Aquella fue una de tantas tardes n las cuales su cabeza no daba para mas, habia sido a caminar sin rumbo fijo y no supo como llego hasta ese camino oscuro, lleno de arboles secos, lleno de olvido.
Se quedo ahi, recargado en un tronco, lleno de sentimientos reprimidos a punto de soltar el llanto.
No, no le dolia que ella le hubiese rechazado, le dolia el orgullo, eso era lo que mas le dolia en ese momento. Le dolia haber sido tan debil para fijarse en ella, le dolia haberle rogado, haberle dado la posibilidad de ser su esposa y aun asi verse rechazado por alguien que no lo merecia, le dolia haber sido humillado ante sus amigos y le dolia que su propia familia le hubiese alentado en vez de detenerlo como lo habian hecho con tantos proyectos. Si, eso era lo que le dolia y ahora no sabia como superar ese sentimiento de ira, de culpa, de desesperacion, de coraje, de odio...
En medio de aquel paraje el viento comenzo a soplar, era un viento gelido que le hizo doler hasta los huesos, quiso alejarse pero parecia que el mismo viento lo envolvia y paralizaba a su persona.
- Ven a mi...
Dijo aquella voz que se perdia entre el aire helado.
- Ven a mi...
Neal temblo de miedo pero al mismo tiempo tuvo la necesidad de avanzar hacia donde el viento lo estaba guiando, aquella voz se repetia una y otra vez y el sin poder detenerse solo avanzo paso a paso sin siquiera voltear atras.
Aquella vision le lleno el alma y aquella Mansion que se posaba delante de su mirada abrio sus puertas para darle la bienvenida.
Ven a mi... ahora estas a salvo...
Dijo la voz antes de que el se decidiera a entrar.
Continuara...