Capítulo 3
Había pasado un mes de su llegada a la ciudad, fueron días difíciles, noches de insomnio y pesadillas, siempre con la incertidumbre de las muy posibles consecuencias, comía poco por lo tanto bajo de peso considerablemente, sus ojos anteriormente brillantes ahora opacos, su mirada siempre perdida, su voz dulce y cantarina eran apenas un murmullo cada vez que hablaba, afortunadamente estaba sola, no dejó que Albert mandara a nadie para acompañarla ella fue muy contundente, , pasar desapercibida, aceptó que le pusieran un auto a su disposición para no tener que andar por la calle temiendo encontrarse con “alguien”, aunque era una rica heredera ella no era tan conocida pues casi no asistía a los eventos a pesar de las muchas quejas de la tía abuela.
Afortunadamente durante la primera semana la incertidumbre se fue junto con la llegada de su período, no así el insomnio a causa de las pesadillas que la hacían despertar llorando y no le permitían conciliar el sueño de nuevo, se quedaba quieta en su cama abrazando sus rodillas mirando por la ventana las luces de la ciudad, no quería pensar.
la casera del pequeño edificio donde vivía era la única que se daba cuenta de su estado, era una mujer mayor, viuda y sin hijos que desde el momento que la vio llegar con esa sonrisa forzada y pareciendo un pajarito asustado supo que algo no andaba bien con ella, sin embargo, prudente como era se limitaba a sonreírle con ternura cuando la veía.
-Pobre niña, lo que sea que le haya pasado acabará con ella si sigue así- decía la mujer
Al finalizar el mes físicamente se veía recuperada, comenzó a comer de manera casi normal, seguía delgada pero ya no tanto, las ojeras antes visibles por la falta de sueño se fueron disipando poco a poco, se concentró en aprender todo lo posible, las clases por la mañana las prácticas por la tarde, comenzó a hacer amistad con una que otra compañera, pues al escuchar su apellido algunas le hacían gestos creyéndola una niña mimada que solamente estaba ahí por cumplir un capricho , se esforzó mucho para demostrar que era una enfermera profesional y que estaba ahí para aprender al igual que todas las demás, los fines de semana los tenía libres y en una ocasión la invitaron a un paseo por la ciudad , ella con el pretexto de que llegaría un familiar a visitarla declinó la invitación , no quería exponerse demasiado.
Al segundo mes ya estaba completamente habituada a la rutina, las pesadillas seguían, pero ya no eran tan recurrentes, no sonreía mucho, pero estaba serena, lo que paso no tenía remedio, de todos modos, antes de eso no había aceptado ningún pretendiente y a su edad casi era considerada una solterona lo cual la tenía sin cuidado, su corazón se quedó en esa ciudad y no podría recuperarlo ni le interesaba hacerlo.
El tercer mes llego, y como era mayo y Albert llegaría a visitarla por su cumpleaños puso la mejor de sus caras, lo recibió sonriente, platicaron mucho, cenaron en el departamento, invitaron a la señora Smith, la casera, que para ese entonces ya era una buena amiga de Candy, pasaron un tiempo agradable y al retirarse la buena mujer…
-Candy- hablo Albert- te veo un tanto extraña
-Ideas tuyas
-tal vez, pero… estas diferente, ¿ha pasado algo? ¿quieres contarme?
-no Berth, no pasa nada, estoy algo cansada por los cursos y las prácticas, pero estoy bien
-te has topado con…
- ¡No!, no lo he visto, casi no salgo más que para ir y venir del hospital y hacer las compras, pero Jacob me lleva
- ¿Entonces? ¿hay algo? ¿te tratan mal?
-No, estoy bien, te lo aseguro
-bueno, entonces no te esfuerces de más, sé que es difícil estar en esta ciudad lo platicamos mucho antes y a pesar de todo decidiste venir, pero te veo triste y no me gusta Candy, le voy a pedir a Dorothy que venga a acompañarte
-lo sé- dijo la chica bajando la mirada-, estaré bien, no tienes que mandar a nadie, yo casi no estoy aquí y cuando llego la señora Smith viene a platicar conmigo o las chicas cuando estudiamos también vienen, así que no lo hagas por favor.
-De acuerdo, como siempre tú ganas.
Siguieron charlando un rato más, pero en un momento dado Albert le habló de Archie y Annie, que estaban prontos por regresar de la luna de miel, se comunicaban de vez en cuando que Annie estaba feliz y Archie ya quería regresar.
Candy al escuchar nombrar a su primo se tensó, y trató de disimular la angustia que sintió al escucharlo nombrar, la velada terminó y Albert regresó a su hotel, no se quedó con ella pues el departamento tenía una sola habitación, por más que insistió en un departamento más grande Candy escogió ese pequeño lugar y sabiendo que la chica siempre sencilla y práctica la dejo hacer.
Se quedó en Nueva York solamente un par de días pues las ocupaciones en las oficinas de Chicago eran bastantes al no estar Archie para dividírselas.
Antes de finalizar el mes no pudo resistir la tentación y fue al teatro a verlo, estaban en plena temporada de primavera, no le dijo a nadie, no compró entradas preferenciales, llegó como una espectadora más, su lugar estaba lo más alejado para que no la vieran y lo suficientemente cerca para poder apreciarlo, se emocionó de verlo actuar, después de poco más de seis años volvía a verlo, Terry era deslumbrante, había cambiado.
-seis años no pasan en balde- susurraba la chica-Terry, cuanto has crecido, estas mucho más alto y corpulento, tan guapo y varonil, tu voz, esa voz-un suspiro involuntario salió de sus labios y gruesas lagrimas rodaron por sus mejillas.
Cuando la obra terminó salió inmediatamente después de las ovaciones, lo miró una vez más, y se fue, mientras caminaba por los pasillos escuchaba a las demás personas hablar de lo buen actor que era Terry, que estuvo mucho mejor que el día del estreno, ella sonreía para sus adentros, se sentía orgullosa, después de haberlo visto caído y ahora convertido en un actor consagrado sintió un poco de consuelo, de su vida privada no sabía mucho, evitaba los periódicos y los chismes, sus compañeras del hospital a veces en los descansos hablaban del gran y guapísimo actor Terrence Graham, pero ella se limitaba a sonreír y retirarse con cualquier excusa lo poco que sabía era que todavía no era casado y que su prometida estaba enferma lo cual lamentaba y deseaba que no fuera nada grave.
Durante varios días después, estuvo triste, las pesadillas de las que todavía no se terminaba de librar regresaron, ahora no solo revivía lo que pasó sino que veía a Terry ahí, parado en la ventana del cuarto de Anthony , ella le gritaba que la ayudara y él no se movía , solo la miraba y le decía que ella se tenía la culpa, sus ojos azules oscurecidos y mirándola con desprecio, ella pataleaba y estiraba la mano pidiéndole ayuda y él daba la vuelta dejándola ahí a merced de Archie, despertaba gritando y llorando audiblemente que en una ocasión la señora Smith la escucho y entró al departamento con la copia de la llave pensando que alguien se había metido y le estaban haciendo daño, cuando entro a la pequeña recámara la vio sentada en su cama , con la vista perdida y llamando a un tal “Terry”, la abrazo fuertemente, colocó su cabeza en el regazo y suavemente susurraba palabras de consuelo mientras le acariciaba el cabello, poco a poco la rubia se fue calmando, no hubo preguntas, solo un hombro en el que llorar.
Cuando se calmó, la mujer le preparó un té caliente, la arropo y se quedó con ella hasta que se durmió de nuevo.
Al siguiente día cuando se la encontró en la entrada se arrojó a sus brazos
-Gracias señora Smith
-No hay nada que agradecer, desde que llegaste sé que sufres por algo- Candy soltándose del abrazo la miro asustada- no te asustes, no tienes que decirme nada, pero si en algún momento sientes la necesidad aquí estaré.
La chica la miró con agradecimiento, le sonrío, dio la media vuelta y se fue pensando que, en algún momento, cualquier día, tal vez cuando doliera menos le contaría a la señora Smith, porque definitivamente a Albert, sus madres y mucho menos a Annie le contaría alguna vez, en cuanto a Archie, esperaba no tener que verlo nunca más, dudaba que eso fuera posible pero ya encontraría la manera.
Continuara…
Última edición por Rosi Kary el Mar Abr 16, 2019 4:05 pm, editado 1 vez