En la antigüedad por ignorancia y temores infundados, los gatos negros fueron considerados de "mala suerte". Y en la época más oscura de la humanidad se les considero brujas adoptando la felina forma, por esta superchería los pobres bichos sufrieron una persecución implacable en el pasado.
Mentiría si afirmara que adoro a los gatunos, porque no es cierto. Les tengo fobia, irracional e incomprensible, además, soy alergica. Así que definitivamente, nunca sería la orgullosa dueña de un gato.
¿Por qué este soliloquio gatuno? Cierto día, caminaba distraída, como es habitual en mí, cuando se cruza en mi camino, ¡con la velocidad de un parpadeo, un gato negro.
No puedo evitar ahogar un grito - ¡C..brón gato, casi me matas de un susto!- para enseguida aflorar la sugestión de tantos relatos sobre estos animales -Gato negro sinónimo de "mala suerte"- sentencio.
-Bueno, no me puede ir peor, ya tengo bastante con mi negra suerte- no concluyó mi diatriba, pues frente a mí, un atractivo joven hace magistral aparición, enfundado en un ajustado traje de cuero negro, se acerca a paso lento, semejando el elegante andar de un felino.
-¡Cielos, el gato se metarfoseo en un hombre, es un hechicero!- Haciendo en mí, mella vulgares supersticiones.
Y es que me es imposible apartar la mirada de ese par de ojos, tan negros como la noche. A pesar de mis temores, él me tiene cautiva de su mirar.
-Disculpe, sí la asustó Blackie-Superado mi desconcierto, observó una bola peluda en los brazos del guapérrimo caballero- es un travieso fugitivo, añade y extendiendome la palma de su mano-George Jhonson, a sus pies, bella damita- estrecha la mía y me obsequía la más seductora de las sonrisas.
-¡George Jhonson, así me lo recetó el doctor, venga con su amita gatito hermoso! ¡Qué importan mis fobias y alergias! ¡No importa si es un hechicero, de aquí soy!- Bien chiflada por el monumento de cuero que tengo al frente.
La bola peluda me mira burlona con esos ladinos ojillos, como diciendo -No, qué no chiquita.
Y no me queda más que darle la razón, los gatos negros no atraen la mala suerte, sino todo lo contrario.