hicieron amigos y el Capitan Brown no pudo dejar de sentir que tenia una oportunidad con aquella mujer.
Tal vez fue la soledad de ambos, Candy era ya una adulta y el aunque estaba alrededor de los 50’s era un hombre bastante atractivo, inteligente y aquel aire solitario que tenia era sumamente atrayente para ella. Por un momento y a pesar de la diferencia de edades, se sintieron almas gemelas.
A una semana de llegar a su fin aquel viaje, ambos se hicieron casi inseparables, no podían evitar las habladurías pero era algo que a Candy no le importaba, toda su vida habia sido victima de las mismas y al final habia entendido que su vida era de ella y nadie mas. Él intentaba hacer oídos sordos, además no hacían nada malo al estar juntos durante el dia platicando, apegado a las buenas normas intentaba mantener la reputación de ella intacta al hablarle con honomasticos… hasta aquella noche cuando ambos fueron atrapados por aquella luna enorme que iluminaba el océano como si este fuera un nuevo cielo nocturno.
- Cuando lleguemos me gustaría invitarla a salir srita. White.
- Seria un placer capitán.
- Entonces tal vez me permita llamarla por su nombre cuando bajemos del barco Candice…
Ella se perdió en su rostro y vio un brillo en su azul mirada que le recordó a alguien en particular, supo a quien y temblo al darse cuenta, pero no retrocedio y sabiendo que era algun tipo de traicion se acerco al hombre y le beso. Fue un beso timido al principio pero al ser correspondido se volvió mas pasional, el la abrazo pensando que esa era su respuesta y ella se quedo junto a el apoyando la cabeza en el pecho mientras lo rodeaba y una lagrima corria por su mejilla.
- Quisiera no haberme dado cuenta… -se dijo asi misma en un un susurro, entonces le alzo el rostro y vio aquella lagrima correr por su mejilla.
- Pasa algo? Hice algo mal?
- No, es solo que… el ambiente es perfecto para sentirme feliz. –dijo ella sin querer lastimarlo.
- Entonces el volvió a besarla y lo hizo cada noche hasta el momento en que llegaron a su destino.
Aquella mañana vieron la estatua de la libertad y el le platico sus planes, ese seria su ultimo viaje, ya no quería partir solo, ya no quería alejarse de quien su corazon habia elegido. Ella sonrio y le dio un ultimo beso, dejando atrás a aquel hombre que le habia traido felicidad los últimos dias.
- Claro, volveremos a vernos algun dia… le dijo al partir.
El la dejo ir pensando en que seria solo unos dias, pero se quedo esperándola hasta que comprendio que ella no volveria. La espero hasta que al buscar un indicio de su paradero vio el apellido Andrew pegado a su nombre… entonces recordó donde la habia visto antes y quien era ella. Y supo que ya no era necesario esperarla porque ella tambien se habia dado cuenta… Sonrió, al final volvia a perder y se alejo de vuelta en un barco para ya no volver.