VERDADES OCULTAS.
Una tarde de neblina, una jovencita llamada Rosmary se disponía a salir de la mansión de Lakewood. Con sigilo, se dirigió a la salida, esperando que nadie notara que salía sin autorización.
Muy cerca de ahí, un guapo y apuesto mozo aguardaba su llegada escondido entre los arboles del bosque, había esperado todo el día para encontrarse con Rosmary, pues muy temprano, a hurtadillas, desplazo una pequeña nota debajo de la puerta de su habitación:
“Necesito verte en el lugar de siempre. Es importante el asunto que debo tratar contigo, te estaré esperando por la tarde en el lugar de siempre
George”.
La joven tenía todo el encanto que él hombre deseaba encontrar, linda, de piel blanca, cabello rubio y unos ojos grandes y de un azul profundo que cautivaban al apuesto hombre que suspiraba por ella. La posición social de la chica, hacía de está una interesante dama.
Muy al contrario de George, pues aunque no servía a la familia Ardley como sirviente de la casa, si recibía órdenes directas del padre de Rosmary, ya que George contaba con toda la confianza del patriarca de esta gran estirpe, al ser este su protegido. Trabajaba para él, llevando las finanzas de la familia, claro está, bajo la supervisión del propio señor Ardley.
George tenía un gran cargo de conciencia, desde muy niño estaba bajo la tutela de esta gran familia, pero con el pasar de los años , no lo pudo evitar y la convivencia con Rosmary le robo el corazón quedando prendado de ella, su nobleza, el trato amable y hasta cierto modo amoroso, lo conquisto desde hacía mucho tiempo. El caballero conocía, por conversaciones que tenía con su tutor, que jamás permitiría que su hija se acercara a un hombre como él, pues aunque lo tenía en alta estima, para el patriarca no eran iguales y jamás aceptaría a un venido a más como esposo de su única hija y mucho menos como el padre de sus nietos.
Rosmary, una vez fuera de la mansión, corrió bosque adentro, deseaba ver y tocar a George ¿lo amaba? No lo sabía con claridad, pero si de algo estaba segura, es que en verdad deseaba estar a su lado. Camino por un lapso de veinte minutos, cuando alguien la tomó por sorpresa haciendo que esta pegara un gritito de miedo:
-¡George… me asustaste!
Este no pudo más con la emoción, la tomo por la cintura atraiéndola en un abrazo para después asaltar esos labios gruesos y rosados que tanto amaba. Ella, como era de esperarse, correspondió a sus dulces caricias, eran un par de chiquillos que solo se dejaban llevar por el calor del momento sin importarles lo que sucediera después.
-George ¿Cuál es el motivo de tu urgencia?
-verte ¿acaso no te das cuenta que estoy loco por ti?
-eso es más que obvio querido, es solo que todo el día te he notado ansioso
-es verdad, tengo una petición para ti
-¿de qué se trata?
-¿no lo ves, Rosmary? Estoy enamorado de ti, te quiero para mí, y es por eso que te pido, te suplico que… esta noche, escapes conmigo.
Rosmary, totalmente desencajada no sabe qué hacer o decir y solo atina a responder:
-¡Qué!
-lo que oíste Rosmary, te amo, lo sabes ¿no es así?
-pero (la chica agacha la cabeza) no puedo
George para ese instante comienza a quebrarse por dentro
-¿no me amas tanto como yo?
-no lo sé George, te quiero, en verdad te quiero, pero no estoy segura si en estos momentos deseo que mi vida tome el rumbo que tú quieres para nosotros ¡espera un poco más! ¡Te lo suplico! Además ¿A dónde iremos? ¿De qué viviremos? No te das cuenta…
-¡yo se trabajar! No te faltara nada, tu padre me ha instruido de la mejor manera.
-lo sé, pero las cosas no son así de fáciles y conoces el alcance que mi padre tiene, si alguien lo reta, tu mejor que nadie lo conoce, o… ¿me equivoco?
-no, no te equivocas. Yo sé de lo que sería capaz de hacer conmigo si se llegara a enterar de nuestros encuentros clandestinos. Por eso te pido, que vengas conmigo, lejos, donde su mano no sea capaz de alcanzarnos. Te amo, y no estoy dispuesto a separarme de ti (George voltea a verla con cara de sorpresa) o es que acaso ¿tú no me amas?
-te quiero, y lo sabes bien
-me quieres, pero no me amas lo suficiente ¿no es así?
-no digas cosas de las cuales no tienes la absoluta certeza
-entiendo Rosmary, no hay porque engañarnos más, aquí no ha pasado nada, no te preocupes.
En ese instante, George regresa por el mismo camino por el que llego, dejando atrás una joven desolada y con un sentimiento de culpabilidad del cual no podrá recuperarse tan fácilmente.
Ya llegada la noche, la familia estaba disponiéndose a cenar cuando el padre les informa:
-Tengo una noticia que anunciarles. Hoy, he decidido que William se comience a hacer cargo de los negocios de Inglaterra, es hora de que tome las riendas, algún día él ocupara mi lugar y es necesario que comience a conocer de todos los movimientos de las empresas.
Rosmary se sorprende con la noticia.
- ¡Pero padre! Si William apenas y conoce de los negocios
-hermanita, mi padre lo tiene más que claro, es por eso que George me asesorara en todo ¿Quién?, si no él, conoce el negocio familiar
-pero… George es tu mano derecha, padre, él tiene que estar aquí a tu lado
-¡Oh! Mi linda niña, sé que te preocupas por mí, pero George, tiene toda la experiencia para este trabajo y como tú misma lo has dicho, es mi mano derecha, y como tal, deposito mi total confianza en él para que guié a William de la mejor manera
-señorita Rosmary, no tiene por qué dudar de la confianza que su padre me ha encomendado, él me lo propuso esta mañana, y yo como su empleado solo debo obediencia, ya vera que William no tardara en aprender, es un joven con toda la capacidad e inteligencia, vera que no lo reconocerá a su regreso, convertido en todo un empresario.
Rosmary, completamente atónita, solo atina a preguntar a su padre:
-¿Cuándo se van?
-mañana mismo, querida
-¿Por cuánto tiempo se van? (pregunta la rubia con voz quebrada)
-eso hermanita, es difícil de saber, pues nos puede llevar años en lo que afianzamos el nombre Ardley.
Para ese instante, Rosmary sale corriendo del comedor rumbo a su habitación con gruesas lágrimas empañando su rostro.
Al tiempo que la joven se retira, el trío de hombres ahí presentes, se ponen de pie:
-¿Qué le pasa a mi hermana? Si no es definitiva nuestra partida.
George solo puede ver como la mujer que ama, se aleja de aquel lugar. Quiere llevarse consigo el recuerdo y la memoria llena del ser que tanto ama, solo puede pensar que hubiera deseado fervorosamente vivir a su lado lo que le quedara por andar, como deseaba detener el tiempo y que este se volviera eternidad.
“Rosmary, no sé si en algún momento nuestras vidas se lleguen a cruzar una vez más. Si como tu padre tanto desea, en este tiempo encuentras el hombre que te quite el calor que te dan mis besos entonces yo… me apartare. Siempre tu felicidad será mi prioridad”.
FIN