RETROSPECTIVA
Candy era buena, lo era, noble de corazón y además sacrificaba su bienestar por el de los demás, así le enseñaron y a decir verdad se le daba naturalmente. Mientras los años pasaban fue cayendo en cuenta todo lo que perdió fue por su forma de ser, no, no es que se arrepintiera de ayudar al prójimo, de apoyar a sus amigos y de dejar a un lado todo aquello que rodeaba su felicidad, a su manera era feliz, pero en días como esos se daba cuenta que estaba sola, no existía un compañero que la amase o con quien pasar su vida, los niños del hogar, los pacientes, sus amigos, sus madres, todo aquello fue durante mucho tiempo su vida, pero al llegar a casa se sentía vacía, Annie se casó y poseía una hermosa familia, Patty logro formar la suya también, Albert se volvió a fugar para no volver, al fin y al cabo buscaba su propia vida y camino y ella… ella de pronto se quedó sola. A sus 44 años de edad no había hogar de Ponny al cual llegar, ni madres a quienes abrazar, aquellos niños crecieron, se casaron se fueron, aquellos amigos estaban absortos en sus propias vidas, los pacientes iban y venían sin que lograra crear un vínculo realmente fuerte con ellos, la vida continuaba y seguía envejeciendo a pesar de su aspecto aun juvenil estaba consciente que el tiempo la había alcanzado.
Tal vez por ello esa noche lo recordó, aquel chico con quien alguna vez pensó en formar un hogar, no es que no hubiera más personas en su vida, de alguna forma se encargo de alejar a todos, pero Terry, él fue alguien a quien amo profundamente y del que se separó de una manera tan abrupta que no pudo asimilar tan fácilmente, a pesar de decir que todo estaba olvidado. En su corazón creció la tristeza y el arrepentimiento durante todo ese tiempo y sinceramente, deseaba volverlo a ver pero no se atrevía a buscarlo.
Sentada en una banca en medio de la noche creyó verlo caminar de espaldas, con aquella capa azul que lo distinguía entre los demás, su cabello al viento mientras se alejaba poco a poco, se levantó y primero con pasos timidos camino hacia la silueta que le llevaba ventaja, la voz se le atoro en la garganta antes de atreverse a llamarlo y al hacerlo casi pudo ver el rostro de el girándose y sonriéndole de lado, como solia hacerlo en su juventud, pero no era el, aquel hombre que caminaba sin prisa era apenas un chiquillo y sorprendido le miro antes de volverse a girar y seguir su camino. Candy quedo con la mano extendida queriendo atrapar aquella ilusión y sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a fluir a tropel por su rostro.
Se dio cuenta entonces que era hora de dejarlo ir, Terry no volvería y era su culpa, no volvería ni su juventud, ni aquella oportunidad que esperaba de resolver el pasado, había perdido el momento hacía mucho tiempo.
FIN