Me emociona recordar la esencia de este maravilloso evento que reúne año con año a los diferentes bandos, respetando los gustos con la finalidad de hacer una explosión de creatividad que termina por entusiasmarnos y contagiarnos a tod@s quienes participamos.
Es un privilegio presentar a este pequeño grupo que pretende regresar a lo básico. Las letras. De nuestras locas mentes a las de ustedes les dejo la introducción de...
Pocos son los monarcas que a través de los siglos no hayan tenido sus devaneos con las más hermosas criaturas, deslumbrantes miembros de la corte del momento. Parecía que la reunión había logrado conjugar a los mejores especímenes que la corte de rey George III podía ofrecer.
La joven de obscura cabellera se observaba en el espejo, desde que había abierto los ojos no podía dejar de preguntarse que es lo que le había deparado “el jefe” para esta misión. ¿Qué jodidos tenía que hacer ahora y vestida así como muñeca de pastel con todo y peinado de merengue con flores lilas? Diversos artistas gitanos se esparcían por el salón. Apasionados violinistas proveían con el fuego de sus notas los acordes a los que se acoplaban las voladoras faldas de las entusiastas bailarinas.
El ambiente parecía sacado de una decadente fiesta de María Antonieta excepto que todos hablaban inglés y pudo detectar alemán. Bueno por lo menos no le había tocado aparecer en la noche de bodas de la esposa numero 16 del Jeque, esa si que había sido una maldita broma. Obtener el amuleto en esa ocasión había sido toda una pesadilla en especial si se tomaba en cuenta que el asqueroso tipo portaba el diamante en una corona que no usaba en la cabeza de arriba. Respiró profundamente intentando olvidar semejante imagen. Se recordó a sí misma que
el alto aristócrata por el que había venido ya era un consumado experto en saborear toda clase de fruta prohibida, venía preparada para cualquier escenario.
La belleza enfundada en rosa pálido resaltaba el rubor de las juveniles mejillas de la chica que gracias a su privilegiada genética bien podría pasar como menor. Aunque apenas era legal en su mundo, había sido reclutada por su agudeza mental y verbal, habilidades muy valoradas en su línea laboral. Lo peor del salto cuántico era no saber exactamente a que escenario se enfrentaría al llegar y el súbito mareo que esto le provocaba mientras intentaba adaptarse lo más pronto posible. “Puedes hacerlo Adela todo estará bien, siempre ha sido así”. Ese era el mantra al que MrsDaffodil se aferraba con uñas y dientes cuando sentía la responsabilidad de lo que conllevaba el formar parte de los agentes de tan prestigiosa sociedad. La SSDN buscaba equilibrar las fuerzas del bien y del mal a través del tiempo. Respondían los llamados de aquellas almas listas para seguir su proceso de transformación, pero únicamente si este era impulsado por un anhelo genuino de libertad, en el cual se busca romper con patrones limitantes y trascender las fronteras del ego. Este era el requisito más importante para poder pertenecer.
Sintió un brevísimo contacto, una mano tranquilizadora en su hombro, casi un toque fantasma que cualquiera habría podido negar, excepto que reconoció a la elegante dama en vestido aqua verde azul que se lo había proporcionado. Era la maestra de la improvisación. La agente Elby 8a no había situación de la que no pudiera salir victoriosa siempre rodeada por un aura de misticismo y certera intuición que brindaba confianza, seguridad y protección. Ahora que reflexionaba, era muy extraño que a Elby le acompañaran otros agentes en una misión. Adela se sentía privilegiada de poder participar en esta asignación.
Dení había observado el breve intercambio de miradas entra las otras dos damas y había sabido reconocer a sus compañeras de trinchera. Sabía de antemano que la agente encargada había explícitamente solicitado la participación de las otras dos por contar con las habilidades requeridas pero sobre todo la característica necesaria para poder pertenecer a La SSDN.
De repente parecía que todo a su alrededor se movía en cámara lenta los mayordomos anunciando al duque de Grandchester y a su primogénito el marqués. La habitación quedó en silencio algunos suspiros podían ser escuchados por parte de algunos de los presentes indiscriminadamente del sexo. Tal era la gallarda presencia del asediado joven Lord Grandchester. La obscura cabellera enmarcaba las esculpidas facciones de quien tenía poco tiempo de haber dejado la adolescencia. Cejas pobladas sobre espectaculares cobaltos que bajo la bien cuidada iluminación lograban proyectar el alma rebelde y combativa de su dueño. Fuerte quijada con barba partida y labios en una sonrisa apenas perceptiblemente forzada para el ojo inquisitivo. Anchos hombros que eran el armazón perfecto para su traje blanco que se estrechaba en la cintura para volverse a ampliar sobre las muy masculinas caderas y cuyos pantalones apenas podían contener el poderío de los muslos que provocaban mil y un deseos pecaminosos. Era un completo agasajo a la vista lastimosamente ellas estaba ahí para proteger al duque, el portador del prendedor del narciso que lo distinguía como miembro de la sociedad secreta a la que habían jurado su lealtad aun a costa de las probables consecuencias. Mrs. Daffodil desplegó su abanico rosa pálido que hacía juego con su atuendo en un movimiento que intentaba recorrer disimuladamente la regia figura de Richard dos veces para asegurarse que no se había equivocado pasando por alto el distintivo narciso. Su mirada logró encontrarse con la de Dení quien parecía desconcertada al parecer llegando a la misma conclusión, pero al momento de dirigir su mirada hacia Elby, su sonrisa les reiteraba la confianza en su misión. A punto estaban de preguntarle cuando un estruendo les interrumpió llamando la atención del salón. Uno de los camareros había derramado los contenidos de su charola que casi caían sobre la gitana bailarina de pelirroja cabellera, ella había logrado esquivar las copas de champagne con sus hábiles movimientos, pero trastabilló chocado con el joven lord y habría caído al suelo de manera humillante de no haber sido por Terry quien la detuvo por la cintura y fue ahí que el destello de un extraño diamante amarillo en la solapa del marqués atrajo la mirada de las tres que habían coincidido con el mismo propósito. Así de importante era llevar a cabo esa misión con éxito.
La experiencia, la espontaneidad y la sagacidad convergían en ese momento instante del tiempo universo en pro del mas nuevo integrante del legado de La Sociedad Secreta Del Narciso.
Escrito por Elby 8A
Avatares por Dení T.G.
Última edición por Elby8a el Mar Abr 02, 2024 3:03 pm, editado 1 vez