Divorcio
Autora: Yasmila
Miro los papeles del divorcio sobre el escritorio y luego veo a Terry, quien no me aparta la vista desde su posición, con la postura recta y segura que siempre lo caracteriza.
Una sonrisa fluye de mis labios, al mismo tiempo que una lágrima resbala por mi mejilla, rápidamente la borro con mis dedos, y agradezco tener el cabello largo, rizado y rubio, lo que permite ocultar mi rostro afligido por el dolor.
—Tardaste en hacerlo —respondo, aclarando mi garganta.
—Solo firma y acaba con esto, Candice. Tengo asuntos importantes que atender.
—Por supuesto, Susana —trato de reir con ironia, por no llorar.
Han sido tres años de matrimonio, he amado a Terry con todo mi corazón. ¡Dios! Lo he dado todo, me he esforzado por ser buena esposa, incluso he tolerado a su insoportable madrastra, lo he apoyado con sus decisiones en la Corp, Grandchester, donde soy la accionista del 30%, pero tal parece que nada de eso ha servido. Terrence Grandchester siempre tendría en su cabeza a Susana Marlow; su ex prometida, su eterno amor, con la que ahora planeaba regresar.
—No metas a Susana en esto, bien sabes que nosotros nunca nos hemos amado Candice. Todo esto fue obra de tu tía a abuela y mi padre, que con el fin de juntar imperios y fortunas, nos obligaron a casarnos por un tiempo de tres años o tener un hijo, y como no has concebido hasta el momento, será fácil agilizar el divorcio.
Que ironica es la vida, tan solo hace seis semanas, Terry me hacía el amor con tal pasión, que creí que me amaba.
—Muy bien, ¿sabes qué? Tienes toda la razón —le respondo, parándome del asiento—. Este matrimonio fue solo por contrato, y sinceramente, puedes hacer lo que quieras con tu vida, Terrence Grandchester.
Él se quedó perplejo, solo observó en silencio como yo tomaba el boligrafo, con toda la seguridad para firmar.
Esto se acababa aquí, a él no le importó mi amor, pues no le rogaría, me había dado por vencida, y no había marcha atrás.
—Está hecho —dije, tras dejar mi firma—. Y no te preocupes por las clausulas, no quiero una sola moneda de tu parte, puedo depender de mí.
Terry detuvo la mirada en el documento, parecía pensativo, pero luego volvió a verme.
—Eso no depende de ti, Candice. Fue lo dicho en la clausula del matrimonio.
—Bueno, ese matrimonio ya no existe. No hay hijos de por medio, y si lo hubiera, no necesitaría de ti.
Tomé mi bolso del escritorio, preparándome para salir del que hasta hoy fue mi despacho.
—¿A dónde vas? —me pregunta, cuando paso por su lado.
—No es obvio, me voy de la casa. No pienso pasar una sola noche con un completo desconocido.
————————
POV Terry
La puerta resonó como el latido de mi corazón en mi cuerpo, Candy acababa de irse, y entre mis dedos estaba su firma a los papeles de nuestro divorcio.
—¿Señor? —me pregunta la empleada.
—Déjame solo —respondo, regresando a mi habitación, donde tenso mi mandibula con esta sensación de rabia.
Pero debo tranquilizarme, cuando el celular llama con insistencia.
—¿Qué quieres, Susana? —respondo, fastidiado.
—¿Por qué me respondes de esa manera? ¿No te das cuenta que eso le hace mal al bebé que llevo en mi vientre?
—¿A qué has llamado?
—Bueno, fui a visitar a tu padre, para comunicarle que será abuelo, pero salió a verte, imagino que te felicitará.
—¿¡Qué hiciste, qué!?
El resultado del actuar de Susana, acaba cuando escucho los pasos de mi padre acercarse, y entrar a la habitación.
—Padre…
Su mano va directo a mi mejilla, pero el golpe no me desestabiliza tanto como el hecho de que Candy se haya ido.
—¿Cómo has caído tan bajo?
—¡Es lo correcto! ¿Qué más puedo hacer?
—¡Embarazaste a otra! ¿¡Qué tenías tú en la cabeza!? —completamente enfadado, amenazaba con darme otro golpe, y siendo honesto, yo mismo me lo daría. Ni siquiera sé cómo sucedió, no recuerdo esa noche con Susana, todo lo que puedo sentir ahora, es mi corazón resquebrajándose.
———————
POV Candy
Después de nuestro divorcio, no pasó mucho tiempo para ver a través de los medios, el anuncio del matrimonio de Terry con Susana, decir que no me dolió, sería falso, pero ¿qué más puedo hacer?
Desde el día uno, mi matrimonio con Terry estuvo mal. Él jamás me amó, así me lo recordaba, su corazón estaba solo para Susana, y aunque traté de entrar en el, fue inutil.
—Tres años que no sirvieron de nada —dije, cerrando la laptop, donde veía la foto de Terry y Susana anunciando su matrimonio, sin embargo, un mareo se apropió de mí—. Eso me pasa por no comer bien —digo, parándome de la silla.
—¿Estás bien, señorita Candy? —me pregunta Pony, mi empleada, quien tras lo ocurrido con Terry, se fue a vivir conmigo en mi departamento.
—Sí, no es nada.
—¿Desea que le prepare algo?
—Tranquila, sigue con…
—¡Señorita!
Con un golpe seco, caigo al suelo, desmayándome al instante.
Mas cuando vuelvo a recuperar la conciencia, me encuentro sentada sobre mi cama, con un médico tomando mi presión.
—¿Qué pasó? —pregunto algo mareada.
—Ay señorita —Pony comparte una mirada con el doctor, pero luego se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro—. Ahora más que nunca estaré con usted.
—¿Pueden ser claros? No comprendo.
—No hay mucho que comprender, Candy, lo que sucede es que usted está embarazada.
Continuará...
Una sonrisa fluye de mis labios, al mismo tiempo que una lágrima resbala por mi mejilla, rápidamente la borro con mis dedos, y agradezco tener el cabello largo, rizado y rubio, lo que permite ocultar mi rostro afligido por el dolor.
—Tardaste en hacerlo —respondo, aclarando mi garganta.
—Solo firma y acaba con esto, Candice. Tengo asuntos importantes que atender.
—Por supuesto, Susana —trato de reir con ironia, por no llorar.
Han sido tres años de matrimonio, he amado a Terry con todo mi corazón. ¡Dios! Lo he dado todo, me he esforzado por ser buena esposa, incluso he tolerado a su insoportable madrastra, lo he apoyado con sus decisiones en la Corp, Grandchester, donde soy la accionista del 30%, pero tal parece que nada de eso ha servido. Terrence Grandchester siempre tendría en su cabeza a Susana Marlow; su ex prometida, su eterno amor, con la que ahora planeaba regresar.
—No metas a Susana en esto, bien sabes que nosotros nunca nos hemos amado Candice. Todo esto fue obra de tu tía a abuela y mi padre, que con el fin de juntar imperios y fortunas, nos obligaron a casarnos por un tiempo de tres años o tener un hijo, y como no has concebido hasta el momento, será fácil agilizar el divorcio.
Que ironica es la vida, tan solo hace seis semanas, Terry me hacía el amor con tal pasión, que creí que me amaba.
—Muy bien, ¿sabes qué? Tienes toda la razón —le respondo, parándome del asiento—. Este matrimonio fue solo por contrato, y sinceramente, puedes hacer lo que quieras con tu vida, Terrence Grandchester.
Él se quedó perplejo, solo observó en silencio como yo tomaba el boligrafo, con toda la seguridad para firmar.
Esto se acababa aquí, a él no le importó mi amor, pues no le rogaría, me había dado por vencida, y no había marcha atrás.
—Está hecho —dije, tras dejar mi firma—. Y no te preocupes por las clausulas, no quiero una sola moneda de tu parte, puedo depender de mí.
Terry detuvo la mirada en el documento, parecía pensativo, pero luego volvió a verme.
—Eso no depende de ti, Candice. Fue lo dicho en la clausula del matrimonio.
—Bueno, ese matrimonio ya no existe. No hay hijos de por medio, y si lo hubiera, no necesitaría de ti.
Tomé mi bolso del escritorio, preparándome para salir del que hasta hoy fue mi despacho.
—¿A dónde vas? —me pregunta, cuando paso por su lado.
—No es obvio, me voy de la casa. No pienso pasar una sola noche con un completo desconocido.
————————
POV Terry
La puerta resonó como el latido de mi corazón en mi cuerpo, Candy acababa de irse, y entre mis dedos estaba su firma a los papeles de nuestro divorcio.
—¿Señor? —me pregunta la empleada.
—Déjame solo —respondo, regresando a mi habitación, donde tenso mi mandibula con esta sensación de rabia.
Pero debo tranquilizarme, cuando el celular llama con insistencia.
—¿Qué quieres, Susana? —respondo, fastidiado.
—¿Por qué me respondes de esa manera? ¿No te das cuenta que eso le hace mal al bebé que llevo en mi vientre?
—¿A qué has llamado?
—Bueno, fui a visitar a tu padre, para comunicarle que será abuelo, pero salió a verte, imagino que te felicitará.
—¿¡Qué hiciste, qué!?
El resultado del actuar de Susana, acaba cuando escucho los pasos de mi padre acercarse, y entrar a la habitación.
—Padre…
Su mano va directo a mi mejilla, pero el golpe no me desestabiliza tanto como el hecho de que Candy se haya ido.
—¿Cómo has caído tan bajo?
—¡Es lo correcto! ¿Qué más puedo hacer?
—¡Embarazaste a otra! ¿¡Qué tenías tú en la cabeza!? —completamente enfadado, amenazaba con darme otro golpe, y siendo honesto, yo mismo me lo daría. Ni siquiera sé cómo sucedió, no recuerdo esa noche con Susana, todo lo que puedo sentir ahora, es mi corazón resquebrajándose.
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POV Candy
Después de nuestro divorcio, no pasó mucho tiempo para ver a través de los medios, el anuncio del matrimonio de Terry con Susana, decir que no me dolió, sería falso, pero ¿qué más puedo hacer?
Desde el día uno, mi matrimonio con Terry estuvo mal. Él jamás me amó, así me lo recordaba, su corazón estaba solo para Susana, y aunque traté de entrar en el, fue inutil.
—Tres años que no sirvieron de nada —dije, cerrando la laptop, donde veía la foto de Terry y Susana anunciando su matrimonio, sin embargo, un mareo se apropió de mí—. Eso me pasa por no comer bien —digo, parándome de la silla.
—¿Estás bien, señorita Candy? —me pregunta Pony, mi empleada, quien tras lo ocurrido con Terry, se fue a vivir conmigo en mi departamento.
—Sí, no es nada.
—¿Desea que le prepare algo?
—Tranquila, sigue con…
—¡Señorita!
Con un golpe seco, caigo al suelo, desmayándome al instante.
Mas cuando vuelvo a recuperar la conciencia, me encuentro sentada sobre mi cama, con un médico tomando mi presión.
—¿Qué pasó? —pregunto algo mareada.
—Ay señorita —Pony comparte una mirada con el doctor, pero luego se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro—. Ahora más que nunca estaré con usted.
—¿Pueden ser claros? No comprendo.
—No hay mucho que comprender, Candy, lo que sucede es que usted está embarazada.
Continuará...