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Mi mayor sueño
Por Zanya Granchester.
Capítulo III “El final”
Mi amor, ¿Recuerdas mi mayor deseo? ¿Recuerdas nuestro primer beso en aquel día de lluvia? ¿Recuerdas cuando nos hicimos novios?
Han pasado cuatro años desde el día que nos conocimos, salimos, besamos y fuiste a dejarme al departamento. Desde esa vez, las citas se hicieron frecuentes, me esperabas después de clases, teníamos largas conversaciones, muchos sueños, planes y aspiraciones.
Después que Terry me llevó a casa las chicas se sorprendieron en ver mi estado, no cabía de felicidad.
-Cuéntanos- dijeron al unísono. Les conté y compartían mi felicidad.- “Valió la pena la mojada, los estornudos y la caminata que nos hicimos de los lagos al departamento. Parecíamos novios, nos fuimos tomados de la mano y nos sonreíamos cada vez que había oportunidad. Chicas, estoy segura de que él es el amor de mi vida, no hay duda, jamás había sentido nada igual, todo es inexplicable, es como ustedes dicen, pareciéramos que estamos unidos al hilo rojo del destino”.
-Qué maravilla Candy, te ha pegado el amor terriblemente, ¿Podríamos llamarle amor a primera vista?, ¿Cómo es que no se habían visto antes si estudian en el mismo campus?- Me pregunta Annie con cierta duda.
-No lo sé la verdad, pero ustedes saben como nos conocimos aunque en realidad no entiendo como es que me reconoció la segunda vez que nos encontramos, bueno, eso no importa, ya somos amigos y quizás mas adelante algo más, el hecho de que nos diéramos un beso y regresáramos tomados de la mano no significa que seamos algo, pudo habernos ganado el momento, quizá no lo vuelva a ver, no me dijo nada, ni siquiera le pregunté en donde vive.- Respondí
Lo que me quedó de la tarde lo aproveché para terminar mi último trabajo de evaluación, tomar unas aspirinas para prevenir un resfriado, el cual, no me evitó nada, acabé un poco tarde, no me arrepiento, de todas maneras, estoy más que acostumbrada a dormir de madrugada. Hoy dormiré como oso, me siento cansada, mis ojos se cierran recordando a una mirada verde azul.
Lunes, inicio de semana, penúltima semana para concluir el semestre, los horarios establecidos para entregar los trabajos de evaluación o en su caso, presentar los exámenes que era acordado por el grupo, así que teníamos que estar a las cinco de la tarde en la facultad. En ocasiones me encontraba con Terry, otro producto de la casualidad como siempre, nos entendíamos sin palabras, sin pedirlo me acompañaba a casa y platicábamos de nuestro día, nos conocíamos aún más, ya no hubo besos, abrazos ni momentos para tomarnos la mano, ¡no es que yo deseara que lo hiciera, claro que no!
Y así, pasaron quince días más, entrega de calificaciones, fecha para el inicio de extraordinarios, graduaciones e inscripciones. Afortunadamente no me llevé ni una materia, no me considero una mala estudiante, pero tampoco una excelente, así que podré irme a casa a pasar unas merecidas vacaciones. Estaba pensando en él, temo que lo voy a extrañar y creo que aún mas que ya no lo veré, Terry es ahora oficialmente un antropólogo y supongo que deberá buscar donde acomodarse, su campo de trabajo es extenso y a lo que hemos platicado, aspira realizar una maestría.
-Candyyy- escuché que me gritaban a cierta distancia, inmediatamente reconocí su voz, era él que corría a mi encuentro. Era mucho mi entusiasmo por verlo que mi sonrisa casi se sale de mi rostro, volteé, alzando la mano en señal de indicarle que estoy ahí le grité: -Terryyy, estoy aquí”- cómo si no me hubiera visto, que bárbara soy, bueno, soy yo misma.
-Pecosa tramposa, ni creas que podrás escapar de mí, fui a esperarte en el lugar de siempre y como no te vi fui a buscarte, al no verte pregunté por ti y me dijeron que no tenía mucho de que te habías retirado, así que tuve que correr para ver si te alcanzaba.- Me decía el chico que quiero de manera agitada por la carrera que hizo para encontrarme.
-Terry, nunca me dices si me esperarás, siempre he pensado que te veo como producto de la casualidad. ¿Podría preguntarte algo ya que estamos hablando de esto? Tengo una duda muy grande y no había encontrado el momento para hacerlo.- Le digo de manera muy casual y sonriente. Sus ojos brillan en cuanto terminé de hablar y me contesta:
-Te responderé todo lo que quieras después que me acompañes a… ¿Candy, me harías el honor de acompañarme a la fiesta de graduación? Claro, si es que tu novio viajero todavía no regresa de su travesía laboral.- Es mi imaginación o me lo dice de forma sarcástica despreocupada.
-Mmm… déjame pensarlo por favor- le digo poniendo mi mano en la barbilla mirando hacia la nada como si meditara una respuesta- -Está bien, solo porque quiero que me respondas mis preguntas y nada de evadir las respuestas o salirse por la tangente Terry, tampoco quiero que me estés incordiando si no, conocerás como baila una chica con dos pies izquierdos y creo que eso dolerá.- le contesto de la misma manera y entre risas mientras caminábamos rumbo a mi casa.
De repente, tropecé, el muy cretino me metió el pie y para no caer me puso su brazo en la cintura para sostenerme. -¡TERENCE GRANCHESTER, VAS A VER!, ándale, corre porque te voy a alcanzar y no te la vas a acabar, conocerás a la Candy karateca convertida en Sailor Moon.- Corrí detrás de él, ambos reíamos, parecíamos dos chiquillos despreocupados de la vida, ni de chiste lo alcancé, no se dejó atrapar, por lo visto debe hacer ejercicio, ni mis caminatas diarias me ayudó, apoyé mis brazos en las rodillas para descansar y jalar aire.
-Jajaja, ¿te encuentras bien?- Él me pregunta con una sonrisa de medio lado.
-Sí, solo te di ventaja, y para que veas que soy buena, por esta vez te perdono, pero a la siguiente no te salvarás.- Le digo con una molestia fingida enseñándole el puño.
El día de la fiesta de graduación llegó. Todo estuvo bien organizado y acorde a la carrera que ellos estudiaron, muy emotivo, se presentó El ballet folklórico, el grupo de Jazz y no podía faltar los bailarines de tango, todos ellos son de la Casa de Estudios de la Universidad, el director de la facultad, los invitados a la mesa de honor y los graduados, palabras más, palabras menos de despedida, entrega de pasantías y reconocimientos, entre ellos estaba él, todo un estuche de monerías… Me paré y aplaudí lo mas que pude, me sentía orgullosa, ya entiendo por qué le dijo Archie esas palabras el día de la quema y sí, él tiene un buen futuro en su área.
La cena estaba deliciosa, incluso ofrecieron vino, Terry platicaba animadamente con sus padres y me incluía en la conversación, eso hizo que no me sintiera sola ni aislada. La música empezó a sonar, nada que ver con el momento, pero mi amigo me invitó a bailar, era la canción de Enrique Bumbury y Pepe Aguilar “Ven y camina conmigo”, muy bella, por cierto, una canción que en mi vida jamás olvidaré. Después de eso tomó de mi brazo y nos dirigimos a la terraza.
Era una noche fresca y despejada con la luna en todo su esplendor, me quedé contemplándola por un momento, él hacía lo mismo, a ambos nos gustaba de disfrutar de esos pequeños ratos con la naturaleza, nos hacía sentir vivos. -Ahora sí me vas a declarar tu amor pecosa?- Me preguntó. –“Quisieras”- le respondí .
-Terry, prometiste que no me molestarías, confié en tu palabra y mira… Mejor cambiemos de tema y responde lo que originalmente me trajo hasta aquí.- “Creo que no es el momento, que impertinente de mi parte, estamos en plena fiesta”, me reté mentalmente.
-Candy; ¿recuerdas qué te dije en el oído mientras bailábamos? – Asentí y no dije más, me sentí nerviosa. -Te dije que te dedicaba la canción, que pusieras atención letra por letra, espero que lo hayas hecho. Te voy a dejar tarea, piénsalo, sobre todo porque en dos ocasiones me comentaste de manera poco creíble que tienes un compromiso con alguien más, una persona que te ama hace lo posible de verte por muy lejos que esté y en el tiempo que tú y yo nos hemos frecuentado no lo he visto y jamás me has hablado de él, quizá porque no te he preguntado o porque prefieres reservar tu vida amorosa-
-Terryy- lo miré fijamente, no entendía lo que me quería decir, inicialmente me sentía confundida, pero eso me pasaba por mentir de esa manera, pero él tiene la culpa, y ahora no sé cómo enmendar esa pequeña falacia. ¿Le digo la verdad?, el asunto se está tornando serio, si sonrío y le digo… no, no es buena ida.
-Vamos pecosa, la noche es joven y todavía hay mucho que celebrar, ¿me permites de nuevo otra pieza de baile?- De forma inmediata me cambió el tema, como si no me hubiera dicho nada, muy casualmente me sonríe y me da el brazo para dirigirnos a la pista, se oye ahora a Joaquín Sabina con el tema “Contigo”, si relaciono una canción con otra, significa algo y me queda claro, él siente lo mismo que yo. No hay nada que pensar ni tarea por realizar. Recargo mi cabeza en su pecho deseando que este momento no termine jamás, él, de forma posesiva me acerca mas a su cuerpo, siento su calor y corazón, late como el mío, bien desbocado. Levanto mi rostro, nuestras miradas se encuentran y me dice:
-Candy White, ¿podrías dejar al olvido a tu novio viajero imaginario y tomar como novio real a un loco enamorado de ti? Prometo que te cuidaré y haré feliz.-
Lo sabe, Terry sabe que no tengo novio, ahora sí estoy mas que perdida. Entre lágrimas de felicidad y sin dejar de mirarle con amor le contesto de manera audible un sí y lentamente nos fuimos acercando para sellar nuestro noviazgo con un beso. Un beso que me elevó al cielo, a la gloria. En mi imaginario nos quedamos solos, como si estuviéramos en una película de amor, donde los personajes se transportan en un bosque lleno de narcisos, árboles y un gran lago.
Creo que a sus padres no les dio mucha gracia cuando me presentó nuevamente pero ahora como su novia, no dijeron nada, pero la sonrisa forzada y gestos hablaron por sí solo. Me sentí cohibida y ya no platiqué con ellos en lo que restó de la velada. A Terry no le pareció afectarle sus reacciones, creo que ya ha de estar acostumbrado a ese tipo de actitudes, él en cierta ocasión me comentó que sus padres aceptaban sus decisiones, aunque no les gustara.
Me llevó a casa en su coche, no sabía que tuviera, pero siendo hijo de empresarios debía suponer que tendría, siempre lo había visto a pie. Hoy no es el momento de preguntar lo que deseaba saber, ya no sé si importa, en otra ocasión será, hay más tiempo que vida. Me dejó en la puerta del departamento y antes de retirarse sacó de su frac una pulsera tejida con dos corazones unidos y en cada una tenía nuestras iniciales T C, lo amarró a mí muñeca derecha y mientras lo hacía me dijo unas palabras: -“Pecosa, Candy mía, esta pulsera es una ofrenda y símbolo del amor que te tengo, jamás lo olvides”.- Me dio un beso en el dorso de la mano, me tomó de la cintura y nos besamos, nuevamente sentí esa descarga eléctrica en mi cuerpo.
Me encuentro en casa de mi madre, he empezado a sentir dolores de parto, ella de manera inmediata llama a un taxi para que nos lleve al hospital, mis hermanas toman la pañalera y maleta. En lo que esperamos miro el cielo azul, el sol brillante augura que mi hijo nacerá con un buen clima a pesar de ser enero, si, día 28 para ser exacto, donde, su padre cumpliría 26 años. –“Hoy volverás a nacer amor mío”.- dije en voz baja tallándome el vientre para darle seguridad y tranquilidad a mi hijo.
-¡Candy!, me han aceptado en el Colegio de México para realizar la maestría que solicité- Fue lo que me dijo levantándome en vilo mientras reía de emoción dándome vueltas, yo reía con él, mis ojos llorosos no podían ocultar la tristeza porque sabía que ya no lo vería con la misma frecuencia, feliz porque él haría realidad un deseo profesional como futuro inmediato y como futuro lejano ser un reconocido doctor e investigador.
-“Te felicito mi amor”, me da gusto por ti, no creas que lloro porque te vas ¡eh!, lloro de alegría porque al fin voy a tener unos ratitos para mí, ¡oh sí!, un descanso de ti, no voy a extrañar tu compañía, tus besos, nuestras conversaciones, paseos, ni mucho menos que me estés incordiando cuando no tienes nada qué hacer.- No puedo evitarlo y me suelto a llorar, pongo mis manos en el rostro, me duele, estoy enamorada, lo amo con toda mi alma y lo tengo que dejar ir y como dicen por ahí, si vuelve es para ti., Más adelante quiero también tener un futuro profesional y sé que él me apoyará.
-No llores mi amor, ven para acá- me abraza y me da pequeños besos en mi rostro -vendré a verte, no sentirás mi ausencia ni yo la tuya, ya se inventaron los teléfonos, la correspondencia y las redes sociales… solo nos separará cuatro horas de distancia y con el coche será mas rápido. Dos años se van a ir de volada, vas a ver, mientras tanto, sigue echándole ganas, falta poco para que concluyas la licenciatura y necesito que te titules lo más pronto posible, te tengo una sorpresa si haces las cosas como te lo pido.-
-Sí patrón- le contesto con una risilla pícara entre lágrimas, lo abrazo, él me hace feliz, muy feliz, aspiro el aroma de su perfume, deseo poder tenerlo siempre conmigo. Aprieto el abrazo queriendo meterlo en mí y jamás dejarlo ir.
Me lleva al restaurant en donde tuvimos nuestra primera cita, nos gusta ir ahí por la magnífica vista que tiene, ya mas tranquilos comimos, ya no me da pena entrar a ese o a cualquier lugar, ya ni me fijo en los precios que tiene la carta, él me ha dicho que mientras estemos juntos jamás me hará falta nada, eso no significa que le esté pidiendo que me mantenga o me ayude con los gastos de la facultad, eso sí que no, no le quiero deber favores, es por eso que no le pido. Reíamos por lo que me estaba confesando, después de más de un año de relación al fin le pregunté acerca del día que nos conocimos en pleno aguacero.
-Mi amor, eres demasiado ingenua, ja, ja, ja. Yo te conocí mucho tiempo atrás, nunca me miraste, siempre estabas en la luna y con mucha prisa, pareciera que le hacías competencia al tiempo, siempre estabas sola y con libros en mano, un día, decidí seguirte, quise saber donde vivías y si alguien ocupaba tu corazón. No vi nada raro ni extraño, pero no significaba que no tuvieras novio. Un día, no te vi, no sé si habías faltado, enfermado o habías salido temprano de clases, esperé un rato fuera de tu casa, comenzó a llover y opté por irme, no llevaba el coche, así que caminé a toda prisa por el mismo trayecto que tomabas siempre y de manera accidental chocamos. Te di mi mano para levantarte, pero me ignoraste, buscabas tus libros… Cuando oí tu voz, sabía de que se trataba de ti. Quise ser amable y sabía que ésta era mi oportunidad de conocernos y el pretexto idóneo para presentarnos, pero jamás esperé una reacción tuya y mis malévolas intenciones se esfumaron.
-Cuando te encontré en Spa Novias, me vinieron muchas preguntas sobre tu estado civil y me arriesgué a enfrentar tu furia y, ¿de qué manera podía llamar tu atención? Pues incordiándote, así no te podrías olvidar de mí para bien o para mal. Cuando me diste las explicaciones que directamente no te había pedido, dudé de tu veracidad… Posteriormente, te vi el día de la quema, estabas como siempre distraída, no sé qué tanto divagabas con los ojos cerrados pero te veías divertida ¡jajaja!. Después supe más de ti, por azares del destino nos unía unos amigos en común y era Archie y Stear, novios de tus amigas, lo demás, es historia… ¿Qué me dices de ti? –
-Tienes razón Terry, yo no te había visto, ni siquiera el día que tropezamos, pero tu voz me… sedujo,- se lo digo de manera avergonzada.- Lo primero que se me vino a la mente es que tenías voz de locutor, pero cuando me dijiste que repondrías los libros regresé a mi presente, me sentí ofendida y decidí marcharme, llegando a casa le conté a mis amigas de ti, me decían que podrías ser el amor que siempre buscaba- Veo en los ojos de mi amado la sorpresa de lo que le acabo de contar.
-Cuando me encontraste en Spa novias, jijiji,- Estamos en el momento de las confesiones del pasado, temo que se vaya a reír de mí, él hace un asentamiento para que continúe con mi relato -soñaba, soñaba con el amor de mi vida… siempre que pasaba por la boutique de novias me detenía unos momentos a apreciar un hermoso vestido de manta que me encantó desde el primer momento en que lo vi, me visualizaba rumbo al altar hasta que apareciste a interrumpir mis ensoñaciones y cómo te burlabas de mí tuve que acudir al recurso de la mentira piadosa. Luego, me diste un susto de muerte el día de la quema, tanto que tuve que escupir la cachaza, jajaja, no sé que tiempo tenías ahí parado, pero imaginaba el día de mi prefiesta de graduación, el resto, es historia.- Él me mira tiernamente, sus ojos brillan, me toma la mano, la besa y me dice que me ama.
-Ha sido un hermoso niño señora, háblele y dele un beso- Me dice el médico antes de llevárselo. Le digo,” ¡bienvenido a casa mi amor!,” lo beso y él deja de llorar. Es hermoso, es el niño más hermoso que haya visto, él es el producto del amor de sus padres. Miro como se lo llevan y quedo profundamente dormida.
No sé cuanto tiempo dormí, cuando desperté, mis suegros se encontraban en la habitación de hospital, Eleonor cargaba al pequeño Terry, sí, se llamará como su padre. Ella lloraba en silencio, Richard intentaba permanecer inmune a los sentimientos de pérdida que sentía en ese momento. –Él ha regresado a mí- les dije con la voz quebrada. -La vida continúa y Dios me ha bendecido con este angelito. Quiero darle de comer, ¿podría darme a mi hijo por favor? Eleonor se dirige a la cama y me entrega a mi pequeño. Lo veo frágil, tan inocente, es igual a su padre… Richard decide salir de la habitación. Eleonor permanece de pie en espera de que termine de amamantar el bebé y tener nuevamente la oportunidad de tenerlo en sus brazos otra vez.
Cuando mi hijo se durmió Eleonor lo llevó a su cunero, se acercó, me abrazó y ambas nos soltamos a llorar. Ella me pidió perdón…
Terry me visitaba cada fin de mes, esos fines de semanas era dedicado para nosotros dos, ambos nos apurábamos a adelantar trabajos. Nos veíamos en los Lagos, en el lugar donde me prometí no soltarle jamás después de nuestro primer beso. Siempre llegaba con un ramo de rosas blancas y narcisos amarillos, nuestras flores favoritas, no importaba como estuviera el clima, siempre asistíamos a nuestra cita. Nos besábamos con mucha pasión, ya no eran esos besos tiernos e inocentes, eran besos ardientes y anhelados.
Un día, le di una sorpresa, no se lo esperaba, llevé una canasta con comida e hicimos un pic nic , por meses ahorré lo que me daban de incentivo por realizar el servicio social. Llevé sándwiches, pay de melocotón, aunque él juraba que era de calabaza, gelatina, todo lo preparé con mucho amor, también incluí vino, agua y un florero para poner las flores que siempre me llevaba. Pasamos una tarde espectacular y este momento, fue guardado en mis memorias. Como siempre, el clima hizo de las suyas, ya no nos sorprendió la lluvia, al contrario, nos gustaba ver caer el agua en los árboles, en los lagos, oler a tierra mojada, sentirnos vivos, juntos y felices.
No todo fue miel sobre hojuelas, siempre supimos arreglar nuestras diferencias y más si tenía que ver con sus padres, sobre todo, su madre. Ella aceptaba las decisiones de su hijo, aunque estuviera en desacuerdo, pero eso no significaba que las respetara. En cierta ocasión fua a buscarme al departamento, no me encontraba, ni en la tarde ni en la mañana, si no estaba en el servicio social estaba en las prácticas escolares en un bachillerato, en la USBI o con seguridad todas las tardes en la facultad, mi horario de salida era la misma, a las diez de la noche. Así que optó por buscarme un sábado en la tarde, lo recuerdo muy bien, seis meses después de que Terry se fuera a México a estudiar su maestría.
-Necesito hablar contigo, te he buscado en toda la semana y no te he encontrado- Me mira de manera despectiva y entra a la casa sin previa invitación observando el lugar de manera descarada.
-¿Gusta un vaso con agua señora?, siéntese por favor- le llevo una silla de la cocina ya que no teníamos sala, éramos estudiantes y solo teníamos lo indispensable, no aceptó el agua, solo se limitó a decirme que sería muy corta su visita.
Acomodé las sillas de tal manera que pudiéramos vernos de frente, a pesar de que mostraba tranquilidad, por dentro me estaba muriendo de nervios, en el fondo, no deseaba saber el motivo de su visita. Le mantuve la mirada con una sonrisa de comprensión hasta que se fue y me solté a llorar.
-Terry es hijo único y su padre como yo le hemos consentido todos sus caprichos, aceptado sus decisiones y considerado la relación contigo, no pensamos que te tomara en serio, él es un chico de buena cuna, heredero de un gran emporio empresarial, tiene se futuro asegurado, es por eso que le aceptamos que estudiara lo que quisiera, con el tiempo él tomará posesión de lo que le pertenece y para eso, necesitará a alguien digna de su apellido. Espero que me hayas entendido, recuerda, que la novia del estudiante jamás será la esposa del profesionista. Buenas tardes Candice.- Cada palabra apuñala una a una mi alma y corazón. No puedo decirle nada, me he quedado muda, solo mantengo esa sonrisa y un nudo en mi garganta.
Mis amigas salieron de sus recámaras en cuanto la señora Granchester se fue, no lo soporté más, las abracé y lloré. Ellas me decían que no prestara atención a sus palabras, que lo que importaba en ese momento era lo que él y yo sentíamos, no lo que opinaran ni pensaran los demás. Tenían razón, así que hice una nueva promesa, de no permitir que nadie se interpusiera en nuestra relación sea quien sea, fuere quien fuere, defenderé nuestro amor así tenga que enfrentarme a su familia.
Tomé la decisión de no contarle nada, no le vi caso preocuparlo por algo que no valía la pena y no quería que se enfadara con ella o que hubiera represalias en contra mía. Seguí con mi vida habitual, solo que mucho mas activa, ya estaba a finales de mi carrera y eso me tenía demasiado entusiasmada, al fin se concretaría una de mis metas, ahora, estaba más ocupada que nunca pero valía la pena.
-Teerryyy, Teerryyy,- te gritaba desde la distancia mientras corría a tus brazos -creí que no llegarías, has tardado mucho, ya me estaba preocupando por ti mi amor. ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien?- Te pregunto al ver tu semblante serio.
-No es nada pecosa, llegué un poco cansado, como entenderás, estoy a finales del semestre al igual que tú, ven, vamos a platicar, cuéntame qué has hecho en todo este mes, sé que me has platicado tus actividades diarias, pero has omitido algo muy importante y quiero escucharlo por ti misma- Todo esto me lo dice poniéndome un brazo al hombro para dirigirnos a la orilla de los lagos.
Agacho la mirada, hasta ahorita no le he mentido desde que empezó nuestro noviazgo. El se detiene, se pone frente a mí, levanta mi barbilla y me dice mirándome a los ojos, -“puedes decirme lo que sea Candy, debemos mantener y permanecer en el círculo de la confianza”- me da un beso en la frente. Tuve que contarle lo que sucedió con su madre. Él me escuchó sin hacer ni una interrupción. Cuando terminé no me dijo nada, solo me abrazó y apoyó su cabeza en el hueco de mi cuello.
-¿Está todo bien Terry? ¿Qué te dijo tu madre?- Le pregunto con preocupación. Me contesta que su madre le dijo lo mismo, pero al revés, pero que él en ni un momento le creyó porque me conocía, amaba y confiaba plenamente en mí. Yo me sentí nostálgica, ya no le quise preguntar qué sucedió después pero ya lo imagino. Nos quedamos a mirar el ocaso, sentados a un lado del otro sin decir ni una palabra más, no había necesidad de hacerlo.
El detonante de que su madre me tuviera más…¿cómo le llamaremos?, ni sé como llamarle, pero sucedió año y medio después del primer incidente. Yo me encontraba laborando en un bachillerato dando clases, él estaba con la tesis de su maestría para titularse. Su familia le organizó una fiesta de cumpleaños. Él ya me había llevado a una de sus tantas reuniones familiares, pero ésta no se comparaba con las otras fiestas. Tiraron la casa por la ventana como dirían en mi pueblo.
Después del brindis de felicitación por sus 25 años, él tomó la palabra y lo que dijo jamás de los jamás lo olvidaré, tengo muchas memorias con él, vivencias irrepetibles, incluso una lista de todas sus culpas.
-Amigos, amigas, familia, padre, madre, quiero agradecerles a todos ustedes su cordial asistencia, Candy…- él estira su mano para que se la tome, me dirijo a su lado y pongo mi mano en su palma, me mira a los ojos, estamos él y yo solo en mi imaginación. Candy, recuerdo cuando te vi la primera vez, caminabas de prisa hacia tu edificio, yo acababa de salir de clases y me dirigía a la biblioteca, me gustaste desde ese momento, empecé a observarte, a seguirte, me convertí en un acosador anónimo, hasta que chocamos en esa tarde de lluvia, desde esa vez sentía que te amaba, te pusiste difícil en esa y otras ocasiones hasta que me diste la oportunidad de conocerme y ser mi novia, a partir de ese día hasta hoy llevamos dos años y medio, tú has concluido tu carrera y estás trabajando, yo, estoy por titularme de mi maestría, tengo en puerta un trabajo y una solicitud de doctorado al extranjero.- yo palidecí, otra separación pero ahora mas lejos, en el extranjero, eso no me lo había comentado, bueno, quizás esa era la sorpresa que me había dicho que me daría, pero nunca pensé que lo fuera a hacer en público, bueno, tiene que compartir su felicidad y este es el mejor momento.
-Candy, no deseo seguir ni un minuto lejos de ti , quiero llevarte conmigo a todos lados como un tatuaje, por favor, sé mi compañera de viajes, de mis aventuras, si me dices sí, seremos uno solo, un nosotros, una familia, crezcamos, evolucionemos, vayamos tomados de la mano y no nos soltemos jamás, acepta ser mi esposa y te juro delante de Dios y de los aquí presentes que te haré la mujer mas feliz del mundo, porque yo, ya soy feliz desde el momento en que te conocí…-Yo lloraba, no esperaba una proposición de matrimonio, él sacó un estuche negro de su traje, se hincó, lo abrió y esperaba mi respuesta, mis lágrimas escurrían a raudales.
-Sí Terry, siii, si quiero y deseo ser tu esposa.- De pronto, una copa de champaña cayó al piso en cuanto yo le di mi respuesta. Terry no se inmutó, deslizó el anillo de compromiso en mi dedo corazón, besó mi mano, sonríe, se levantó y me besó, fue el beso más tierno y dulce que me haya dado. Cuando el beso terminó, nuestra felicidad se podía percibir, sentir, miró hacia los invitados y exclamó:
-“Ustedes han sido testigos que esta mujer maravillosa ha aceptado casarse conmigo, ser mi esposa para toda la vida”- Creo que los presentes estaban mas sorprendidos que yo porque estaban en silencio, de pronto, Archie, Stear, Patty y Annie empezaron a aplaudir y los demás se les unieron. Cuando cesaron los aplausos concluyó: -Nos casamos en seis meses, tiempo suficiente para que mi prometida planee y organice la boda, claro que estaré apoyándola ¡jaja!- La madre de mi prometido se desmayó, creo que no soportó la noticia, ni yo lo esperaba, imagino que a ella se le cayó la copa.
-Mi madre se ha desmayado de la emoción.- El muy sinvergüenza ha empezado a bromear en mi oído. -Ella estará bien, no te preocupes, no todos los días se le casa un hijo. Ven, vamos a abrir el baile, ahora los festejados somos nosotros- Me dio su brazo y lo entrelacé con el mío. La canción fue “Cásate conmigo” de Pablo Escalona. Si esto es un sueño, no quiero despertar jamás.
La velada siguió con su curso, el señor Granchester disculpó a la señora argumentando de que se encontraba indispuesta. Nuestros amigos y familiares de Terry nos felicitaban por nuestra futura unión.
Los meses pasaron como agua, la boda estaba a unos días de celebrarse, mi vestido de novia era de “Spa Novias”, ahora sí pasé a probarme los que mas me gustaron pero no estaba el que yo siempre veía en el aparador, era obvio que no era tendencia en moda, pero yo quería ese y mi futuro esposo lo encargó especialmente para mí, me sentía como una princesa, el vestido, el tocado, zapatillas, maquillaje, todo, la Iglesia fue adornada con nuestras flores favoritas, el banquete, nuestros platillos favoritos, el pastel, el mas sabroso de todos, la recepción con luces tenues, todo era real.
Un día antes de que él y yo intercambiáramos votos, mi futura suegra hizo nuevamente acto de presencia, ya lo había hecho varias veces en éstos tres años que llevábamos de relación, pero jamás me había hecho una proposición de esa magnitud, traté de no caer en sus provocaciones y hoy no será diferente.
-Candy, ¿cuánto quieres por dejar a mi hijo? Te puedo dar lo que me pidas, con lo que te dé te alcanza para costearte una maestría, abrir una escuela, vivir unos años sin preocupaciones económicas, vivir en otro estado, otro país… dime, por favor, ¿qué es lo que has hecho para que mi hijo permanezca a tu lado?, ya sé, lo que cualquier mujer oportunista haría, “le has calentado la cama”- Estoy conteniendo mi furia y nada mas porque es la madre de mi prometido no la saco a patadas como lo tiene merecido.
-No señora, no necesito de artilugios para retener a su hijo, lo único que le he dado es amor, comprensión, confianza, somos afines, no tenemos secretos, no nos mentimos ni estamos por interés ni obligación. ¿Acaso cree que no sé todos sus chantajes que le hace a Terry para alejarlo de mi lado? ¿Todas sus injurias? Él y yo no necesitamos su aprobación para casarnos, somos unas personas adultas y responsables, la boda la estamos pagando entre los dos, mas él que yo, pero estoy cooperando. No buscamos padrinos ni ayuda para hacer el mejor evento de nuestras vidas. Le pido de favor que se retire y ya no diga nada más.- Estaba furiosa, no pude evitar hablarle de ese modo.
La boda inició a las seis de la tarde, mi tío Albert me llevó del brazo, mi mayor sueño se ha hecho realidad, me casaré con el hombre que amo. Miro al frente y me espera con la mejor de sus sonrisas. El Sacerdote nos ha declarado formalmente marido y mujer, mi ahora esposo levanta el velo y nos damos nuestro primer beso de casados. La fiesta se realiza sin contratiempos, su madre no asistió, solo el padre de Terry.
Me encuentro en casa de mi madre, estaré un tiempo con ella en lo que me recupero del parto. No puedo decir que anímicamente porque es mentira, pero ahora tengo a alguien por quien vivir, por quien estar, por quien reír.
Eleonor y yo hicimos las pases, tuve que perdonarla por Terry, por mi hijo y por mí. No es fácil resarcir los errores cometidos y menos si es de la mujer que quiera o no le hizo daño a su propio a su hijo.
Mientras tanto, podrán ver al pequeño Terry las veces que lo deseen, pero en mi casa, no saldrá hasta que el niño esté un poco mas crecido. Qué cosas, ¿no? Yo jamás mostré interés alguno por lo que tenia la familia de mi esposo, él nunca pregonaba ser parte de una clase social que para ser precisos jamás le importó y menos cuando amenazaron con desheredarlo, hacerme la vida imposible e incluso en perjudicar mi vida profesional y la de él… Ahora ella me pide una miga del amor de su nieto, porque a palabras de ella como mías, él volvió a nacer, pero antes del accidente, mi hijo no era de él.
Nos fuimos de luna de miel a los Cabos, Baja California, un lugar precioso, un paraíso para un par de locos enamorados, un mes fue suficiente para concebir a nuestro hijo, recuerdo nuestra primera vez, me sentía nerviosa, expectante, algo que deseaba.
-Amor, déjame besarte como nadie en este mundo te besó, te amaré con el cuerpo y con la mente, con la piel y el corazón.- Y así fue, él y yo nos amamos en cuerpo y alma hasta el último día de su vida.
Recuerdo cuando le di la noticia, en plena luna de miel y ya le habíamos pegado al canasto de los juguetes, me abrazó, besó y empezó a hablarle a mi vientre plano que resguardaba el milagro del amor, para eso ya había pasado dos meses de haber regresado de Los Cabos.
-Pecosa, yo también te tengo una sorpresa,- lo miro feliz invitándolo a continuar -han aceptado mi solicitud de beca para el doctorado, nuestro hijo trae torta bajo el brazo, así que ve preparándote porque nos vamos a Inglaterra por dos años, nos vamos en cuatro meses mi amor, así que despídete de tu familia, amigos y de quien quieras, porque solo regresaremos en vacaciones. También, existe la posibilidad de ser parte de la plantilla universitaria, sabes, ese lugar va a ser nuestro, ahora tengo más motivos para salir adelante, así que puede durar nuestra estancia toda la vida o el tiempo que tú lo desees amor. Cuando te alivies pecosa y te sientas mejor, vas a estudiar una maestría, ahora ya no hay pretexto para no aceptarme un centavo, soy tu esposo y debo ver por ti, por tu bienestar y el de nuestro hijo y de los que vengan, porque serán muchos ¡eh!- Y empieza a recorrer mi cuello. “Dios me ha bendecido con un hombre maravilloso”. Cierro mis ojos y me dejo amar.
Hemos planeado nuestro futuro e incluso la del bebé, jaja, somos felices, vivimos solo con lo que trabajamos y con lo que tenemos. Desde que se graduó Terry de la universidad dejó de depender totalmente de sus padres, él mismo se ha abierto las puertas de las oportunidades. Considero que hizo lo correcto, así se evita tantos reproches y reclamos, sobre todo la de su madre.
Un día, dos meses después para ser exactos, le hablaron por teléfono desde la residencia de sus padres, la ama de llaves le explicaba a mi esposo que su madre acababa de sufrir un desmayo y que no reaccionaba y que el señor Granchester se encontraba fuera del país atendiendo unos negocios, así que no había quien viera por la señora de la casa.
Él me pidió que lo esperara, no fuera ser otro más de sus tantos teatros de mi querida suegra, cualquier cosa, me lo haría saber inmediatamente. Fue a darse un baño, no tenía mucho de que habíamos terminado de hacer el amor, si hago memoria, ese día me amó mucho mas que en otras ocasiones, me recordó lo tanto que me necesitaba, que me amaba y que, a pesar del tiempo, la distancia y la eternidad siempre seguiría amándome, que yo era su vida y felicidad. Se fue a casa de su madre para no volver jamás.
No me sentía bien, tenía un mal presentimiento, Terry no es de llegar tarde ni de irse a pasar el rato con sus amigos, siempre me decía en donde estaba y cuando venía camino a casa. Tocaron la puerta, voy a tener que regañarlo por tenerme así, ni siquiera le hace bien al bebé estas emociones. No era él, eran otras personas, pero no él, preguntaron por mí, a pesar de que estaban uniformados no me dieron confianza, sabía que me traían malas noticias.
-¿Señora Granchester?, ¿aquí vive la señora Granchester?- Sigo quedándome muda, no coordino mis pensamientos ni mis respuestas, como pude asentí con la cabeza. -Es usted la esposa de Terence Granchester?- volví a asentir. -Señora, lamento informarle el terrible fallecimiento de su esposo, le dejo una tarjeta con la dirección de la SEMEFO para que vaya a identificar el cuer… ¡señora, señora, reaccione por favor! Acosta, llama a una ambulancia, la señora está embarazada-
-¡Terryyy, Terryyy! Despierto gritando de una pesadilla, me incorporé de golpe de la cama y veo conectado en mi brazo un suero… estoy en un cuarto de hospital, mi madre se acerca para abrazarme y preguntarme si me encontraba bien, le digo que no, le pregunto por Terry, por qué estoy ahí. -¿En dónde está mi marido?, quiero ver a Terry, necesito que la tranquilidad entre a mi cuerpo y alma, madre por favor- me quito la manguera e intento levantarme de la cama, yo misma iré a buscarlo.
-Lo siento Candy, debes ser fuerte por tu hijo. No madre, no puede ser verdad… - silencio por unos segundos -Mami, quiero despedirme de él, ¿eso sí puedes hacer por mí?- Ella me abraza fuertemente dándome consuelo y me dice: -“Cielo, has estado inconsciente durante tres días”.- empiezo a llorar de manera desgarradora. -Llora hija, llora, te hará bien.-
-Mi amor, te traje tus flores favoritas, ahora soy yo quien te las regalará cada mes de mi vida, hasta que tú decidas venir por mí y ser felices como antes fuimos. El pequeño Terry está creciendo, es igualito a ti, incluso hasta en el carácter, es un buen niño, lo amo, gracias por darme el mejor de los regalos. Lo estoy cuidando y educando, y aunque tú no estés presente el vivirá conociendo cada parte de ti. Tengo mi diario, fotos, anécdotas, historias, un pasado en común. Siempre estás en mi mente, cuerpo, alma y corazón. Te amo, no lo olvides. Vendré el próximo mes.
“No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz”. Joaquín Sabina.
Han pasado cuatro años desde el día que nos conocimos, salimos, besamos y fuiste a dejarme al departamento. Desde esa vez, las citas se hicieron frecuentes, me esperabas después de clases, teníamos largas conversaciones, muchos sueños, planes y aspiraciones.
FLASH BACK
Después que Terry me llevó a casa las chicas se sorprendieron en ver mi estado, no cabía de felicidad.
-Cuéntanos- dijeron al unísono. Les conté y compartían mi felicidad.- “Valió la pena la mojada, los estornudos y la caminata que nos hicimos de los lagos al departamento. Parecíamos novios, nos fuimos tomados de la mano y nos sonreíamos cada vez que había oportunidad. Chicas, estoy segura de que él es el amor de mi vida, no hay duda, jamás había sentido nada igual, todo es inexplicable, es como ustedes dicen, pareciéramos que estamos unidos al hilo rojo del destino”.
-Qué maravilla Candy, te ha pegado el amor terriblemente, ¿Podríamos llamarle amor a primera vista?, ¿Cómo es que no se habían visto antes si estudian en el mismo campus?- Me pregunta Annie con cierta duda.
-No lo sé la verdad, pero ustedes saben como nos conocimos aunque en realidad no entiendo como es que me reconoció la segunda vez que nos encontramos, bueno, eso no importa, ya somos amigos y quizás mas adelante algo más, el hecho de que nos diéramos un beso y regresáramos tomados de la mano no significa que seamos algo, pudo habernos ganado el momento, quizá no lo vuelva a ver, no me dijo nada, ni siquiera le pregunté en donde vive.- Respondí
Lo que me quedó de la tarde lo aproveché para terminar mi último trabajo de evaluación, tomar unas aspirinas para prevenir un resfriado, el cual, no me evitó nada, acabé un poco tarde, no me arrepiento, de todas maneras, estoy más que acostumbrada a dormir de madrugada. Hoy dormiré como oso, me siento cansada, mis ojos se cierran recordando a una mirada verde azul.
Lunes, inicio de semana, penúltima semana para concluir el semestre, los horarios establecidos para entregar los trabajos de evaluación o en su caso, presentar los exámenes que era acordado por el grupo, así que teníamos que estar a las cinco de la tarde en la facultad. En ocasiones me encontraba con Terry, otro producto de la casualidad como siempre, nos entendíamos sin palabras, sin pedirlo me acompañaba a casa y platicábamos de nuestro día, nos conocíamos aún más, ya no hubo besos, abrazos ni momentos para tomarnos la mano, ¡no es que yo deseara que lo hiciera, claro que no!
Y así, pasaron quince días más, entrega de calificaciones, fecha para el inicio de extraordinarios, graduaciones e inscripciones. Afortunadamente no me llevé ni una materia, no me considero una mala estudiante, pero tampoco una excelente, así que podré irme a casa a pasar unas merecidas vacaciones. Estaba pensando en él, temo que lo voy a extrañar y creo que aún mas que ya no lo veré, Terry es ahora oficialmente un antropólogo y supongo que deberá buscar donde acomodarse, su campo de trabajo es extenso y a lo que hemos platicado, aspira realizar una maestría.
-Candyyy- escuché que me gritaban a cierta distancia, inmediatamente reconocí su voz, era él que corría a mi encuentro. Era mucho mi entusiasmo por verlo que mi sonrisa casi se sale de mi rostro, volteé, alzando la mano en señal de indicarle que estoy ahí le grité: -Terryyy, estoy aquí”- cómo si no me hubiera visto, que bárbara soy, bueno, soy yo misma.
-Pecosa tramposa, ni creas que podrás escapar de mí, fui a esperarte en el lugar de siempre y como no te vi fui a buscarte, al no verte pregunté por ti y me dijeron que no tenía mucho de que te habías retirado, así que tuve que correr para ver si te alcanzaba.- Me decía el chico que quiero de manera agitada por la carrera que hizo para encontrarme.
-Terry, nunca me dices si me esperarás, siempre he pensado que te veo como producto de la casualidad. ¿Podría preguntarte algo ya que estamos hablando de esto? Tengo una duda muy grande y no había encontrado el momento para hacerlo.- Le digo de manera muy casual y sonriente. Sus ojos brillan en cuanto terminé de hablar y me contesta:
-Te responderé todo lo que quieras después que me acompañes a… ¿Candy, me harías el honor de acompañarme a la fiesta de graduación? Claro, si es que tu novio viajero todavía no regresa de su travesía laboral.- Es mi imaginación o me lo dice de forma sarcástica despreocupada.
-Mmm… déjame pensarlo por favor- le digo poniendo mi mano en la barbilla mirando hacia la nada como si meditara una respuesta- -Está bien, solo porque quiero que me respondas mis preguntas y nada de evadir las respuestas o salirse por la tangente Terry, tampoco quiero que me estés incordiando si no, conocerás como baila una chica con dos pies izquierdos y creo que eso dolerá.- le contesto de la misma manera y entre risas mientras caminábamos rumbo a mi casa.
De repente, tropecé, el muy cretino me metió el pie y para no caer me puso su brazo en la cintura para sostenerme. -¡TERENCE GRANCHESTER, VAS A VER!, ándale, corre porque te voy a alcanzar y no te la vas a acabar, conocerás a la Candy karateca convertida en Sailor Moon.- Corrí detrás de él, ambos reíamos, parecíamos dos chiquillos despreocupados de la vida, ni de chiste lo alcancé, no se dejó atrapar, por lo visto debe hacer ejercicio, ni mis caminatas diarias me ayudó, apoyé mis brazos en las rodillas para descansar y jalar aire.
-Jajaja, ¿te encuentras bien?- Él me pregunta con una sonrisa de medio lado.
-Sí, solo te di ventaja, y para que veas que soy buena, por esta vez te perdono, pero a la siguiente no te salvarás.- Le digo con una molestia fingida enseñándole el puño.
El día de la fiesta de graduación llegó. Todo estuvo bien organizado y acorde a la carrera que ellos estudiaron, muy emotivo, se presentó El ballet folklórico, el grupo de Jazz y no podía faltar los bailarines de tango, todos ellos son de la Casa de Estudios de la Universidad, el director de la facultad, los invitados a la mesa de honor y los graduados, palabras más, palabras menos de despedida, entrega de pasantías y reconocimientos, entre ellos estaba él, todo un estuche de monerías… Me paré y aplaudí lo mas que pude, me sentía orgullosa, ya entiendo por qué le dijo Archie esas palabras el día de la quema y sí, él tiene un buen futuro en su área.
La cena estaba deliciosa, incluso ofrecieron vino, Terry platicaba animadamente con sus padres y me incluía en la conversación, eso hizo que no me sintiera sola ni aislada. La música empezó a sonar, nada que ver con el momento, pero mi amigo me invitó a bailar, era la canción de Enrique Bumbury y Pepe Aguilar “Ven y camina conmigo”, muy bella, por cierto, una canción que en mi vida jamás olvidaré. Después de eso tomó de mi brazo y nos dirigimos a la terraza.
Era una noche fresca y despejada con la luna en todo su esplendor, me quedé contemplándola por un momento, él hacía lo mismo, a ambos nos gustaba de disfrutar de esos pequeños ratos con la naturaleza, nos hacía sentir vivos. -Ahora sí me vas a declarar tu amor pecosa?- Me preguntó. –“Quisieras”- le respondí .
-Terry, prometiste que no me molestarías, confié en tu palabra y mira… Mejor cambiemos de tema y responde lo que originalmente me trajo hasta aquí.- “Creo que no es el momento, que impertinente de mi parte, estamos en plena fiesta”, me reté mentalmente.
-Candy; ¿recuerdas qué te dije en el oído mientras bailábamos? – Asentí y no dije más, me sentí nerviosa. -Te dije que te dedicaba la canción, que pusieras atención letra por letra, espero que lo hayas hecho. Te voy a dejar tarea, piénsalo, sobre todo porque en dos ocasiones me comentaste de manera poco creíble que tienes un compromiso con alguien más, una persona que te ama hace lo posible de verte por muy lejos que esté y en el tiempo que tú y yo nos hemos frecuentado no lo he visto y jamás me has hablado de él, quizá porque no te he preguntado o porque prefieres reservar tu vida amorosa-
-Terryy- lo miré fijamente, no entendía lo que me quería decir, inicialmente me sentía confundida, pero eso me pasaba por mentir de esa manera, pero él tiene la culpa, y ahora no sé cómo enmendar esa pequeña falacia. ¿Le digo la verdad?, el asunto se está tornando serio, si sonrío y le digo… no, no es buena ida.
-Vamos pecosa, la noche es joven y todavía hay mucho que celebrar, ¿me permites de nuevo otra pieza de baile?- De forma inmediata me cambió el tema, como si no me hubiera dicho nada, muy casualmente me sonríe y me da el brazo para dirigirnos a la pista, se oye ahora a Joaquín Sabina con el tema “Contigo”, si relaciono una canción con otra, significa algo y me queda claro, él siente lo mismo que yo. No hay nada que pensar ni tarea por realizar. Recargo mi cabeza en su pecho deseando que este momento no termine jamás, él, de forma posesiva me acerca mas a su cuerpo, siento su calor y corazón, late como el mío, bien desbocado. Levanto mi rostro, nuestras miradas se encuentran y me dice:
-Candy White, ¿podrías dejar al olvido a tu novio viajero imaginario y tomar como novio real a un loco enamorado de ti? Prometo que te cuidaré y haré feliz.-
Lo sabe, Terry sabe que no tengo novio, ahora sí estoy mas que perdida. Entre lágrimas de felicidad y sin dejar de mirarle con amor le contesto de manera audible un sí y lentamente nos fuimos acercando para sellar nuestro noviazgo con un beso. Un beso que me elevó al cielo, a la gloria. En mi imaginario nos quedamos solos, como si estuviéramos en una película de amor, donde los personajes se transportan en un bosque lleno de narcisos, árboles y un gran lago.
Creo que a sus padres no les dio mucha gracia cuando me presentó nuevamente pero ahora como su novia, no dijeron nada, pero la sonrisa forzada y gestos hablaron por sí solo. Me sentí cohibida y ya no platiqué con ellos en lo que restó de la velada. A Terry no le pareció afectarle sus reacciones, creo que ya ha de estar acostumbrado a ese tipo de actitudes, él en cierta ocasión me comentó que sus padres aceptaban sus decisiones, aunque no les gustara.
Me llevó a casa en su coche, no sabía que tuviera, pero siendo hijo de empresarios debía suponer que tendría, siempre lo había visto a pie. Hoy no es el momento de preguntar lo que deseaba saber, ya no sé si importa, en otra ocasión será, hay más tiempo que vida. Me dejó en la puerta del departamento y antes de retirarse sacó de su frac una pulsera tejida con dos corazones unidos y en cada una tenía nuestras iniciales T C, lo amarró a mí muñeca derecha y mientras lo hacía me dijo unas palabras: -“Pecosa, Candy mía, esta pulsera es una ofrenda y símbolo del amor que te tengo, jamás lo olvides”.- Me dio un beso en el dorso de la mano, me tomó de la cintura y nos besamos, nuevamente sentí esa descarga eléctrica en mi cuerpo.
FIN DEL FLASH BACK
Me encuentro en casa de mi madre, he empezado a sentir dolores de parto, ella de manera inmediata llama a un taxi para que nos lleve al hospital, mis hermanas toman la pañalera y maleta. En lo que esperamos miro el cielo azul, el sol brillante augura que mi hijo nacerá con un buen clima a pesar de ser enero, si, día 28 para ser exacto, donde, su padre cumpliría 26 años. –“Hoy volverás a nacer amor mío”.- dije en voz baja tallándome el vientre para darle seguridad y tranquilidad a mi hijo.
FLASH BACK
-¡Candy!, me han aceptado en el Colegio de México para realizar la maestría que solicité- Fue lo que me dijo levantándome en vilo mientras reía de emoción dándome vueltas, yo reía con él, mis ojos llorosos no podían ocultar la tristeza porque sabía que ya no lo vería con la misma frecuencia, feliz porque él haría realidad un deseo profesional como futuro inmediato y como futuro lejano ser un reconocido doctor e investigador.
-“Te felicito mi amor”, me da gusto por ti, no creas que lloro porque te vas ¡eh!, lloro de alegría porque al fin voy a tener unos ratitos para mí, ¡oh sí!, un descanso de ti, no voy a extrañar tu compañía, tus besos, nuestras conversaciones, paseos, ni mucho menos que me estés incordiando cuando no tienes nada qué hacer.- No puedo evitarlo y me suelto a llorar, pongo mis manos en el rostro, me duele, estoy enamorada, lo amo con toda mi alma y lo tengo que dejar ir y como dicen por ahí, si vuelve es para ti., Más adelante quiero también tener un futuro profesional y sé que él me apoyará.
-No llores mi amor, ven para acá- me abraza y me da pequeños besos en mi rostro -vendré a verte, no sentirás mi ausencia ni yo la tuya, ya se inventaron los teléfonos, la correspondencia y las redes sociales… solo nos separará cuatro horas de distancia y con el coche será mas rápido. Dos años se van a ir de volada, vas a ver, mientras tanto, sigue echándole ganas, falta poco para que concluyas la licenciatura y necesito que te titules lo más pronto posible, te tengo una sorpresa si haces las cosas como te lo pido.-
-Sí patrón- le contesto con una risilla pícara entre lágrimas, lo abrazo, él me hace feliz, muy feliz, aspiro el aroma de su perfume, deseo poder tenerlo siempre conmigo. Aprieto el abrazo queriendo meterlo en mí y jamás dejarlo ir.
Me lleva al restaurant en donde tuvimos nuestra primera cita, nos gusta ir ahí por la magnífica vista que tiene, ya mas tranquilos comimos, ya no me da pena entrar a ese o a cualquier lugar, ya ni me fijo en los precios que tiene la carta, él me ha dicho que mientras estemos juntos jamás me hará falta nada, eso no significa que le esté pidiendo que me mantenga o me ayude con los gastos de la facultad, eso sí que no, no le quiero deber favores, es por eso que no le pido. Reíamos por lo que me estaba confesando, después de más de un año de relación al fin le pregunté acerca del día que nos conocimos en pleno aguacero.
-Mi amor, eres demasiado ingenua, ja, ja, ja. Yo te conocí mucho tiempo atrás, nunca me miraste, siempre estabas en la luna y con mucha prisa, pareciera que le hacías competencia al tiempo, siempre estabas sola y con libros en mano, un día, decidí seguirte, quise saber donde vivías y si alguien ocupaba tu corazón. No vi nada raro ni extraño, pero no significaba que no tuvieras novio. Un día, no te vi, no sé si habías faltado, enfermado o habías salido temprano de clases, esperé un rato fuera de tu casa, comenzó a llover y opté por irme, no llevaba el coche, así que caminé a toda prisa por el mismo trayecto que tomabas siempre y de manera accidental chocamos. Te di mi mano para levantarte, pero me ignoraste, buscabas tus libros… Cuando oí tu voz, sabía de que se trataba de ti. Quise ser amable y sabía que ésta era mi oportunidad de conocernos y el pretexto idóneo para presentarnos, pero jamás esperé una reacción tuya y mis malévolas intenciones se esfumaron.
-Cuando te encontré en Spa Novias, me vinieron muchas preguntas sobre tu estado civil y me arriesgué a enfrentar tu furia y, ¿de qué manera podía llamar tu atención? Pues incordiándote, así no te podrías olvidar de mí para bien o para mal. Cuando me diste las explicaciones que directamente no te había pedido, dudé de tu veracidad… Posteriormente, te vi el día de la quema, estabas como siempre distraída, no sé qué tanto divagabas con los ojos cerrados pero te veías divertida ¡jajaja!. Después supe más de ti, por azares del destino nos unía unos amigos en común y era Archie y Stear, novios de tus amigas, lo demás, es historia… ¿Qué me dices de ti? –
-Tienes razón Terry, yo no te había visto, ni siquiera el día que tropezamos, pero tu voz me… sedujo,- se lo digo de manera avergonzada.- Lo primero que se me vino a la mente es que tenías voz de locutor, pero cuando me dijiste que repondrías los libros regresé a mi presente, me sentí ofendida y decidí marcharme, llegando a casa le conté a mis amigas de ti, me decían que podrías ser el amor que siempre buscaba- Veo en los ojos de mi amado la sorpresa de lo que le acabo de contar.
-Cuando me encontraste en Spa novias, jijiji,- Estamos en el momento de las confesiones del pasado, temo que se vaya a reír de mí, él hace un asentamiento para que continúe con mi relato -soñaba, soñaba con el amor de mi vida… siempre que pasaba por la boutique de novias me detenía unos momentos a apreciar un hermoso vestido de manta que me encantó desde el primer momento en que lo vi, me visualizaba rumbo al altar hasta que apareciste a interrumpir mis ensoñaciones y cómo te burlabas de mí tuve que acudir al recurso de la mentira piadosa. Luego, me diste un susto de muerte el día de la quema, tanto que tuve que escupir la cachaza, jajaja, no sé que tiempo tenías ahí parado, pero imaginaba el día de mi prefiesta de graduación, el resto, es historia.- Él me mira tiernamente, sus ojos brillan, me toma la mano, la besa y me dice que me ama.
FIN DEL FLASH BACK
-Ha sido un hermoso niño señora, háblele y dele un beso- Me dice el médico antes de llevárselo. Le digo,” ¡bienvenido a casa mi amor!,” lo beso y él deja de llorar. Es hermoso, es el niño más hermoso que haya visto, él es el producto del amor de sus padres. Miro como se lo llevan y quedo profundamente dormida.
No sé cuanto tiempo dormí, cuando desperté, mis suegros se encontraban en la habitación de hospital, Eleonor cargaba al pequeño Terry, sí, se llamará como su padre. Ella lloraba en silencio, Richard intentaba permanecer inmune a los sentimientos de pérdida que sentía en ese momento. –Él ha regresado a mí- les dije con la voz quebrada. -La vida continúa y Dios me ha bendecido con este angelito. Quiero darle de comer, ¿podría darme a mi hijo por favor? Eleonor se dirige a la cama y me entrega a mi pequeño. Lo veo frágil, tan inocente, es igual a su padre… Richard decide salir de la habitación. Eleonor permanece de pie en espera de que termine de amamantar el bebé y tener nuevamente la oportunidad de tenerlo en sus brazos otra vez.
Cuando mi hijo se durmió Eleonor lo llevó a su cunero, se acercó, me abrazó y ambas nos soltamos a llorar. Ella me pidió perdón…
INICIO DEL FLASH BACK
Terry me visitaba cada fin de mes, esos fines de semanas era dedicado para nosotros dos, ambos nos apurábamos a adelantar trabajos. Nos veíamos en los Lagos, en el lugar donde me prometí no soltarle jamás después de nuestro primer beso. Siempre llegaba con un ramo de rosas blancas y narcisos amarillos, nuestras flores favoritas, no importaba como estuviera el clima, siempre asistíamos a nuestra cita. Nos besábamos con mucha pasión, ya no eran esos besos tiernos e inocentes, eran besos ardientes y anhelados.
Un día, le di una sorpresa, no se lo esperaba, llevé una canasta con comida e hicimos un pic nic , por meses ahorré lo que me daban de incentivo por realizar el servicio social. Llevé sándwiches, pay de melocotón, aunque él juraba que era de calabaza, gelatina, todo lo preparé con mucho amor, también incluí vino, agua y un florero para poner las flores que siempre me llevaba. Pasamos una tarde espectacular y este momento, fue guardado en mis memorias. Como siempre, el clima hizo de las suyas, ya no nos sorprendió la lluvia, al contrario, nos gustaba ver caer el agua en los árboles, en los lagos, oler a tierra mojada, sentirnos vivos, juntos y felices.
No todo fue miel sobre hojuelas, siempre supimos arreglar nuestras diferencias y más si tenía que ver con sus padres, sobre todo, su madre. Ella aceptaba las decisiones de su hijo, aunque estuviera en desacuerdo, pero eso no significaba que las respetara. En cierta ocasión fua a buscarme al departamento, no me encontraba, ni en la tarde ni en la mañana, si no estaba en el servicio social estaba en las prácticas escolares en un bachillerato, en la USBI o con seguridad todas las tardes en la facultad, mi horario de salida era la misma, a las diez de la noche. Así que optó por buscarme un sábado en la tarde, lo recuerdo muy bien, seis meses después de que Terry se fuera a México a estudiar su maestría.
-Necesito hablar contigo, te he buscado en toda la semana y no te he encontrado- Me mira de manera despectiva y entra a la casa sin previa invitación observando el lugar de manera descarada.
-¿Gusta un vaso con agua señora?, siéntese por favor- le llevo una silla de la cocina ya que no teníamos sala, éramos estudiantes y solo teníamos lo indispensable, no aceptó el agua, solo se limitó a decirme que sería muy corta su visita.
Acomodé las sillas de tal manera que pudiéramos vernos de frente, a pesar de que mostraba tranquilidad, por dentro me estaba muriendo de nervios, en el fondo, no deseaba saber el motivo de su visita. Le mantuve la mirada con una sonrisa de comprensión hasta que se fue y me solté a llorar.
-Terry es hijo único y su padre como yo le hemos consentido todos sus caprichos, aceptado sus decisiones y considerado la relación contigo, no pensamos que te tomara en serio, él es un chico de buena cuna, heredero de un gran emporio empresarial, tiene se futuro asegurado, es por eso que le aceptamos que estudiara lo que quisiera, con el tiempo él tomará posesión de lo que le pertenece y para eso, necesitará a alguien digna de su apellido. Espero que me hayas entendido, recuerda, que la novia del estudiante jamás será la esposa del profesionista. Buenas tardes Candice.- Cada palabra apuñala una a una mi alma y corazón. No puedo decirle nada, me he quedado muda, solo mantengo esa sonrisa y un nudo en mi garganta.
Mis amigas salieron de sus recámaras en cuanto la señora Granchester se fue, no lo soporté más, las abracé y lloré. Ellas me decían que no prestara atención a sus palabras, que lo que importaba en ese momento era lo que él y yo sentíamos, no lo que opinaran ni pensaran los demás. Tenían razón, así que hice una nueva promesa, de no permitir que nadie se interpusiera en nuestra relación sea quien sea, fuere quien fuere, defenderé nuestro amor así tenga que enfrentarme a su familia.
Tomé la decisión de no contarle nada, no le vi caso preocuparlo por algo que no valía la pena y no quería que se enfadara con ella o que hubiera represalias en contra mía. Seguí con mi vida habitual, solo que mucho mas activa, ya estaba a finales de mi carrera y eso me tenía demasiado entusiasmada, al fin se concretaría una de mis metas, ahora, estaba más ocupada que nunca pero valía la pena.
-Teerryyy, Teerryyy,- te gritaba desde la distancia mientras corría a tus brazos -creí que no llegarías, has tardado mucho, ya me estaba preocupando por ti mi amor. ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien?- Te pregunto al ver tu semblante serio.
-No es nada pecosa, llegué un poco cansado, como entenderás, estoy a finales del semestre al igual que tú, ven, vamos a platicar, cuéntame qué has hecho en todo este mes, sé que me has platicado tus actividades diarias, pero has omitido algo muy importante y quiero escucharlo por ti misma- Todo esto me lo dice poniéndome un brazo al hombro para dirigirnos a la orilla de los lagos.
Agacho la mirada, hasta ahorita no le he mentido desde que empezó nuestro noviazgo. El se detiene, se pone frente a mí, levanta mi barbilla y me dice mirándome a los ojos, -“puedes decirme lo que sea Candy, debemos mantener y permanecer en el círculo de la confianza”- me da un beso en la frente. Tuve que contarle lo que sucedió con su madre. Él me escuchó sin hacer ni una interrupción. Cuando terminé no me dijo nada, solo me abrazó y apoyó su cabeza en el hueco de mi cuello.
-¿Está todo bien Terry? ¿Qué te dijo tu madre?- Le pregunto con preocupación. Me contesta que su madre le dijo lo mismo, pero al revés, pero que él en ni un momento le creyó porque me conocía, amaba y confiaba plenamente en mí. Yo me sentí nostálgica, ya no le quise preguntar qué sucedió después pero ya lo imagino. Nos quedamos a mirar el ocaso, sentados a un lado del otro sin decir ni una palabra más, no había necesidad de hacerlo.
El detonante de que su madre me tuviera más…¿cómo le llamaremos?, ni sé como llamarle, pero sucedió año y medio después del primer incidente. Yo me encontraba laborando en un bachillerato dando clases, él estaba con la tesis de su maestría para titularse. Su familia le organizó una fiesta de cumpleaños. Él ya me había llevado a una de sus tantas reuniones familiares, pero ésta no se comparaba con las otras fiestas. Tiraron la casa por la ventana como dirían en mi pueblo.
Después del brindis de felicitación por sus 25 años, él tomó la palabra y lo que dijo jamás de los jamás lo olvidaré, tengo muchas memorias con él, vivencias irrepetibles, incluso una lista de todas sus culpas.
-Amigos, amigas, familia, padre, madre, quiero agradecerles a todos ustedes su cordial asistencia, Candy…- él estira su mano para que se la tome, me dirijo a su lado y pongo mi mano en su palma, me mira a los ojos, estamos él y yo solo en mi imaginación. Candy, recuerdo cuando te vi la primera vez, caminabas de prisa hacia tu edificio, yo acababa de salir de clases y me dirigía a la biblioteca, me gustaste desde ese momento, empecé a observarte, a seguirte, me convertí en un acosador anónimo, hasta que chocamos en esa tarde de lluvia, desde esa vez sentía que te amaba, te pusiste difícil en esa y otras ocasiones hasta que me diste la oportunidad de conocerme y ser mi novia, a partir de ese día hasta hoy llevamos dos años y medio, tú has concluido tu carrera y estás trabajando, yo, estoy por titularme de mi maestría, tengo en puerta un trabajo y una solicitud de doctorado al extranjero.- yo palidecí, otra separación pero ahora mas lejos, en el extranjero, eso no me lo había comentado, bueno, quizás esa era la sorpresa que me había dicho que me daría, pero nunca pensé que lo fuera a hacer en público, bueno, tiene que compartir su felicidad y este es el mejor momento.
-Candy, no deseo seguir ni un minuto lejos de ti , quiero llevarte conmigo a todos lados como un tatuaje, por favor, sé mi compañera de viajes, de mis aventuras, si me dices sí, seremos uno solo, un nosotros, una familia, crezcamos, evolucionemos, vayamos tomados de la mano y no nos soltemos jamás, acepta ser mi esposa y te juro delante de Dios y de los aquí presentes que te haré la mujer mas feliz del mundo, porque yo, ya soy feliz desde el momento en que te conocí…-Yo lloraba, no esperaba una proposición de matrimonio, él sacó un estuche negro de su traje, se hincó, lo abrió y esperaba mi respuesta, mis lágrimas escurrían a raudales.
-Sí Terry, siii, si quiero y deseo ser tu esposa.- De pronto, una copa de champaña cayó al piso en cuanto yo le di mi respuesta. Terry no se inmutó, deslizó el anillo de compromiso en mi dedo corazón, besó mi mano, sonríe, se levantó y me besó, fue el beso más tierno y dulce que me haya dado. Cuando el beso terminó, nuestra felicidad se podía percibir, sentir, miró hacia los invitados y exclamó:
-“Ustedes han sido testigos que esta mujer maravillosa ha aceptado casarse conmigo, ser mi esposa para toda la vida”- Creo que los presentes estaban mas sorprendidos que yo porque estaban en silencio, de pronto, Archie, Stear, Patty y Annie empezaron a aplaudir y los demás se les unieron. Cuando cesaron los aplausos concluyó: -Nos casamos en seis meses, tiempo suficiente para que mi prometida planee y organice la boda, claro que estaré apoyándola ¡jaja!- La madre de mi prometido se desmayó, creo que no soportó la noticia, ni yo lo esperaba, imagino que a ella se le cayó la copa.
-Mi madre se ha desmayado de la emoción.- El muy sinvergüenza ha empezado a bromear en mi oído. -Ella estará bien, no te preocupes, no todos los días se le casa un hijo. Ven, vamos a abrir el baile, ahora los festejados somos nosotros- Me dio su brazo y lo entrelacé con el mío. La canción fue “Cásate conmigo” de Pablo Escalona. Si esto es un sueño, no quiero despertar jamás.
La velada siguió con su curso, el señor Granchester disculpó a la señora argumentando de que se encontraba indispuesta. Nuestros amigos y familiares de Terry nos felicitaban por nuestra futura unión.
Los meses pasaron como agua, la boda estaba a unos días de celebrarse, mi vestido de novia era de “Spa Novias”, ahora sí pasé a probarme los que mas me gustaron pero no estaba el que yo siempre veía en el aparador, era obvio que no era tendencia en moda, pero yo quería ese y mi futuro esposo lo encargó especialmente para mí, me sentía como una princesa, el vestido, el tocado, zapatillas, maquillaje, todo, la Iglesia fue adornada con nuestras flores favoritas, el banquete, nuestros platillos favoritos, el pastel, el mas sabroso de todos, la recepción con luces tenues, todo era real.
Un día antes de que él y yo intercambiáramos votos, mi futura suegra hizo nuevamente acto de presencia, ya lo había hecho varias veces en éstos tres años que llevábamos de relación, pero jamás me había hecho una proposición de esa magnitud, traté de no caer en sus provocaciones y hoy no será diferente.
-Candy, ¿cuánto quieres por dejar a mi hijo? Te puedo dar lo que me pidas, con lo que te dé te alcanza para costearte una maestría, abrir una escuela, vivir unos años sin preocupaciones económicas, vivir en otro estado, otro país… dime, por favor, ¿qué es lo que has hecho para que mi hijo permanezca a tu lado?, ya sé, lo que cualquier mujer oportunista haría, “le has calentado la cama”- Estoy conteniendo mi furia y nada mas porque es la madre de mi prometido no la saco a patadas como lo tiene merecido.
-No señora, no necesito de artilugios para retener a su hijo, lo único que le he dado es amor, comprensión, confianza, somos afines, no tenemos secretos, no nos mentimos ni estamos por interés ni obligación. ¿Acaso cree que no sé todos sus chantajes que le hace a Terry para alejarlo de mi lado? ¿Todas sus injurias? Él y yo no necesitamos su aprobación para casarnos, somos unas personas adultas y responsables, la boda la estamos pagando entre los dos, mas él que yo, pero estoy cooperando. No buscamos padrinos ni ayuda para hacer el mejor evento de nuestras vidas. Le pido de favor que se retire y ya no diga nada más.- Estaba furiosa, no pude evitar hablarle de ese modo.
La boda inició a las seis de la tarde, mi tío Albert me llevó del brazo, mi mayor sueño se ha hecho realidad, me casaré con el hombre que amo. Miro al frente y me espera con la mejor de sus sonrisas. El Sacerdote nos ha declarado formalmente marido y mujer, mi ahora esposo levanta el velo y nos damos nuestro primer beso de casados. La fiesta se realiza sin contratiempos, su madre no asistió, solo el padre de Terry.
FIN DEL FLASH BACK
Me encuentro en casa de mi madre, estaré un tiempo con ella en lo que me recupero del parto. No puedo decir que anímicamente porque es mentira, pero ahora tengo a alguien por quien vivir, por quien estar, por quien reír.
Eleonor y yo hicimos las pases, tuve que perdonarla por Terry, por mi hijo y por mí. No es fácil resarcir los errores cometidos y menos si es de la mujer que quiera o no le hizo daño a su propio a su hijo.
Mientras tanto, podrán ver al pequeño Terry las veces que lo deseen, pero en mi casa, no saldrá hasta que el niño esté un poco mas crecido. Qué cosas, ¿no? Yo jamás mostré interés alguno por lo que tenia la familia de mi esposo, él nunca pregonaba ser parte de una clase social que para ser precisos jamás le importó y menos cuando amenazaron con desheredarlo, hacerme la vida imposible e incluso en perjudicar mi vida profesional y la de él… Ahora ella me pide una miga del amor de su nieto, porque a palabras de ella como mías, él volvió a nacer, pero antes del accidente, mi hijo no era de él.
FLASH BACK
Nos fuimos de luna de miel a los Cabos, Baja California, un lugar precioso, un paraíso para un par de locos enamorados, un mes fue suficiente para concebir a nuestro hijo, recuerdo nuestra primera vez, me sentía nerviosa, expectante, algo que deseaba.
-Amor, déjame besarte como nadie en este mundo te besó, te amaré con el cuerpo y con la mente, con la piel y el corazón.- Y así fue, él y yo nos amamos en cuerpo y alma hasta el último día de su vida.
Recuerdo cuando le di la noticia, en plena luna de miel y ya le habíamos pegado al canasto de los juguetes, me abrazó, besó y empezó a hablarle a mi vientre plano que resguardaba el milagro del amor, para eso ya había pasado dos meses de haber regresado de Los Cabos.
-Pecosa, yo también te tengo una sorpresa,- lo miro feliz invitándolo a continuar -han aceptado mi solicitud de beca para el doctorado, nuestro hijo trae torta bajo el brazo, así que ve preparándote porque nos vamos a Inglaterra por dos años, nos vamos en cuatro meses mi amor, así que despídete de tu familia, amigos y de quien quieras, porque solo regresaremos en vacaciones. También, existe la posibilidad de ser parte de la plantilla universitaria, sabes, ese lugar va a ser nuestro, ahora tengo más motivos para salir adelante, así que puede durar nuestra estancia toda la vida o el tiempo que tú lo desees amor. Cuando te alivies pecosa y te sientas mejor, vas a estudiar una maestría, ahora ya no hay pretexto para no aceptarme un centavo, soy tu esposo y debo ver por ti, por tu bienestar y el de nuestro hijo y de los que vengan, porque serán muchos ¡eh!- Y empieza a recorrer mi cuello. “Dios me ha bendecido con un hombre maravilloso”. Cierro mis ojos y me dejo amar.
Hemos planeado nuestro futuro e incluso la del bebé, jaja, somos felices, vivimos solo con lo que trabajamos y con lo que tenemos. Desde que se graduó Terry de la universidad dejó de depender totalmente de sus padres, él mismo se ha abierto las puertas de las oportunidades. Considero que hizo lo correcto, así se evita tantos reproches y reclamos, sobre todo la de su madre.
Un día, dos meses después para ser exactos, le hablaron por teléfono desde la residencia de sus padres, la ama de llaves le explicaba a mi esposo que su madre acababa de sufrir un desmayo y que no reaccionaba y que el señor Granchester se encontraba fuera del país atendiendo unos negocios, así que no había quien viera por la señora de la casa.
Él me pidió que lo esperara, no fuera ser otro más de sus tantos teatros de mi querida suegra, cualquier cosa, me lo haría saber inmediatamente. Fue a darse un baño, no tenía mucho de que habíamos terminado de hacer el amor, si hago memoria, ese día me amó mucho mas que en otras ocasiones, me recordó lo tanto que me necesitaba, que me amaba y que, a pesar del tiempo, la distancia y la eternidad siempre seguiría amándome, que yo era su vida y felicidad. Se fue a casa de su madre para no volver jamás.
No me sentía bien, tenía un mal presentimiento, Terry no es de llegar tarde ni de irse a pasar el rato con sus amigos, siempre me decía en donde estaba y cuando venía camino a casa. Tocaron la puerta, voy a tener que regañarlo por tenerme así, ni siquiera le hace bien al bebé estas emociones. No era él, eran otras personas, pero no él, preguntaron por mí, a pesar de que estaban uniformados no me dieron confianza, sabía que me traían malas noticias.
-¿Señora Granchester?, ¿aquí vive la señora Granchester?- Sigo quedándome muda, no coordino mis pensamientos ni mis respuestas, como pude asentí con la cabeza. -Es usted la esposa de Terence Granchester?- volví a asentir. -Señora, lamento informarle el terrible fallecimiento de su esposo, le dejo una tarjeta con la dirección de la SEMEFO para que vaya a identificar el cuer… ¡señora, señora, reaccione por favor! Acosta, llama a una ambulancia, la señora está embarazada-
-¡Terryyy, Terryyy! Despierto gritando de una pesadilla, me incorporé de golpe de la cama y veo conectado en mi brazo un suero… estoy en un cuarto de hospital, mi madre se acerca para abrazarme y preguntarme si me encontraba bien, le digo que no, le pregunto por Terry, por qué estoy ahí. -¿En dónde está mi marido?, quiero ver a Terry, necesito que la tranquilidad entre a mi cuerpo y alma, madre por favor- me quito la manguera e intento levantarme de la cama, yo misma iré a buscarlo.
-Lo siento Candy, debes ser fuerte por tu hijo. No madre, no puede ser verdad… - silencio por unos segundos -Mami, quiero despedirme de él, ¿eso sí puedes hacer por mí?- Ella me abraza fuertemente dándome consuelo y me dice: -“Cielo, has estado inconsciente durante tres días”.- empiezo a llorar de manera desgarradora. -Llora hija, llora, te hará bien.-
FIN DEL FLASH BACK
-Mi amor, te traje tus flores favoritas, ahora soy yo quien te las regalará cada mes de mi vida, hasta que tú decidas venir por mí y ser felices como antes fuimos. El pequeño Terry está creciendo, es igualito a ti, incluso hasta en el carácter, es un buen niño, lo amo, gracias por darme el mejor de los regalos. Lo estoy cuidando y educando, y aunque tú no estés presente el vivirá conociendo cada parte de ti. Tengo mi diario, fotos, anécdotas, historias, un pasado en común. Siempre estás en mi mente, cuerpo, alma y corazón. Te amo, no lo olvides. Vendré el próximo mes.
“No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz”. Joaquín Sabina.
FIN
y al final sopas que no lo matas 
por que 
