GUERRA FLORIDA 2016
CLASE ESPECIAL AQUELARRE ANDREW
"CONFIA EN MI"
Disclaimer: Candy Candy y sus personajes pertenecen a sus respectivas autoras, la historia a continuación es de mi autoría, realizada con el propósito de entretener y no de lucrar.
[size=32]Capítulo 16[/size]
- Bueno, yo conocí a Chris cuando tenía 14 años, para esto mis padres ya habían fallecido y Dorothy hacia todo lo posible para mantenernos, pero entre la casa, la escuela y el trabajo que consiguió en el café, estaban acabando con ella, y para colmo, aun con todos sus esfuerzos y las limitaciones con las que vivíamos, el dinero no nos alcanzaba.
Cierta tarde, cuando regresaba de la escuela, vi a una mujer que pegaba un anuncio en el cartel del market de la esquina, y me acerque a leer, ya había decidido que trabajaría en mis tiempos libres para apoyar a Dorothy con los gastos, aunque ella no quisiera.
El anuncia decía que necesitaban a alguien para cuidar a un bebe por las tardes, y como la mujer había entrado a comprar, decidí esperarla para que me diera más información, al salir ella, me le acerque con el anuncio en la mano.
Recuerdo que la saludé y ella me respondió con una sonrisa, le pregunte por el anuncio y me dijo que era para cuidar de su bebe, ella podía hacerlos por las mañanas, pero que en la tarde se le complicaba un poco, pues paraba entrando y saliendo de casa para hacer varios mandados, me explico el trabajo que tendría que hacer, y no era nada difícil ya que ella siempre estaría a ratos conmigo, la paga no era mala y el horario me convenía, así que me ofrecí para el puesto y ella acepto.
Mery, que es como se llama la mujer, me presento a su hijo, a Anthony …..
Candy se detuvo en su narración esperando una reacción por parte de su esposo, pero Albert no dijo nada, solo beso su cabeza para animarla a seguir.
… Anthony era un bebe hermoso, su cabello castaño y ondeado, sus enormes ojos grises, tenía 6 meses cuando lo conocí, y ya se veía que sería un galán.
Acompañe a Mery a su casa y la ayude con las compras, desde ese día trabajaba para ella, me presento a su esposo, Christopher Argent, que en ese tiempo no contaba con más de veinte años, eran una pareja joven, que habían tenido un bebe por accidente, pero que habían decidido seguir juntos adelante, contra viento y marea
Al principio no vi nada raro, ni nada me pareció extraño, pero después de unas semanas de trabajar para ellos, y ver que ambos siempre estaban en casa en horario de oficina, me dio curiosidad y pregunte a que se dedicaban, ofreciendo mis servicios de niñera por si trabajaban de noche y no tenían con quien dejar a Tony; Chris y Mery se miraron mutuamente, y me dijeron que era mejor que no supiera más de lo que ya sabía, Mery agacho la cabeza y me dijo que aunque lo que ellos hacían no era malo, tampoco era del todo bueno, y que era mejor no saber; así que no volví a preguntar más.
Un mes después de esa conversación, comencé a ver gente extraña en la casa, Mery me decía que me encerrara en el cuarto con Tony antes de que ella abriera la puerta para dejar entrar a las visitas, y yo no debía salir hasta que ella me fuese a buscar.
Para cuando me gane la confianza de Mery y Chris, Tony ya tenía dos años, y yo estaba por cumplir los dieciséis, una tarde, Mery me llamo a la sala, cuando la visita aún estaba, y me presento al resto de la pandilla….
Comprenderás amor que no te puedo decir los nombres de cada uno de ellos, ni cuantos eran, pero si te puedo decir que todos se cuidaban entre ellos, y fue ahí cuando me contaron lo que hacían para vivir y me dijeron acerca de su negocio.
Mery, Chris y los chicos, se dedicaban a la comercialización de drogas, era por eso que Mery tenía que entrar y salir varias veces al día para hacer las entregas, que Chris siempre viajaba a Nuevo México una vez al mes como mínimo, para traer más “mercadería”, y los chicos la vendían en los antros y pubs de la ciudad, por eso venían todas las tardes, a recoger lo que llevarían cada noche para la venta.
En ese momento no me importo a que se dedicaban, me importaba más el haberme ganado su confianza por fin, y estaba agradecida por eso, pues sea como fuese que eran en ese tiempo, se convirtieron en mi familia.
A pesar de que Dorothy siempre me dijo que me alejara de ellos, que no eran una compañía que debía tener, que saldría mal parada por andar con ellos, nunca la escuche, me molestaba con ella cuando hablaba de los chicos, y aunque me prohibió que siguiera frecuentándolos, no los deje de ver, pues nos seguía haciendo falta el dinero, y haría más falta cuando terminara la prepa.
Una tarde le comente a Mery que deseaba ir a la universidad, seguir la carrera de administración, trabajar y ayudar a mi hermana, darle una vida mejor, y tal vez ayudarla a pagarse los estudios, ella se había relegado a un segundo plano para darme a mí todo lo que podía.
Sinceramente pensé que se molestaría conmigo, que lo tomaría a mal, pues creí tontamente que querrían que me uniese a su “negocio”, pero no fue así, Mery se alegró por mí, me dijo que estaba muy bien que yo tuviera metas, que quisiera superarme, que ellos me apoyarían, pues todos sabían que yo no pertenecía a ese mundo, que si alguien debía ser rescatado de tanta inmundicia en la que vivíamos, esa debía ser yo.
Me sentí tan reconfortada con sus palabras, que empecé a luchar para no defraudarlos, me dedique más a los estudios, le pedí al oso que me acompañara una vez a la semana a la biblioteca, y a los chicos les dije que en lugar de regalarme ropa, perfumes o accesorios, me regalaran un libro.
- Quien es el oso princesa? Pregunto Albert interrumpiendo la narración de la rubia.
- El Oso Meloso es Chris amor, yo le puse ese sobrenombre porque parecía un oso con su cara de malo y su presencia imponente, pero cuando lo conocías bien, era un dulce, por eso le decía oso meloso
- Ok, comprendido, continúa princesa
… Bien, en que me quede… ahh ya, bueno todos me apoyaban con mis estudios, me ayudaban cuando tenía que estudiar, en fin, siempre estaban ahí cuando los necesitaba, pero no todo era felicidad
Cuando el negocio de Chris empezó a crecer, comenzaron a llegar las amenazas; en ese mundo cuando eres un micro comercializador no te toman importancia, digamos que los grandes te dejan trabajar, pero cuando comienzas a crecer y te vas convirtiendo en competencia para ellos, te quitan del camino, y eso fue lo que pasó; fue todo tan rápido que nadie lo vio venir, creo que Mery y Chris se confiaron demasiado, empezaron a hacer demasiada luz.
Dejaron el viejo escarabajo que tenían para comprar un Audi del año, remodelaron el departamento completamente, se compraron joyas y trajes finos, en fin, comenzaron a despilfarrar, y yo también recibía mi parte, ellos me daban mis propinas, aparte de mi sueldo, propinas que llegaban a cubrir un mes de pensión en cualquier universidad, y no me las daban ni mensual, ni quincenalmente, sino casi a diario.
Al principio se las rechazaba, pero siempre terminaba aceptándolas para que no se resintieran conmigo, luego ya no les hacía tanto drama, pero tampoco me la gastaba, era dinero que no me había ganado, y esa idea no me agradaba, así que empecé a juntar ese dinero y lo escondía en casa.
La gente pensaba que yo era familia de Chris, ya que siempre paraba con ellos, y como me trataban como eso, como familia, además de que casi nunca paraba con Dorothy, pues se los dejamos creer.
Cuando estaba por cumplir los diecisiete, las cosas se empezaron a poner feas, los chicos llegaban golpeados, las amenazas se hicieron más latentes y el miedo empezó a corroer nuestra amistad.
Mery, Chris y los chicos empezaron a discutir por todo, ya no estaban de acuerdo en nada, los gritos y las peleas constantes se habían hecho el pan de cada día en aquella casa, hasta que un día, ya no pude más.
Cuando todos estaban reunidos en la sala gritándose mutuamente, entre a la habitación con un jarrón en las manos, era uno de los últimos que Mery se había comprado, por la cara que puso, puedo asegurar que era muy caro, pero en ese momento no lo pensé.
Entre a la sala con el jarrón y lo avente contra el piso, todos se callaron de inmediato y me quedaron viendo como si estuviera loca, entonces fui yo la que comenzó a gritar, diciendo lo harta que estaba de todo, lo decepcionada que me sentía de ellos, permitiendo que el miedo y la avaricia se adueñaran de sus personas, de cuando acá esa familia se había resquebrajado tanto, era el colmo que prefirieran separarse solo porque no les parecía los porcentajes de dinero que se llevaba cada cual, que si él se lleva más y vende menos, que si yo lo vendo a mas precio, que yo vendo más que todos y debo ganar más.
Fue ahí cuando me di cuenta que el dinero y el poder cambia a la gente, recuerdo que llore suplicándoles que dejaran todo y se tomaran un tiempo, que dejaran el negocio y se dedicaran a sus familias, se estaban preocupando por dinero y repartijas cuando lo más importante era cuidar de sus vidas que estaban siendo amenazadas.
Al parecer los hice entrar en razón, porque me prometieron dejar todo, habían juntado lo suficiente para vivir tranquilamente por un tiempo, cada quien tomaría unas merecidas vacaciones con sus respectivas familias y se reunirían nuevamente al cabo de seis meses.
Yo estaba feliz, todos volvían a ser los mismos, cada uno se fue retirando, pero uno de los chicos se quedó hasta el final, se trataba de Erick, era el más joven del grupo y el ultimo que ingreso a la pandilla, incluso entro después de que yo los conocí.
Erick le pidió a Chris que lo llevase a su casa, pues su auto se había malogrado y tenía miedo de tomar un taxi ya que lo habían estado amenazando esa semana, además de que se había dado cuenta de que lo estaban siguiendo.
Chris se molestó con él, por no haberle contado lo que pasaba, el oso siempre se preocupaba por nosotros, incluso más que por sí mismo, así que raudo tomo las llaves del Audi y salió con Erick para llevarlo sano, salvo y seguro.
Algo dentro de mí, me decía que no debía dejarlo salir, pero no podía hacer nada, no tenía ninguna razón para detenerlo, así que se fue.
A los pocos minutos que Erick y Chris salieron, me di cuenta que Anthony ya no tenía leche, por lo que Mery salió al súper a comprar, quise acompañarla junto con Tony, pero ella me dijo que era mejor que nos quedemos en casa, por todo lo que había estado ocurriendo últimamente.
Como prediciendo lo que se avecinaba, cuando salió Mery del departamento comenzó a llover caudalosamente….
- Hace cuatro años, una noche de lluvia, la peor de todas las registradas a lo largo de diez años, la noche en que Stear se accidento con el auto – comento Albert en voz alta
Si, esa noche fue, ya habían pasado dos horas desde que Mery había salido a comprar, y ya me tenía preocupada, felizmente había encontrado un tarro de leche para Tony, refundido en la alacena, por lo que ya lo había alimentado y él se encontraba durmiendo en el sofá.
Parecía un angelito, era tan bello con sus casi cuatro añitos, el año que entraba, iría al jardín de niños, y todos estábamos emocionados….
Lamentablemente eso nunca paso….
Esa noche, Chris llego herido a la casa, unos tipos le habían pagado a Erick para que lo entregara y pudieran matarlo, felizmente logro escapar.
Cuando llego al departamento, estaba más muerto que vivo, con las justas y podía respirar, recuerdo que me sorprendí por tanta sangre que vi, pero no tenía tiempo para melodramas, debía pensar rápido, ya que Chris logro decirme que lo seguían
Lo ayude a esconderse en el departamento que estaba tres pisos sobre el nuestro, era su refugio, ahí se desaparecía con Mery cuando deseaban estar solos y escaparse de la realidad, así que lo lleve, y lo deje recostado en la cama; baje corriendo las escaleras y tome un cuchillo con el que me hice un corte superficial en el brazo, luego tome ciertas latas de la alacena y algunas frutas y verduras y las regué por el piso, justo cuando estaba cargando a Tony, entraron al departamento violentamente
Eran tres tipos altos y fornidos, traían traje y corbata, y un arma cada uno; uno de ellos se me acerco y me pregunto dónde estaba Chris, yo le respondí que no sabía, que había salido a dejar a uno de los chicos a su casa, entonces ese hombre me abofeteo…
- Crees que soy estúpido muchachita – rugio el tipo con camisa azul – mas te vale que me digas donde esta El Oso de una buena vez si no quieres otra caricia
- No lo sé – dijo la rubia entre sollozos a causa del miedo y del golpe
- Vamos Raymond no la golpees, no vez que la podemos hacer hablar de otra manera – dijo el tipo de camisa blanca al de camisa azul, descubriendo así su identidad, mientras se acercaba peligrosamente a la rubia, viéndola lujuriosamente, deseándola, queriendo saciar sus bajos impulsos con el cuerpo de aquella muchacha
- Basta ya ustedes dos – bramo el que tenía camisa negra, apartando al par de hombres que habían rodeado a la chica y acercándose él a ella – Mira bonita – le dijo con voz fría y tranquila – este par, que ves aquí – mientras señalaba a los hombres que estaban a su lado – son un par de animales, y no los voy a poder contener más tiempo, será mejor que me digas lo que quiero saber, porque no soy ningún idiota niña, y pude ver que la puerta esta manchada de sangre, sangre que me imagino es del Oso
- No… Se-ñor – dijo la rubia tartamudeando por el miedo – esa.. sa-sa-sangre e-e-es mía, mi-mi-mire – le dijo la rubia mostrándole el brazo que traía cortado – me corte con una lata en el callejón regresando de hacer las compras – finalizo un poco más tranquila mientras señalaba las latas y las verduras regadas en el piso
El tipo la miro fijamente, tratando de decidir si creerle o no…
- Espero que me estés diciendo la verdad ricitos de oro, y que Chris no esté aquí, porque si no la pagaras muy caro – respondió el hombre sujetando fuertemente la mandíbula de la rubia para obligarla a mirarlo, mientras que con la otra mano les hacia una seña a sus compinches para que revisaran el apartamento.
Mientras todo esto pasaba, Candy se había arrinconado en una esquina con el pequeño Tony en brazos, rogando internamente que Mery no llegase y que Tony no se despertara
- Aquí no hay nada jefe – dijo Raymond saliendo del dormitorio
- Aquí tampoco señor – dijo el de camisa blanca terminando de revisar su área
- Bien, como al parecer me has dicho la verdad, seré bueno y te dejare vivir, nada más para que le des un mensaje al Oso, estamos?
Candy solo asintió afirmativamente con la cabeza, lo que fue señal suficiente para el tipo de camisa negra.
- Le dirás al oso, que tiene hasta mañana a las cinco de la tarde para entregarse, que haremos un canje justo, será su vida por la de su hijo – dijo el hombre mirando fijamente al niño que Candy por instinto sujeto más fuerte contra su pecho.
- No por favor, llévame a mí, yo soy su hermana, llévame a mí, deja a Tony tranquilo él no tiene la culpa de nada – rogaba la rubia con lágrimas en los ojos
- Con que su hermana eh – sopeso la posibilidad el tipo – nooo mejor es un hijo, a ti te podría dejar morir, a su hijo, lo dudo, muchachos tomen al niño, y déjenle un recuerdito a esta niña, porque no me trago el cuento de que no sepa donde esta Chris
Candy se aferró al cuerpo de Tony como si se tratara de su propia vida, no lo soltaba por nada; el niño despertó por los forcejeos que sentía y comenzó a gritar asustado, Raymond abofeteo nuevamente a la rubia, logrando atontarla, mientras el otro tipo aprovechaba para quitarle al niño de los brazos
Cuando sintió que Tony era arrebatado de sus brazos, la rubia se enfureció de tal manera que saco fuerzas de donde no las tenía para enfrentarse a Raymond y recuperar a Tony, lamentablemente, el hombre era mucho más fuerte que ella, y sus esfuerzos solo terminaron por enfurecer mal Raymond, quien le propino tremenda golpiza y después se deleitó manoseando el cuerpo de la rubia, que yacía inconsciente en medio de la sala.
- Te dije que solo era un recuerdo!!! – Bramo el de camisa negra – la necesito lucida para que entregue el mensaje, idiota.
- Jefe perdone
- Camina imbécil, ya arruinaste mis planes – dijo el tipo saliendo del departamento junto con sus compinches y con el niño gritando en brazos del tipo de camisa blanca.
Cuando desperté – continuo Candy con su relato – me encontraba en el hospital y habían pasado dos días desde el ataque, desperté muy tarde, no pude dar el mensaje, Tony fue encontrado muerto, y dejado en el parque que estaba frente a los edificios donde vivían Mery y Chris
No estuve junto a Tony cuando más me necesito, lo deje morir Albert, lo deje morir – sollozó la rubia aferrándose más al torso de su esposo, y escondiendo la cara en su pecho para que el no viera sus lágrimas...
CONTINUARÁ...
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Buenas horas chicas bellas, mil disculpas por la demora de este capitulo, ya lo tenia listo para subir, pero me quede sin internet , felizmente ya regreso y por heso lo subo ahora
Espero que les guste este capitulo, fue bastante dificil para mi comenzarlo, pero cuando le cogi el hilo, las palabras solo fueron saliendo como si yo misma hubiera vivido lo que paso nuestra candy, quedo a la espera de sus comentarios chicas, asi que ya saben a comentar se ha dicho
Bueno les pido disculpas de antemano por que no podre subir mas capitulos por un par de dias, me toca salir a campo a visitar clientes y no tendre una compu cerca, pero si me puedo dar una escapada le subo aunque sea uno cortito
Cuidense mucho y besos a todas...