Su pensamiento racional lo hizo identificar
cuando fué el momento exacto en que le pasó.
De un momento a otro, sin aviso, sin buscarlo,
simplemente el corazón le dolió con una deliciosa punzada
que le hizo erizar la piel.
Nada puede escapar de las leyes de la física,
fue entonces que cayó presa de su fuerza de gravedad...