LA IMAGEN ES DE OLADYS, ES LA QUE INSPIRO ESTA HISTORIA... SE DARAN 10 FIRMITAS A LAS PRIMERAS EN COMENTAR...
CON ESPIRITU DE AYUDA
La noche habia sido completamente agotadora, era lógico, si lo pensaba no se habia puesto a descansar ni un minuto durante la guardia, pero como podía hacerlo cuando habia tanto trabajo.
Desde que había decidido seguir esa vocación Albert tenia muchas noches como esas, pero al final del día o la noche siempre se sentía satisfecho de poder haber salvado una vida mas o ayudado a alguna persona. De alguna forma descubrió que esa era su verdadera vocación cuando decidio seguirla.
Años atrás, cuando se dio a conocer su posición en la familia Andrew, las cosas que el conocía se fueron alejando de su vida, sus animales, sus paseos, sus amigos, todo. Se sentía sumamente infeliz de no ser por aquella amiga constante que lo visitaba dia tras dia al principio, un poco mas lejano después. Candy para el, era el escape de ese mundo vacio en el cual se encontraba atrapado.
Un día camino a una de sus oficinas vivio el momento, tal vez, mas intenso de su vida, habia bajado del auto para caminar un poco, se sentía hastiado de esas juntas maratónicas a las que debía acudir, entonces paso que una mujer comenzó a pedir ayuda, estaba a punto de parir en plena calle. Todo el mundo miraba azorado y asustado, alguien habia ido corriendo al hospital para avisar pero era obvio que no llegarían a tiempo, con su traje inmaculado Albert se acerco no para mirar como todos, sino dispuesto a ayudar. La mujer lo vio con terror cuando el se agacho y metio la mano entre su ropa, hubieron muchas personas que se voltearon y otros que le insultaron, pero el sabia lo que hacia, tener un hijo humano era lo mismo que un cachorro, penso.
- Tiene que empujar señora, el niño esta por salir. –dijo arremangando su camisa y tapándola un poco con el saco que acababa de quitarse. –alguien que pueda ayudarme, señora, présteme su abrigo.-ordeno a una mujer con un caro abrigo de piel.
- Que dice? Sabe cuanto cuesta este abrigo?
- Necesitamos ayudar a la dama, no se ponga a pensar en precios ahora.
- Esta usted loco.
Albert la miro enfadado y se levanto para enfrentarse a la mujer.
- Sabe quien soy Señora? Seguro me reconoce por los diarios. Soy William Albert Andrew y soy capaz de reembolsarle ese abrigo y compensarla, no me venga con tonterías y deme el abrigo de una vez que esta mujer lo necesita.
La mujer asustada se quito el abrigo, ciertamente el era quien decía ser y no pudo negarse. Albert tomo el abrigo y lo coloco debajo de la parturienta, volteo y vio a otro hombre y pidió.
- Su saco. –el hombre obedecio al instante. – necesito mas ropa, el niño esta por salir, algo calido.
- Si… dijo una mujer quitándose una chalina que traía.
Otro mas le ofrecio su gabardina y al final, los que no quisieron ayudar se alejaron, la escena era demasiado fuerte para cualquiera en esa época.
Al final el llanto de un bebe se escucho por toda la calle, un carro se acerco hasta el sitio y un hombre vestido elegantemente bajo del mismo.
- Sr. Andrew, el auto.
Albert entendio inmediatamente y asintió, ofrecio al bebe a George mientras buscaba con que cortar el cordon que aun lo unia a su madre George le ofrecio una navaja para después ayudarle a subir a la mujer al auto sin importar cuanto estuviera sangrando, lo importante era llevarla a ella y al crio al hospital lo antes posibles.
Al llegar al hospital Candy vio la escena, camilleros llegaron por los pacientes y se los llevaron mientras que Albert se quedaba en la puerta viendo como se alejaban de el.
- Estas bien? –pregunto Candy acercándose.
- Yo…
- Fuiste muy valiente Albert. Como supiste que hacer?
- No lo se…solo… Candy fue lo mas maravilloso que he hecho.
- Lo se… ayudarla asi, mira como estas, ¿quieres cambiarte?
- Tengo que irme pero… tengo que irme.
Candy lo miro orgullosa y llena de admiración, Albert era un hombre excepcional realmente, con un gran corazón y un alma noble.
Al llegar a la mansión subio al cuarto y se vio cubierto de sangre, sonrio, se quito la ropa y se metio a bañar, la sensación que tenia a flor de piel le hacia sentir por primera vez feliz en mucho tiempo, completo, fue ahí que lo decidio, en medio de una tina llena de agua.
Al dia siguiente hablo con Archie, debía ponerlo al tanto de sus decisiones, sabia que el era el único que seria capaz de hacerse cargo de la empresa, de la familia y de todo lo que esto conllevaba. “porque no lo hice antes” … pensaba mientras Archie le brindaba todo su apoyo y accedia a convertirse en la cabeza principal de los Andrew.
Por supuesto que fue un gran alboroto, por supuesto que hubieron criticas, reclamos y murmuraciones pero eso no le importo.
Ahora, después de varios años salía del hospital con su bata blanca y con la sonrisa en los labios, si, era cansado pero no habia nada que le llenara mas en la vida que hacer lo que realmente amaba hacer.
FIN.