LOS LINKS DE DESCARGA ESTÁN PROHIBIDOS, EVÍTANOS BANEARTE O SUSPENDERTE POR PONERLOS. LEE ATENTAMENTE NUESTROS REGLAMENTOS, LA ADMINISTRACIÓN SE RESERVA EL DERECHO DE BANNEAR Y BORRAR TODO LO INCONVENIENTE O QUE CONSIDERE, AFECTE A ÉSTE FORO. FIRMAS DE TAMAÑO ADECUADO (MENOS DE MEDIA PÁGINA) SLIDES PEQUEÑOS POR FAVOR QUE ALENTAN LA PÁGINA Y LA TIRAN DURANTE LA GF.
Elisa trataba de comunicarse con su hermano, pero no tenía suerte, simplemente ¡El tonto no contestaba!, pero ¿Qué le pasaba? ¡Sabía que tenían que ponerse de acuerdo! La pelirroja no quería arriesgarse a perder su doble vida, eso representaba Lily, quien, con su experiencia, aunque con diferentes motivos la había transportado a esas experiencias de las que nadie debía saber y menos su familia. De su interés por conservar su apoyo, tenía que conseguir la llamada de George. Obviamente, no hablaría con él, pero si se aseguraría que el mayordomo de los Ardlay quedara satisfecho para que no hiciera más preguntas, por lo menos hasta que llegaran los habitantes de la mansión. Luego de una hora por fin le contestó Neil — ¿Dónde te metes? ¡Necesito que le hables a Anton, haciéndote pasar por Villers! — ¿Qué? — Respondió el moreno, — ¡Sí! ¡El viejo está negado a hacer nada si no recibe instrucción de Albert, o de George! — ¡Ohh! ¡Ya entiendo! No te preocupes, hermanita ¡Yo me encargo! — Al poner fin a la charla, la recepcionista le cuestionó — ¿Problemas? — ¡No! Es sólo que tengo que hacer una llamada importante, ahora vengo — Neil salió a los jardines cercanos al lobby del centro turístico para hacer lo encomendado por su hermana — ¿Anton? — ¡Sí! ¿Quién llama? — ¡Soy yo, George Villers! — ¡Señor! ¡No le reconocí la voz! — ¡Con razón me extrañó, que no me reconocieras! — ¡Una disculpa, señor! — ¡Anton! Se encuentran por ahí unas damas, son invitadas de William, por favor atiéndelas hasta que regresen Albert y los chicos. ¡Son visitas importantes! ¡Hazte cargo, por favor! — ¡Haré lo que me pide, señor, pero…! — ¡Pero nada! ¡Sé, que tendrás todo bajo control! — ¡Esta bien, señor, George! ¡Será como usted me indica! — El mayordomo, a pesar de no quedar convencido, decidió hacer caso, pero tendría sus precauciones, eso era algo inusual en sus patrones, se dijo, quedando pensativo unos instantes.
En su recorrido por la Mansión Lily había encontrado diferentes cosas de su interés como la Alcoba de Albert y Michell, de ver las fotografías en el estudio, llegó a la conclusión de que eran un matrimonio. En la recámara, husmeo los vestidos de la esposa del que pensaba era el hombre de sus sueños, tomó uno que otro, le parecían demasiado discretos para su gusto. — ¡Que aburrida mujer! Sin embargo, si me caso con mí ángel, pues ¡Tendré que vestir de una forma diferente! ¡Lo que me ha encantado son estas hermosas joyas, hay de todo, diamantes, esmeraldas, perlas… ¡De todo! ¡Gracias, Dios! ¡Por fin seré rica! Adiós a los ahorros para comprarme ropa cara… Jajaja… — Decía alegremente la mujer, mientras se tumbaba en la gran cama poniéndose las alhajas por su cara, su boca y su pecho, las aprisionaba como eso, un tesoro. Se imaginaba una vida llena de lujos, confort y por qué no de amor. Sus pensamientos fueron interrumpidos por Anton, que, sorprendido por ver la puerta de la habitación de los patrones abierta, entró sin llamar. — Pppero ¡¿Qué significa esto?! — Dijo el hombre son cara de sorpresa — ¡¿Qué hace usted aquí?! — ¡Usted! Acaso ¿No sabe tocar a la puerta antes de entrar? — Respondió Lily malhumorada por haber sido atrapada por el hombre que la veía con mala cara — ¡Con todo respeto, señora, usted no tiene nada que hacer aquí! ¡Su habitación está del otro lado de la mansión! — La mujer que, poco a poco se iba reincorporando, disimulaba acomodar su vestido, pero se guardaba un fajo de dólares que encontró en la mesita de noche. — ¡Lo que haga, no es de su incumbencia! — ¡Me va disculpar, pero mientras no estén los señores…! — ¡Ya, ya, ya! ¡Solo curioseaba! — ¡Le pido por favor, que salga de aquí! — ¡Sí, ya me voy! — Anton carraspeo — ¡Parece, que a la señora se le olvida dejar lo que lleva en las manos! — Lily molesta aventó las joyas a la cama al caminar hacía la puerta — ¡No pensaba robar nada! — ¡Lo sé! ¡A veces se pegan las cosas! — ¡Criado insolente! ¡En cuanto llegue mi ángel, le diré que te corra! — Dijo la bella mujer, que salió rumbo a la otra ala de la casa. El mayordomo, luego de acomodar todo, asegurándose de cerrar con llave al salir.
Lo que sucedió con Lily, le hizo pensar al hombre que las demás mujeres, hubiesen hecho lo mismo, así que procedió a cerrar todas las habitaciones. Una a una fue abriéndolas, la de Stear, estaba intacta, la de Anthony, también, al abrir la de Archie se dio cuenta con horror, que toda estaba revuelta, los cajones de la cómoda abiertos, mancuernillas, relojes, estaban ahí, pero las fotografías de él con su novia Molly despedazadas en el piso, al igual que tarjetas, cartas y peluches, mismos que estaban destazados, todo lo que se encontraba en el tocador tirado, pero no estaban las lociones, abrió el closet, la ropa aventada al fondo. Hizo el recuento y observó que faltaban lociones, camisas y tal vez ropa interior. Era obvio quien hizo ese desastre, pensó en Annie Britter. La noche anterior, cuando sus amigas se fueron a dormir, ella entró en la habitación, su intensión en primer instante era dormir en esa cama, sentir el olor del que fuera su novio, ponerse su pijama y soñar que estaba con él, aunque, así lo hizo, cuando intentaba dormir, la furia nubló su razón al contemplar una foto de Archibald con Molly. La curiosidad por saber más le llevó a registrar el lugar, su furia fue en incremento cuando encontró las cartas de amor, los peluches, era indudable que se amaban, por un momento, se sintió estúpida por estar ahí, no obstante, era tal su obsesión, que no le importó nada más que intentar destruir aquellos vestigios de ese amor, al hacerlo en su mente obnubilada por los celos y el desdén pensaba, que así destruiría esa relación, así con la furia pintada en el rostro, se quedó sentada en la alfombra, con el maquillaje corrido por las lágrimas, mirando a vacío. Con el transcurrir de los minutos, la rabia dio paso a la desolación e impotencia, cuando un flashazo de lucides le llegó, miró a su alrededor y salió llevando consigo ropa de Archie y sus lociones.
En Hawái, todo estaba listo para el “Operativo al desnudo”, apenas eran las diez, pero las chicas ya estaban levantadas, a pesar de que el evento comenzaría a las 9 de la noche, tenían que aventurarse a salir, fungir como carnada para que Neil las viera, para ello irían acompañadas de unos guapos modelos. Así lo hicieron, fueron de compras, luego a otro spa para finalmente caminar por la playa, justo el tiempo de llegar ducharse y engalanarse para la noche, no obstante, en todo el trayecto, no se toparon con Leagan, eso las preocupó un poco, pero no querían pensar, sabían que el moreno era perspicaz, así que siguieron con su plan. A cierta distancia, Jake seguía sacando fotos de ellas, mientras se decía para sus adentros ¡¿Por qué con otro sí Molly?! ¡Sé que fui un tonto, pero…! ¡Tú comportamiento me dice que todavía tengo una oportunidad! ¡Tal vez ahora me sea más fácil tomarte! ¡Se nota, que eres más… más, digamos, liberal!... Jajaja…
Neil cantaba en su habitación, estaba emocionado, sus pensamientos exaltados por su próxima fechoría lo llevaban a imaginar en sus brazos a Candy, que dócilmente se dejaba seducir. Indeciso por el outfit que llevaría cantaba ♪♫ ♪♫… ¡Qué pasará! ¡Qué misterio habrá! ¡Puede ser mi gran noche!... ♫ ♪♫ ♪♫ — ¡Estás muy contento, Leagan! — Le dijo Charles — ¡Sí! ¡Hoy mataré dos pájaros de un solo tiro! — ¿Por qué lo dices? — A que lograré lo que tanto anhelo y… — ¿Te refieres a la rubia? — Interrumpió su amigo — ¡Sí! Pero, también a los Ardlay, al tomar a Candy, no habrá boda con el engreído de Grandchester y bueno, ¡Ahí estaré yo para responder como todo un caballero!, a mi tío no le quedará más que darme lo que me corresponde, lograré que me ponga al frente de alguno de los negocios del consorcio, en fin… ¡Todo cambiará!... Jajaja… — ¡¿No has pensado en que algo puede salir mal?! — ¡No! ¡Nada puede salir mal, sí ustedes hacen lo correcto! — ¡Bien, bien! ¡No te enojes! — ¡Mí querido amigo! ¡Este es mí día, nada puede hacerme enojar! — ¡Eso espero, porque no quiero pasar un largo periodo en la cárcel! — Refirió el chico dejando a Neil solo.
El jet privado de la realeza británica aterrizaba en la pista aérea de Hawái, de ahí bajaron cinco caballeros, que a leguas se notaba que estaban apresurados. — ¡Vamos, chicos! ¡Todavía tenemos que comprar nuestros disfraces! — Decía Terrence, que a paso agigantado se dirigía a la limusina, que ya los esperaba. — ¡Nuca me imaginé que haría esto! — Comentó Albert — ¡Ni yo! Pero es necesario, ¡No permitiré que tu odioso sobrino se acerque a mi pecosa! — ¡Lo sé, por eso estoy aquí! — ¡Será como quieras!, pero no sé ¿Cómo entrarás si no bailas? — ¡Diré que soy el manager — …Jajaja… ¡Sí cómo no! Y ¿Tú cara? ¿Cómo la esconderás? — ¡De inmediato se darán cuenta de que eres tú! — ¡Es verdad, tío! — Intervino Anthony — ¡Tienes que bailar! …Jajaja… ¡Todos para uno y uno para todos! — Exclamó Stear — ¡Yo no sé bailar!, sin embargo, lo haré, ¡Tú, Albert, tendrás que hacerlo! …Jajaja… — Los demás comenzaron a carcajearse por la cara que de incognito que tenía el rubio mayor.
A pesar de lo apesadumbrados que estaban, los jóvenes su actuación nocturna, del baile y los sensuales atuendos que tendrían que utilizar, las risas no pararon hasta llegar al hotel. En esta ocasión había sido Terry, quien, gracias a su apellido, obtuvo una cabaña en la zona VIP del centro turístico, donde se alojaban sus prometidas, el acceso por otra puerta, lo que menos querían era que alguna de las chicas los pillara. Era increíble la camaradería de esos cinco, por un momento lograron olvidar el problema con las mujeres de las Vegas. Una vez instalados, subieron todos a la limusina para ir a un sex-shop para elegir sus atuendos. En la tienda, Anthony, Stear y Archie buscaban el traje que utilizarían — ¡Miren éste! — Dijo Alistear — ¿Cómo me vería de Superman? — …Jajaja… — ¡Pues no sé, pero esa S! ¡Hará que se fijen en tu ése! …Jajaja… — Respondió Tonny — ¡Hey! ¡Ustedes, dejen de jugar! — Los regañó Terry — Las carcajadas y las bromas llamaron la atención de las personas que se encontraban en la tienda, un grupo de chicas de inmediato se acercaron a ellos, la dependienta trababa en seco al ver a ese grupo de monumentales hombres. — ¡Señorita! — Continuó el castaño — Por favor, deme cinco disfraces de stripper — Pppero, ¿No quieren probarse alguno en especial? — Dijo la chica que tartamudeaba — ¡No! Deme los que usted considere, además quiero un video que contenga coreografías y antifaces. — La joven que para ese momento ya estaba embrujada por los profundos ojos azules, la presencia y la adorable sonrisa del castaño intentaba reaccionar para cumplir con su trabajo. — ¡La tienes cautivada! — Comentó Albert — ¡Es lo que iba a decir! — Intervino Anthony — La marca Grandchester ¡Oye, tú deberías ser artista! …Jajaja… Repuso Stear — ¡No! ¡Sí, así es un arrogante! ¡No quiero imaginarlo asediado por todas las mujeres del país! — ¡Te equivocas Cornwell! ¡Sería de todo el mundo! …Jajaja… — Respondió el inglés.
Ya en la cabaña del centro turístico, Terrence se puso un pants y a gritos llamaba a los demás — ¡Apúrense! ¡Tenemos escasas horas para practicar! — El primero en llegar fue el inventor, que portaba su antifaz y un short, se acercó a Terry con los brazos haciendo fuerza para que se notaran, sus pocos, pero firmes bíceps — ¡Estoy listo, amigo! — ¡Ya veo! — Contestó el castaño que no aguantaba la risa — Uno por uno fueron llegando, Archie puso el vídeo y juntos lo observaron, lo vieron tres veces, cuando se sintieron preparados, al ritmo de Everibody de backstreet boys ensayaron hasta que llegó la hora.
Las chicas ya listas con hermosos vestidos playeros, hablaban con Luiggilo y otras cuatro jóvenes vestidas igual que ellas, parecían un grupo de gemelas. Las personas iban llegando, en su mayoría mujeres; el guarda espaldas se encargó de que fueran más damas, el objetivo era distraer a los sujetos, objetivo del Operativo al desnudo. La música comenzaba a tocar, la penumbra hacía resplandecer las luces que iban de un lado a otro, parecía que se había instalado un antro. Los reflectores impedían ver, lo único que estaba fijo eran los candelabros en cada una de las mesas. Karen iba de un lado para otro, necesitaba estar segura de que todo estaba en su sitio y el personal que intervendría en el operativo, también.
Albert y los otros cuatro jóvenes estaban nerviosos, cada uno practicaba sus pasos, hasta que Anthony comentó — ¡Bueno, lo que aprendimos, aprendimos! Es hora de ducharnos, perfumarnos y salir, el show está programado para las 12 en punto. Terrence estaba pensativo, no tenía idea de lo que pasaría, pero de algo estaba seguro, Neil se las pagaría todas juntas. — ¿Qué pasa, Terry! — Cuestionó Stear — ¡Nada! ¡¿Quién me diría que bailaría como stripper?! —… Jajaja… ¡Ni en mis inventos más locos, se me ocurriría fantasear como en un espectáculo! — ¡Pues hoy serás uno de esos hombres! ¡El show pronto comenzará!
La música sonaba, los invitados bailaban, tomaban y se divertían, Candy tomaba un Blue Hawái, bebida que se caracterizaba por el color azul fosforescente, charlaba con una chica que le agradecía la invitación, además de preguntarle, dónde daban los antifaces, la rubia le indicó que, en una mesita a la entrada, justo señalaba la dirección, cuando vio que Neil y sus secuaces entraban. Quiso caminar a donde se encontraba Molly con Patty, pero el moreno la detuvo por el brazo. — ¡Hola, Candy! — ¿Qué hacen aquí? ¡Es obvio, que no están invitados! — ¡Primita! En recepción nos indicaron que era una fiesta VIP para los huéspedes distinguidos y ¡Aquí estamos! — ¡Eres odioso, Neil! Procura mantenerte lejos de mí — Respondió la rubia, caminando hacía sus amigas. Karen se acercó y les dijo — ¡Las pirañas mordieron la carnada! ¡Chicas da inicio el Operativo al desnudo! — Con su copa en alto brindó con sus amigas por el éxito de su estrategia. — ¡Deben de mezclarse entre los invitados para que salgan nuestras dobles! — Por cierto, ¿A qué hora vendrán los strippers? — Cuestionó Patty — ¡Bribona!, ¡No comas ansias! ¡Ya no deben de tardar!
Unos minutos más tarde se apararon las luces, la música se detuvo y el silencio se apoderó del lugar. Fuertes pasos se escuchaban, parecía que se trataba de un escuadrón del ejercito o algo similar. Los reflectores comenzaron a parpadear impidiendo la visibilidad, mientras se dejaba escuchar el inicio de Everibody, sin embargo, el escenario no se había encendido, no fue, hasta que la canción se hizo más movida que el escenario se alumbró dejando ver a cinco hombres con sombreros de copa y una gabardina negra se encontraban frente al escenario moviendo al ritmo de la melodía su pie derecho, con la mano tocando el sobrero inclinado al frente, comenzaban a mover las caderas con fuerza, aventando el sombrero a las féminas que ya gritaban de emoción.
El show continuaba, las mujeres, todas, incluso Molly, Patty, Karen y Candy miraba embobadas a esos cinco hombres portentos de testosterona y de magnetismo cada vez que se movían. En tanto, Neil, pedía una cerveza, pero el camarero le dijo que solo se servirían bebidas exóticas, al ver que todo mundo las bebía tomó una, al probarla la saboreó y, le comentó a Jake — ¡Mira, todo es perfecto! Estos licores nos ayudarán, disfrazarán bien el sabor de los somníferos — ¡Genial! — Respondió su amigo — ¡Ahora a buscar a nuestras víctimas! …Jajaja… ¡Vamos, chicos! ¡Tomen sus bebidas y a divertirse! ¡Recuerden que el primer objetivo es separar a nuestras queridas amigas! — Al decir esto los rufianes alzaron su copa saboreando su éxito. Cuando se volvieron para buscar a las jóvenes, se dieron cuenta de la locura del lugar, las invitadas gritaban cada vez que los hombres en el escenario hacían movimientos subliminales, además de que todas traían antifaz, incluso que unas chicas portaban atuendos iguales a los de Candy y sus futuras primas. No obstante, decidieron acercarse para ver el espectáculo.
Era maravilloso ver la galanura de los bailarines, que ocultaban el total de su rostro con antifaces negros, la música seguía, mientras los chicos representaban la coreografía. Terrence buscaba con la mirada a su novia, pero le extraño ver a dos casi idénticas, algo podría salir mal, así que en el primer intento les diría a sus amigos, ya que pareciera que había dobles de las cuatro jóvenes. No sabía si ellos se hubiesen percatado, en un momento se acercó a Albert y rápidamente le comentó, el rubio mayor asintió e informó a Anthony, así pasaron la voz hasta que ya estuvieron enterados. El frenesí se respiraba en todas esas chicas que abarrotaban la orilla del escenario, Stear se acercaba y les tocaba la barbilla a algunas, para ver mejor, ya que con el antifaz no traía sus gafas, por lo que no enfocaba bien.
Una atrevida se subió al escenario, lanzándose sobre Terry que tuvo que abrazarla, pero buscaba la forma de zafarse de ella, tomó una silla y la sentó, de inmediato Archie comenzó a bailar sugestivamente, la mujer, no aguantó más y le agarró el trasero, él, por un momento se sintió avergonzado, más si Molly lo estaba viendo. Con todo y silla bajaron a la dama, que estaba feliz por su atrevimiento. Las luces parpadeaban cuando los cinco muchachos se quitaron las gabardinas dejando al descubierto su torso, ya no traían el sombrero, pero sus melenas no tenían movimiento porque lo habían engomado, luciendo completamente pegado al cuero cabelludo.
No se podía elegir, cualquiera de ellos era bello, magnético, el sudor comenzaba a bajar por su cuello, la fuerza que imprimían en cada paso sacaba incesantes gritos, parecía un circo de cinco pistas, cada uno en su estilo se desplazaba por el escenario, incluso Anthony se aventuró a bajar y bailar entre las mesas, la penumbra no lo dejaba ver bien, sin embargo, cuando pasó por la mesa de las chicas Karen le agarró el trasero, él volteo y vio la mirada felina de su novia, se sintió satisfecho, pero a la vez pensaba, ¡¿Qué diablos?! ¿Mi fiera le toca el trasero a cualquiera?, eso le incomodaba, pero no iba a hacer nada, el objetivo era despachar a su incómodo primo y secuaces.
Neil que no perdió el tiempo se acercó a la mesa de Candy, intentaba decirle algo al oído, pero ella se hacía a un lado, no vio cuando el moreno le ponía gotas del somnífero a su copa. Terrence imaginaba que bailaba para su pecosa, quedando inmerso en los pasos, sus fuertes brazos, sus bíceps y su trasero, toda su varonil figura simulaba a un perfecto adonis. Con un movimiento ondulante para adelante y para atrás su cadera presionaba sus glúteos provocando insinuaciones de las espectadoras — ¡Así papi! ¡Ven conmigo! ¡Yo te ayudo! ¡Dámelo a mí! Las anfitrionas se divertían con la emoción de las féminas, sin embargo, esos hombres las estaban hipnotizando. Candy no podía dejar de ver a ese joven, que por un momento su figura le recordaba a la de su novio.
Anthony, que se percató de lo que hizo Neil, le dio un codazo a Terry sacándolo de concentración, al ver al incómodo primo de los Ardlay bajó del tablado con paso firme llegó a la mesa, tomando a Candy de la mano para llevarla al escenario; a su paso tomó una silla, la sentó comenzando a bailar cadenciosamente, envolviendo a su pecosa con sus brazos, respirando cerca de su oído y pegando ligeramente su cuerpo contra el suyo. Los demás bailaban cada uno por su lado. Para la rubia el mundo no existió más, sentía que en cualquier momento ese increíble hombre la besaría, pero no, Terrence sólo la tenía ahí presa, embriagada de su presencia.
Stear, al seguir con la mirada a Terry encontró a Patty, quería bailarle a ella, sin importarle nada, se movía sugestivamente delante de ella, que sonrojada se tapaba la cara con sus manos, no quería ver, pero entre abría sus dedos para mirar a ese encantador hombre, que con ese pantalón de mezclilla se veía muy atractivo.
El inglés observó que Leagan no se quitaba de la mesa, acomodó a Candy al borde del escenario para que tuviera vista de primera fila. La cúspide del show llegó cuando los acordes musicales señalaban el término de la canción y con ello los pantalones que traían los chicos salieron fuera de sus cuerpos generando hilarantes gritos de excitación de las chicas presentes. Karen y las demás no se perdieron eso, no obstante, Molly al ver el trasero de uno de ellos, le pareció reconocer un lunarcillo de su amado Archie, ella sacudió su cabeza, eso no podría ser, miró su copa y dijo ¡Ni una más!
Los aplausos y los gritos no cedían, Albert, que en un principio no quería bailar, se estaba divirtiendo al ver el efecto que causaron en las mujeres, Archie, Anthony, Terrence y Stear iban a salir del escenario, pero los gritos de “Otra, otra, otra”, los detuvieron, sin poder irse comenzaron a bailar nuevamente. No era creíble que esos cinco hombres fueran casi perfectos. Molly intrigada no dejaba de ver las nalgas de Archie, no aguantó más y le comentó a Karen — ¡Esas nalgas se me hacen conocidas! — ¡Molly! Pero ¡Tú! — Calla, no es lo que piensas, ¡Por un lunarcillo podría jurar que es mi novio! — ¡Es imposible! Ellos están en las Bahamas, ¿Recuerdas? — ¡No lo sé! Lo iré a ver de cerca en cuanto termine el show —
A pesar de que las apasionadas féminas querían más, los cinco strippers se negaron a continuar, estaban exhaustos, Candy al pensar que se irían, se acercó a Terry para decirle — ¡Magnifico espectáculo! ¿Por qué no se quedan a la fiesta? — Al decir esto se iba aproximando, quería ver de cerca al hombre que la había hechizado, él viendo su intensión por quitarle el antifaz le tomó la mano y la beso. Iba a contestarle, pero Neil tomó a la rubia del brazo ordenándole — ¡Vamos a bailar! ¡No sabía que tenías gustos tan livianos, Candice! — El inglés montado en colera iba dispuesto a golpear a Neil, cuando las luces se apagaron, había sido Jake, quien quitó la corriente de luz de la zona.
Continuará…
A Dar042, Letzabeth1, Betty Laguna, Gabisita, Jekapc, Evelyn Rivera Strubbe, Susana Ibarra y a Letis les gusta esta publicaciòn
Wow. Estas vacaciones están de show. Me los imagino bailando. Y ahora un apagón. Deseando que Terry le de a Neil el cantazo que se merece. Buenísima historia
Está fiesta será recordada. Me imagino a esos hombres brindando un espectáculo solo para mujeres y de repente que la luz se apague, Wow!, Increíble! Todos esos adonis juntos! Terry se pondrá furioso si le quitan a su pecosa.
CHICAS SE IMAGINAN A NUESTROS ADORADOS PERSONAJES EN UN ESPECTÁCULO ASÍ... JAJAJA... SERÍA GENIAL, NO CREEN?, HABÍA DICHO QUE MAÑANA, PERO TAL VEZ HOY TENGAN EL SIGUIENTE, GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y LEER, ESO ME ENCANTA....