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Hola a todos los escuadrones de la guerra florida, he venido a defender a mi duque jajajaja bueno eso espero.
SOBRE MI TRABAJO:
FIC DE CAPÍTULOS CORTOS.
TEMÁTICA YAOI = AMOR, ROMANCE, EROTISMO, SEXO ENTRE CHICOS.
ADVERTENCIA:
ESTE ESCRITO ES DE CONTENIDO ERÓTICO (bueno en este capitulo no jajaja).
SI ERES SENSIBLE A ESTE TIPO DE TEMA NO LO LEAS.
SI NO TE GUSTA EL CONTENIDO BOY LOVE, NO LEERLO.
PARA MAYORES DE 18 AÑOS.
AMPLIO CRITERIO.
PARTE 1
Un viaje infructuoso y aburrido, solo fue una maldita pérdida de tiempo era lo que pensaba aquel joven de penetrante mirada aguamarina, estaba recostado sobre la cama de su dormitorio había hecho
un viaje muy largo pero mil veces prefería estar enclaustrado en aquel lugar que en el palacio de su padre, solo viendo caras de amargura y reproches, incluso el prolongado silencio que se precedía después de los reclamos de su madrastra hacia su padre eran terrible agonía así que no dudo ni un segundo en largarse al colegio religioso del cual era un interno con privilegios gracias a su posición social. Terry jugaba con una manzana que lanzaba una y otra vez mientras sus ojos estaban clavados en el techo color blanco de su habitación especial. Aun siendo la hora de la cena prefirió que alguna de las monjas le llevara la comida a su habitación socializar con la plebe no era algo que le agradara, en una distracción la manzana cayó al suelo y rodo hasta llegar al ventanal que daba al bosque.
– Diablos – susurro el joven que no tenía ganas de levantarse a recoger la fruta, pero en ese momento era su única diversión – vayamos por la cabeza del duque – dijo en tono de burla, se puso de pie y fue hacia donde estaba la manzana, la tomo con su gran mano – tengo ganas de romper algo – dijo para sus adentros, en ese momento miro por el cristal el gran árbol que estaba frente a él, abrió el ventanal, se recargo en el barandal de hierro forjado que adornaba su balcón, miro la manzana y luego el grueso tronco del árbol – muérase duque – dijo con los ojos destellantes, llenos de ira y con fuerza lanzó la manzana que exploto al contacto con árbol, era evidente que Terry estaba lleno de coraje contra su padre y ese era su único modo de desahogarse, sonrió malicioso y arrogancia al ver cómo había quedado la fruta – que placentero – palmeo sus manos para sacudirlas como en señal de gozo, en ese momento algo acaparo su atención, se volvió a recargar en el barandal y miro a la distancia entre el bosque se asomaban las luces de los otros dormitorios – el otro cuarto especial – recargo su barbilla en una de sus manos – estuvo mucho tiempo vació ¿me pregunto quién lo habrá ocupado? – pensó para sus adentros mientras su curiosidad seguía creciendo. Los pasillos de los edificios donde estaban los salones de clases se habían llenado después de las vacaciones de invierno, todos los chicos habían regresado con grandes sonrisas y las charlas que se escuchaban era sobre lo bien que la mayoría lo había pasado con sus familias, todos excepto uno.
- ¡Archie! – hablo un joven de cabello negro al chico que tenía solo unos meses de haber ingresado al colegio.
- Reiner, es un gusto volverte a ver – respondió Archie de manera amable.
- Supe que te volviste muy popular en las fiestas decembrinas – levanto las cejas de manera picara – tenías a más de una jovencita a tus pies.
- Para nada – Archie sonrió airoso al darse cuenta de que su popularidad estaba creciendo como espuma – y aunque así fuera yo solo tengo ojos para una persona – dijo muy seguro de sus palabras, Reiner se quedó callado al igual que varios de sus compañeros al ver que en los pasillos había hecho acto de presencia el más popular chico de aquel internado.
- ¿Qué pasa aquí? – cuestiono Terry con aires de grandeza – ¡acaso nunca han visto a un hombre tan apuesto como yo! – comenzó a reírse de manera burlesca. Archie estaba sorprendido de ver a ese joven aristócrata ya que era muy rara la vez que se presentaba a clases – ¿te pongo incomodo? – Terry noto la expresión del joven Cornwall.
- ¿Es a mí? – Archie trato de fingir su asombro y tomo una postura de altivez, el joven ingles se irrito ante la actitud del norteamericano, sin titubear se acercó a él y así tal cual alto era se irguió y lo sujeto de la barbilla jalándolo con brusquedad hacia él.
- Este es mi territorio – le aclaró así que no te metas en mis dominios – finalizo para luego soltarlo con fuerza al grado de que el joven Cornwall se tambaleo.
- Grandchester tu siempre ocasionando problemas – dijo una monja que estaba parada detrás de él observando la escena.
- ¡Por favor hermana! – Terry sonrió altivo y camino, al pasar junto a la monja dijo – si yo soy un pan de dios – le hablo cerca del oído, los ojos de la monja parecieron encenderse como dos piedras al rojo vivo.
- ¡Terry Grandchester! – alzo la voz la monja – como castigo tomaras clases con… - ya no la dejo terminar la frase.
- Ya se hermana, ya sé – la miro de reojo – voy a tomar clases al primer grado – torció el gesto – con las señoritas – se rió de manera altiva, era evidente que no era la primer vez que recibía ese castigo. Camino por el interminable pasillo, dio vuelta a su derecha para salir del edificio, ahora caminaba por el corredor exterior que lo llevaría justo a las aulas de primer grados – debería saltarme las clases – dio un gran bostezo que evidenciaba su falta de sueño la noche anterior, después de percatarse de que el cuarto especial había sido ocupado se la paso pensando en quien era la afortunada persona que estaba ahí adentro ya que dichas habitaciones solo se les otorgaba a personas que daban una gran aportación benefactora tal como su padre lo hacía, no supo en que momento llego al salón de clases – hagamos enojar a la hermana – dijo antes de entrar – buen día señoritas – expreso con una voz cantarina al adentrarse, una interminable cantidad de ojos se postraron en la masculina figura del joven.
- ¿Qué haces aquí Teruce? – cuestiono la monja que estaba parada escribiendo frente a la gran pizarra.
- Me he portado tan bien que la hermana Josephine me envió a tomar su clase – camino hacia un pupitre vació que estaba junto a una de las ventanas seguido por las miradas de desconcierto de quienes estaban ahí.
- Pongan atención a la clase – ordeno la monja al grupo, no reclamo su presencia ya que al menos dos veces al mes esto pasaba y precisamente eran las veces que él se presentaba a clases – Teruce no busques problemas – dijo la monja como advirtiéndole, Terry entorno los ojos, la clase de francés se le hacía demasiado aburrida y tediosa, no apartaba la mirada de la ventana esperando encontrar algo más interesante que ver, la monja se dio cuenta de ello pero lo ignoro pues no quería desperdiciar el tiempo y sus palabras de manera infructuosa, Terry sentía que estaba al borde del colapso ¿Francés?, habiendo tantas idiomas tenían que enseñar francés, tomo un pedazo de papel y lo hizo bolita, comenzó a buscar a quien molestar lanzándole el papel, observo una cabellera rojiza varios pupitres delante de él y pensó que era el sitio perfecto para probar su puntería, así que con fuerza lanzo la bolita de papel pero fallo así que de nueva cuenta rompió la hoja e hizo otra bola un poco más grande pero esta vez mojó la hoja con su lengua para hacerlo ganar un poco de peso, luego lanzó de nueva cuenta solo que ahora con mucho más fuerza pero no contaba con que la persona que le estaba sirviendo de diana para su tiro se movió unos centímetros y la bolita humedecida con saliva había dado muy cerca de ojo de la “señorita” como él les decía.
- ¡auch! – se escuchó un quejido.
- ¿Qué pasa ahora? – la hermana giro para quedar de frente a la clase.
- Alguien me arrojo esto – la persona agredida tomo el papel, fue ahí que se dio cuenta de que estaba lleno de saliva – que asco – lo soltó de inmediato.
- Eres un verdadero problema Teruce – la hermana se dirigió a él, no había que adivinar que el joven era el causante del alboroto y las risas que ahora había en la clase de idiomas de la hermana, Terry le regalo una amplia sonrisa a la monja al grado de mostrarle su perfecta y blanca dentadura, ella estaba a punto de correrlo del salón cuando la puerta se abrió ante los ojos sorprendidos de la clase pues la directora del colegio había entrado con su habitual cara larga, todos se quedaron callados por arte de magia.
- ¿Qué pasa aquí? – cuestionó con gran reserva y seriedad la hermana Grey.
- Nada madre – mintió la hermana Josephine, sabía que la directora era muy enérgica y dura incluso con ellas – alguien hizo una pronunciación errónea y a la clase le causo un poco de gracia – esperaba la directora le creyera para que regaño para ella no fuera tan severo por permitir risas en su clase.
- Teruce Gradchester – la directora parecía no sorprenderle verlo ahí - ¿Qué hiciste ahora? – le pregunto, pero Terry solo se limitó a encogerse de hombro de manera despreocupada, como la directora ya sabía que el joven era un caso perdido prefirió concentrarse en el motivo que la había llevado al salón de clases – clase de primer grado – hablo con autoridad – el día de hoy se unirá a su grupo un nuevo huésped de este colegio – explico con esa postura erguida a la cual casi todos le temían – pase usted – ordeno la monja con su gruesa voz, Terry siquiera le ponía atención y prefirió mirar por la ventana – quiero que le den la mejor de la bienvenidas a quien a partir de hoy convivirá con ustedes – en ese momento entro una persona –
- Buenos días – saludo con amabilidad – espero que nos llevemos bien – dijo una voz un poco más aguda de lo normal, Terry volteó al escuchar aquel timbre de voz que le pareció tan familiar, volteó de golpe hacia el frente donde estaba parada la directora, la monja y esa persona, los ojos aguamarina de Terry se postraron en aquella figura de complexión delgada, baja estatura, de cabello rubio rizado, pero sobre todo de esos grandes y expresivos ojos verde esmeralda.
CONTINUARA…
SOBRE MI TRABAJO:
FIC DE CAPÍTULOS CORTOS.
TEMÁTICA YAOI = AMOR, ROMANCE, EROTISMO, SEXO ENTRE CHICOS.
ADVERTENCIA:
ESTE ESCRITO ES DE CONTENIDO ERÓTICO (bueno en este capitulo no jajaja).
SI ERES SENSIBLE A ESTE TIPO DE TEMA NO LO LEAS.
SI NO TE GUSTA EL CONTENIDO BOY LOVE, NO LEERLO.
PARA MAYORES DE 18 AÑOS.
AMPLIO CRITERIO.
UN EXTRAÑO Y LOCO AMOR
PARTE 1
Un viaje infructuoso y aburrido, solo fue una maldita pérdida de tiempo era lo que pensaba aquel joven de penetrante mirada aguamarina, estaba recostado sobre la cama de su dormitorio había hecho
un viaje muy largo pero mil veces prefería estar enclaustrado en aquel lugar que en el palacio de su padre, solo viendo caras de amargura y reproches, incluso el prolongado silencio que se precedía después de los reclamos de su madrastra hacia su padre eran terrible agonía así que no dudo ni un segundo en largarse al colegio religioso del cual era un interno con privilegios gracias a su posición social. Terry jugaba con una manzana que lanzaba una y otra vez mientras sus ojos estaban clavados en el techo color blanco de su habitación especial. Aun siendo la hora de la cena prefirió que alguna de las monjas le llevara la comida a su habitación socializar con la plebe no era algo que le agradara, en una distracción la manzana cayó al suelo y rodo hasta llegar al ventanal que daba al bosque.
– Diablos – susurro el joven que no tenía ganas de levantarse a recoger la fruta, pero en ese momento era su única diversión – vayamos por la cabeza del duque – dijo en tono de burla, se puso de pie y fue hacia donde estaba la manzana, la tomo con su gran mano – tengo ganas de romper algo – dijo para sus adentros, en ese momento miro por el cristal el gran árbol que estaba frente a él, abrió el ventanal, se recargo en el barandal de hierro forjado que adornaba su balcón, miro la manzana y luego el grueso tronco del árbol – muérase duque – dijo con los ojos destellantes, llenos de ira y con fuerza lanzó la manzana que exploto al contacto con árbol, era evidente que Terry estaba lleno de coraje contra su padre y ese era su único modo de desahogarse, sonrió malicioso y arrogancia al ver cómo había quedado la fruta – que placentero – palmeo sus manos para sacudirlas como en señal de gozo, en ese momento algo acaparo su atención, se volvió a recargar en el barandal y miro a la distancia entre el bosque se asomaban las luces de los otros dormitorios – el otro cuarto especial – recargo su barbilla en una de sus manos – estuvo mucho tiempo vació ¿me pregunto quién lo habrá ocupado? – pensó para sus adentros mientras su curiosidad seguía creciendo. Los pasillos de los edificios donde estaban los salones de clases se habían llenado después de las vacaciones de invierno, todos los chicos habían regresado con grandes sonrisas y las charlas que se escuchaban era sobre lo bien que la mayoría lo había pasado con sus familias, todos excepto uno.
- ¡Archie! – hablo un joven de cabello negro al chico que tenía solo unos meses de haber ingresado al colegio.
- Reiner, es un gusto volverte a ver – respondió Archie de manera amable.
- Supe que te volviste muy popular en las fiestas decembrinas – levanto las cejas de manera picara – tenías a más de una jovencita a tus pies.
- Para nada – Archie sonrió airoso al darse cuenta de que su popularidad estaba creciendo como espuma – y aunque así fuera yo solo tengo ojos para una persona – dijo muy seguro de sus palabras, Reiner se quedó callado al igual que varios de sus compañeros al ver que en los pasillos había hecho acto de presencia el más popular chico de aquel internado.
- ¿Qué pasa aquí? – cuestiono Terry con aires de grandeza – ¡acaso nunca han visto a un hombre tan apuesto como yo! – comenzó a reírse de manera burlesca. Archie estaba sorprendido de ver a ese joven aristócrata ya que era muy rara la vez que se presentaba a clases – ¿te pongo incomodo? – Terry noto la expresión del joven Cornwall.
- ¿Es a mí? – Archie trato de fingir su asombro y tomo una postura de altivez, el joven ingles se irrito ante la actitud del norteamericano, sin titubear se acercó a él y así tal cual alto era se irguió y lo sujeto de la barbilla jalándolo con brusquedad hacia él.
- Este es mi territorio – le aclaró así que no te metas en mis dominios – finalizo para luego soltarlo con fuerza al grado de que el joven Cornwall se tambaleo.
- Grandchester tu siempre ocasionando problemas – dijo una monja que estaba parada detrás de él observando la escena.
- ¡Por favor hermana! – Terry sonrió altivo y camino, al pasar junto a la monja dijo – si yo soy un pan de dios – le hablo cerca del oído, los ojos de la monja parecieron encenderse como dos piedras al rojo vivo.
- ¡Terry Grandchester! – alzo la voz la monja – como castigo tomaras clases con… - ya no la dejo terminar la frase.
- Ya se hermana, ya sé – la miro de reojo – voy a tomar clases al primer grado – torció el gesto – con las señoritas – se rió de manera altiva, era evidente que no era la primer vez que recibía ese castigo. Camino por el interminable pasillo, dio vuelta a su derecha para salir del edificio, ahora caminaba por el corredor exterior que lo llevaría justo a las aulas de primer grados – debería saltarme las clases – dio un gran bostezo que evidenciaba su falta de sueño la noche anterior, después de percatarse de que el cuarto especial había sido ocupado se la paso pensando en quien era la afortunada persona que estaba ahí adentro ya que dichas habitaciones solo se les otorgaba a personas que daban una gran aportación benefactora tal como su padre lo hacía, no supo en que momento llego al salón de clases – hagamos enojar a la hermana – dijo antes de entrar – buen día señoritas – expreso con una voz cantarina al adentrarse, una interminable cantidad de ojos se postraron en la masculina figura del joven.
- ¿Qué haces aquí Teruce? – cuestiono la monja que estaba parada escribiendo frente a la gran pizarra.
- Me he portado tan bien que la hermana Josephine me envió a tomar su clase – camino hacia un pupitre vació que estaba junto a una de las ventanas seguido por las miradas de desconcierto de quienes estaban ahí.
- Pongan atención a la clase – ordeno la monja al grupo, no reclamo su presencia ya que al menos dos veces al mes esto pasaba y precisamente eran las veces que él se presentaba a clases – Teruce no busques problemas – dijo la monja como advirtiéndole, Terry entorno los ojos, la clase de francés se le hacía demasiado aburrida y tediosa, no apartaba la mirada de la ventana esperando encontrar algo más interesante que ver, la monja se dio cuenta de ello pero lo ignoro pues no quería desperdiciar el tiempo y sus palabras de manera infructuosa, Terry sentía que estaba al borde del colapso ¿Francés?, habiendo tantas idiomas tenían que enseñar francés, tomo un pedazo de papel y lo hizo bolita, comenzó a buscar a quien molestar lanzándole el papel, observo una cabellera rojiza varios pupitres delante de él y pensó que era el sitio perfecto para probar su puntería, así que con fuerza lanzo la bolita de papel pero fallo así que de nueva cuenta rompió la hoja e hizo otra bola un poco más grande pero esta vez mojó la hoja con su lengua para hacerlo ganar un poco de peso, luego lanzó de nueva cuenta solo que ahora con mucho más fuerza pero no contaba con que la persona que le estaba sirviendo de diana para su tiro se movió unos centímetros y la bolita humedecida con saliva había dado muy cerca de ojo de la “señorita” como él les decía.
- ¡auch! – se escuchó un quejido.
- ¿Qué pasa ahora? – la hermana giro para quedar de frente a la clase.
- Alguien me arrojo esto – la persona agredida tomo el papel, fue ahí que se dio cuenta de que estaba lleno de saliva – que asco – lo soltó de inmediato.
- Eres un verdadero problema Teruce – la hermana se dirigió a él, no había que adivinar que el joven era el causante del alboroto y las risas que ahora había en la clase de idiomas de la hermana, Terry le regalo una amplia sonrisa a la monja al grado de mostrarle su perfecta y blanca dentadura, ella estaba a punto de correrlo del salón cuando la puerta se abrió ante los ojos sorprendidos de la clase pues la directora del colegio había entrado con su habitual cara larga, todos se quedaron callados por arte de magia.
- ¿Qué pasa aquí? – cuestionó con gran reserva y seriedad la hermana Grey.
- Nada madre – mintió la hermana Josephine, sabía que la directora era muy enérgica y dura incluso con ellas – alguien hizo una pronunciación errónea y a la clase le causo un poco de gracia – esperaba la directora le creyera para que regaño para ella no fuera tan severo por permitir risas en su clase.
- Teruce Gradchester – la directora parecía no sorprenderle verlo ahí - ¿Qué hiciste ahora? – le pregunto, pero Terry solo se limitó a encogerse de hombro de manera despreocupada, como la directora ya sabía que el joven era un caso perdido prefirió concentrarse en el motivo que la había llevado al salón de clases – clase de primer grado – hablo con autoridad – el día de hoy se unirá a su grupo un nuevo huésped de este colegio – explico con esa postura erguida a la cual casi todos le temían – pase usted – ordeno la monja con su gruesa voz, Terry siquiera le ponía atención y prefirió mirar por la ventana – quiero que le den la mejor de la bienvenidas a quien a partir de hoy convivirá con ustedes – en ese momento entro una persona –
- Buenos días – saludo con amabilidad – espero que nos llevemos bien – dijo una voz un poco más aguda de lo normal, Terry volteó al escuchar aquel timbre de voz que le pareció tan familiar, volteó de golpe hacia el frente donde estaba parada la directora, la monja y esa persona, los ojos aguamarina de Terry se postraron en aquella figura de complexión delgada, baja estatura, de cabello rubio rizado, pero sobre todo de esos grandes y expresivos ojos verde esmeralda.
CONTINUARA…
Última edición por astareth el Miér Abr 10, 2019 6:09 pm, editado 2 veces
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quiero más, 
buen ataque camarada 
Espero con ansias el siguiente capítulo. Astareth 
