Tal vez fue el hecho de que los dos eran extranjeros en aquel lugar, puede ser que haya sido lo que Candy vio en los ojos de aquel chico en el primer encuentro, quiza fue el destino que quiso reunirlos en otro lugar, en otro tiempo con una nueva oportunidad de amar. A decir verdad pudo haber sido todo junto lo que los unio desde aquel día y el hecho de que fueran tan diferentes al resto de la población ayudo a que su relacion fuera posible.
A los pocos días de aquel encuentro en el templo, Terry se vio cortejando a Candy abiertamente, la buscaba diario, le regalaba cosas, caminaba por los jardines a su lado siempre ante el cuidado de sus doncellas, platicaban por horas, el le contaba todo lo que habian vivido juntos, ella lo escuchaba atentamente y solo lo detenia para hacer alguna pregunta.
- Eramos felices?
Cuando llegaba a esta pregunta Terry siempre reprimia una lagrima al recordar el momento de su separacion, sonreia tristemente y siempre respondia lo mismo...
- Lo eramos, tal y como lo somos ahora.
Ella sonreia satisfecha con su respuesta y continuaba preguntando acerca de otras cosas.
Lo unico que importaba entonces era verla feliz, tenerla a su lado y disfrutar cada momento con ella, para el, a pesar de hablar de ello, la vida que habia llevado como actor habia desaparecido, la unica epoca que recordaba de su vida habia sido un mal sueño y al verla sonreir a su lado le hacia desear no volver si es que tenia que hacerlo. Lo unico que temia era abrir los ojos y estar en aquel bar solo nuevamente.
Mientras los dias corrian felices y la vida pareciera perfecta Terry yacia bajo tierra en un cementerio de Nueva York, su fin habia llegado en aquel bar, un mal golpe de una pelea de ebrios le habia quitado la vida. El porque habia elegido aquella epoca para pasar su sueño eterno era un misterio, tal vez habia sido porque lo ultimo que vio era un afiche de una obra sobre la era de joseon. Pero eso ya no importaba pues su muerte lo llevo a la felicidad de estar con el ser que mas habia amado en su vida.
FIN>..