Hola mis hermosas combatientes, pues vengo a dejar la tercera parte de esta historia, espero que sea de su agrado y se despejen algunas de sus interrogantes un beso grande a todos los batallones
SOBRE MI TRABAJO:
FIC DE CAPÍTULOS CORTOS.
TEMÁTICA YAOI = AMOR, ROMANCE, EROTISMO, SEXO ENTRE CHICOS.
ADVERTENCIA:
ESTE FIC ES DE CONTENIDO ERÓTICO.
SI ERES SENSIBLE A ESTE TIPO DE TEMA NO LO LEAS.
SI NO TE GUSTA EL CONTENIDO BOY LOVE, NO LEERLO.
PARA MAYORES DE 18 AÑOS.
AMPLIO CRITERIO.
PARTE 3
El asitir en un colegio tan estricto y con tantas reprimendas no es sano para nadie, mucho menos para jóvenes que están en una etapa de descubrimiento de emociones y sensaciones que se apoderan de su cuerpo como si fueran demonios que alborotan el pecado de la lujuria. Archie estaba en el salón de descanso junto con algunos de sus compañeros que platicaban del gran escandaló que se había suscitado el día anterior cuando en el bosque una de las monjas encontró oculto entre el hueco de un árbol un libro escrito por el mismo demonio según las religiosas, mandaron inspeccionar todos los rincones de cada habitación del instituto pero no daban aun con el responsable.
- ¡Vaya escándalo! – murmuro un chico de ojos cafés.
- Me hubiera gustado ver la cara de la monja cuando encontró el libro – dijo un chico pensando en el gesto de la mujer.
- ¡Y quien no se escandalizaría! – replico otro joven – mira que encontrar un libro del Marques de Sade – susurro pues si lo escuchaban las monjas le mandarían al cuarto de castigo.
- Me pregunto, ¿Quién se habrá atrevido a meter semejante un libro en este convento? – cuestiono Archie.
- Eso no debería ser motivo de escandaló – al final de cuentas este es un internado exclusivo de… - en ese momento alguien entro al salón de descanso con aires de grandeza, los chicos se quedaron callados por un segundo, Archie siguió la atlética y alta silueta de ese joven inglés que se fue a tumbar en uno de los sillones que estaban junto a la ventana, su mirada se quedó fija en algún punto del bosque.
- Últimamente su comportamiento ha sido extraño – susurro un joven.
- Y eso a mí que me importa – replico Archie evidenciando su molestia al darse cuenta de que cada que aparecía el tal Terry se volvía el centro de atención.
- ¡Hermano, hermano! – Stear entro corriendo.
- ¿Qué sucede? – Archie lo volteo a ver.
- ¿Escondiste todo lo que había en la habitación? – pregunto al oído – si encuentran las fotos de Eleonor Baker nos expulsaran – se notaba nervioso.
- No te preocupes – respondió Archie con aire desenfadado – te aseguro que no las encontraran – parecía convencido.
- ¡Ahí vienen las monjas! – otro chico llego corriendo, estaba tan agotado que le costaba trabajo hablar – escuche que nos llevaran a todos los estudiantes al patio principal – temblaba – encontraron más libros prohibidos – los ojos de todos los presentes se sorprendieron - y muchas otras cosas que no están permitidas tener en el instituto.
- Eso no puede ser verdad – Stear miro a su hermano, fue que sintieron un hueco en el estómago al creer que serían descubiertos pero no eran los únicos que estaban preocupados, él único que parecía estar en completa calma era el noble ingles que no apartaba sus ojos aguamarina de la ventana. La tensión se podía respirar en la más diminuta partícula de aire que soplaba en el colegio, todos los alumnos sin excepción alguna estaban formados en filas mientras la directora y las demás monjas que estaban presentes los observaban con desaprobación.
- Es una vergüenza que esto haya pasado en nuestro respetable instituto – dijo la directora mientras miraba a los jóvenes con desaprobación y desprecio – hemos encontrado una gran cantidad de cosas indecentes que quien sabe desde cuando estaban en un lugar tan sagrado como lo es el colegio – dio un gran golpe en la mesa que estaba frente así con toda varios de objetos en su mayoría libros y fotos – todo estos objetos serán quemados – en ese momento las monjas tomaron los objetos haciendo un gesto repulsivo, los pusieron en cajas de madera algunos chicos no podían creer que incluso libros de ciencia y anatomía fuesen tan sacrílegos como para ser quemados.
- Esas monjas sí que exageran – susurro Stear molesto de que estuvieran quemando libros tan interesantes solo por el simple hecho de que iban contra las creencias religiosas.
- ¡Silencio! – grito la superiora al escuchar murmullos – como nadie ha querido decir a quien pertenecen estas cosas – hablaba con autoridad – todos serán castigados – añadió – por lo pronto a partir de hoy inmediatamente después de la cena todos irás al templo a orar y pedir perdón por sus actos pecaminosos – la dura y gruesa voz de la mujer eran tan intimidante que nadie se animó a protestar aunque por dentro todos estaban molestos – y así será lo que resta del mes – explico – terminando las oraciones irán a sus habitaciones y una vez en ellas la luces se apagaran a los diez minutos – ahora dejen de mirar al suelo – les ordeno – y pongan atención – se encontraron varios libros pecaminosos y sacrílegos, escritos por un alma poseída por el demonio de la lujuria – se persigno – si alguno de ustedes me dice de quien eran estos libros le condonare el castigo – azoto una pila de libros sobre la mesa, esperaba que alguien se atreviera a decir que había sido el autor de todo el alboroto que se había armado, un joven de cabello castaño y ojos color avellana clavo su mirada en unos ojos verdes que estaban atentos a las órdenes de la directora.
- Directora Grey – hablo Nial, la monja volteo a verlo.
- ¿A caso tú sabes algo? – cuestiono con tal dureza que el joven se sintió intimidado, levanto su mano y la movió para dirigir su dedo índice a una persona, Archie noto lo que Nial estaba por hacer y no lo iba a permitir, ¿cómo se atrevía a señalar a Ca…?
- ¡Vaya, vaya!, tenemos a todas las señoritas reunidas – dijo una voz varonil en un tono de arrogancia.
- Terry Grandchester – la monja dijo su nombre con un tono de voz más suave – como siempre siendo impuntual.
- Lamento tanto mis malos modales – sonrió a la monja con picardía.
- Eres un caso perdido – dijo la monja tratando de controlar su ira, Terry camino con actitud airosa hacia donde estaba la madre superiora.
- ¡Oh! – tomo el libro entre sus grandes y finas manos – gracias por encontrar mi libro – respondió con tranquilidad mientras miraba el manuscrito.
- ¿Qué dices? – el rostro de la directora pareció transfigurarse ante el asombro, no podía creer lo que había escuchado, apretó las manos de coraje “si hubiese sido cualquier otro chico sería diferente” – pensaba para sus adentros – “lo habría expulsado inmediatamente… pero… pero tratándose de Terry” – cerro los ojos para contener su frustración – “no puedo expulsar al hijo del mayor benefactor del instituto” – apretó la dentadura – Teruce Grandchester – hablo la monja con tono autoritario – estarás confinado al cuarto de castigo por tres días – se sentía conmocionada por todo lo que había pasado ese día, tuvo que sacar fuerzas para no desplomarse.
- Claro directora – Terry volteó a donde Nial y le lanzó una mirada intimidatoria, el joven bajo miro al piso, luego sus ojos aguamarina se postraron en las verdes esmeraldas de “esa persona”, una traviesa sonrisa se dibujó en la comisura del labio del joven noble sorprendiendo a… - algo más… - la directora inhalo con fuerza – Teruce Grandchester te he dicho que no debes de llamar a “señoritas” a tus compañeros – le recrimino.
- Lo siento tanto – dijo Terry e hizo una reverencia hacia el frente como pidiendo disculpas a sus compañeros obviamente todo era a tono de burla – es que sus modales son tan finos y delicados que en ocasiones se me olvida que este es un instituto exclusivo de varones – Terry recorrió con la mirada a todos los chicos que estaban formados frente a él, todos vestían con el típico uniforme negro, corbatín y camisa blanca, parecían una copia exacta los unos con los otros… a excepción de… Terry volvió a clavar sus ojos aguamarina en los de ese jovencito norteamericano recién llegado, ese que tenía unos gloriosos ojos que a la luz del sol parecían irradiar el color verde en todas sus tonalidades, además de esa diminuta nariz y pecas. Recordó el día que fue enviado al salón de primer grado estaba molestando a un joven de cabello rojizo cuando repentinamente entro al salón una monja con un jovencito recién llegado de los estados unidos al cual no puso mucha atención al principio pero cuando escucho su voz sintió algo que lo hizo voltear a verlo fue entonces que sus ojos aguamarina se vieron eclipsados por completo, extrañamente sintió que en ese momento en el salón de clases se encontraban solo él y el jovencito rubio que tenía el rostro lleno de pecas… - “ mi nombre es Cameron” – dijo con su peculiar voz – “pero todos me dicen Cam” – explicaba esbozando una gran sonrisa sin imaginar que alguien estaba siendo atraído como un imán hacia él – “Vamos a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones y siempre seremos felices. La conciencia no es la voz de la naturaleza, si no la voz de los prejuicios” – declamo con gracia y perfección esa frase ante los ojos interrogantes de los presentes, era obvio que pocos conocían la controversiales obras del Marqués de Sade, tomo el libro que la directora había dejado en la mesa y les dio la espalda a sus compañeros – Juliette, las prosperidades del vicio es una gran novela – dijo mostrando el libro para luego aventarlo de nueva cuenta sobre la mesa y caminar con la particular elegancia que lo caracterizaba de entre todos los alumnos, la directora recargo las manos sobre la mesa como si quisiera romperla.
- Todos a la iglesia ahora mismo – ordeno casi en un grito, los jóvenes empezaron a avanzar en fila hasta el recinto sagrado, Cam no pudo evitar mirar Teruce, no podía creer que hubiera alguien como él dentro de un colegio tan estricto mucho menos que la directora tuviera una actitud tan blanda con un alumno tan problemático como él. Terry volvió la mirada para donde los alumnos y de nueva cuenta sus ojos se encontraron con los del jovencito rubio, se sintió irritado de sí mismo y de no poder entender lo que estaba ocurriendo en su interior pues un remolino de emociones lo invadían cada que recordaba aquella escena en el dormitorio del muchachito norteamericano.
NOTA:¡Ahahahaha! ya se descubrió quien es "esa persona"... y sí como alguna chicas sospechaban se trata de Candy pero en versión masculina. Me vi en la necesidad de modificar su nombre al masculino pero buscando y buscando pues el mas parecido era Candido y la verdad noooooo me gusto como sonaba así que decidi llamarlo Cameron ya que al investigar sobre este nombre encontre que es mixto y puede ser utilizado para ambos sexos así que bueno espero no decepcionarlas.
El dibujo lo hizo mi retoño que fue la que me inicio en el mundo yaoi y del cual estoy totalmente cautivada.
SOBRE MI TRABAJO:
FIC DE CAPÍTULOS CORTOS.
TEMÁTICA YAOI = AMOR, ROMANCE, EROTISMO, SEXO ENTRE CHICOS.
ADVERTENCIA:
ESTE FIC ES DE CONTENIDO ERÓTICO.
SI ERES SENSIBLE A ESTE TIPO DE TEMA NO LO LEAS.
SI NO TE GUSTA EL CONTENIDO BOY LOVE, NO LEERLO.
PARA MAYORES DE 18 AÑOS.
AMPLIO CRITERIO.
PARTE 3
El asitir en un colegio tan estricto y con tantas reprimendas no es sano para nadie, mucho menos para jóvenes que están en una etapa de descubrimiento de emociones y sensaciones que se apoderan de su cuerpo como si fueran demonios que alborotan el pecado de la lujuria. Archie estaba en el salón de descanso junto con algunos de sus compañeros que platicaban del gran escandaló que se había suscitado el día anterior cuando en el bosque una de las monjas encontró oculto entre el hueco de un árbol un libro escrito por el mismo demonio según las religiosas, mandaron inspeccionar todos los rincones de cada habitación del instituto pero no daban aun con el responsable.
- ¡Vaya escándalo! – murmuro un chico de ojos cafés.
- Me hubiera gustado ver la cara de la monja cuando encontró el libro – dijo un chico pensando en el gesto de la mujer.
- ¡Y quien no se escandalizaría! – replico otro joven – mira que encontrar un libro del Marques de Sade – susurro pues si lo escuchaban las monjas le mandarían al cuarto de castigo.
- Me pregunto, ¿Quién se habrá atrevido a meter semejante un libro en este convento? – cuestiono Archie.
- Eso no debería ser motivo de escandaló – al final de cuentas este es un internado exclusivo de… - en ese momento alguien entro al salón de descanso con aires de grandeza, los chicos se quedaron callados por un segundo, Archie siguió la atlética y alta silueta de ese joven inglés que se fue a tumbar en uno de los sillones que estaban junto a la ventana, su mirada se quedó fija en algún punto del bosque.
- Últimamente su comportamiento ha sido extraño – susurro un joven.
- Y eso a mí que me importa – replico Archie evidenciando su molestia al darse cuenta de que cada que aparecía el tal Terry se volvía el centro de atención.
- ¡Hermano, hermano! – Stear entro corriendo.
- ¿Qué sucede? – Archie lo volteo a ver.
- ¿Escondiste todo lo que había en la habitación? – pregunto al oído – si encuentran las fotos de Eleonor Baker nos expulsaran – se notaba nervioso.
- No te preocupes – respondió Archie con aire desenfadado – te aseguro que no las encontraran – parecía convencido.
- ¡Ahí vienen las monjas! – otro chico llego corriendo, estaba tan agotado que le costaba trabajo hablar – escuche que nos llevaran a todos los estudiantes al patio principal – temblaba – encontraron más libros prohibidos – los ojos de todos los presentes se sorprendieron - y muchas otras cosas que no están permitidas tener en el instituto.
- Eso no puede ser verdad – Stear miro a su hermano, fue que sintieron un hueco en el estómago al creer que serían descubiertos pero no eran los únicos que estaban preocupados, él único que parecía estar en completa calma era el noble ingles que no apartaba sus ojos aguamarina de la ventana. La tensión se podía respirar en la más diminuta partícula de aire que soplaba en el colegio, todos los alumnos sin excepción alguna estaban formados en filas mientras la directora y las demás monjas que estaban presentes los observaban con desaprobación.
- Es una vergüenza que esto haya pasado en nuestro respetable instituto – dijo la directora mientras miraba a los jóvenes con desaprobación y desprecio – hemos encontrado una gran cantidad de cosas indecentes que quien sabe desde cuando estaban en un lugar tan sagrado como lo es el colegio – dio un gran golpe en la mesa que estaba frente así con toda varios de objetos en su mayoría libros y fotos – todo estos objetos serán quemados – en ese momento las monjas tomaron los objetos haciendo un gesto repulsivo, los pusieron en cajas de madera algunos chicos no podían creer que incluso libros de ciencia y anatomía fuesen tan sacrílegos como para ser quemados.
- Esas monjas sí que exageran – susurro Stear molesto de que estuvieran quemando libros tan interesantes solo por el simple hecho de que iban contra las creencias religiosas.
- ¡Silencio! – grito la superiora al escuchar murmullos – como nadie ha querido decir a quien pertenecen estas cosas – hablaba con autoridad – todos serán castigados – añadió – por lo pronto a partir de hoy inmediatamente después de la cena todos irás al templo a orar y pedir perdón por sus actos pecaminosos – la dura y gruesa voz de la mujer eran tan intimidante que nadie se animó a protestar aunque por dentro todos estaban molestos – y así será lo que resta del mes – explico – terminando las oraciones irán a sus habitaciones y una vez en ellas la luces se apagaran a los diez minutos – ahora dejen de mirar al suelo – les ordeno – y pongan atención – se encontraron varios libros pecaminosos y sacrílegos, escritos por un alma poseída por el demonio de la lujuria – se persigno – si alguno de ustedes me dice de quien eran estos libros le condonare el castigo – azoto una pila de libros sobre la mesa, esperaba que alguien se atreviera a decir que había sido el autor de todo el alboroto que se había armado, un joven de cabello castaño y ojos color avellana clavo su mirada en unos ojos verdes que estaban atentos a las órdenes de la directora.
- Directora Grey – hablo Nial, la monja volteo a verlo.
- ¿A caso tú sabes algo? – cuestiono con tal dureza que el joven se sintió intimidado, levanto su mano y la movió para dirigir su dedo índice a una persona, Archie noto lo que Nial estaba por hacer y no lo iba a permitir, ¿cómo se atrevía a señalar a Ca…?
- ¡Vaya, vaya!, tenemos a todas las señoritas reunidas – dijo una voz varonil en un tono de arrogancia.
- Terry Grandchester – la monja dijo su nombre con un tono de voz más suave – como siempre siendo impuntual.
- Lamento tanto mis malos modales – sonrió a la monja con picardía.
- Eres un caso perdido – dijo la monja tratando de controlar su ira, Terry camino con actitud airosa hacia donde estaba la madre superiora.
- ¡Oh! – tomo el libro entre sus grandes y finas manos – gracias por encontrar mi libro – respondió con tranquilidad mientras miraba el manuscrito.
- ¿Qué dices? – el rostro de la directora pareció transfigurarse ante el asombro, no podía creer lo que había escuchado, apretó las manos de coraje “si hubiese sido cualquier otro chico sería diferente” – pensaba para sus adentros – “lo habría expulsado inmediatamente… pero… pero tratándose de Terry” – cerro los ojos para contener su frustración – “no puedo expulsar al hijo del mayor benefactor del instituto” – apretó la dentadura – Teruce Grandchester – hablo la monja con tono autoritario – estarás confinado al cuarto de castigo por tres días – se sentía conmocionada por todo lo que había pasado ese día, tuvo que sacar fuerzas para no desplomarse.
- Claro directora – Terry volteó a donde Nial y le lanzó una mirada intimidatoria, el joven bajo miro al piso, luego sus ojos aguamarina se postraron en las verdes esmeraldas de “esa persona”, una traviesa sonrisa se dibujó en la comisura del labio del joven noble sorprendiendo a… - algo más… - la directora inhalo con fuerza – Teruce Grandchester te he dicho que no debes de llamar a “señoritas” a tus compañeros – le recrimino.
- Lo siento tanto – dijo Terry e hizo una reverencia hacia el frente como pidiendo disculpas a sus compañeros obviamente todo era a tono de burla – es que sus modales son tan finos y delicados que en ocasiones se me olvida que este es un instituto exclusivo de varones – Terry recorrió con la mirada a todos los chicos que estaban formados frente a él, todos vestían con el típico uniforme negro, corbatín y camisa blanca, parecían una copia exacta los unos con los otros… a excepción de… Terry volvió a clavar sus ojos aguamarina en los de ese jovencito norteamericano recién llegado, ese que tenía unos gloriosos ojos que a la luz del sol parecían irradiar el color verde en todas sus tonalidades, además de esa diminuta nariz y pecas. Recordó el día que fue enviado al salón de primer grado estaba molestando a un joven de cabello rojizo cuando repentinamente entro al salón una monja con un jovencito recién llegado de los estados unidos al cual no puso mucha atención al principio pero cuando escucho su voz sintió algo que lo hizo voltear a verlo fue entonces que sus ojos aguamarina se vieron eclipsados por completo, extrañamente sintió que en ese momento en el salón de clases se encontraban solo él y el jovencito rubio que tenía el rostro lleno de pecas… - “ mi nombre es Cameron” – dijo con su peculiar voz – “pero todos me dicen Cam” – explicaba esbozando una gran sonrisa sin imaginar que alguien estaba siendo atraído como un imán hacia él – “Vamos a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones y siempre seremos felices. La conciencia no es la voz de la naturaleza, si no la voz de los prejuicios” – declamo con gracia y perfección esa frase ante los ojos interrogantes de los presentes, era obvio que pocos conocían la controversiales obras del Marqués de Sade, tomo el libro que la directora había dejado en la mesa y les dio la espalda a sus compañeros – Juliette, las prosperidades del vicio es una gran novela – dijo mostrando el libro para luego aventarlo de nueva cuenta sobre la mesa y caminar con la particular elegancia que lo caracterizaba de entre todos los alumnos, la directora recargo las manos sobre la mesa como si quisiera romperla.
- Todos a la iglesia ahora mismo – ordeno casi en un grito, los jóvenes empezaron a avanzar en fila hasta el recinto sagrado, Cam no pudo evitar mirar Teruce, no podía creer que hubiera alguien como él dentro de un colegio tan estricto mucho menos que la directora tuviera una actitud tan blanda con un alumno tan problemático como él. Terry volvió la mirada para donde los alumnos y de nueva cuenta sus ojos se encontraron con los del jovencito rubio, se sintió irritado de sí mismo y de no poder entender lo que estaba ocurriendo en su interior pues un remolino de emociones lo invadían cada que recordaba aquella escena en el dormitorio del muchachito norteamericano.
NOTA:¡Ahahahaha! ya se descubrió quien es "esa persona"... y sí como alguna chicas sospechaban se trata de Candy pero en versión masculina. Me vi en la necesidad de modificar su nombre al masculino pero buscando y buscando pues el mas parecido era Candido y la verdad noooooo me gusto como sonaba así que decidi llamarlo Cameron ya que al investigar sobre este nombre encontre que es mixto y puede ser utilizado para ambos sexos así que bueno espero no decepcionarlas.
El dibujo lo hizo mi retoño que fue la que me inicio en el mundo yaoi y del cual estoy totalmente cautivada.