Capítulo 4
El último mes del curso llegó sin darse cuenta, por los chismes de pasillo en el hospital se enteró que la obra en la Terry estaba actuando había salido de gira, lo cual le quito un peso de encima, demasiado ya tenía con Albert que puso el grito en el cielo cuando le comentó de sus planes de irse a Londres a trabajar, a pesar de su apretada agenda de trabajo fue a verla para saber el porqué de irse.
-Candy, ¿Por qué? Este curso lo tomaste para poder trabajar en Chicago y ayudar en el hogar de pony con los niños, ¿porqué ahora sales con que quieres irte a Londres? Y ¡sola! - decía Albert mientras caminaba de un lado a otro en la pequeña sala del departamento
-Berth, después de la guerra muchos niños quedaron huérfanos y enfermos, sé que la señorita Pony y la hermana María lo entenderán ¿porque tú no?
-Porque siento que hay algo más y no me quieres decir
Candy levantándose del sillón en donde estaba sentada, se acercó a él, y tomándolo del brazo lo miró a los ojos sin parpadear
-No hay nada que decir, es algo que siento en mi corazón y necesito tu apoyo, no quiero regresar y que la tía abuela me esté cuestionando cada que me ve el ¿Por qué no me he casado? O que quiera presentarme a cuanto caballero pueda, o escuchar las burlas de Eliza, bastante ya tuve de ellas y es un milagro que se fuera de vacaciones después de la boda, al menos estos meses no he tenido que soportarla
-Nunca me habías dicho algo así pequeña- dijo Albert algo aturdido de la forma de hablar de la chica
-Lo siento-contestó bajando la mirada- pero necesito esto
-Es que tampoco quieres ir a despedirte de tus madres y eso no lo entiendo
-Les enviaré una carta, lo entenderán.
-¿Y Annie? No has hablado con ella desde que regresaron del viaje de luna de miel
Candy lo soltó, dio la media vuelta y caminó hacia la ventana
-No he podido, estamos por finalizar y he estado ocupada, luego le enviaré una carta también,
-entiendo lo que me dices, pero parece como si huyeras de algo o de “alguien”- señaló el joven
-No huyo, él ya está haciendo su vida, tiene una carrera prometedora y yo, pues en este momento es lo que necesito hacer-la chica volteo a verlo con la mirada suplicante-por favor, dime que lo entiendes y que me vas a ayudar
-De acuerdo, le diré a George que compre tu pasaje y se adelante a buscarte un departamento en la ciudad, no sé porque siento que hay algo más, pero respetaré tu decisión, estoy seguro que cuando estés lista me lo dirás.
-Así será Beth, te aseguro que así será- contestó la chica mirándolo fijamente.
Después de ese día Candy se sintió más aliviada, con la seguridad de que Terry estaba de gira y lo que estaba por hacer bajó la guardia, ignoraba lo que el destino le tenía preparado.
cuando el director del hospital Saint Johns donde estaba tomando la especialización le ofreció un puesto en Londres no lo pensó y aceptó de inmediato, era la solución perfecta por el momento, sabía que no podía huir por siempre pero era lo mejor, necesitaba sanar y regresar a casa no era el lugar adecuado, definitivamente tendría que irse.
Dos semanas antes de dejar Nueva York se dedicó a recorrer la ciudad, cuando salía del hospital le pedía a Jacob, el chofer, la llevara a recorrer la quinta avenida, como estaban por finalizar, las practicas habían acabado y disponía de algunas horas libres por la tarde, miraba aparadores, entraba en una que otra tienda a curiosear, no compraba nada, tenía con que, pues Albert había dispuesto una mesada generosa para ella, sin embargo nunca se acostumbró a gastar en cosas innecesarias, no como Annie o Eliza que arrasaban cada tienda que veían.
Antes de regresar al departamento pasaban a Central Park, le gustaba sentarse bajo un árbol cerca del puente a leer un poco o solamente estar ahí mirando nada y perdida en sus pensamientos, podía darse ese lujo ya que Jacob además de chofer era un bien adiestrado guardaespaldas, le daba cierta seguridad tenerlo cerca, pues a veces se sentía observada.
El miércoles de la última semana teniendo todo listo para su viaje a Londres se pasó la tarde mirando pasar a la gente desde su lugar favorito del parque, el árbol cerca del lago, ese día se sentía inquieta, en estado de alerta y ansiosa, lo asoció a los nervios del viaje, antes de que la noche cayera se dispuso a regresar al departamento, iba caminando hacia el auto, Jacob unos pasos detrás de ella cuando de repente escucho una voz muy conocida y por muchos años añorada.
-¿Candy?
Continuará…
Gracias por leer, un abrazo grande
Última edición por Rosi Kary el Mar Abr 16, 2019 3:56 pm, editado 1 vez