CUMPLIENDO EL RETO QUE ME HIZO WENDOLYN, AQUI TIENEN MI ESCRITO...
BUENO Y YA QUE CUMPLI RETO A MAYRA Y EXITOSA A QUE NOS ESCRIBA UN FIC DE NEIL LEAGAN Y ANNIE BRITTER... QUE TE PARECE ALGO PASIONAL MAYRA???
Cuando la guerra había terminado el habia regresado con solo un proposito en su mente… volverla a ver.
Michael tenia la oportunidad de ir a cualquier lado del mundo a ofrecer sus servicios, el simple hecho de haber estado en la guerra le habia abierto muchas puertas debido a su experiencia y su gran labor, pero el solo deseaba regresar a Chicago, al sitio donde la habia conocido y donde por alguna razón no paraba de pensar.
Apenas volvió busco la manera de encontrarla, efectivamente ella trabajaba en un gran hospital, en la sala de urgencias. Sin pensarlo pidió su ingreso al lugar y sin siquiera dudar lo contrataron.
Al principio se dedico a observarla, tal vez era que habia visto a esa chica la ultima vez que estuvo de civil antes de partir que pensaba en ella una y otra vez, al menos eso se decía en su mente, pero poco a poco, al verla trabajar, su sonrisa, su mirada, su figura, toda ella se fue arraigando aun mas en su corazon y en su alma. El dia que se topo directamente con ella su corazon no paraba de latir desbocado, sobretodo cuando ella lo vio y le sonrio con aquella sonrisa traviesa de quien se la vivía provocando calamidades.
- Candy, lo siento.-dijo el un minuto despues del choque, la verdad era que se habia quedado estatico ante su sonrisa.
- Eres Michael? Si, Dr. Michael cierto? Nos conocimos en…
- Si, soy yo, lo recuerdas? Recuerdas mi nombre?
- Claro, tu me mostraste mi camino en aquella ocasión, te he pensado muchas veces y rezado para que volvieras a salvo.
Michael la miro sorprendido, se sintio alagado, feliz, entusiasmado, tenia miles de sentimientos en ese momento y quería abrazarla para decirle que estaba ahí y habia ido por ella.
- Creo que tus rezos me trajeron con vida.
- No soy tan poderosa. –dijo a tono de broma. – no sabes el gusto que me da que estes aquí.
- Te invito un café. Estas libre?
- Mmm… tengo aun un par de pacientes que ver pero lo estare, si me esperas claro.
- Por supuesto, mi guardia acaba de terminar.
- Guardia? Trabajas aquí? Pero como es que no te habia visto?
- Bueno, los doctores no siempre salimos de los consulturios. –mintio, pues a decir verdad en ese tiempo habia intentado evitarla por miedo a ser rechazado.
Aquel dia el consiguió saber todo lo que deseaba, ella estaba soltera, se dedicaba en cuerpo y alma a sus pacientes, no tenia novio, era libre. El simplemente preguntaba entre la conversación para no hacerlo notorio y ella sin notarlo respondia abiertamente como era su costumbre.
Con el paso de los días los cafes se hicieron frecuentes, el pidió su cambio de guardia para estar mas tiempo con ella y Candy poco a poco fue acostumbrándose a su presencia y el cariño que Michael demostraba. Por alguna razón sintio que ella tampoco lo habia olvidado, que habia añorado su presencia y que la admiración que le tenia se estaba convirtiendo en algo mas.
Lo supo en aquel beso, aquel que el le brindo en la sala de urgencias, despues de un paciente difícil, cuando ambos agotados por intentar salvarle quedaron destrozados al no poder hacerlo, estaban solos, cansados, decepcionados, se habian quedado en silencio uno al lado del otro sin saber como consolarse y entonces el volteo a verla y se recargo en su pecho sorprendiéndola por completo, un segundo que parecieron horas para luego levantar el rostro y tomar sus labios por sorpresa.
No, ella no se separo, fue tal vez la desesperación que sentía en aquel momento que simplemente respondio a la caricia y cuando esta termino solo se abrazaron en silencio… Si, Michael era lo que ella habia esperado tanto tiempo sin saberlo.
Aquella tarde ambos terminaron la guardia, fueron al sitio de siempre y tomaron su café en silencio, nerviosos y ansiosos y entonces al no tener mas pretexto para seguir juntos en aquella cafetería, al llegar el momento de despedirse simplemente se tomaron de las manos y caminaron juntos para dar un paseo. Un paseo que duraría hasta el fin de sus días uno al lado del otro.
FIN.
BUENO Y YA QUE CUMPLI RETO A MAYRA Y EXITOSA A QUE NOS ESCRIBA UN FIC DE NEIL LEAGAN Y ANNIE BRITTER... QUE TE PARECE ALGO PASIONAL MAYRA???
Michael tenia la oportunidad de ir a cualquier lado del mundo a ofrecer sus servicios, el simple hecho de haber estado en la guerra le habia abierto muchas puertas debido a su experiencia y su gran labor, pero el solo deseaba regresar a Chicago, al sitio donde la habia conocido y donde por alguna razón no paraba de pensar.
Apenas volvió busco la manera de encontrarla, efectivamente ella trabajaba en un gran hospital, en la sala de urgencias. Sin pensarlo pidió su ingreso al lugar y sin siquiera dudar lo contrataron.
Al principio se dedico a observarla, tal vez era que habia visto a esa chica la ultima vez que estuvo de civil antes de partir que pensaba en ella una y otra vez, al menos eso se decía en su mente, pero poco a poco, al verla trabajar, su sonrisa, su mirada, su figura, toda ella se fue arraigando aun mas en su corazon y en su alma. El dia que se topo directamente con ella su corazon no paraba de latir desbocado, sobretodo cuando ella lo vio y le sonrio con aquella sonrisa traviesa de quien se la vivía provocando calamidades.
- Candy, lo siento.-dijo el un minuto despues del choque, la verdad era que se habia quedado estatico ante su sonrisa.
- Eres Michael? Si, Dr. Michael cierto? Nos conocimos en…
- Si, soy yo, lo recuerdas? Recuerdas mi nombre?
- Claro, tu me mostraste mi camino en aquella ocasión, te he pensado muchas veces y rezado para que volvieras a salvo.
Michael la miro sorprendido, se sintio alagado, feliz, entusiasmado, tenia miles de sentimientos en ese momento y quería abrazarla para decirle que estaba ahí y habia ido por ella.
- Creo que tus rezos me trajeron con vida.
- No soy tan poderosa. –dijo a tono de broma. – no sabes el gusto que me da que estes aquí.
- Te invito un café. Estas libre?
- Mmm… tengo aun un par de pacientes que ver pero lo estare, si me esperas claro.
- Por supuesto, mi guardia acaba de terminar.
- Guardia? Trabajas aquí? Pero como es que no te habia visto?
- Bueno, los doctores no siempre salimos de los consulturios. –mintio, pues a decir verdad en ese tiempo habia intentado evitarla por miedo a ser rechazado.
Aquel dia el consiguió saber todo lo que deseaba, ella estaba soltera, se dedicaba en cuerpo y alma a sus pacientes, no tenia novio, era libre. El simplemente preguntaba entre la conversación para no hacerlo notorio y ella sin notarlo respondia abiertamente como era su costumbre.
Con el paso de los días los cafes se hicieron frecuentes, el pidió su cambio de guardia para estar mas tiempo con ella y Candy poco a poco fue acostumbrándose a su presencia y el cariño que Michael demostraba. Por alguna razón sintio que ella tampoco lo habia olvidado, que habia añorado su presencia y que la admiración que le tenia se estaba convirtiendo en algo mas.
Lo supo en aquel beso, aquel que el le brindo en la sala de urgencias, despues de un paciente difícil, cuando ambos agotados por intentar salvarle quedaron destrozados al no poder hacerlo, estaban solos, cansados, decepcionados, se habian quedado en silencio uno al lado del otro sin saber como consolarse y entonces el volteo a verla y se recargo en su pecho sorprendiéndola por completo, un segundo que parecieron horas para luego levantar el rostro y tomar sus labios por sorpresa.
No, ella no se separo, fue tal vez la desesperación que sentía en aquel momento que simplemente respondio a la caricia y cuando esta termino solo se abrazaron en silencio… Si, Michael era lo que ella habia esperado tanto tiempo sin saberlo.
Aquella tarde ambos terminaron la guardia, fueron al sitio de siempre y tomaron su café en silencio, nerviosos y ansiosos y entonces al no tener mas pretexto para seguir juntos en aquella cafetería, al llegar el momento de despedirse simplemente se tomaron de las manos y caminaron juntos para dar un paseo. Un paseo que duraría hasta el fin de sus días uno al lado del otro.
FIN.