[center]EL SECRETO DEL ANILLO.
CAPITULO 1.[/center]
Resumen: Candy recibió un anillo de compromiso por parte de Terry a muestra de su amor. Pero dicho anillo oculta un secreto mortal, uno donde hubo un tercero involucrado.
*o*o*o*o*o*o*
Candy había ido a Nueva York por Terry, él se sentía tan contento de que ella estuviera allí, estaba dispuesto a darle todo el amor y a recuperar el tiempo que habían perdido. Ya le había contado a todos en el teatro que su novia se estaba quedando en la ciudad, la mayoría lo aplaudía y estaban sorprendidos de que alguien como él tuviera novia, sobre todo se había percatado de que una de las actrices, Susana Marlowe mostraba celos evidentes ante la llegada de la tan nombrada novia de Terry.
—¡Pecosa! —Escucho gritar en algún lugar del teatro, Susana se asomó y descubrió a Terry besando a una chica rubia con fervor, su corazón se agrietó ante esa escena... Terry estaba besando a una chica preciosa, en sus sueños ella imaginaba qué él la besaba de ese mismo modo.
En cambio, ahora, esas ilusiones se rompían la verdad a la bella Candy en los brazos de Terry, era algo a lo cual no podía hacerle caso omiso.
—Es un placer verte, querida Candy ¡Al fin alguien le cerrará la boca al tonto de Terry!
—Karen... no me hagas avergonzar. —Gruño entre dientes el muchacho ingles con ganas de enroscar sus manos en el esbelto cuello de la chica.
—Descuida, descuida... estoy feliz de verlos a todos otra vez y... —Candy desvío la mirada hacia Susana, las dos rubias se vieron reflejada asiendo la antítesis una de la otra. Susana hizo puños sus manos, para ella, Candy era su rival por el aprecio de Terry, y no estaba dispuesta a perder por una campesina insulsa que había aparecido de la nada a llevarse aquello que ella deseo desde el primer día —¡Hola! Te recuerdo... estuviste en Chicago ¿Verdad?
—Ah... Si, tú eres la novia de Terry. Es un placer —Comento sin ánimos la rubia ojiazul, vio las manos unidas de Candy hacia Terry y por un momento tuvo el impulso de ir y quitarla de en medio.
—¿Qué hacemos aquí? Los invito a comer algo... Ahora Candy será mi nueva mejor amiga.
—¿En serio? Oh, no podría Karen...
—¡No es problema! Además, de mi parte corre que Terry será un caballero contigo mientras estés en la ciudad ¿Tienes donde quedarte, Candy?
—Pues... todavía no.
—Serás mi invitada de lujo.
—¿Yo? Oh, no podría, me daría mucha vergüenza.
—¡Acepta Candy! Además, al fin tendré a una amiga con la cual charlar sobre cosas intimas.
—Pecosa... sí pretendes quedarte con Claise te advierto que ella tiene malas mañas.
—¡Terrence! —reprendieron ambas chicas al actor. Susana solo pudo ver incluso el grado de camaradería que se había hecho Candy con Karen, era el colmo de los colmos.
Decidió irse de ahí antes de que sus celos hicieran acto de presencia y provocará alguna tragedia, porque desde que vio a ese hombre, lo deseo para si con todo su ser, no le importaba que tuviera dueña ¡Lo quería para sí! Deseaba a ese hombre con todo su ser. Y usaría los medios que fueran necesarios.
Ante la ocasión, Terry salió con Karen y Candy, nunca antes se había visto tan feliz desde que llegó a la compañía, esa chica era su faro en la oscuridad y todos se dieron cuenta de ello. El mismo Robert Hathaway supo que ella era quien mantenía la cordura del actor, por lo que accedió incluso a darle entradas gratis para la primera obra de la temporada. Terry en ese momento supo quería hacer algo especial para celebrar la llegada de Candy, sobre todo, hacerle la propuesta que tanto había querido hacerle desde que salió de San Pablo.
Después mucho pensar, decidió que le regalaría un anillo único y hermoso que representara su amor y compromiso. Mientras Candy descansaba en su camerino, Terry le hizo el comentario a Karen ante su propuesta.
—¡Un anillo! ¿Lo dices en serio? Saliste todo un Romeo —Vitoreo Karen dándole un manotazo en la espalda al actor —¿Y qué esperas para ir por él?
—Que no quiero que sea un anillo simple y corriente... ¡Deseo que sea especial como ella!
—¡Aaaaw! Qué bonito. Cualquier cosa que escojas ella lo va a amar.
—Es que... ¡Vaya! Hemos pasado tantas cosas juntos que, quiero que cada instante que pase con Candy sea especial, sea único. Y al igual que mi amor, inmenso como el mar.
—¡Definitivamente! Eres todo un Romeo. Hay una tienda única y exclusiva donde venden joyería exquisita, apuesto a que encontrarás algo.
—¿Tú crees?
—Soy mujer. Confía en mis instintos.
El muchacho decidió seguirle los consejos a Karen, no era la mejor ni la más fiable de las amistades, pero al menos demostraba que quería lo mejor para el actor. En secreto, Susana escuchaba claramente los planes de Terry y maldecía mil y una veces a esa estúpida aparecida. Debía eliminarla del camino y lograr la atención del actor sea como sea, quería a Terry para sí. Usando los medios que fueran necesarios, Candy dejaría de ser un obstáculo para ella.
Ahora que sabía que Terrence visitaría una joyería ideo un plan, era muy supersticiosa y creía en la magia y en los hechizos, acabaría con Candy de un modo tan sutil que nadie se preguntaría la causa de la desgracia que sobrevino en tan divina criatura. Apenas tuvo oportunidad, salió del teatro y decidió visitar una tienda de antigüedades que había escuchado que vendía artículos únicos y especiales. Cuando llegó allí, la tienda parecía casi abandonada, con las ventanas polvorientas y la puerta chirriando al abrirla.
—¿Hola? —Logro apenas decir la rubia apretando contra su pecho una bolsita con sus pertenencias —¿Hay alguien aquí?
Dentro, Susana se encontró rodeado de objetos antiguos y curiosos: relojes de bolsillo, cuadros antiguos y estatuas de porcelana. Pero lo que realmente llamó su atención fue un pequeño estuche de terciopelo rojo en una esquina de la tienda. Al acercarse, vio que dentro del estuche había un anillo de plata con una piedra preciosa color rojo intenso en el centro. Era un anillo hermoso y único, y supo de inmediato que era algo que Terry no tardaría en escoger, ese era el regalo perfecto para alguien como Candy.
—¡Hola! —Escucho esa contestación detrás suya, Susana se dio la vuelta y se espanto al encontrar la presencia de un anciano pálido de ojos sesgados y una calvicie incipiente. Vestía elegante pero esas ropas se veían tan viejas que si llegaba a poner un dedo sobre estas era probable que se hicieran polvo ante su contacto —¿Desea algo, señorita?
—Lo siento… lo siento… Yo vengo a…
—Se a lo que viene. Pocas personas saben de este lugar, y saben lo que hay aquí.
—¿Cómo que saben de lo que hay aquí?
—Lo sé todo… incluso lo que se aprecian en los corazones mas negros… —El anciano se acerco a Susana, la rubia trago en seco, como si ese tipo hurgara dentro de su alma.
—Yo… yo… vengo por una joya… vengo por un anillo ¡Ese que esta ahí! —Y señalando con el dedo índice de su mano derecha, Susana señalo el anillo con la joya roja.
El anciano desvió la mirada al anillo, en seguida, su gesto cambio, volvió a mirar a Susana y dedujo los planes de la chica, este le explico que el color de la joya cambia de acuerdo al alma de su portador, y le advirtió que el anillo tenía un pasado misterioso y peligroso. Aquello fue mas que suficiente para Susana, sin importar cualquier cosa u otras advertencias referentes a la joya, ella compro en seguida el anillo y partió del lugar… pero lo que Susana no termino de escuchar, era que cualquier daño que se infringiera sobre el portador del anillo se devolvería al doble.
Continuara…
CAPITULO 1.[/center]
Resumen: Candy recibió un anillo de compromiso por parte de Terry a muestra de su amor. Pero dicho anillo oculta un secreto mortal, uno donde hubo un tercero involucrado.
*o*o*o*o*o*o*
Candy había ido a Nueva York por Terry, él se sentía tan contento de que ella estuviera allí, estaba dispuesto a darle todo el amor y a recuperar el tiempo que habían perdido. Ya le había contado a todos en el teatro que su novia se estaba quedando en la ciudad, la mayoría lo aplaudía y estaban sorprendidos de que alguien como él tuviera novia, sobre todo se había percatado de que una de las actrices, Susana Marlowe mostraba celos evidentes ante la llegada de la tan nombrada novia de Terry.
—¡Pecosa! —Escucho gritar en algún lugar del teatro, Susana se asomó y descubrió a Terry besando a una chica rubia con fervor, su corazón se agrietó ante esa escena... Terry estaba besando a una chica preciosa, en sus sueños ella imaginaba qué él la besaba de ese mismo modo.
En cambio, ahora, esas ilusiones se rompían la verdad a la bella Candy en los brazos de Terry, era algo a lo cual no podía hacerle caso omiso.
—Es un placer verte, querida Candy ¡Al fin alguien le cerrará la boca al tonto de Terry!
—Karen... no me hagas avergonzar. —Gruño entre dientes el muchacho ingles con ganas de enroscar sus manos en el esbelto cuello de la chica.
—Descuida, descuida... estoy feliz de verlos a todos otra vez y... —Candy desvío la mirada hacia Susana, las dos rubias se vieron reflejada asiendo la antítesis una de la otra. Susana hizo puños sus manos, para ella, Candy era su rival por el aprecio de Terry, y no estaba dispuesta a perder por una campesina insulsa que había aparecido de la nada a llevarse aquello que ella deseo desde el primer día —¡Hola! Te recuerdo... estuviste en Chicago ¿Verdad?
—Ah... Si, tú eres la novia de Terry. Es un placer —Comento sin ánimos la rubia ojiazul, vio las manos unidas de Candy hacia Terry y por un momento tuvo el impulso de ir y quitarla de en medio.
—¿Qué hacemos aquí? Los invito a comer algo... Ahora Candy será mi nueva mejor amiga.
—¿En serio? Oh, no podría Karen...
—¡No es problema! Además, de mi parte corre que Terry será un caballero contigo mientras estés en la ciudad ¿Tienes donde quedarte, Candy?
—Pues... todavía no.
—Serás mi invitada de lujo.
—¿Yo? Oh, no podría, me daría mucha vergüenza.
—¡Acepta Candy! Además, al fin tendré a una amiga con la cual charlar sobre cosas intimas.
—Pecosa... sí pretendes quedarte con Claise te advierto que ella tiene malas mañas.
—¡Terrence! —reprendieron ambas chicas al actor. Susana solo pudo ver incluso el grado de camaradería que se había hecho Candy con Karen, era el colmo de los colmos.
Decidió irse de ahí antes de que sus celos hicieran acto de presencia y provocará alguna tragedia, porque desde que vio a ese hombre, lo deseo para si con todo su ser, no le importaba que tuviera dueña ¡Lo quería para sí! Deseaba a ese hombre con todo su ser. Y usaría los medios que fueran necesarios.
Ante la ocasión, Terry salió con Karen y Candy, nunca antes se había visto tan feliz desde que llegó a la compañía, esa chica era su faro en la oscuridad y todos se dieron cuenta de ello. El mismo Robert Hathaway supo que ella era quien mantenía la cordura del actor, por lo que accedió incluso a darle entradas gratis para la primera obra de la temporada. Terry en ese momento supo quería hacer algo especial para celebrar la llegada de Candy, sobre todo, hacerle la propuesta que tanto había querido hacerle desde que salió de San Pablo.
Después mucho pensar, decidió que le regalaría un anillo único y hermoso que representara su amor y compromiso. Mientras Candy descansaba en su camerino, Terry le hizo el comentario a Karen ante su propuesta.
—¡Un anillo! ¿Lo dices en serio? Saliste todo un Romeo —Vitoreo Karen dándole un manotazo en la espalda al actor —¿Y qué esperas para ir por él?
—Que no quiero que sea un anillo simple y corriente... ¡Deseo que sea especial como ella!
—¡Aaaaw! Qué bonito. Cualquier cosa que escojas ella lo va a amar.
—Es que... ¡Vaya! Hemos pasado tantas cosas juntos que, quiero que cada instante que pase con Candy sea especial, sea único. Y al igual que mi amor, inmenso como el mar.
—¡Definitivamente! Eres todo un Romeo. Hay una tienda única y exclusiva donde venden joyería exquisita, apuesto a que encontrarás algo.
—¿Tú crees?
—Soy mujer. Confía en mis instintos.
El muchacho decidió seguirle los consejos a Karen, no era la mejor ni la más fiable de las amistades, pero al menos demostraba que quería lo mejor para el actor. En secreto, Susana escuchaba claramente los planes de Terry y maldecía mil y una veces a esa estúpida aparecida. Debía eliminarla del camino y lograr la atención del actor sea como sea, quería a Terry para sí. Usando los medios que fueran necesarios, Candy dejaría de ser un obstáculo para ella.
Ahora que sabía que Terrence visitaría una joyería ideo un plan, era muy supersticiosa y creía en la magia y en los hechizos, acabaría con Candy de un modo tan sutil que nadie se preguntaría la causa de la desgracia que sobrevino en tan divina criatura. Apenas tuvo oportunidad, salió del teatro y decidió visitar una tienda de antigüedades que había escuchado que vendía artículos únicos y especiales. Cuando llegó allí, la tienda parecía casi abandonada, con las ventanas polvorientas y la puerta chirriando al abrirla.
—¿Hola? —Logro apenas decir la rubia apretando contra su pecho una bolsita con sus pertenencias —¿Hay alguien aquí?
Dentro, Susana se encontró rodeado de objetos antiguos y curiosos: relojes de bolsillo, cuadros antiguos y estatuas de porcelana. Pero lo que realmente llamó su atención fue un pequeño estuche de terciopelo rojo en una esquina de la tienda. Al acercarse, vio que dentro del estuche había un anillo de plata con una piedra preciosa color rojo intenso en el centro. Era un anillo hermoso y único, y supo de inmediato que era algo que Terry no tardaría en escoger, ese era el regalo perfecto para alguien como Candy.
—¡Hola! —Escucho esa contestación detrás suya, Susana se dio la vuelta y se espanto al encontrar la presencia de un anciano pálido de ojos sesgados y una calvicie incipiente. Vestía elegante pero esas ropas se veían tan viejas que si llegaba a poner un dedo sobre estas era probable que se hicieran polvo ante su contacto —¿Desea algo, señorita?
—Lo siento… lo siento… Yo vengo a…
—Se a lo que viene. Pocas personas saben de este lugar, y saben lo que hay aquí.
—¿Cómo que saben de lo que hay aquí?
—Lo sé todo… incluso lo que se aprecian en los corazones mas negros… —El anciano se acerco a Susana, la rubia trago en seco, como si ese tipo hurgara dentro de su alma.
—Yo… yo… vengo por una joya… vengo por un anillo ¡Ese que esta ahí! —Y señalando con el dedo índice de su mano derecha, Susana señalo el anillo con la joya roja.
El anciano desvió la mirada al anillo, en seguida, su gesto cambio, volvió a mirar a Susana y dedujo los planes de la chica, este le explico que el color de la joya cambia de acuerdo al alma de su portador, y le advirtió que el anillo tenía un pasado misterioso y peligroso. Aquello fue mas que suficiente para Susana, sin importar cualquier cosa u otras advertencias referentes a la joya, ella compro en seguida el anillo y partió del lugar… pero lo que Susana no termino de escuchar, era que cualquier daño que se infringiera sobre el portador del anillo se devolvería al doble.
Continuara…