Buenas noches
Basándome en la respuesta de un reto de JLady Ardlay, que tituló Flor Marchita y esta canción. Salio este corto con amor y admiración a las Viudas de la Guerra.
VIUDA BLANCA
La mujer despertó esa mañana como siempre, sola en la habitación principal de su mansión en Miami. Suspiró y se preparó para otro día. Su mano arrugada y manchada por la edad, tomó sus anteojos de la mesita de noche, junto los cuales esta una vieja y algo opaca fotografía; desde ahí, un joven de sonrisa franca posa junto a un avión, ella le sonreí al verlo y saluda como lo hacía cada mañana "Buenos días, mi amor" pero a pesar de tanto tiempo, sigue en su sonrisa y su mirada la presencia interminable de su amor hacia el.
Se coloca los anteojos, y llama a su doncella. La verdad, odia esta parte, le gustaría levantarse y vestirse sola, pero su edad y artritis ya no la dejan. Maggie es muy buena y paciente con ella, deja que sea ella quién marque la pauta en que ayudarla y así no se siente tan inútil.
¿Inútil? Vamos! Esa palabra no la definiría... había logrado cosas que jamas se habría planeado. Primero, para superar su depresión e uno que otro intentó suicida, fue arrastrada por su abuela por todo el contiene de norte a sur de regreso, y sin duda la vida y alegría de diversos países le había regresado eso precisamente, vida.
Terminada la Gran Guerra, en compañía de sus amigas y los Ardlay, visitó el lugar donde reposa su amor, a bordo de un barco, lanzaron rosas en la costa francesa. Y ahí conoció a otras chicas que, como ella, habían perdido a sus parejas por la misma causa: la Guerra.
Decidió hacer algo por ellas y por si misma. Primero, se reunían una o dos veces al mes para tomar un té, platicar y hacer algunas obras de caridad, ya sea en orfanatos, asilos de ancianos o voluntariado en hospitales.
El tener un grupo de apoyo y el sentirse productivas; las sacó de la depresión. Aún así, casi ninguna se casó; por esta razón fueron llamadas Viudas Blancas.
A ella su familia y sus amigos no la presionaron, decidieron que lo mejor era que siguiera su propio camino. Y más cuando 19 años después del fin de tan terrible Guerra, se desató otra más cruel y sangrienta.
Nadie lo esperaba, pero Patty junto con su grupo de voluntarias, recaudaron fondos para los soldados, además, apoyaron a la triste nueva generación de viudas blancas ya con la experiencia adquirida.
La primera generación de viudas blancas, o como son llamadas en forma poética, un ramillete de flores marchitas, son admiradas y respetadas.
Hoy, Patty O'Brain o como le gusta presentarse Patty Cornwell, va a recibir un reconocimiento. Pero ella sólo piensa en su amado, y en ésa última carta que recibió; más bien, la nota que escribió en su último día de descanso.
" Mi amada Patty:
Te escribo desde la trinchera dónde me tocó dormir hoy. Bueno, al.menos lo intentó, el frío, hambre y miedo nos son familiares. El ruido de la metralla y las bombas nos arrullan.
Mi compañero de misión murió esta tarde, me siento..., feliz y triste de seguir aquí. Aquí la muerte es tan común...
Mi amor; te voy a pedir lo más doloroso para ambos pero lo más justo para ti. Olvídame. No es justo que me esperes. No quiero que te aferres a mi, porque yo, no sé si volveré . Olvídame y sé feliz por los dos."
Lágrimas anegaron sus ojos ya machitos, como cada vez que recordaba esa nota, algo en ella se rebela. No buscó otro compañero, pero vivió intensamente y si es muy feliz con todo lo logrado.
" Stear, cómo olvidarte si tu eres mi mundo entero. Jamás te dejé de amar, no pude estar con nadie, ninguno se ganó mi corazón ya que, él se hundió junto a ti en la costa francesa. Pero, siguiendo tu ejemplo de valor para ayudar y proteger a los que amas, hice esta fundación. Este es mi legado para ti y el mundo. Soy muy feliz y sé que desde dónde estás, tu estás orgulloso por mi. Te amo."
Basándome en la respuesta de un reto de JLady Ardlay, que tituló Flor Marchita y esta canción. Salio este corto con amor y admiración a las Viudas de la Guerra.
VIUDA BLANCA
La mujer despertó esa mañana como siempre, sola en la habitación principal de su mansión en Miami. Suspiró y se preparó para otro día. Su mano arrugada y manchada por la edad, tomó sus anteojos de la mesita de noche, junto los cuales esta una vieja y algo opaca fotografía; desde ahí, un joven de sonrisa franca posa junto a un avión, ella le sonreí al verlo y saluda como lo hacía cada mañana "Buenos días, mi amor" pero a pesar de tanto tiempo, sigue en su sonrisa y su mirada la presencia interminable de su amor hacia el.
Se coloca los anteojos, y llama a su doncella. La verdad, odia esta parte, le gustaría levantarse y vestirse sola, pero su edad y artritis ya no la dejan. Maggie es muy buena y paciente con ella, deja que sea ella quién marque la pauta en que ayudarla y así no se siente tan inútil.
¿Inútil? Vamos! Esa palabra no la definiría... había logrado cosas que jamas se habría planeado. Primero, para superar su depresión e uno que otro intentó suicida, fue arrastrada por su abuela por todo el contiene de norte a sur de regreso, y sin duda la vida y alegría de diversos países le había regresado eso precisamente, vida.
Terminada la Gran Guerra, en compañía de sus amigas y los Ardlay, visitó el lugar donde reposa su amor, a bordo de un barco, lanzaron rosas en la costa francesa. Y ahí conoció a otras chicas que, como ella, habían perdido a sus parejas por la misma causa: la Guerra.
Decidió hacer algo por ellas y por si misma. Primero, se reunían una o dos veces al mes para tomar un té, platicar y hacer algunas obras de caridad, ya sea en orfanatos, asilos de ancianos o voluntariado en hospitales.
El tener un grupo de apoyo y el sentirse productivas; las sacó de la depresión. Aún así, casi ninguna se casó; por esta razón fueron llamadas Viudas Blancas.
A ella su familia y sus amigos no la presionaron, decidieron que lo mejor era que siguiera su propio camino. Y más cuando 19 años después del fin de tan terrible Guerra, se desató otra más cruel y sangrienta.
Nadie lo esperaba, pero Patty junto con su grupo de voluntarias, recaudaron fondos para los soldados, además, apoyaron a la triste nueva generación de viudas blancas ya con la experiencia adquirida.
La primera generación de viudas blancas, o como son llamadas en forma poética, un ramillete de flores marchitas, son admiradas y respetadas.
Hoy, Patty O'Brain o como le gusta presentarse Patty Cornwell, va a recibir un reconocimiento. Pero ella sólo piensa en su amado, y en ésa última carta que recibió; más bien, la nota que escribió en su último día de descanso.
" Mi amada Patty:
Te escribo desde la trinchera dónde me tocó dormir hoy. Bueno, al.menos lo intentó, el frío, hambre y miedo nos son familiares. El ruido de la metralla y las bombas nos arrullan.
Mi compañero de misión murió esta tarde, me siento..., feliz y triste de seguir aquí. Aquí la muerte es tan común...
Mi amor; te voy a pedir lo más doloroso para ambos pero lo más justo para ti. Olvídame. No es justo que me esperes. No quiero que te aferres a mi, porque yo, no sé si volveré . Olvídame y sé feliz por los dos."
Lágrimas anegaron sus ojos ya machitos, como cada vez que recordaba esa nota, algo en ella se rebela. No buscó otro compañero, pero vivió intensamente y si es muy feliz con todo lo logrado.
" Stear, cómo olvidarte si tu eres mi mundo entero. Jamás te dejé de amar, no pude estar con nadie, ninguno se ganó mi corazón ya que, él se hundió junto a ti en la costa francesa. Pero, siguiendo tu ejemplo de valor para ayudar y proteger a los que amas, hice esta fundación. Este es mi legado para ti y el mundo. Soy muy feliz y sé que desde dónde estás, tu estás orgulloso por mi. Te amo."