Capítulo 2: Encuentro inesperado
—¿Embarazada? —dije incredula, pero luego solté a reir, sin embargo, sentía un nudo en mi garganta, uno que moría por salir con fuerza.
—Señora… —Pony me conocía bien, y ella supo lo que me sucedía, solo me abrazó y acarició mis hombros.
—¡Llevo años buscando tener un bebé, Pony!
—Señora Candy, tiene la presión elevada, por favor, evite tener impresiones fuertes —me advierte el médico.
Pero ¿qué otra cosa puedo hacer? Mi cuerpo en este momento es un enredo de emociones. Parece algo tonto, pero… No sé que sentir.
—Pony… —finalmemte, ocurre lo inevitable. Mis ojos son cristales que brillan entre las lagrimas que se derraman en mis mejillas.
—Llore mi señora, llore todo lo que quiera, pero recuerde que ahora tiene a un ser que dependerá de usted.
—Ay Pony… —quiero parar de llorar, pero los sentimientos han tomado posesión de mí—. Un bebé… Voy a ser mamá…
—Sí, mi señora, y será una muy buena.
Y es cuando decido colocar mis manos en mi vientre, crece vida dentro de mí, alguien muy pequeño me dirá mamá,
Dios… ¿Qué iba a hacer? Lo más probable es que ni siquiera tenga el suficiente dinero para mi nuevo ser.
—Bueno, ya veré como hago. Dios me ha dado dos manos, no seré la primera ni última madre soltera en este mundo.
Girando mi rostro a la ventana, veo que el sol aún brilla desde afuera. Es un hermoso momento, que me trae el recuerdo de una cálida tarde de verano, donde yo no hacía más que mirarme una y otra vez, hasta estar conforme con la apariencia que mi futuro esposo vería en mí.
El instante en que mi familia me entregó a los Grandchester, cual objeto de intercambio.
—¿Va a comunicarlo, señora? —me pregunta Pony, ansiosa por saber mi respuesta.
—Dar a conocer de mi bebé, sería condenarlo al mismo futuro que el mío —exhalando, logro ponerme de pie y camino para llegar a mi ventana—. Esta vez tengo la posibilidad de cambiar el destino de una criatura.
—Entonces.
—Quiero que este bebé tenga la posibilidad de elegir —sentencio, dando mi última palabra.
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POV Terry
—No comprendo para qué dijiste todas esas cosas.
Acababa de llegar de una entrevista, donde Susana había hablado de nuestro compromiso, y de los grandes detalles para nuestra supuesta pronta boda, pero claro, eso lo puedo aceptar, mas al referirse al bebé que espera, ella lo mostraba como su trofeo, lo cual me exasperaba, pero no tenía más remedio que fingir buena cara para las cámaras.
—Espera Terry, no olvides que mañana tenemos una cita con la periodista de la otra cadena de televisión. Estaba pensando que esta vez podríamos hablar de una fecha exacta para nuestra boda y así acabar con tanto misterio.
—Pues si quieres acabar con el misterio, hazlo tú —le contesto, dejándola en la sala para irme a mi habitación y encerrarme.
Dios… No sé que estoy haciendo, ¿a qué camino me estoy dirigiendo? ¿Realmente estoy haciendo bien?
Me hago cargo de mi hijo, de darle la familia unida que no tuve, aunque eso signifique sacrificar mi propia felicidad.
Entonces, una ídea pasó por mi mente. Y si la que estuviera embarazada fuera Candy, y si fuera ella quien llevara a mi hijo… Y sí…
No se podía llorar por leche derramada, y hoy mi vida estaba al lado de Susana y no de Candy.
…
Pasaron cuatro meses, desde entonces, no había vuelto a saber de Candy, y realmente me sorprendía. Lo más probable es que para estás alturas, ella debía estar viajando fuera del país, siempre fue una mujer con ansias de aventuras.
—¿Has visto que grande está? —me comenta Susana, despertándome de mis pensamientos.
—¿Cómo dices? —contesto, despegando la mirada del camino, mientras voy manejando.
—Que está enorme, ¿no es maravilloso pensar que hay una personita dentro?
—Sí, supongo que sí —afirmo sin mucho interés, hasta que por fin llego al hospital para que ella tenga su habitual revisión.
Susana baja de mi auto y va corriendo a la entrada, cuando de repente la veo golpearse con otra persona, quien cae de rodillas, pero se levanta sin hacer escándalo.
—Perdone, ella está muy distraída, no quiso…
Me acerqué con la intención de disculparme, mas cuando descubrí la identidad de la otra persona, quedé completamente sorprendido.
—Candy…