UNA RACHA DE SUERTE
CAPITULO 2
Los días que siguieron no pudieron hacer que se olvidara de ese evento, al contrario, los revivia a cada momento , no sabia que hacer con ese sentimiento, no sabia si debía buscarla o simplemente dejar las cosas como estaban, no sabia siquiera si todo habia sido un sueño.
Aquella tarde se acerco al hospital disimuladamente para verla salir, por primera vez se dio cuenta que realmente le gustaba, que ella, a pesar de no ser toda una belleza, era muy linda… camino hacia a ella disimuladamente…
- Candy? Podemos hablar?
Ella lo miro nerviosa, era cierto que ella habia dado el primer paso pero ahora se arrepentia de ello, conociendo a Neal tal vez lo tomara en contra suya.
- Yo…yo estoy ocupada…
- Bueno, si vas a tu casa te acompaño…
- No es necesario.
- Lo se… vamos? –dijo ofreciendo su brazo, pero ella no lo acepto… Neal no lo tomo a mal, solo sonrio socarronamente y camino a su lado.
- No sabia si buscarte.
- …
- La otra noche…
- Olvida lo que dije.
- Ese es el problema, no puedo olvidarlo…
- Neal, de verdad, no es import…
- De verdad pensaste que podias decirme que te gustaba y quedarte tranquila?
Candy lo miro un poco asustada, no sabia que iba a pasar a partir de ahora, agacho el rostro… ella y su gran bocota, ahora Neal se burlaría de ella.
- Sabes, no pensé que después de tanto yo …
- Dejame en paz, no debi decirlo.
- Espera, no estas entendiendo, he estado pensando estos días y… Candy espera, no corras…
- Que quieres? Decirme que fui una tonta? Burlarte de mi?
- No, no… Candy, te lo dije, tambien me gustas…
- Que?
- Si, de verdad, tambien me gustas… yo no se como debo actuar contigo, es solo eso, no se que hacer, después de todo lo que hemos vivido no se que hacer.
Candy lo escuchaba atónita, sabia que lo decía en serio, su forma de expresarse, su nerviosismo, su mirada, ella sonrio entonces y se acerco hasta Neal acariciando su rostro... al sentir su mano el la tomo en las suyas, era la primera caricia sincera que sentía, habia salido con varias mujeres pero sabia bien que para ninguna habia signficado nada y ahora ella le ofrecia solo una caricia y desarmaba por completo la armadura que poseía.
- Crees que funcione?
- No lo se, pero no quiero quedarme con la duda… -le dijo y beso su mano, ya no solto…
Caminaron juntos el resto del camino, Neal tenia una nueva mirada, un nuevo horizonte al cual mirar… para cuando llegaron al departamento lo que los unia era algo muy fuerte, la dejo en la puerta y se despidió no sin antes acercarse a darle un beso en la mejilla, creía dentro de si que no podía arriesgarse mas…
- Mañana tambien ire por ti… y pasado y todos los días…
Ella sonrio y al cerrar la puerta se recargo en ella, realmente se sentía feliz, al igual que Neal quien camino aprisa por las escaleras…
Durante las semanas siguientes todo fue de maravilla, el sentimiento por Candy se hacia mas y mas fuerte, tanto asi que comenzó a sentir que era la mujer que deseaba por toda la vida, si, todo estaba completamente en equilibrio en su vida hasta esa noche, cuando sus amigos le invitaron esa partida de pocker.
- Te sientes con suerte eh Neal?
- Claro que si, esta vez voy a quitarles todo lo que tienen… dijo al sentarse a la mesa, el juego comenzó.
Una tras otra fue ganando las partidas, una racha de suerte lo seguía compitiera con quien compitiera, al final sus bolsillos estaban completamente llenos, no podía sentirse mas afortunado… entonces, escucho la voz de uno de los apostadores quien resentido lo único que se le ocurrio decir fue “afortunado en el juego, desafortunado en el amor”…
Neal le miro y por un momento tuvo miedo de perderlo todo, recordó que toda su suerte habia cambiado justo cuando habia perdido aquel partido, cuando no tenia ni un centavo y tuvo que volver a casa caminando… los miro a todos y el rostro de satisfacción que antes habia tenido se convirtió en uno sombrio….
- Hey Neal, la revancha?
- Sabes que, creo que por hoy he terminado.
- Pero no te iras sin darnos la revancha, mira que nos dejaste sin un quinto, anda, danos crédito…
- Caballeros, creo que terminamos… saben algo, pueden quedarse con mi ganancia, yo tengo todo lo que necesito… dijo colocando en la mesa el dinero ganado, no volveria a tocar una mesa de juego mientras estuviera vivo… mientras la tuviera a ella…
Salio del bar y corrió al departamento de Candy, quien se tuvo que despertar ante el insistente toquido a su puerta…
- Neal… que pasa? Te paso algo? Estas bien?
- Muy bien Candy… casate conmigo…
- Que? Sabes que hora son?
- Si, lo se, no pude esperar mas para pedirte que fueras mi esposa, no quiero esta racha de suerte que tengo desaparezca… por favor, casate conmigo… decía mientras la jalaba a sus brazos para sostenerla…
- Yo… yo no puedo… no…
Al escuchar estas palabras Neal sintió un enorme miedo, seria cierto? Se habría acabo su racha de suerte?
- Candy… pero…
- No puedo, no podemos… no hasta que hablemos con nuestra familia, no hasta que el abuelo William de permiso y que…
Neal respiro profundo y aliviado, le tomo el rostro entre sus manos y comenzó a besarla…
- Lo haremos, haremos lo que quieras, lo que desees… te prometo que hare lo que desees tan solo para que sigas a mi lado para siempre…
Nuevamente la abrazo y supo que la suerte no era la que dictaban las cartas, la suerte era aquella que el habia ido a perseguir en ese mismo instante y esta siempre estaría de su lado…
Fin.
Aquella tarde se acerco al hospital disimuladamente para verla salir, por primera vez se dio cuenta que realmente le gustaba, que ella, a pesar de no ser toda una belleza, era muy linda… camino hacia a ella disimuladamente…
- Candy? Podemos hablar?
Ella lo miro nerviosa, era cierto que ella habia dado el primer paso pero ahora se arrepentia de ello, conociendo a Neal tal vez lo tomara en contra suya.
- Yo…yo estoy ocupada…
- Bueno, si vas a tu casa te acompaño…
- No es necesario.
- Lo se… vamos? –dijo ofreciendo su brazo, pero ella no lo acepto… Neal no lo tomo a mal, solo sonrio socarronamente y camino a su lado.
- No sabia si buscarte.
- …
- La otra noche…
- Olvida lo que dije.
- Ese es el problema, no puedo olvidarlo…
- Neal, de verdad, no es import…
- De verdad pensaste que podias decirme que te gustaba y quedarte tranquila?
Candy lo miro un poco asustada, no sabia que iba a pasar a partir de ahora, agacho el rostro… ella y su gran bocota, ahora Neal se burlaría de ella.
- Sabes, no pensé que después de tanto yo …
- Dejame en paz, no debi decirlo.
- Espera, no estas entendiendo, he estado pensando estos días y… Candy espera, no corras…
- Que quieres? Decirme que fui una tonta? Burlarte de mi?
- No, no… Candy, te lo dije, tambien me gustas…
- Que?
- Si, de verdad, tambien me gustas… yo no se como debo actuar contigo, es solo eso, no se que hacer, después de todo lo que hemos vivido no se que hacer.
Candy lo escuchaba atónita, sabia que lo decía en serio, su forma de expresarse, su nerviosismo, su mirada, ella sonrio entonces y se acerco hasta Neal acariciando su rostro... al sentir su mano el la tomo en las suyas, era la primera caricia sincera que sentía, habia salido con varias mujeres pero sabia bien que para ninguna habia signficado nada y ahora ella le ofrecia solo una caricia y desarmaba por completo la armadura que poseía.
- Crees que funcione?
- No lo se, pero no quiero quedarme con la duda… -le dijo y beso su mano, ya no solto…
Caminaron juntos el resto del camino, Neal tenia una nueva mirada, un nuevo horizonte al cual mirar… para cuando llegaron al departamento lo que los unia era algo muy fuerte, la dejo en la puerta y se despidió no sin antes acercarse a darle un beso en la mejilla, creía dentro de si que no podía arriesgarse mas…
- Mañana tambien ire por ti… y pasado y todos los días…
Ella sonrio y al cerrar la puerta se recargo en ella, realmente se sentía feliz, al igual que Neal quien camino aprisa por las escaleras…
Durante las semanas siguientes todo fue de maravilla, el sentimiento por Candy se hacia mas y mas fuerte, tanto asi que comenzó a sentir que era la mujer que deseaba por toda la vida, si, todo estaba completamente en equilibrio en su vida hasta esa noche, cuando sus amigos le invitaron esa partida de pocker.
- Te sientes con suerte eh Neal?
- Claro que si, esta vez voy a quitarles todo lo que tienen… dijo al sentarse a la mesa, el juego comenzó.
Una tras otra fue ganando las partidas, una racha de suerte lo seguía compitiera con quien compitiera, al final sus bolsillos estaban completamente llenos, no podía sentirse mas afortunado… entonces, escucho la voz de uno de los apostadores quien resentido lo único que se le ocurrio decir fue “afortunado en el juego, desafortunado en el amor”…
Neal le miro y por un momento tuvo miedo de perderlo todo, recordó que toda su suerte habia cambiado justo cuando habia perdido aquel partido, cuando no tenia ni un centavo y tuvo que volver a casa caminando… los miro a todos y el rostro de satisfacción que antes habia tenido se convirtió en uno sombrio….
- Hey Neal, la revancha?
- Sabes que, creo que por hoy he terminado.
- Pero no te iras sin darnos la revancha, mira que nos dejaste sin un quinto, anda, danos crédito…
- Caballeros, creo que terminamos… saben algo, pueden quedarse con mi ganancia, yo tengo todo lo que necesito… dijo colocando en la mesa el dinero ganado, no volveria a tocar una mesa de juego mientras estuviera vivo… mientras la tuviera a ella…
Salio del bar y corrió al departamento de Candy, quien se tuvo que despertar ante el insistente toquido a su puerta…
- Neal… que pasa? Te paso algo? Estas bien?
- Muy bien Candy… casate conmigo…
- Que? Sabes que hora son?
- Si, lo se, no pude esperar mas para pedirte que fueras mi esposa, no quiero esta racha de suerte que tengo desaparezca… por favor, casate conmigo… decía mientras la jalaba a sus brazos para sostenerla…
- Yo… yo no puedo… no…
Al escuchar estas palabras Neal sintió un enorme miedo, seria cierto? Se habría acabo su racha de suerte?
- Candy… pero…
- No puedo, no podemos… no hasta que hablemos con nuestra familia, no hasta que el abuelo William de permiso y que…
Neal respiro profundo y aliviado, le tomo el rostro entre sus manos y comenzó a besarla…
- Lo haremos, haremos lo que quieras, lo que desees… te prometo que hare lo que desees tan solo para que sigas a mi lado para siempre…
Nuevamente la abrazo y supo que la suerte no era la que dictaban las cartas, la suerte era aquella que el habia ido a perseguir en ese mismo instante y esta siempre estaría de su lado…
Fin.