De todos los lugares posibles en que me imaginaba volver a verte jamás pensé que sería aquí en Washington DC, hace mucho tiempo que este lugar y época del año son mis favoritos para ver florecer las hermosas flores de Sakura.
Cuando estuve en Londres trabajando en unas vacaciones me aventuré a ir a Japón, los cerezos estaban en su época más hermosa. Una mujer se acercó a mí y me sorprendió que me hablara en español.
—Es toda una majestuosidad poder admirar este espectáculo de la naturaleza.
—Mucho gusto —saludé a la amable mujer al lado mío—. Soy Terrence Grandchester e hice una reverencia de saludo a la dama.
—Dime has venido solo para admirar a los cerezos, en esta época del año vienen muchos turistas.
—No, en realidad sólo quería conocer Japón y todas las maravillas que hablan de él, llegar en esta fecha no fue planeado simplemente compre un boleto de avión y aquí estoy no sé cuantos días me quedé. Me he quedado cautivado viendo esta belleza de árboles.
—Bueno pues déjame decirte que si quieres y tienes el tiempo para admirar la floración de los sakuras son las fiestas de Hanami (花見) solo dura unos veinte días, hay muchas ceremonias y festivales ellas significan belleza, la vida, la impermanencia y la muerte. El florecer de las flores representa la primavera y un nuevo inicio después de un largo invierno. Para resumir nos muestra lo efímera que puede ser la vida. Si te puedes quedar se que lo disfrutaras, o acaso alguien te espera?
—Hace mucho tiempo que nadie espera por mi, soy errante por mi trabajo.
—Bueno pero supongo que tienes un hogar y ese es dónde está tu corazón.
Inmediatamente viniste a mi mente, hace mucho tiempo que mi corazón está contigo.
Hubo instantes en los que me quedé pensando que así fue tu existencia en mi vida como una flor de Sakura.
Me rodeaste de tu belleza, alegría y veniste a cambiar el mundo gris en el que estuve por mucho tiempo.
Desde ese día cada vez que veo un cerezo los recuerdos de ti invaden mi mente. Hice una promesa aquellas vacaciones.
Tal vez no viajaría al otro lado del mundo pero sí iría a Washington, para apreciar algo tan bello pero a la vez tan efímero. Llevo varios años haciendo esto.
Pero hoy sin embargo te miro a lo lejos parpadeo varias veces y pensé que era una broma de mi imaginación, me acerco a ti sin que te des cuenta, te observo caminar embelesada mirando los árboles pareces una pequeña niña jugando y comiendo un helado, me asombra saber que no haz cambiado en nada, bueno si en el aspecto de tu belleza ahora eres una bella mujer madura, tu vestido blanco largo se ajusta a tu cintura y permite ver sutilmente las curvas de tu cuerpo, me reprendo por no evitar pensar en cosas que tantas veces he soñado, tu cabello ondea con el viento, pienso en acercarme a ti pero no creo que sea lo correcto tú tal vez estés casada o alguien te acompañe, pasan varios minutos y puedo ver que estás sola.
Pero quién soy yo para acercarme a ti, que te diría y mi yo interno me dice: No seas cobarde solo pronuncia lo que está escrito es esa carta que nunca mandaste «“Nada ha cambiado en mi”»
Decido acercarme a ti y en esos instantes te veo trastabillar y caer al suelo, corro hacia ti al tiempo que grito tu nombre ¡Candy!
—Terry —te escucho decir en un susurro casi audible y tus ojos me miran muy sorprendida —tu.. tu que haces aquí logras decir.
Trato de ayudarte para que te pongas de pie pero un gemido de dolor sale de tu boca.
—Acaso nunca dejarás de ser la atolondrada Candy, cómo es posible que cayeras de esa manera.
—¡Me viste! —mencionó sonrojándose.
—No, bueno…, si te reconocí a lo lejos y quise acercarme a saludarle cuando te fuiste de bruces; creo que te lastimaste debemos ir al médico.
—No, no es necesario yo puedo —trato de zafarse de mi agarre pero no lo logras y volví a sostenerte, te levanté en brazos aunque no lo quisieras.
Es un instante mágico tu en mis brazos, el viento moviendo las ramas de los árboles y pequeñas flores de Sakura sobre nosotros. No se que pase el día de mañana pero el hoy es mi oportunidad de disfrutar el momento de tenerte en mis brazos de respirar el tenue olor de tu perfume, es mi comienzo después de un largo invierno lejos de ti, no tienes anillo de compromiso ni de casada entonces se que las posibilidades serán muchas pero tú mi hermosa flor de cerezo solo serás para mi.
Cuando estuve en Londres trabajando en unas vacaciones me aventuré a ir a Japón, los cerezos estaban en su época más hermosa. Una mujer se acercó a mí y me sorprendió que me hablara en español.
—Es toda una majestuosidad poder admirar este espectáculo de la naturaleza.
—Mucho gusto —saludé a la amable mujer al lado mío—. Soy Terrence Grandchester e hice una reverencia de saludo a la dama.
—Dime has venido solo para admirar a los cerezos, en esta época del año vienen muchos turistas.
—No, en realidad sólo quería conocer Japón y todas las maravillas que hablan de él, llegar en esta fecha no fue planeado simplemente compre un boleto de avión y aquí estoy no sé cuantos días me quedé. Me he quedado cautivado viendo esta belleza de árboles.
—Bueno pues déjame decirte que si quieres y tienes el tiempo para admirar la floración de los sakuras son las fiestas de Hanami (花見) solo dura unos veinte días, hay muchas ceremonias y festivales ellas significan belleza, la vida, la impermanencia y la muerte. El florecer de las flores representa la primavera y un nuevo inicio después de un largo invierno. Para resumir nos muestra lo efímera que puede ser la vida. Si te puedes quedar se que lo disfrutaras, o acaso alguien te espera?
—Hace mucho tiempo que nadie espera por mi, soy errante por mi trabajo.
—Bueno pero supongo que tienes un hogar y ese es dónde está tu corazón.
Inmediatamente viniste a mi mente, hace mucho tiempo que mi corazón está contigo.
Hubo instantes en los que me quedé pensando que así fue tu existencia en mi vida como una flor de Sakura.
Me rodeaste de tu belleza, alegría y veniste a cambiar el mundo gris en el que estuve por mucho tiempo.
Desde ese día cada vez que veo un cerezo los recuerdos de ti invaden mi mente. Hice una promesa aquellas vacaciones.
Tal vez no viajaría al otro lado del mundo pero sí iría a Washington, para apreciar algo tan bello pero a la vez tan efímero. Llevo varios años haciendo esto.
Pero hoy sin embargo te miro a lo lejos parpadeo varias veces y pensé que era una broma de mi imaginación, me acerco a ti sin que te des cuenta, te observo caminar embelesada mirando los árboles pareces una pequeña niña jugando y comiendo un helado, me asombra saber que no haz cambiado en nada, bueno si en el aspecto de tu belleza ahora eres una bella mujer madura, tu vestido blanco largo se ajusta a tu cintura y permite ver sutilmente las curvas de tu cuerpo, me reprendo por no evitar pensar en cosas que tantas veces he soñado, tu cabello ondea con el viento, pienso en acercarme a ti pero no creo que sea lo correcto tú tal vez estés casada o alguien te acompañe, pasan varios minutos y puedo ver que estás sola.
Pero quién soy yo para acercarme a ti, que te diría y mi yo interno me dice: No seas cobarde solo pronuncia lo que está escrito es esa carta que nunca mandaste «“Nada ha cambiado en mi”»
Decido acercarme a ti y en esos instantes te veo trastabillar y caer al suelo, corro hacia ti al tiempo que grito tu nombre ¡Candy!
—Terry —te escucho decir en un susurro casi audible y tus ojos me miran muy sorprendida —tu.. tu que haces aquí logras decir.
Trato de ayudarte para que te pongas de pie pero un gemido de dolor sale de tu boca.
—Acaso nunca dejarás de ser la atolondrada Candy, cómo es posible que cayeras de esa manera.
—¡Me viste! —mencionó sonrojándose.
—No, bueno…, si te reconocí a lo lejos y quise acercarme a saludarle cuando te fuiste de bruces; creo que te lastimaste debemos ir al médico.
—No, no es necesario yo puedo —trato de zafarse de mi agarre pero no lo logras y volví a sostenerte, te levanté en brazos aunque no lo quisieras.
Es un instante mágico tu en mis brazos, el viento moviendo las ramas de los árboles y pequeñas flores de Sakura sobre nosotros. No se que pase el día de mañana pero el hoy es mi oportunidad de disfrutar el momento de tenerte en mis brazos de respirar el tenue olor de tu perfume, es mi comienzo después de un largo invierno lejos de ti, no tienes anillo de compromiso ni de casada entonces se que las posibilidades serán muchas pero tú mi hermosa flor de cerezo solo serás para mi.
Última edición por Saadesa el Sáb Abr 08, 2023 11:57 pm, editado 2 veces