CLASE ESPECIAL AQUELARRE ANDREW
GUERRA FLORIDA 2016
GUERRA FLORIDA 2016
SALUDOS A TODAS LAS AMABLES LECTORAS DE ESTE FIC EN CONJUNTO, AQUI OTRO CAPITULO ESPERANDO SEA DE SU AGRADO
GRACIAS
DISCLAIMER: Los personajes de Candy Candy no me pertenecen. Son propiedad de Mizuki & Igarashi. Este fic se realizó sin fines de lucro. Para la Guerra Florida 2016. Historia alterna. Por Candice Ledezma & Sahra Mc Cartney “Gràdhdauphin”
Capítulo 5
Willam se alejó un momento y regreso de inmediato a donde estaba ella. Observaba la nieve caer y pensaba en lo que estaba apuntó ¡de hacer! toda duda se fue al sentir los brazos de William
-Ven vamos Kaira
La voz de William se volvió un poco ronca, llegaron al elevador el, la abrazaba y ella se acurro sobre su pecho. Llegaron a una habitación y entraron, ella camino un poco por la habitación y William no perdía detalle de ella poniéndola ¡más nerviosa! Sabía muy bien lo que podría pasar entre ellos... Pero hace tanto tiempo que no se entregaba a nadie por miedo a salir lastimada. William noto su nerviosismo
-¡No pasará nada que tu no quieras!
Se acercó a ella por la espalda. Ella tembló al sentir su aliento en su cuello, le ayudo a quitarse la pashmina
Llevaba su cabello recogido y el beso sus hombros tiernamente. Con una mano la acariciaba y con la otra soltaba sus cabellos castaños. La volteó para verla de frente y quedó asombrado por su belleza los minutos pasaban tan lentamente que se fueron perdiendo en sus sentimientos y emociones…
La noche pasaba y el la abrazo a su pecho y acarició su cabello, hasta que ella se quedó dormida en sus brazos
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En el lobby del hotel estaban Albert y Candy platicando y deleitándose con el ambiente festivo... Albert quería estar ¡a solas! así que la invito a dar un paseo por Paris. A pesar de que hacia frio el panorama era bellísimo y era un buen pretexto para estar juntitos Salieron del hotel, Albert abrazo a Candy para que no sintiera frio a pesar de su abrigo. Salieron abrazados sin impórtales nadie más que ellos mismos, caminaron por algún rato pero Albert al ver que Candy temblaba del frio decidió que era momento de regresar al hotel, ella temblaba de frio, pero eso era lo de menos. Estar al lado de Albert ¡lo valía todo! Al llegar al hotel Albert se ofreció para acompañarla a su habitación. Ya que él sabía perfectamente bien que ahí estarían a solas…. Él le ofreció abrir la puerta tomando la tarjeta que funcionaba como llave. Candy se sentía un poco apenada primero, porque tuvieron que regresar y segundo porque al entrar se dio cuento de que no estaba su amiga y al notar que estaban solos. Ella le ofreció una bebida y el acepto, la velada pasaba para los dos jóvenes enamorados sin darse cuenta que los dos ya muy cómodos platicaban y reían, ella con tan lindo vestido sentada en el piso y él ya se había despojado de su saco y los dos se sentían tan cómodos…… Albert al ver la belleza de Candy le acerco la mano al rostro para arreglarle un riso de su cabello acariciando su bello rostro se fue acercando lentamente y comenzó a besarla tiernamente ella respondiendo a sus caricias comenzó a acariciar su cabello dorado cosa que a él le agrado ya que se acomodó para poder abrazarla y besarla mejor, la acerco a su cuerpo y se deleitó al sentirlo tan hermoso cerca de él, tal cercanía lo había provocado tanto que tuvo que alejarse un poco de ella no quería asustarla , pero su deseo era más fuerte y decidió seguir dando rienda suelta a ¡sus deseos más íntimos!
Ella se perdió en sus besos y caricias, que no le importaba nada lo único que importaba era estar entre sus brazos entregarse a él, ¡en cuerpo y alma!
Albert la besaba no había lugar que su boca no quisiera besar y probar, ella solo se dejaba amar. Albert comenzó a desnudarla lentamente así, él podía besar cada parte de su cuerpo. Ella acariciaba su cuerpo tan perfectamente moldeado, se dieron cuenta que ya no podían ni querían detenerse así que Albert tomo a Candy en sus brazos lentamente la recostó en la cama y podía ver como él se iba quitando la ropa la ayudo poco a poco a deshacerse de su vestido, y todo aquello que pudiera estorbar. Entre besos hambrientos de amor y apasionadas caricias…
-Eres tan hermosa que …no puedo esperar más… te deseo .. Quiero tenerte sin reservas….
-Albert te amo y yo tampoco quiero ¡esperar!…… y ¡quiero darte mi amor!.......
Ella se sentía en las nubes y él se sentía satisfecho y feliz de poder volver a amar de esa manera y más a su querida Candy….
Después de haber subido al cielo, Candy se dio cuenta de que tenía que recuperarse ya que Kaira podría llegar en cualquier momento.. Pero al estar en los brazos de aquel hombre tan guapo y de bellos ojos azules lo que su amiga pensara era lo que menos importaba, y ya que los minutos pasaban se dio cuenta de que tal vez su amiga también había tocado el cielo.
Ya más entrada la madrugada casi al amanecer. Kaira despertó en los brazos de William ella abrió perezosamente sus ojos mientras el, la estaba observando, ella se sonrojo al darse cuenta de donde y con quien ¡estaba! William le dio un beso tierno en la frente
-¿Te gustaría volver a París en primavera?
-¿Escuché bien? ¿Quieres regresar aquí conmigo?
-¡Si querida! quiero estar contigo!
-Si es posible, volveré aquí contigo
Se entregaron mutuamente y la mañana llego, eran más de las 11 y seguían dormidos…
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En la habitación de Candy…. Ella se despertó y sonrió al ver la compañía qué tenía. Albert abrió los ojos y vio a Candy levantada, vestida con un camisón que no dejaba mucho a la imaginación, su cabello despeinado caía sobre su tersa piel blanca,
-Ven aquí pequeña ¡solo 5 minutos más!
Acomodándose de nuevo, invitándola a regresar a sus brazos.
-¡No! Albert ¡muero de hambre! Y tú, ¿no tienes hambre?
Albert tocándose su estómagos - tienes razón vamos a desayunar -
-¿Desayunar?
-¡Sera come! Porque es muy tarde
-¿Tarde? Vaya que cosas, es que al estar a tu lado el tiempo no importa. Lo único que me interesa es hacerte feliz y compartir mi vida contigo
-Ok, me baño y nos vamos ¡vale!
Candy no podía creer lo que estaba pasando estaba con un hombre no solo atractivo si no que la estaba tratando como una Reyna, siempre al pendiente de ella aún en la intimidad. Siempre estuvo pendiente de sus reacciones siempre supo cómo ¡tratarla! Candy entró al baño y detrás de ella Albert. Se sorprendió al verlo ahí parado enfrente de ella y la pasión lleno la ducha tardaron más de una en salir. Ella ya cambiada acompañó a Albert a su habitación a cambiarse de ropa, todavía traía la misma ropa de la noche anterior. Listos y hambrientos bajaron a buscar un lugar dónde comer…
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Kaira seguía dormida William despertó primero, Él no quería dejarla ir todavía, dejo que durmiera un poco más, se ducho y pidió servicio a la habitación, para cuando ella despertará. Él quería disfrutar de su compañía por más tiempo. Parecía hechizado por esa mujer que estaba en su cama, ella se sintió observada y despertó se sonrojo al darse cuenta que estaba desnuda bajo las sabanas, el pareció entenderla y le dio su camisa para que la usará no pudo evitar aspirar el aroma tan masculino de él,
-Buenos días William
-Tardes, ¡mejor dicho!
-¡Que!
-¡Si! ya son tardes.
-¡Oh Dios! ¡No le he hablado a Candy!
William sonrió acomodándose a su lado.
-Esta con mi hermano
-¿Cómo sabes?
-El me mando un texto, salieron a comer. No te preocupes, ¿tú no tienes hambre?
-¡Si, Mucha!
Ambos sonreían…Tomaron un café para terminar de despertar
Parecía que leía su mente. Ella sumida en sus pensamientos, el veía que sonreía alegremente sabía que estaba recordando la noche que habían tenido. Se llenó de orgullo al ver que ella se sentía bien y plena lo sintió el mismo mientras la tocaba sentía que estaban conectados.
¡La vida así juntos ya la estaban soñando!
Los dos entre risas y anécdotas de cuando eran niños. Ella estaba sorprendida nunca pensó que fuera un hombre tan divertido por esa carita de serio que siempre tenía.
Ya eran más de la cinco de la tarde Candy y Albert seguían en su paseo por la ciudad poco les importó el frio y la nieve, Albert no dejaba de admirarla ella lucia simplemente hermosa, con su cabello trenzado vestida con un conjunto color verde que resaltaba el color de su mirada Chamarra, guantes y gorro combinaban muy bien. Albert iba de jeans, chamarra, botas y bufanda, ellos estaban en su burbuja caminaban por aquella fría y bella ciudad abrazados compartiendo nuevos planes. Albert la invito a tomar un café a una cafetería en un lugar emblemático en Paris.
En Marais. Muy próximo a La Bastilla se encuentra este barrio que en este último tiempo ha resurgido con mucha fuerza. Sus locales reviven viejos bares, cafeterías y salas de conciertos, preciosos de ver.
William y Kaira seguían en aquella habitación.
-¿Quieres salir a cenar?
-Pero tendré que ir a cambiarme. Y tú también
William sonrío
Salieron a sus respectivas habitaciones tomados de la mano pero…No se percataron que alguien los observaba no muy lejos. Luis a y Elisa estaban hospedadas en ese piso. Ellas se dirigían a cenar cuando los vieron
Fueron primero a la habitación de ella. El espero pacientemente y ella no se decidía que usar.
Típico lío de las mujeres ¿verdad? pensó William mientras sonreía después de varios cambios. Ella optó por unos jeans, un suéter, abrigo, botas y bolso a juego. Recogió su cabello con una cola alta maquillaje natural solo brillo en sus labios William la vio salir ya lista, sonrió sin duda valió la pena le espera. Ya lista salieron a la habitación de él. El no tardó más de 20 minutos en arreglarse Sin dudas los hombres no son muy detallistas en su aspecto pero siempre lucen bien
Ya listos no sabían si cenar en el hotel o fuera de él subieron al ascensor entre risas y el juego de escoger… tu, no tú. Llegaron al lobby estando ahí decidieron por el Buffet que ofrecía el restaurant del hotel.
Elisa y Luisa estaban ahí y ¡por Dios! Nada bueno se traían entre manos
William y Kaira tomaron asiento, William se paró de la mesa se dirigió al baño. Ese era el momento que esperaban aquellas mujeres y poner su plan en marcha, tendrían que darse prisa. Luisa se dirigió cerca de las puertas del baño para interceptar a William. Mientras tanto Eliza llegó a donde estaba Kaira sentada, se sentó y le dijo de una manera ¡brusca, seca y altanera!
-¿Que se siente ser la querida del novio de mi Amiga? ¡Ah no! Mejor dicho ser su entretenimiento ¡en su último viaje de soltero! ¡Ya que se van a casar en año nuevo!
Kaira se quedó en shock no supo que decir o ¡cómo reaccionar! volteo hacia donde estaba el baño esperaba a William… trataba de que no se le salieran las lágrimas que amenazaban ya con hacer su aparición
-Contesta. ¡Ves esa Chica! ¡Ella es la novia de William! ¿Qué creías? Mm ¡contesta!
En esos momentos Kaira volteó una vez más, en ese momento salió William, Luisa se lanzó a sus brazos ¡Y lo beso!
Desde la distancia parecía que William disfrutaba de encontrarse con su novia la cual se supone no había visto. En días.
Kaira se levantó no quería saber ni ver ¡más! Eso había sido más que suficiente y salió corriendo a su habitación ¡hecha trizas! Donde por fin fueron liberadas esas lágrimas contenidas ¿Cómo fue que se dejó llevar? ¿Cómo fue posible ilusionarse tanto en tan poco tiempo?
Lloraba desconsolada -Cómo una adolescente me deje llevar y ¡creí todo!
William en realidad luchaba por zafarse de ella de una manera no tan brusca, ya que después de todo es ¡un caballero! Pero ella lo cercaba más. Cuando al fin pudo soltarse vio a Elisa burlándose y vio que Kaira ya había desaparecido. Salió tras ella pero había mucha gente en los elevadores y se fue por las escaleras. Ella llego primero y se encerró. No lo dejaría ver lo devastada que estaba.
En la habitación -¡Y yo soñando como tonta! ¿Cómo fue posible que perdiera la cabeza así por él?
William llegó a la puerta toco y tocó, puso su oído en la puerta. Sólo se oían los sollozos de ella.
-¡Kaira! ¡Por favor princesa abre! ¡Déjame explicarte! ¡Por favor!! ¡Por favor Kaira!!
Ella no abrió. No se dejaría engañar otra vez, no salió por nada del mundo. El ahí rogando porque ella saliera mientras ella quería desaparecer. En cuanto Candy llegara la entendería. No la dejaría.
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En el restaurante. Elisa y Luisa festejaban creyeron que retirándose ella ya habían ganado. Luisa sabía que ¡nada estaba bien! pero ella intentaría retenerlo.
William seguía en la puerta. Se dejó caer en sus pensamientos y recuerdos de la noche anterior, de esa mañana, ¡había sido especial! Se juró que jamás volvería a pasar por lo mismo, desesperado paso su mano por sus cabellos, ¡no soportaba oír su llanto! Él se fue a su habitación en un rato más volvería. A aclarar el mal entendido que ocasionaron…
Eliza seguía pensando en esperar a Albert en él lobby del hotel y poner en marcha su plan, llegaría acompañado de esa mosquita muerta según ella. Pero ese era un buen plan y así la alejaría de, el ¡de una vez por todas!
CONTINUARA…