Lo apabullante de tu llegada
“Enamorarse, es el fenómeno más misterioso del universo.
Los que se enamoran a primera vista viven la versión menos inexplicable de este milagro;
si hasta entonces no habían amado, se debía a que ignoraban la existencia del otro.”
Amélie Nothomb. Barba Azúl
Los que se enamoran a primera vista viven la versión menos inexplicable de este milagro;
si hasta entonces no habían amado, se debía a que ignoraban la existencia del otro.”
Amélie Nothomb. Barba Azúl
CAPÍTULO IV. Primera impresión
.
Patty cruzó la puerta con parsimonia y al verme allí en la pequeña estancia del restaurant-bar, reaccionó como si hubiese despertado de su letargo, se lanzó a mis brazos con tal entusiasmo que cualquiera diría que no nos habíamos visto en años, la realidad era que vivíamos juntas. Pero esa era Patty, alegre, efusiva y noble. Saludó a Annie con familiaridad, detalle que evidentemente apreció, a juzgar por la sincera sonrisa que le dedicó.
-Mira Patty, hay dos galanes solteritos y sin compromisos en la mesa, pero el joven elegante está reservado para mí. Candy no ha elegido aún
-Pues si no son muñecos de aparador para elegir a unos perfectos desconocidos. Y si son tus amigos, deberías respetarlos un poco más –irrumpí
-Es un decir, Candy. Yo los aprecio y respeto, solo quiero que todos pasemos un buen rato.
-No le hagas caso, Annie. Can nunca ha creído en el amor a primera vista, así que dudo voltee a verlos siquiera. Yo por otro lado, no tengo ningún inconveniente.
-Me gusta tu actitud, Patty
-Para enamorarte de alguien, debe haber un conocimiento previo. Yo he sido la mejor amiga de todos mis novios antes de enamorarnos- me defendí
-Hablas como si fueran cientos.
-Bueno, no. Pero… es lo más real en las relaciones. Y lo más sano
-Pero pueden ser amigos después, al irse conociendo. Para eso es el noviazgo, para conocerse
-Sí, Annie. Pero en una forma más profunda. Para enamorarse, debe existir un conocimiento profundo de la otra persona.
Annie entrecerró los ojos y alzó el hombro
-Quizá tengas razón. Debería probarlo, el ser amiga de ese ingrato…
-Esa es una gran idea, y si no se dan las cosas, al menos habrás ganado un amigo
-Sí, es cierto.
-Hablando de certezas –cortó Patty- luces hermosa, Can.
El segundo piropo de la noche. No es que me hubiese arreglado en exceso. Según yo, lucía bastante informal para aquel sitio. Una blusa blanca teñida a mano en tonos azules, un pantalón ceñido pero cómodo, botas de tacón alto pero algo toscas, ideales para un concierto de rock, y mis aretes favoritos de ojo de tigre, una piedra que me encanta por sus rayas azules similares al pelaje de dicho animal y para mostrarlos, recogí mi cabello en un chongo desordenado. Nada especial. Supongo que Anthony y Patty apreciaban el que no llevase mis adoradas sandalias o alguno de mis vestidos “hippies”.
-¿Y tu piercing?
Ah, y ese detalle faltante en mi nariz…
-Me estaba bañando y se me salió. Se atoró con el estropajo…
-¿Frotas tu rostro con un estropajo? -preguntó Annie con los ojos como platos
-No… La verdad lo usaba de micrófono en la ducha y supongo que en un arranque de efusividad, la jaretita de donde se cuelga se atoró en mi pieza. Con las prisas, ya no la encontré, creo que se fue por la coladera.
-Candy, eres una despistada. –acotó Patty con una ligera risa cuando fuimos interrumpidas
-Anne, entiendo que quieras charlar con estas lindas damas, pero ¿Podía ser en la mesa?
El chico de la encantadora sonrisa, estaba ahí, dedicándonos una muy amplia. A través de sus anteojos, pude ver unos grandes ojos color miel que por su tamaño, conferían al chico un aire travieso. Annie realizó las presentaciones y supimos que se llamaba Alistear, luego nos encaminamos a la mesa situada en la zona del bar. Allí, conocimos a Archivald, su favorito, y al rubio de perfil hermoso que apenas nos miró cuando musitó un formal
-Mucho gusto
Su fatuo saludo, hizo que Patty y yo, deseáramos sentarnos junto a Alistear, pero él se acomodó junto a la pared, y cuando me dí cuenta, Patty ya estaba a su lado. Bastó una mirada de Annie, para conocer su advertencia de no acercarme a Archie y no me quedó otra que colocarme junto al rubio cuyo nombre aunque me lo acababan de presentar, ya había olvidado.
Sí, así de despistada soy.
Cenamos y la conversación empezó a fluir. Archie mostraba interés en conocernos, era un chico muy agradable y bromista, pero a Annie no parecía gustarle la situación, así que Patty y yo manteníamos cierta distancia.
El carácter bonachón de Stear, se acopló perfecto al entusiasmo jocoso de Patty y pronto reían a carcajadas sobre cualquier cosa.
Archie, quizás algo hastiado de las frases lisonjeras de Annie, solicitó que el abastecimiento de cocteles a nuestra mesa, no parara.
Yo sentía de vez en vez la mirada del hombre a mi lado, y cuando volteaba, yo no podía dejar de admirarlo, su perfil era demasiado hermoso para ser real. Todo él era guapo, no entendía como Annie y Patty podían estar a su lado y no comérselo con la mirada. O quizá me hallaba demasiado entusiasta.
En algún momento, las bebidas empezaron a hacer efecto. La casualidad de que los primos de Anthony se llamaran igual, ni siquiera rondó por mi mente en esos momentos. Archie propuso un juego de verdad o reto.
Supimos que Archie sí había estado enamorado de Annie en la época del colegio, pero en unas vacaciones ella le fue infiel con un animador del hotel donde vacacionó con sus padres.
Annie no considera un beso como infidelidad, sobretodo porque Archie y ella no eran novios y nunca le había insinuado nada.
Archie había convencido a sus padres de vacacionar en justo en Florida para estar con Annie y la vió con otro, por lo que cree que lo suyo terminó antes de empezar.
Annie no sabía aquello.
Stear opina que ambos son unos inmaduros, en especial su hermano.
El rubio manjar a mi lado, nunca ha tenido una relación en serio, porque no piensa en el matrimonio como algo cercano.
Todos estamos de acuerdo con él.
Patty declaró que sus dotes culinarios, le ayudarán a llegar al corazón de un chico algún día, pero luego se carcajeó como loca para disimular que lo decía muy en serio.
Pero Stear estuvo de acuerdo en que funcionaría con el hombre adecuado.
Archie cree que “el adecuado” deberá ser obeso.
El sexy bombón no concibe que dos hombres heterosexuales hablen de “el adecuado” de una chica.
Annie cree que las mujeres se cansan de esperar. Y sea adecuado o no, pueden hacer de su vida un papalote mientras sean libres.
Coincido plenamente con ella. Y agrego que en vez de “su vida”, la oración debería versar “su culo”.
Todos me han mirado estupefactos y luego de un rato, han reído sin control.
Después de conocer algunas superficialidades en las “verdades” del grupo, los retos comenzaron a ponerse interesantes.
Annie retó a Patty para besar a Stear. Ella, sonriendo, se acercó y antes que nada exclamó con alegría
-Es un placer – para luego propinarle un beso tronado en la mejilla.
Stear, algo sonrojado pero muy sonriente, retó a su hermano a besar a Annie en la boca. Archie no dijo nada, pero procedió a hacerlo. Un beso “de piquito” que acarreó muchas protestas de los presentes
Pero para suerte de Annie, le tocó un reto del rubio guapo, a quien poniendo toda mi atención, ya sabía por fin, se llama Will.
-Muy bien Annie, ya que hubo protestas por el beso de Archie, te toca probarle lo que es un beso de verdad. Un beso apasionado en la boca, de un minuto de duración.
Todos abrimos los ojos desmesuradamente al escuchar semejante reto. Era un bar, estaba algo oscuro, pero seguía siendo un lugar público, un restaurante y era de ambiente familiar.
-Pero, ¿Y los comensales? –cuestionó Archie quizá para salvar su orgullo por el beso anterior o para salvarse de un segundo beso. A saber
-Mira la hora, en el restaurante ya no hay familias y aquí en el bar, hay diversas parejas que se han besado a lo largo de la noche.
Escaneé el sitio con la mirada, y vi a una pareja de chicos en pleno beso. Sí, había diversidad y besos como dijo el guapo. O algo así. Annie acorraló a Archie cual felina a su presa. Y entonces la reticencia del muchacho, pareció desvanecerse. Tomó el cuello de Annie y metió los dedos entre los mechones de sus cabellos negros. Parece que en el fondo, él llevaba tiempo deseándolo. Eso, o había consumido mucho alcohol. Quizá más lo segundo ya que en cuanto tocó castigar al rubio, tomó su oportunidad de venganza.
-Dale un beso a Candy. Apasionado, en la boca. Con lengua y que dure lo que dura una canción.
-Pero es castigo para mí, no para ella –dijo en un tono extraño. Dudoso, quizá
-A Candy no le importará, es un juego y ya. Todos hemos cedido ¿Verdad Candy? –afirmó Annie con desparpajo.
Supuse que Annie quería seguir la pulla entre Archie y su tío, para ver hasta donde ella podría llegar. Si ahora se retaban a semejante osadía, más tarde las cosas se tornarían interesantes para mi amiga. Y respecto al tipo, seguramente no volvería a verlo. Nunca había besado a un muchacho que acabara de conocer, pero me parecía tan guapo que estaba segura de arrepentirme si no lo hacía. Me repetí nuevamente que no volveríamos a vernos y con indiferencia levanté el hombro, accediendo al reto.
Los acordes de Never tear us apart de INXS, empezaron a sonar cuando vi el rostro del chico acercándose al mío. ¡Esos ojos! ¡Maldita sea, no los cierres! Eran unos ojazos preciosos, quería verlos otra vez. Dejé de pensar cuando sentí sus labios sobre los míos y la electricidad erizó mi piel.
Con lentitud, empezó a profundizar el beso y como versa la letra de la canción, “dos mundos colapsaron”
Continuará
-Mira Patty, hay dos galanes solteritos y sin compromisos en la mesa, pero el joven elegante está reservado para mí. Candy no ha elegido aún
-Pues si no son muñecos de aparador para elegir a unos perfectos desconocidos. Y si son tus amigos, deberías respetarlos un poco más –irrumpí
-Es un decir, Candy. Yo los aprecio y respeto, solo quiero que todos pasemos un buen rato.
-No le hagas caso, Annie. Can nunca ha creído en el amor a primera vista, así que dudo voltee a verlos siquiera. Yo por otro lado, no tengo ningún inconveniente.
-Me gusta tu actitud, Patty
-Para enamorarte de alguien, debe haber un conocimiento previo. Yo he sido la mejor amiga de todos mis novios antes de enamorarnos- me defendí
-Hablas como si fueran cientos.
-Bueno, no. Pero… es lo más real en las relaciones. Y lo más sano
-Pero pueden ser amigos después, al irse conociendo. Para eso es el noviazgo, para conocerse
-Sí, Annie. Pero en una forma más profunda. Para enamorarse, debe existir un conocimiento profundo de la otra persona.
Annie entrecerró los ojos y alzó el hombro
-Quizá tengas razón. Debería probarlo, el ser amiga de ese ingrato…
-Esa es una gran idea, y si no se dan las cosas, al menos habrás ganado un amigo
-Sí, es cierto.
-Hablando de certezas –cortó Patty- luces hermosa, Can.
El segundo piropo de la noche. No es que me hubiese arreglado en exceso. Según yo, lucía bastante informal para aquel sitio. Una blusa blanca teñida a mano en tonos azules, un pantalón ceñido pero cómodo, botas de tacón alto pero algo toscas, ideales para un concierto de rock, y mis aretes favoritos de ojo de tigre, una piedra que me encanta por sus rayas azules similares al pelaje de dicho animal y para mostrarlos, recogí mi cabello en un chongo desordenado. Nada especial. Supongo que Anthony y Patty apreciaban el que no llevase mis adoradas sandalias o alguno de mis vestidos “hippies”.
-¿Y tu piercing?
Ah, y ese detalle faltante en mi nariz…
-Me estaba bañando y se me salió. Se atoró con el estropajo…
-¿Frotas tu rostro con un estropajo? -preguntó Annie con los ojos como platos
-No… La verdad lo usaba de micrófono en la ducha y supongo que en un arranque de efusividad, la jaretita de donde se cuelga se atoró en mi pieza. Con las prisas, ya no la encontré, creo que se fue por la coladera.
-Candy, eres una despistada. –acotó Patty con una ligera risa cuando fuimos interrumpidas
-Anne, entiendo que quieras charlar con estas lindas damas, pero ¿Podía ser en la mesa?
El chico de la encantadora sonrisa, estaba ahí, dedicándonos una muy amplia. A través de sus anteojos, pude ver unos grandes ojos color miel que por su tamaño, conferían al chico un aire travieso. Annie realizó las presentaciones y supimos que se llamaba Alistear, luego nos encaminamos a la mesa situada en la zona del bar. Allí, conocimos a Archivald, su favorito, y al rubio de perfil hermoso que apenas nos miró cuando musitó un formal
-Mucho gusto
Su fatuo saludo, hizo que Patty y yo, deseáramos sentarnos junto a Alistear, pero él se acomodó junto a la pared, y cuando me dí cuenta, Patty ya estaba a su lado. Bastó una mirada de Annie, para conocer su advertencia de no acercarme a Archie y no me quedó otra que colocarme junto al rubio cuyo nombre aunque me lo acababan de presentar, ya había olvidado.
Sí, así de despistada soy.
Cenamos y la conversación empezó a fluir. Archie mostraba interés en conocernos, era un chico muy agradable y bromista, pero a Annie no parecía gustarle la situación, así que Patty y yo manteníamos cierta distancia.
El carácter bonachón de Stear, se acopló perfecto al entusiasmo jocoso de Patty y pronto reían a carcajadas sobre cualquier cosa.
Archie, quizás algo hastiado de las frases lisonjeras de Annie, solicitó que el abastecimiento de cocteles a nuestra mesa, no parara.
Yo sentía de vez en vez la mirada del hombre a mi lado, y cuando volteaba, yo no podía dejar de admirarlo, su perfil era demasiado hermoso para ser real. Todo él era guapo, no entendía como Annie y Patty podían estar a su lado y no comérselo con la mirada. O quizá me hallaba demasiado entusiasta.
En algún momento, las bebidas empezaron a hacer efecto. La casualidad de que los primos de Anthony se llamaran igual, ni siquiera rondó por mi mente en esos momentos. Archie propuso un juego de verdad o reto.
Supimos que Archie sí había estado enamorado de Annie en la época del colegio, pero en unas vacaciones ella le fue infiel con un animador del hotel donde vacacionó con sus padres.
Annie no considera un beso como infidelidad, sobretodo porque Archie y ella no eran novios y nunca le había insinuado nada.
Archie había convencido a sus padres de vacacionar en justo en Florida para estar con Annie y la vió con otro, por lo que cree que lo suyo terminó antes de empezar.
Annie no sabía aquello.
Stear opina que ambos son unos inmaduros, en especial su hermano.
El rubio manjar a mi lado, nunca ha tenido una relación en serio, porque no piensa en el matrimonio como algo cercano.
Todos estamos de acuerdo con él.
Patty declaró que sus dotes culinarios, le ayudarán a llegar al corazón de un chico algún día, pero luego se carcajeó como loca para disimular que lo decía muy en serio.
Pero Stear estuvo de acuerdo en que funcionaría con el hombre adecuado.
Archie cree que “el adecuado” deberá ser obeso.
El sexy bombón no concibe que dos hombres heterosexuales hablen de “el adecuado” de una chica.
Annie cree que las mujeres se cansan de esperar. Y sea adecuado o no, pueden hacer de su vida un papalote mientras sean libres.
Coincido plenamente con ella. Y agrego que en vez de “su vida”, la oración debería versar “su culo”.
Todos me han mirado estupefactos y luego de un rato, han reído sin control.
Después de conocer algunas superficialidades en las “verdades” del grupo, los retos comenzaron a ponerse interesantes.
Annie retó a Patty para besar a Stear. Ella, sonriendo, se acercó y antes que nada exclamó con alegría
-Es un placer – para luego propinarle un beso tronado en la mejilla.
Stear, algo sonrojado pero muy sonriente, retó a su hermano a besar a Annie en la boca. Archie no dijo nada, pero procedió a hacerlo. Un beso “de piquito” que acarreó muchas protestas de los presentes
Pero para suerte de Annie, le tocó un reto del rubio guapo, a quien poniendo toda mi atención, ya sabía por fin, se llama Will.
-Muy bien Annie, ya que hubo protestas por el beso de Archie, te toca probarle lo que es un beso de verdad. Un beso apasionado en la boca, de un minuto de duración.
Todos abrimos los ojos desmesuradamente al escuchar semejante reto. Era un bar, estaba algo oscuro, pero seguía siendo un lugar público, un restaurante y era de ambiente familiar.
-Pero, ¿Y los comensales? –cuestionó Archie quizá para salvar su orgullo por el beso anterior o para salvarse de un segundo beso. A saber
-Mira la hora, en el restaurante ya no hay familias y aquí en el bar, hay diversas parejas que se han besado a lo largo de la noche.
Escaneé el sitio con la mirada, y vi a una pareja de chicos en pleno beso. Sí, había diversidad y besos como dijo el guapo. O algo así. Annie acorraló a Archie cual felina a su presa. Y entonces la reticencia del muchacho, pareció desvanecerse. Tomó el cuello de Annie y metió los dedos entre los mechones de sus cabellos negros. Parece que en el fondo, él llevaba tiempo deseándolo. Eso, o había consumido mucho alcohol. Quizá más lo segundo ya que en cuanto tocó castigar al rubio, tomó su oportunidad de venganza.
-Dale un beso a Candy. Apasionado, en la boca. Con lengua y que dure lo que dura una canción.
-Pero es castigo para mí, no para ella –dijo en un tono extraño. Dudoso, quizá
-A Candy no le importará, es un juego y ya. Todos hemos cedido ¿Verdad Candy? –afirmó Annie con desparpajo.
Supuse que Annie quería seguir la pulla entre Archie y su tío, para ver hasta donde ella podría llegar. Si ahora se retaban a semejante osadía, más tarde las cosas se tornarían interesantes para mi amiga. Y respecto al tipo, seguramente no volvería a verlo. Nunca había besado a un muchacho que acabara de conocer, pero me parecía tan guapo que estaba segura de arrepentirme si no lo hacía. Me repetí nuevamente que no volveríamos a vernos y con indiferencia levanté el hombro, accediendo al reto.
Los acordes de Never tear us apart de INXS, empezaron a sonar cuando vi el rostro del chico acercándose al mío. ¡Esos ojos! ¡Maldita sea, no los cierres! Eran unos ojazos preciosos, quería verlos otra vez. Dejé de pensar cuando sentí sus labios sobre los míos y la electricidad erizó mi piel.
Con lentitud, empezó a profundizar el beso y como versa la letra de la canción, “dos mundos colapsaron”
Continuará
Índice Lo apabullante de tu llegada