EL RELOJ
Después de la guerra vino la calma. Despues de vivir tanto tiempo con temor la gente ahora podia salir, disfrutar, viajar tranquilamente y aquellas ciudades atacadas y destruidas quedaron en el olvido cuando al reconstruirse todo ese horror desaparecio.
Despues de mucho tiempo fue que el se animo a viajar al lado de su esposa. ¿Por qué elegir ese país? Estaba de moda ir a Paris, Annie deseaba conocer ese lugar y aunque al principio el no estuvo seguro termino cediendo.
Aquella tarde estaba harto de ir de tienda en tienda al lado de ella, quien se daba el lujo de estarse horas midiéndose ropa, sin contar las tiendas donde las modistas tomaban medidas para cada prenda que ella veía en los catalogos. Llego el momento en el que Archie se levanto de la silla donde permanecia fingiendo leer un periódico y se despidió de Annie diciendo que en un par de horas volveria por ella…
- Pero me dejaras sola?
- No te preocupes, tu te desenvuelves mejor en francés que yo y la verdad necesito tomar un poco de aire fresco.
- Esta bien –contesto la chica, prácticamente dispuesta a continuar con su actividad.
Archie salio y comenzó a caminar sin rumbo en realidad, las calles parisinas estaban repletas de gente, el camino hasta llegar aun pequeño café al aire libre donde se sento y pidió una tasa a pesar de que no era muy afecto al café durante el mediodía.
A decir verdad odiaba Francia, cada vez que pensaba en aquel país recordaba que su hermano habia caído victima de las balas mientras servia a Francia, un país que para el siempre fue ajeno pero que ahora era parte de la historia familiar.
Tomo un sorbo de café y en eso un chico un poco mayor que el, con los zapatos rotos y la ropa un poco roída se acerco a su mesa temeroso.
- Buenas tardes –dijo en francés-
Archie no pudo evitar mirarlo de arriba abajo sin contestar el saludo mas que nada por precaucion.
- Disculpe la molestia pero… mi hijo esta enfermo, necesito dinero y … -el hombre saco de su bolsillo un hermoso reloj, tan fino que cualquiera decía que lo habia robado. –yo necesito vender esto pero en la casa de empeño no me dan mucho.
Archie al ver el reloj dejo la tasa de café, el hombre dejo el reloj en la mesa sin atreverse a mas y entonces el lo tomo en sus manos. No podia creer lo que veía, lo abrió, reviso cada detalle, era un reloj sumamente fino, un reloj único en el mundo, miro al hombre y pregunto.
- Donde lo consiguió?
- Es mio… lo juro, no lo robe.
- Donde lo obtuvo.
- En la guerra, era de un amigo mio, era…
- Alistear Cornwell.
El chico lo miro sorprendido y asintió levemente, entonces Archie apretó el reloj con fuerza, lo invito a sentarse y pidió un café para el. Era el reloj que el le habia regalado a Stear en su ultimo cumpleaños, antes de que supiera que el se iria, antes siquiera de que comenzara aquella guerra absurda.
- Como lo obtuvo?
- Stear… el y yo estábamos en el mismo regimiento, sabe, siempre estaba haciendo experimentos y nos hacia reir a todos con sus ocurrencias… era un gran chico… El dia que nos mandaron a línea de combate el habia estado nervioso, no se porque motivo pero repartio sus cosas, dijo que si no volvia ese era su testamento, creo que presentia algo pero ninguno quiso tomarlo como un mal presagio, porque al final con una sonrisa nos dijo, tienen que volver vivos para devolverme mis cosas. Entonces lo tomamos mas bien como una forma de alentarnos para sobrevivir.
- El les dio sus cosas.
- Todas, el nos repartio todo lo que teníamos en forma de amuleto. Fueron muchos los caidos ese dia pero creo que todos pensamos que el seria el único en volver, cuando volvimos de batalla y no lo vimos… yo… yo quisiera mantenerlo conmigo –dijo señalando el reloj – pero la guerra nos lo quito todo y ahora mi hijo necesita medicamento.
- Yo lo comprare, yo pagare las medicinas y comprare el reloj.
- Gracias, gracias. –decia sumamente apenado. –si no es molestia podría preguntar como lo conoce?
- El era mi hermano.
- Su hermano Archibald.
- Me conoce?
- El hablaba mucho de usted, siempre decía que peleaba por su hermanito y por su familia, siempre presumio este reloj diciendo que su hermano se lo habia mandado a hacer.
Archie sonrio pensando en aquel rostro sonriente y lo imagino por primera vez en su uniforme, nunca habia querido recordarlo asi porque para el Stear nunca habia sido un soldado.
Guardo el reloj en su bolsillo, pago los cafes y acompaño al hombre a comprar las medicinas además de darle una fuerte suma de dinero en agradecimiento mas que nada por la historia sobre su hermano.
Regreso por Annie y agradeció de alguna forma la idea de ella de ir a Paris, tal vez Stear no habia estado en esa ciudad pero estaba en Francia, sus cosas estaban ahí, parte de el estaba ahí y ahora tenia mas motivos para volver.