Las portadas fueron obsequiadas por SAADESA
VACACIONES EN ALTAMAR, UN AMOR EN UN CRUCERO.
Este fic es en conjunto: LOKACRIS20, PITUFA GRANCHESTER Y MIA GRANCHESTER
AUTORA: LOKACRIS20
CAPITULO II
DISCLEIMER: LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ESTA HISTORIA FUE CREACIÓN SOLO POR DIVERSIÓN Y SIN AFÁN DE LUCRO.
NUEVA YORK.
En el aeropuerto de Nueva York John F. Kennedy desembarcaba un castaño, muy apresurado por salir de la terminal aérea, espero que llegaran sus maletas, las tomo y a toda prisa se dirigió a la salida más próxima, tomo un taxi y se dirigió a la casa de su madre, el auto se internó por las calles de la ciudad, el tráfico era terrible, lo que lo impaciento más, al llegar a la zona residencial el trasporte se enfilo por una calle tranquila con escaso número de personas por los alrededores, llegando a la dirección indicada el auto paro, pagó al conductor, con prontitud bajo, tomo sus maletas y se encamino hacia la casa, toco la puerta después de unos minutos que le pareció una eternidad abrió la puerta la joven del servicio.
–Buenos días, señor ¿en que lo puedo ayudar?
- Buenos días, busco a la señorita Eleonor Baker. –A lo lejos se escuchó una voz que venía al encuentro de la chica nueva del servicio, era el ama de llaves, una regordeta mujer de media estatura de unos cincuenta años de edad, abrió más la puerta, pregunto.
-Si joven, ¿a quién busca? A lo que el castaño contesto por segunda vez, ya un poco enojado, su respuesta la enfatizo de manera que la señora entendiera lo que le decía.
- Busco a la señorita Eleonor.
–El ama de llaves indago. ¿Quién lo busca?
-El joven ya con cara de fastidio contesto.
- Dígale que soy Terrence Graham.
– El ama de llaves mostro sorpresa al escuchar aquel nombre.
- ¡Usted es el joven Terry! –Una sonrisa afloro en el rostro de la mujer, lo contemplo fascinada.
-SÍ, yo mismo. Dijo sarcásticamente con una sonrisa de lado. El ama de llaves se apresuró a darle la bienvenida al hijo de su señora.
-Joven sea bienvenido, a casa. Janet tu puedes seguir con tus deberes yo iré a buscar a Eleonor debe estar leyendo en su habitación.
-Janeth murmuraba bien bajito “ese hombre es un bombón, ¡qué hombre! será ¿que un ángel se cayó del cielo?”.
Después de dejar a Terry en la salita del recibidor, la mujer se apresuró a subir por las escaleras al segundo piso de la residencia, se dirigió por el pasillo, llego a la puerta toco, entró a la habitación de Eleonor. La rubia se encontraba leyendo un libro, levanto la vista y miro a la mujer.
- ¡Eleonor no vas a creer lo que te tengo que decir!
-Vamos nana habla, dime de que se trata, no le des tantas vueltas.
-Abajo en la sala, te espera el joven Terry.
-Eleonor rio con una sonora carcajada, nana no me hagas esas bromas, él debe estar en Inglaterra.
Nana, no mi Sra. él está abajo esperándola
-Eleonor ¿Él está aquí?
-Nana, Y no es una broma es la verdad, El ama de llaves la observo sorprendida de que no creyera lo que le estaba diciendo, con voz firme volvió a decir, Eleonor no es una broma, él está aquí y te está esperando en la sala.
-Eleonor muy desesperada se levantó de la cama, se puso las pantuflas, coloco su bata, se pasó la manos por su cabello alisándolo y muy decidida abrió la puerta y se encamino hacia las escaleras, muy para sus adentro ella se decía “debe de haber un error, Terry me hubiera llamado que vendría a visitarme, no, no puede ser él” cuando se acercó más, su corazón se había acelerado de pura expectación, cuando entro a la habitación, encontró la figura de un hombre que miraba hacia el jardín era alto, de cuerpo imponente y el cabello castaño, nada de como ella lo recordaba de adolecente, se había convertido en todo un hombre. Ella lo llamo por su nombre de pila.
-Terrence, hijo. De inmediato el joven dio la vuelta y sus miradas se encontraron. Hijo ¿por qué no me avisaste que vendrías?
Ella corrió para abrazarlo, pero se detuvo en seco.
-Terry, No sabía que estaba ocupada, disculpe señora, me retiro.
–La rubia comprendió de inmediato las palabras dichas, y mal entendidas por su hijo, No es lo que estás pensando, estoy sola. Al sentir la renuencia de su hijo le menciono.
-Terry ¡no estoy ocupada! y si lo estuviera dejaría todo por atenderte, tú eres lo más importante para mí, es solo que me dio tanta alegría cuando me avisaron que estabas aquí, me puse la bata encima del pijama, no quería hacerte esperar, si me hubiera levantado más temprano estaría presentable. Terry comprendió las palabras de su madre entonces el abrazo y le dijo.
-Perdóname por no avisarte, fue un impulso, solo me subí al avión y aquí estoy, por eso no te llame, ni yo mismo entiendo que estoy haciendo aquí. –La mujer si supo cuál era ese impulso que lo llevo a tomar un avión.
-Pero estas aquí y me has hecho la mujer más feliz, me has dado el regalo más grande que yo he podido recibir durante todos estos años hijo. –Ambos sonrieron reconociéndose como madre e hijo. Terry hijo dime ¿ya desayunaste?
-No, todavía no, te vine a ver luego de bajar del avión, no te preocupes por eso, ahora voy a hospedarme en algún hotel y desayuno.
-No Terry, desayunemos juntos, que te parece mi idea y luego hablamos de otros detalles.
-Está bien Eleonor.
–La rubia no podía contener su alegría, y pidió a su hijo que le concediera unos minutos para cambiarse de atuendo y bajo en seguida.
-Para embromar a su madre, el castaño hizo una mueca a modo de fastidio, solo para molestar a su madre. Solo no demores mucho, ya sabes que soy impaciente.
-Eleonor entre dientes murmuro.
- ¡Eres igual que tu padre!
Unos minutos pasaron y una bella mujer bajaba las escaleras, pulcramente vestida y peinada se encontró con su hijo se encaminaron de la sala al comedor. Cuando se acercaron a la mesa Terry muy caballerosamente aparto la silla para que su madre se sentara, acto seguido tomo su lugar frente de la rubia, los sirvientes de inmediato sirvieron los alimentos, comenzaron a ponerse al día, entre platica y platica, Eleonor sugirió a Terry que pasara unos días con ella, que tenía su propia habitación esperando por él. El joven vacilante lo pensó, a final de cuentas acepto su invitación de buen agrado. Está bien Eleonor, me convenciste…luego de un minutos dijo, Eleonor necesito hablar contigo. El tono de voz le cambio al decir las últimas palabras, la mujer suspicazmente lo comprendió y le dijo.
-Será acerca de cierta señorita rubia y pecosa.
–Terry la miro sor-prendido.
-Que directa eres Eleonor, alguna vez te lo han dicho.
- Eleonor, Dio una carcajada.
-Terry, deja de burlarte de mi madre
-Eleonor, algunas veces no hay que andarse por las ramas ¿qué pasa cuéntame hijo mio? Pregunto expectante la mujer, pero su hijo se fue por la tangente evadiendo el tema.
-Será para después esa conversación, ahora sino fuera mucha molestia quiero tomar un baño y cambiarme de ropa.
–Eleonor lo miro divertida, tendría que esperar, necesitaría de mucha paciencia para que su retoño hablara del tema.
-Claro, le pediré a mi nana que te acompañe, pero ni creas que te vas a escapar, te esperare aquí sentadita y cuando bajes retomaremos esta conversación donde nos quedamos. Por su parte Terry se encontraba con sentimientos encontrados quería saber todo de Candy y no saber nada al mismo tiempo, pero ya estaba hecho, Eleonor no dejaría pendiente la plática y haría más preguntas, estaba perdido.
-Eleonor hizo las presentaciones correspondientes.
-Terry mi ama de llaves, la señorita Margaret Donald nana Terry mi hijo. Terry beso el dorso de la mano a la nana.
-Nana acompaña a Terry a su habitación.
-Está bien señora Eleonor. Contesto respetuosamente la mujer mayor.
-Nana tratémonos como siempre no es necesario las formalidades Terry es de casa.
–La nana con una gran sonrisa en su rostro movió la cabeza afirmativamente sin objeción alguna, se encamino junto a Terry y subieron las escaleras, llegando al segundo piso le indico cuál era su habitación.
-
El castaño como todo un caballero, hizo una pequeña inclinación hacia la mujer.
- gracias, señorita Margaret.
-Me puede decir nana como me dice mi niña de cariño.
-Está bien nana, nuevamente gracias por todas las atenciones. Terry entro a la recamara después de cerrar la puerta, pensó si realmente estaba haciendo lo correcto en buscar a Candy, si ella ¿tenía una familia, hijos, si era feliz? Tenía tantas preguntas en su cabeza, sin respuestas.
Entro al cuarto de baño, tomo una ducha de agua más fría que pudo aguantar su cuerpo, afuera la temperatura estaba muy baja ya que era invierno en Nueva York. Después de terminar con el baño se colocó un Jean y una camisa blanca, unos zapatos negros, suspiro y pensó que era hora de hablar con su progenitora, se dio prisa la encontró en la sala, se encontraba impaciente, la mujer contaba los minutos para que su hijo bajara, cuando lo vio llegar, le dijo.
-Hasta que por fin te dignaste a bajar, estaba comiendo me las uñas, siempre pensé que nosotras las mujeres demorábamos en el baño, pero ahora confirmo que también los hombres se toman su tiempo.
-Madre no demore tanto, solo que no encontraba la llave de mi maleta, -- El joven rio de medio lado.
- Está bien hijo mío, ven acá, tenemos una conversación pendiente.
No le quedaba de otra, Terry tomo asiento en un sofá quedando frente a su madre, relato todo lo sucedido durante el tiempo que no se vieron, también relato la muerte de Susana y por qué se fue de América. Eleonor escucho con atención todo la que su hijo le relato, pero una parte no era congruente, la rubia se lo hizo saber sin vacilar.
-Terry, yo nunca escuche ni leí que Candy si se hubiera casado, su familia es una de las más importantes del país y nunca leí en las páginas de sociales dicho enlace. Hijo, no será que te confundiste, creíste leer ese anuncio, no sé, tal vez la muerte de Susana te aturdió un poco y pues pensaste que leíste esa nota.
Lo dicho por su madre lo aturdió, lo hizo dudar, se tomó la cabeza entre las manos, suspiro derrotado. ¡No se mas en que creer!
–Eleonor le sugirió.Porque no las buscas, habla con ella, si está casada y tiene una familia, tú seguirás tu camino y la dejaras ser feliz, no pierdes nada. Estas palabras fueron dichas con ternura y amor por su madre.
-No se mamá, ahora no estoy muy seguro que eso sea lo correcto.
-Habla con un pariente de ella que te pueda ayudar, si no quieres hablar con Candy. Le sugería su madre, pero la cara de su hijo era de derrota total.
-Ellos me odian, nunca nos llevamos bien. Se le vinieron a la mente las imágenes de los hermanos Cornwell, Stear y Archie, que tanto querían a Candy y la protegían a toda costa, de los malvados hermanos Leagan, Eliza y Neil, pensar en estos últimos le revolvió el estómago, esos dos estaban descartados, nunca serían una opción para llegar a Candy.
-Has el intento con alguna amiga. Al ver la negatividad de su hijo entró en desesperación, de pronto toscamente le soltó. ¡Búscala! no te queda de otra.
-Lo pensaré. Contestó el joven desanimado,
-Eleonor al ver la actitud tan fatalista de su hijo cambió por completo la conversación, necesitaban un respiro.
-¡Terry me acompañas hacer las compras navideñas!
-Yo… quería ir al cementerio a dejarle unas flores a Susana.
-Está bien, puedes ir a donde tú quieras, pero nos ayudaras a poner los adornos del árbol. ella río pícaramente y dijo. Ando atrasada con los adornos navideños, estaba de gira y hace dos días que termino, falta poco para la noche buena, pero no he tenido tiempo de hacer las compras y los arreglos, esas cosas me gustan hacerla yo misma, cosas de mujeres. Terry puso los ojos en blanco y le contestó.
-Sino hay otro remedio.
Pasaron los días, pronto llegó el día de la noche buena Eleonor y Terry se encontraban vestidos muy elegantes para la ocasión, esperaban a unos amigos de Eleonor, era una sorpresa para Terry preparada por su madre.
Tocaron a la puerta, la rubia corrió al recibidor, le señaló al castaño, debes de ser ellos, Terry los esperaba en la sala, cuando Eleonor entró con los invitados a la sala gritaron a todo pulmón. ¡Sorpresa! Terry se quedó sorprendido al ver a Robert Hathaway y a su esposa Melanie.
-Buenas noches, ¿cómo has estado Terry? ¡Qué gusto me da volver a verte!
Terry de manera automática se acerca a Robert, le extiende la mano se saludan fraternalmente, a su esposa Melanie educado como todo caballero inglés le besa el dorso de la mano.
- ¡Cuánto tiempo Robert! Melanie es un gusto, yo estoy muy bien y Ustedes.
-Muy bien muchacho, el tiempo nos ha tratado benévolamente.
Volvió a sonar el timbre de la casa, Eleonor con una sonrisa les dice. -Deber ella, está atrasada como siempre. Se encamina al recibidor para abrir la puerta y le comenta. Señorita creo que Usted está atrasada. La invitada soltó una carcajada y contesta. Solo un poco. La señorita Margaret ya se había acercado a Eleonor.
-Nana guarda por favor el abrigo de la Señorita, pasemos.
Cuando Karen entró a la sala y vio a Terry corrió a los brazos del joven, con mucha alegría le dijo.
- ¿Cuánto tiempo Terry? déjame verte, estás un poco más interesante. Le dijo la chica pícaramente al castaño
-a Terry no le extraño el proceder de Karen, ella siempre habla sin pelos en la lengua.
- ¡Karen Kleiss! tú sigues igualita, por ti los años no pasan, en cuanto a tu pregunta quieres decir más guapo, gallardo o tal vez más deseable o apetecible.
– La chica se sonrojo por lo último dicho por el castaño,
-este no tardó mucho en soltar una carcajada.
-Karen, Terry cuando se te quitara lo presumido. Fingió molestia e hizo un puchero.
-Disculpa Robert, señora. Melanie buenas noches, no todos los días veo a mi mejor amigo. –Sonrió la chica, entonces Terry dirigió su mirada hacia su madre, le comentó.
- Eleonor ahora entiendo cuando mencionaste que me sorprenderías esta noche y si de verdad, es una muy buena sorpresa.
Todo el grupo que encontraba en la sala, comenzaron una conversación muy agradable e intercambiaron ideas, luego de un tiempo llegó la hora de la cena, todos se dirigieron hacia el comedor que estaba preparado de manera muy reluciente para dicha ocasión, los alimentos se sirvieron, no faltó el brindis dando gracias a la anfitriona por haberlos reunido en una ocasión tan memorable e importante como esta, después de la cena esperaron la hora de la noche buena, el reloj marcó las doce de la noche, todos se dieron el abrazo de una feliz navidad, acto seguido intercambiaban regalos. Eleonor se acercó a Terry y le entrego una caja mediana no muy grande.
-Eleonor no te hubiera tomado la molestia.
-Hijo no todas las navidades te tengo a mi lado y no todos los días te puedo dar un presente ¡no lo vas abrir, ábrelo!
- ¿Qué es Eleonor?
-Solo lo sabrás cuando lo abras. río complacida, Terry abrió la caja cuando dejó caer un sobre, preguntó. ¿Qué es esto Eleonor?
- Velo por ti mismo, abre el sobre. –El joven colocó los ojos en blanco por la desesperación. Terry, abrió el sobre con el mayor cuidado, sacó el boleto, leyó que era para un crucero, él le dijo a su madre. --No Eleonor, no lo puedo acertar, te debió costar un ojo de la cara.
-Cariño por favor, tómalo como un regalo de cumpleaños o aún mejor por todos los cumpleaños que no te pude dar nada y ¡no me costó un ojo de la cara! ya que tengo mis dos bellos ojos en mi rostro. Ayudé a un viejo amigo a promocionar el crucero donde fui anfitriona y me dio dos boletos, tú embarcaras primero y yo te daré alcance después, pronto será tu cumpleaños.
-Madre, creo que te estas precipitando, no sabes si quiero ir.
-Vamos hijo, dime que lo pensaras, yo creo que te falta unas buenas vacaciones para que te desestreses y pienses con cabeza fría lo que quieres hacer, además el crucero sale de Nueva York y va haciendo paradas si te aburres cosa que no lo creo, puedes bajar en cualquier puerto.
-Está bien, lo pensaré y luego lo hablaremos. Vamos a terminar de atender a nuestros invitados no seamos maleducados.
-Si cariño, tienes razón. Le dio un beso en la mejilla, -
Terry le ofreció su brazo y se dirigieron hacia donde estaban sus invitados.
Ya muy entrada la noche casi al despuntar el alba los invitados se despidieron de sus anfitriones muy satisfechos por la hermosa velada. Terry y Eleonor subieron a sus habitaciones a descansar, cuando Terry entró a su habitación y cerró la puerta, se dirigió hacia el ventanal, lo abrió, la suave ventisca golpeaba su rostro, miró hacia el cielo y bien bajito dijo, ¡Feliz navidad pecosa! donde quieras que estés, con quien estés, ¡feliz navidad mi amor! -Sus palabras fueron dichas con mucho sentimiento al aire, como si este las fuera a llevar y susurrarle al oído de la pecosa.
Los días pasaron muy rápido, llegó el día de año nuevo, Eleanor tenía invitaciones para varias fiestas, pero una llamaba su atención, era en un lujoso hotel, pensó “sería buena idea, si se nos pasaban un poco las copas nos podían hospedar en el hotel” mientras un castaño estaba renuente a salir de casa ese día, Eleonor entusiasmada le decía Terry.
- ¿A cuál fiesta quieres ir hijo? tengo varias invitaciones.
-Madre, te importaría si te digo que me quiero quedar en casa, cenemos juntos y luego tú vas a tu fiesta.
–Eleonor lo observó con sorpresa, tenía que sacarlo de ese letargo de tristeza, entonces con voz firme le dijo.
-A no, eso sí que no señor, yo espere todo este tiempo para estar junto a mi hijo, pasar un año nuevo con él y ahora que estás aquí te quieres quedar en casa. No, no lo permitiré.
-Madre, por favor compréndeme, fue un año nuevo que la conocí y estas fiestas me traen muchos recuerdos, pienso que no seré buena compañía.
-Vamos anímate, eso fue en el pasado, ahora estamos en el presente, eres joven tienes que divertirte, te prometo que después del día tres de enero yo te ayudare a tener noticias de ella. Karen y los Hataway irán a la fiesta y otras personas que tú conoces también, cenemos juntos los dos y luego vamos a la fiesta, que te parece mi idea. --Le guiño un ojo. --Aahhh! Por si acaso nos pasamos de copas nos hospedamos en el hotel.
Terry la observó, solo suspiro y alzó las manos en señal de rendición. --¡Está bien madre, me rindo a ti nadie te gana!
Llegó la hora de la cena madre e hijo compartían los alimentos posteriormente luego de algunas de unas horas salían de su residencia a la fiesta de dicho hotel. Cuando llegaron en el recibidor encontraron a Karen y sus tres amigas, Karen presento a Eleonor y a Terry a sus amigas, hubo una que llamó la atención de Terry, la joven era rubia, su cabello ondulado, sus ojos verdes, pero de otro tono de verde esmeralda, definitivamente no era ella,” su cabello es rubio medio naranja y sus bucles bien rizados” pensaba él para sus adentros. Karen y sus amigas, fueron a los servicios higiénicos a retocar su maquillaje, cuando estuvieron a solas las tres chicas y Karen, le comentaron a la actriz.
-Karen de donde sacaste a ese adonis, ¡es un dios griego! esculpido con cincel, dinos no tiene más hermanos, primos igual a él. --Karen río y dijo. --Que yo sepa es hijo único, no sé si tiene primos y sí es un adonis, pero es mi amigo y muy querido, así que no se metan con él por favor.
Sus amigas le comentaron a la joven actriz. - Karen, como que su rostro se nos hace familiar.
Karen río pícaramente, les dijo, Ustedes creen. Les lanzo una mirada intimidante. Chicas, Terry es mi amigo y creo que esta pasado por un mal momento digamos que emocional, no hemos hablado mucho del tema porque no habido oportunidad, pero creo que tiene el corazón roto. Ahora si él quiere algo con alguna de ustedes, mucha suerte a la elegida. Karen rio, las chicas la miraron muy serias, no les gusto para nada lo que les había confiado Karen, las cuatro amigas se encaminaron hacia la fiesta.
Cuando entraron a la recepción encontraron a los Hathaway, se saludaron como es correspondiente Karen hizo las presentaciones de sus jóvenes amigas, Jazmín Watson, Claire Phillips e Inés Lawrence. Toda la noche el grupo de chicas bailaron, conocieron a más chicos, haciendo un grupo grande de baile.
Terry por su parte observaba al grupo que bailaba y no quitaba los ojos de la chica rubia, Karen se acercó a Terry sacándolo a bailar, a mitad de canción con un movimiento rápido cambio de pareja y dejó a Terry bailando con su amiga Inés, Karen reía por su osadía cometida, ya venía observando que los dos se lanzaban miradas, pero ninguno de los dos daba un paso, esos dos necesitan un empujoncito
-Terry le dijo a la joven rubia. Señorita Inés, verdad. Y continuaron bailando.
-Inés, si ese es mi nombre, La rubia se encontraba echa un manojo de nervios, no sabía qué decir y lo único que se le ocurrió en decir fue eso.
Cuando paró la música Inés le comentó al castaño. Parece que hace un poco de calor aquí adentro, no te parece.
-Terry de inmediato le preguntó. ¿Quieres salir a tomar un poco de aire a la terraza? Ella acepto su invitación y se encaminaron hacia el lugar, Terry abrió la puerta, pero cuando la cruzaron, la temperatura estaba baja, el frio calaba lo huesos, Terry le ofreció su saco a Inés, ella lo acepto ya que traía un vestido de color negro escotado, muy ceñido al cuerpo, desde donde estaban podían ver los jardines, todos blancos por la nieve ,por un momento Terry recordó a Candy White, miro a Inés, en ella vio a Candy se acercó a ella y la beso, cosa que ella no rechazo y aprovecho, abrió más la boca, él la exploro introduciendo su lengua, el beso era demandante, apasionado, sus manos recorrieron la espalda de la muchacha hasta llegar a su breve cintura, la apretó más hacia su cuerpo, cuando el aire les falto, se separaron, fueron esos instantes suficientes para que Terry recobrara la cordura.
- Terry, ¡Inés discúlpame! esto no debió suceder, pero me recordaste a otra persona, por favor perdóname no tengo cara para mirarte a los ojos. Inés con toda calma le expresó.
-Terry cálmate solo fue un beso, nadie nos va a obligar a casarnos.
– La chica soltó una risita enigmática. Tú y yo lo disfrutamos, fue maravilloso, el mejor que me han dado, decía la chica con miraba divertida, el joven seguía tratando de excusarse por su acción.
-Sí, pero eres amiga de Karen, yo estaba pensando en… Esa oración no la completo por no hacerle daño a Inés, en su cabeza solo escucho sus palabras “estaba pensando en Candy White.’’
-La joven lo vio muy pensativo, para sacarlo de su letargo, le tomó las manos, le mostró la mejor sonrisa que tenía y le expresó.
-Está bien, de verdad no te preocupes, creo te entiendo, ven volvamos a dentro.
Cuando estuvieron dentro del salón, Inés le regreso su saco a Terry, la llevó con su grupo de amigas, muy educado se despidió de ellas, salió furioso del lugar por lo que había sucedido. Pensó muy seriamente en la propuesta de Eleonor ‘’las vacaciones en el crucero” .Una mañana cuando se disponía a tomar el té, el mayordomo le hizo entrega del periódico, comenzó a buscar en la sección de sociales, había un anuncio que le llamó la atención, con foto incluida que decía ‘’Millonaria heredera y sus niños’’ era una nota de una entrevista echa a Candy, puntualizaba que la dama ayudaba a una casa hogar llamada “El hogar de Pony”, que se encontraba ubicada cerca de la ciudad de Chicago además, realizaba recaudaciones para niños con cáncer, Candy salía en la foto con niño en brazos recién nacido y otros tres niños, Terry al ver esa foto no termino de leer la nota, en un impulso de rabia y de celos destrozó el periódico, busco a Eleonor , al verla sin más le comunicó su decisión.
-Voy a subir a ese crucero, me divertiré y arrancaré a Candy White de mi corazón y de mi vida para siempre.
–Eleonor al ver el estado de su hijo se inquietó demasiado. Hijo ¿qué pasa? siento que tu decisión es demasiado precipitada, ¿te llevaron el diario verdad? ¿Lo qué leíste qué te llevó a tomar esa decisión?
-Terry contestó a su madre con un tono de voz cargado de tristeza. No leí la nota Eleonor, solo vi el encabezado y la fotografía de ella, seguro que hablaba de sus hijos y de su bella familia, solo hice añicos la hoja del periódico…para que saber, para qué hacerme más daño, ella es feliz y eso es lo que cuenta, yo le pedí un día que buscará su felicidad y así lo hizo. Me olvido muy rápido con otro, me descarto como zapatos viejos. Una lágrima solitaria rodó por su mejilla, que rápidamente limpio para que su madre no la viera.
-Hijo, creo que estás dramatizando un poco no creo que Candy te haya olvidado, debes de entender que tenía que continuar con su vida, tú sabes que el tiempo no se detiene para nadie. Candy es una mujer muy bella, adiciónale que proviene de una de las familias más adineradas del país y creo que pretendientes no le deben haber faltado.
-Terry masculló una serie de improperios que Eleonor no alcanzo a oír, no lo quiso importunar más, solo le pregunto.
-Hijo, ¿Cuándo te embarcaras?
–En la fecha estipulada en el boleto.
- Hijo, la fecha es el día quince de enero, te das cuenta que ¿pasarás solo tu cumpleaños?
-Sí madre, necesito estar muy lejos de aquí, colocar mis pensamientos en orden, estando aquí, teniendo noticias de ella no podré pensar.
-Terry ¿porque no la buscas y hablas con ella? te quitas de una buena vez ese peso de encima, solo ella te podrá decir todo lo que quieres saber.
–No madre, ¡ya para que! me queda clarísimo que ella es feliz. Decía el joven con tono fatalista. -Embarcare el día quince de enero, pasaré mi cumpleaños solo, qué más da. Madre, ¿cuándo me darás el alcancé?
-No lo sé hijo, espero terminar pronto con todos los compromisos que tengo pendientes. Me llamarás todas las noches y me darás tu ubicación, de esa manera sabré donde está anclado el crucero, para poder embarcarme, ¿te parece bien?
-Está bien, me reportare todos los días, solo porque no quiero que tardes mucho en reunirte conmigo. Rio de medio lado.
–Terry, te quedan cinco días para hacer las compras necesarias para tu viaje y hagas tus maletas. –El joven castaño la observó con inquietud preguntando.
- ¿Iré de compras?
-Sí, yo te acompaño.
- Está bien. – Contestó sin ganas Terry, no le quedaba más remedio que complacer a su madre, a lo que le hizo un puchero.
CHICAGO
En la mansión de los Andrew, una joven rubia de ojos verdes se encontraba en su habitación haciendo sus maletas para su viaje en el crucero en compañía de su mejor amiga Annie, la pelinegra le decía a Candy.
- No señorita Andrew, eso no combina con nada, entiende que debes de verte espectacular.
-Annie, hemos comprado toda una tienda, ya tengo dos maletas hechas y ¿quieres que lleves más ropa? --Annie con sorna le contestó.
-Nunca es suficiente Candy, debes ser precavida, llevando Ropa de noche, de playa, ropa casual y sobre todo ropa elegante, he escuchado decir que hacen muchos bailes en los cruceros.
Candy resoplo, la miro con cara de fastidio. Tú gana Annie, me rindo. Alzó las manos mostrando su derrota, se dejó caer en la cama rendida por las exigencias de su amiga, algún tiempo después terminaron de hacer las maletas.
El día que Candy tenía que viajar a Nueva York llegó, fueron a despedirla al aeropuerto, Annie lloraba a mares, Archie abrazaba a Candy diciéndole que se cuidara, que hiciera una video llamada o tal vez un mensaje para que los tuviera al tanto de como se la estaba pasando, la tía abuela por su parte no aceptaba que Candy viajara sola y mucho menos que se fuera de vacaciones en el crucero, pero en fin William ha decidido eso.
Albert comprendía la inquietud de la anciana, sabía que el mundo giraba vertiginosamente, peligros donde quiera había para todo mundo, pero debía confiar que todo estaría bien, anteriormente se cercioro de que tan seguro sería el viaje para una mujer joven soltera, investigo e indago y llegó a la conclusión de que era seguro al cien por ciento, la tecnología que existía actualmente era una buena herramienta para estar en contacto en cualquier parte del mundo.
-Tía Elroy, Candy va por quince días, va a regresar sana y salva, nada le va a pasar, además tengo una aplicación en el celular que me mostrará la ubicación del crucero cuando haga falta, relájate todo estará bien, si quieres saber de ella enlazamos una video llamada y podrán platica un rato. –Sin más Albert se dirigió a la rubia.
-Candy es la hora de partir, sino pasamos a la sala de abordaje perderemos el vuelo y perderás el crucero, vamos.
La rubia se apresuró a despedirse de sus seres queridos, con una sonrisa radiante en su rostro, llevaba la convicción de que se divertiría a lo grande en ese crucero.
CONTINUARA…….
Este fic es en conjunto: LOKACRIS20, PITUFA GRANCHESTER Y MIA GRANCHESTER
AUTORA: LOKACRIS20
CAPITULO II
DISCLEIMER: LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ESTA HISTORIA FUE CREACIÓN SOLO POR DIVERSIÓN Y SIN AFÁN DE LUCRO.
NUEVA YORK.
En el aeropuerto de Nueva York John F. Kennedy desembarcaba un castaño, muy apresurado por salir de la terminal aérea, espero que llegaran sus maletas, las tomo y a toda prisa se dirigió a la salida más próxima, tomo un taxi y se dirigió a la casa de su madre, el auto se internó por las calles de la ciudad, el tráfico era terrible, lo que lo impaciento más, al llegar a la zona residencial el trasporte se enfilo por una calle tranquila con escaso número de personas por los alrededores, llegando a la dirección indicada el auto paro, pagó al conductor, con prontitud bajo, tomo sus maletas y se encamino hacia la casa, toco la puerta después de unos minutos que le pareció una eternidad abrió la puerta la joven del servicio.
–Buenos días, señor ¿en que lo puedo ayudar?
- Buenos días, busco a la señorita Eleonor Baker. –A lo lejos se escuchó una voz que venía al encuentro de la chica nueva del servicio, era el ama de llaves, una regordeta mujer de media estatura de unos cincuenta años de edad, abrió más la puerta, pregunto.
-Si joven, ¿a quién busca? A lo que el castaño contesto por segunda vez, ya un poco enojado, su respuesta la enfatizo de manera que la señora entendiera lo que le decía.
- Busco a la señorita Eleonor.
–El ama de llaves indago. ¿Quién lo busca?
-El joven ya con cara de fastidio contesto.
- Dígale que soy Terrence Graham.
– El ama de llaves mostro sorpresa al escuchar aquel nombre.
- ¡Usted es el joven Terry! –Una sonrisa afloro en el rostro de la mujer, lo contemplo fascinada.
-SÍ, yo mismo. Dijo sarcásticamente con una sonrisa de lado. El ama de llaves se apresuró a darle la bienvenida al hijo de su señora.
-Joven sea bienvenido, a casa. Janet tu puedes seguir con tus deberes yo iré a buscar a Eleonor debe estar leyendo en su habitación.
-Janeth murmuraba bien bajito “ese hombre es un bombón, ¡qué hombre! será ¿que un ángel se cayó del cielo?”.
Después de dejar a Terry en la salita del recibidor, la mujer se apresuró a subir por las escaleras al segundo piso de la residencia, se dirigió por el pasillo, llego a la puerta toco, entró a la habitación de Eleonor. La rubia se encontraba leyendo un libro, levanto la vista y miro a la mujer.
- ¡Eleonor no vas a creer lo que te tengo que decir!
-Vamos nana habla, dime de que se trata, no le des tantas vueltas.
-Abajo en la sala, te espera el joven Terry.
-Eleonor rio con una sonora carcajada, nana no me hagas esas bromas, él debe estar en Inglaterra.
Nana, no mi Sra. él está abajo esperándola
-Eleonor ¿Él está aquí?
-Nana, Y no es una broma es la verdad, El ama de llaves la observo sorprendida de que no creyera lo que le estaba diciendo, con voz firme volvió a decir, Eleonor no es una broma, él está aquí y te está esperando en la sala.
-Eleonor muy desesperada se levantó de la cama, se puso las pantuflas, coloco su bata, se pasó la manos por su cabello alisándolo y muy decidida abrió la puerta y se encamino hacia las escaleras, muy para sus adentro ella se decía “debe de haber un error, Terry me hubiera llamado que vendría a visitarme, no, no puede ser él” cuando se acercó más, su corazón se había acelerado de pura expectación, cuando entro a la habitación, encontró la figura de un hombre que miraba hacia el jardín era alto, de cuerpo imponente y el cabello castaño, nada de como ella lo recordaba de adolecente, se había convertido en todo un hombre. Ella lo llamo por su nombre de pila.
-Terrence, hijo. De inmediato el joven dio la vuelta y sus miradas se encontraron. Hijo ¿por qué no me avisaste que vendrías?
Ella corrió para abrazarlo, pero se detuvo en seco.
-Terry, No sabía que estaba ocupada, disculpe señora, me retiro.
–La rubia comprendió de inmediato las palabras dichas, y mal entendidas por su hijo, No es lo que estás pensando, estoy sola. Al sentir la renuencia de su hijo le menciono.
-Terry ¡no estoy ocupada! y si lo estuviera dejaría todo por atenderte, tú eres lo más importante para mí, es solo que me dio tanta alegría cuando me avisaron que estabas aquí, me puse la bata encima del pijama, no quería hacerte esperar, si me hubiera levantado más temprano estaría presentable. Terry comprendió las palabras de su madre entonces el abrazo y le dijo.
-Perdóname por no avisarte, fue un impulso, solo me subí al avión y aquí estoy, por eso no te llame, ni yo mismo entiendo que estoy haciendo aquí. –La mujer si supo cuál era ese impulso que lo llevo a tomar un avión.
-Pero estas aquí y me has hecho la mujer más feliz, me has dado el regalo más grande que yo he podido recibir durante todos estos años hijo. –Ambos sonrieron reconociéndose como madre e hijo. Terry hijo dime ¿ya desayunaste?
-No, todavía no, te vine a ver luego de bajar del avión, no te preocupes por eso, ahora voy a hospedarme en algún hotel y desayuno.
-No Terry, desayunemos juntos, que te parece mi idea y luego hablamos de otros detalles.
-Está bien Eleonor.
–La rubia no podía contener su alegría, y pidió a su hijo que le concediera unos minutos para cambiarse de atuendo y bajo en seguida.
-Para embromar a su madre, el castaño hizo una mueca a modo de fastidio, solo para molestar a su madre. Solo no demores mucho, ya sabes que soy impaciente.
-Eleonor entre dientes murmuro.
- ¡Eres igual que tu padre!
Unos minutos pasaron y una bella mujer bajaba las escaleras, pulcramente vestida y peinada se encontró con su hijo se encaminaron de la sala al comedor. Cuando se acercaron a la mesa Terry muy caballerosamente aparto la silla para que su madre se sentara, acto seguido tomo su lugar frente de la rubia, los sirvientes de inmediato sirvieron los alimentos, comenzaron a ponerse al día, entre platica y platica, Eleonor sugirió a Terry que pasara unos días con ella, que tenía su propia habitación esperando por él. El joven vacilante lo pensó, a final de cuentas acepto su invitación de buen agrado. Está bien Eleonor, me convenciste…luego de un minutos dijo, Eleonor necesito hablar contigo. El tono de voz le cambio al decir las últimas palabras, la mujer suspicazmente lo comprendió y le dijo.
-Será acerca de cierta señorita rubia y pecosa.
–Terry la miro sor-prendido.
-Que directa eres Eleonor, alguna vez te lo han dicho.
- Eleonor, Dio una carcajada.
-Terry, deja de burlarte de mi madre
-Eleonor, algunas veces no hay que andarse por las ramas ¿qué pasa cuéntame hijo mio? Pregunto expectante la mujer, pero su hijo se fue por la tangente evadiendo el tema.
-Será para después esa conversación, ahora sino fuera mucha molestia quiero tomar un baño y cambiarme de ropa.
–Eleonor lo miro divertida, tendría que esperar, necesitaría de mucha paciencia para que su retoño hablara del tema.
-Claro, le pediré a mi nana que te acompañe, pero ni creas que te vas a escapar, te esperare aquí sentadita y cuando bajes retomaremos esta conversación donde nos quedamos. Por su parte Terry se encontraba con sentimientos encontrados quería saber todo de Candy y no saber nada al mismo tiempo, pero ya estaba hecho, Eleonor no dejaría pendiente la plática y haría más preguntas, estaba perdido.
-Eleonor hizo las presentaciones correspondientes.
-Terry mi ama de llaves, la señorita Margaret Donald nana Terry mi hijo. Terry beso el dorso de la mano a la nana.
-Nana acompaña a Terry a su habitación.
-Está bien señora Eleonor. Contesto respetuosamente la mujer mayor.
-Nana tratémonos como siempre no es necesario las formalidades Terry es de casa.
–La nana con una gran sonrisa en su rostro movió la cabeza afirmativamente sin objeción alguna, se encamino junto a Terry y subieron las escaleras, llegando al segundo piso le indico cuál era su habitación.
-
El castaño como todo un caballero, hizo una pequeña inclinación hacia la mujer.
- gracias, señorita Margaret.
-Me puede decir nana como me dice mi niña de cariño.
-Está bien nana, nuevamente gracias por todas las atenciones. Terry entro a la recamara después de cerrar la puerta, pensó si realmente estaba haciendo lo correcto en buscar a Candy, si ella ¿tenía una familia, hijos, si era feliz? Tenía tantas preguntas en su cabeza, sin respuestas.
Entro al cuarto de baño, tomo una ducha de agua más fría que pudo aguantar su cuerpo, afuera la temperatura estaba muy baja ya que era invierno en Nueva York. Después de terminar con el baño se colocó un Jean y una camisa blanca, unos zapatos negros, suspiro y pensó que era hora de hablar con su progenitora, se dio prisa la encontró en la sala, se encontraba impaciente, la mujer contaba los minutos para que su hijo bajara, cuando lo vio llegar, le dijo.
-Hasta que por fin te dignaste a bajar, estaba comiendo me las uñas, siempre pensé que nosotras las mujeres demorábamos en el baño, pero ahora confirmo que también los hombres se toman su tiempo.
-Madre no demore tanto, solo que no encontraba la llave de mi maleta, -- El joven rio de medio lado.
- Está bien hijo mío, ven acá, tenemos una conversación pendiente.
No le quedaba de otra, Terry tomo asiento en un sofá quedando frente a su madre, relato todo lo sucedido durante el tiempo que no se vieron, también relato la muerte de Susana y por qué se fue de América. Eleonor escucho con atención todo la que su hijo le relato, pero una parte no era congruente, la rubia se lo hizo saber sin vacilar.
-Terry, yo nunca escuche ni leí que Candy si se hubiera casado, su familia es una de las más importantes del país y nunca leí en las páginas de sociales dicho enlace. Hijo, no será que te confundiste, creíste leer ese anuncio, no sé, tal vez la muerte de Susana te aturdió un poco y pues pensaste que leíste esa nota.
Lo dicho por su madre lo aturdió, lo hizo dudar, se tomó la cabeza entre las manos, suspiro derrotado. ¡No se mas en que creer!
–Eleonor le sugirió.Porque no las buscas, habla con ella, si está casada y tiene una familia, tú seguirás tu camino y la dejaras ser feliz, no pierdes nada. Estas palabras fueron dichas con ternura y amor por su madre.
-No se mamá, ahora no estoy muy seguro que eso sea lo correcto.
-Habla con un pariente de ella que te pueda ayudar, si no quieres hablar con Candy. Le sugería su madre, pero la cara de su hijo era de derrota total.
-Ellos me odian, nunca nos llevamos bien. Se le vinieron a la mente las imágenes de los hermanos Cornwell, Stear y Archie, que tanto querían a Candy y la protegían a toda costa, de los malvados hermanos Leagan, Eliza y Neil, pensar en estos últimos le revolvió el estómago, esos dos estaban descartados, nunca serían una opción para llegar a Candy.
-Has el intento con alguna amiga. Al ver la negatividad de su hijo entró en desesperación, de pronto toscamente le soltó. ¡Búscala! no te queda de otra.
-Lo pensaré. Contestó el joven desanimado,
-Eleonor al ver la actitud tan fatalista de su hijo cambió por completo la conversación, necesitaban un respiro.
-¡Terry me acompañas hacer las compras navideñas!
-Yo… quería ir al cementerio a dejarle unas flores a Susana.
-Está bien, puedes ir a donde tú quieras, pero nos ayudaras a poner los adornos del árbol. ella río pícaramente y dijo. Ando atrasada con los adornos navideños, estaba de gira y hace dos días que termino, falta poco para la noche buena, pero no he tenido tiempo de hacer las compras y los arreglos, esas cosas me gustan hacerla yo misma, cosas de mujeres. Terry puso los ojos en blanco y le contestó.
-Sino hay otro remedio.
Pasaron los días, pronto llegó el día de la noche buena Eleonor y Terry se encontraban vestidos muy elegantes para la ocasión, esperaban a unos amigos de Eleonor, era una sorpresa para Terry preparada por su madre.
Tocaron a la puerta, la rubia corrió al recibidor, le señaló al castaño, debes de ser ellos, Terry los esperaba en la sala, cuando Eleonor entró con los invitados a la sala gritaron a todo pulmón. ¡Sorpresa! Terry se quedó sorprendido al ver a Robert Hathaway y a su esposa Melanie.
-Buenas noches, ¿cómo has estado Terry? ¡Qué gusto me da volver a verte!
Terry de manera automática se acerca a Robert, le extiende la mano se saludan fraternalmente, a su esposa Melanie educado como todo caballero inglés le besa el dorso de la mano.
- ¡Cuánto tiempo Robert! Melanie es un gusto, yo estoy muy bien y Ustedes.
-Muy bien muchacho, el tiempo nos ha tratado benévolamente.
Volvió a sonar el timbre de la casa, Eleonor con una sonrisa les dice. -Deber ella, está atrasada como siempre. Se encamina al recibidor para abrir la puerta y le comenta. Señorita creo que Usted está atrasada. La invitada soltó una carcajada y contesta. Solo un poco. La señorita Margaret ya se había acercado a Eleonor.
-Nana guarda por favor el abrigo de la Señorita, pasemos.
Cuando Karen entró a la sala y vio a Terry corrió a los brazos del joven, con mucha alegría le dijo.
- ¿Cuánto tiempo Terry? déjame verte, estás un poco más interesante. Le dijo la chica pícaramente al castaño
-a Terry no le extraño el proceder de Karen, ella siempre habla sin pelos en la lengua.
- ¡Karen Kleiss! tú sigues igualita, por ti los años no pasan, en cuanto a tu pregunta quieres decir más guapo, gallardo o tal vez más deseable o apetecible.
– La chica se sonrojo por lo último dicho por el castaño,
-este no tardó mucho en soltar una carcajada.
-Karen, Terry cuando se te quitara lo presumido. Fingió molestia e hizo un puchero.
-Disculpa Robert, señora. Melanie buenas noches, no todos los días veo a mi mejor amigo. –Sonrió la chica, entonces Terry dirigió su mirada hacia su madre, le comentó.
- Eleonor ahora entiendo cuando mencionaste que me sorprenderías esta noche y si de verdad, es una muy buena sorpresa.
Todo el grupo que encontraba en la sala, comenzaron una conversación muy agradable e intercambiaron ideas, luego de un tiempo llegó la hora de la cena, todos se dirigieron hacia el comedor que estaba preparado de manera muy reluciente para dicha ocasión, los alimentos se sirvieron, no faltó el brindis dando gracias a la anfitriona por haberlos reunido en una ocasión tan memorable e importante como esta, después de la cena esperaron la hora de la noche buena, el reloj marcó las doce de la noche, todos se dieron el abrazo de una feliz navidad, acto seguido intercambiaban regalos. Eleonor se acercó a Terry y le entrego una caja mediana no muy grande.
-Eleonor no te hubiera tomado la molestia.
-Hijo no todas las navidades te tengo a mi lado y no todos los días te puedo dar un presente ¡no lo vas abrir, ábrelo!
- ¿Qué es Eleonor?
-Solo lo sabrás cuando lo abras. río complacida, Terry abrió la caja cuando dejó caer un sobre, preguntó. ¿Qué es esto Eleonor?
- Velo por ti mismo, abre el sobre. –El joven colocó los ojos en blanco por la desesperación. Terry, abrió el sobre con el mayor cuidado, sacó el boleto, leyó que era para un crucero, él le dijo a su madre. --No Eleonor, no lo puedo acertar, te debió costar un ojo de la cara.
-Cariño por favor, tómalo como un regalo de cumpleaños o aún mejor por todos los cumpleaños que no te pude dar nada y ¡no me costó un ojo de la cara! ya que tengo mis dos bellos ojos en mi rostro. Ayudé a un viejo amigo a promocionar el crucero donde fui anfitriona y me dio dos boletos, tú embarcaras primero y yo te daré alcance después, pronto será tu cumpleaños.
-Madre, creo que te estas precipitando, no sabes si quiero ir.
-Vamos hijo, dime que lo pensaras, yo creo que te falta unas buenas vacaciones para que te desestreses y pienses con cabeza fría lo que quieres hacer, además el crucero sale de Nueva York y va haciendo paradas si te aburres cosa que no lo creo, puedes bajar en cualquier puerto.
-Está bien, lo pensaré y luego lo hablaremos. Vamos a terminar de atender a nuestros invitados no seamos maleducados.
-Si cariño, tienes razón. Le dio un beso en la mejilla, -
Terry le ofreció su brazo y se dirigieron hacia donde estaban sus invitados.
Ya muy entrada la noche casi al despuntar el alba los invitados se despidieron de sus anfitriones muy satisfechos por la hermosa velada. Terry y Eleonor subieron a sus habitaciones a descansar, cuando Terry entró a su habitación y cerró la puerta, se dirigió hacia el ventanal, lo abrió, la suave ventisca golpeaba su rostro, miró hacia el cielo y bien bajito dijo, ¡Feliz navidad pecosa! donde quieras que estés, con quien estés, ¡feliz navidad mi amor! -Sus palabras fueron dichas con mucho sentimiento al aire, como si este las fuera a llevar y susurrarle al oído de la pecosa.
Los días pasaron muy rápido, llegó el día de año nuevo, Eleanor tenía invitaciones para varias fiestas, pero una llamaba su atención, era en un lujoso hotel, pensó “sería buena idea, si se nos pasaban un poco las copas nos podían hospedar en el hotel” mientras un castaño estaba renuente a salir de casa ese día, Eleonor entusiasmada le decía Terry.
- ¿A cuál fiesta quieres ir hijo? tengo varias invitaciones.
-Madre, te importaría si te digo que me quiero quedar en casa, cenemos juntos y luego tú vas a tu fiesta.
–Eleonor lo observó con sorpresa, tenía que sacarlo de ese letargo de tristeza, entonces con voz firme le dijo.
-A no, eso sí que no señor, yo espere todo este tiempo para estar junto a mi hijo, pasar un año nuevo con él y ahora que estás aquí te quieres quedar en casa. No, no lo permitiré.
-Madre, por favor compréndeme, fue un año nuevo que la conocí y estas fiestas me traen muchos recuerdos, pienso que no seré buena compañía.
-Vamos anímate, eso fue en el pasado, ahora estamos en el presente, eres joven tienes que divertirte, te prometo que después del día tres de enero yo te ayudare a tener noticias de ella. Karen y los Hataway irán a la fiesta y otras personas que tú conoces también, cenemos juntos los dos y luego vamos a la fiesta, que te parece mi idea. --Le guiño un ojo. --Aahhh! Por si acaso nos pasamos de copas nos hospedamos en el hotel.
Terry la observó, solo suspiro y alzó las manos en señal de rendición. --¡Está bien madre, me rindo a ti nadie te gana!
Llegó la hora de la cena madre e hijo compartían los alimentos posteriormente luego de algunas de unas horas salían de su residencia a la fiesta de dicho hotel. Cuando llegaron en el recibidor encontraron a Karen y sus tres amigas, Karen presento a Eleonor y a Terry a sus amigas, hubo una que llamó la atención de Terry, la joven era rubia, su cabello ondulado, sus ojos verdes, pero de otro tono de verde esmeralda, definitivamente no era ella,” su cabello es rubio medio naranja y sus bucles bien rizados” pensaba él para sus adentros. Karen y sus amigas, fueron a los servicios higiénicos a retocar su maquillaje, cuando estuvieron a solas las tres chicas y Karen, le comentaron a la actriz.
-Karen de donde sacaste a ese adonis, ¡es un dios griego! esculpido con cincel, dinos no tiene más hermanos, primos igual a él. --Karen río y dijo. --Que yo sepa es hijo único, no sé si tiene primos y sí es un adonis, pero es mi amigo y muy querido, así que no se metan con él por favor.
Sus amigas le comentaron a la joven actriz. - Karen, como que su rostro se nos hace familiar.
Karen río pícaramente, les dijo, Ustedes creen. Les lanzo una mirada intimidante. Chicas, Terry es mi amigo y creo que esta pasado por un mal momento digamos que emocional, no hemos hablado mucho del tema porque no habido oportunidad, pero creo que tiene el corazón roto. Ahora si él quiere algo con alguna de ustedes, mucha suerte a la elegida. Karen rio, las chicas la miraron muy serias, no les gusto para nada lo que les había confiado Karen, las cuatro amigas se encaminaron hacia la fiesta.
Cuando entraron a la recepción encontraron a los Hathaway, se saludaron como es correspondiente Karen hizo las presentaciones de sus jóvenes amigas, Jazmín Watson, Claire Phillips e Inés Lawrence. Toda la noche el grupo de chicas bailaron, conocieron a más chicos, haciendo un grupo grande de baile.
Terry por su parte observaba al grupo que bailaba y no quitaba los ojos de la chica rubia, Karen se acercó a Terry sacándolo a bailar, a mitad de canción con un movimiento rápido cambio de pareja y dejó a Terry bailando con su amiga Inés, Karen reía por su osadía cometida, ya venía observando que los dos se lanzaban miradas, pero ninguno de los dos daba un paso, esos dos necesitan un empujoncito
-Terry le dijo a la joven rubia. Señorita Inés, verdad. Y continuaron bailando.
-Inés, si ese es mi nombre, La rubia se encontraba echa un manojo de nervios, no sabía qué decir y lo único que se le ocurrió en decir fue eso.
Cuando paró la música Inés le comentó al castaño. Parece que hace un poco de calor aquí adentro, no te parece.
-Terry de inmediato le preguntó. ¿Quieres salir a tomar un poco de aire a la terraza? Ella acepto su invitación y se encaminaron hacia el lugar, Terry abrió la puerta, pero cuando la cruzaron, la temperatura estaba baja, el frio calaba lo huesos, Terry le ofreció su saco a Inés, ella lo acepto ya que traía un vestido de color negro escotado, muy ceñido al cuerpo, desde donde estaban podían ver los jardines, todos blancos por la nieve ,por un momento Terry recordó a Candy White, miro a Inés, en ella vio a Candy se acercó a ella y la beso, cosa que ella no rechazo y aprovecho, abrió más la boca, él la exploro introduciendo su lengua, el beso era demandante, apasionado, sus manos recorrieron la espalda de la muchacha hasta llegar a su breve cintura, la apretó más hacia su cuerpo, cuando el aire les falto, se separaron, fueron esos instantes suficientes para que Terry recobrara la cordura.
- Terry, ¡Inés discúlpame! esto no debió suceder, pero me recordaste a otra persona, por favor perdóname no tengo cara para mirarte a los ojos. Inés con toda calma le expresó.
-Terry cálmate solo fue un beso, nadie nos va a obligar a casarnos.
– La chica soltó una risita enigmática. Tú y yo lo disfrutamos, fue maravilloso, el mejor que me han dado, decía la chica con miraba divertida, el joven seguía tratando de excusarse por su acción.
-Sí, pero eres amiga de Karen, yo estaba pensando en… Esa oración no la completo por no hacerle daño a Inés, en su cabeza solo escucho sus palabras “estaba pensando en Candy White.’’
-La joven lo vio muy pensativo, para sacarlo de su letargo, le tomó las manos, le mostró la mejor sonrisa que tenía y le expresó.
-Está bien, de verdad no te preocupes, creo te entiendo, ven volvamos a dentro.
Cuando estuvieron dentro del salón, Inés le regreso su saco a Terry, la llevó con su grupo de amigas, muy educado se despidió de ellas, salió furioso del lugar por lo que había sucedido. Pensó muy seriamente en la propuesta de Eleonor ‘’las vacaciones en el crucero” .Una mañana cuando se disponía a tomar el té, el mayordomo le hizo entrega del periódico, comenzó a buscar en la sección de sociales, había un anuncio que le llamó la atención, con foto incluida que decía ‘’Millonaria heredera y sus niños’’ era una nota de una entrevista echa a Candy, puntualizaba que la dama ayudaba a una casa hogar llamada “El hogar de Pony”, que se encontraba ubicada cerca de la ciudad de Chicago además, realizaba recaudaciones para niños con cáncer, Candy salía en la foto con niño en brazos recién nacido y otros tres niños, Terry al ver esa foto no termino de leer la nota, en un impulso de rabia y de celos destrozó el periódico, busco a Eleonor , al verla sin más le comunicó su decisión.
-Voy a subir a ese crucero, me divertiré y arrancaré a Candy White de mi corazón y de mi vida para siempre.
–Eleonor al ver el estado de su hijo se inquietó demasiado. Hijo ¿qué pasa? siento que tu decisión es demasiado precipitada, ¿te llevaron el diario verdad? ¿Lo qué leíste qué te llevó a tomar esa decisión?
-Terry contestó a su madre con un tono de voz cargado de tristeza. No leí la nota Eleonor, solo vi el encabezado y la fotografía de ella, seguro que hablaba de sus hijos y de su bella familia, solo hice añicos la hoja del periódico…para que saber, para qué hacerme más daño, ella es feliz y eso es lo que cuenta, yo le pedí un día que buscará su felicidad y así lo hizo. Me olvido muy rápido con otro, me descarto como zapatos viejos. Una lágrima solitaria rodó por su mejilla, que rápidamente limpio para que su madre no la viera.
-Hijo, creo que estás dramatizando un poco no creo que Candy te haya olvidado, debes de entender que tenía que continuar con su vida, tú sabes que el tiempo no se detiene para nadie. Candy es una mujer muy bella, adiciónale que proviene de una de las familias más adineradas del país y creo que pretendientes no le deben haber faltado.
-Terry masculló una serie de improperios que Eleonor no alcanzo a oír, no lo quiso importunar más, solo le pregunto.
-Hijo, ¿Cuándo te embarcaras?
–En la fecha estipulada en el boleto.
- Hijo, la fecha es el día quince de enero, te das cuenta que ¿pasarás solo tu cumpleaños?
-Sí madre, necesito estar muy lejos de aquí, colocar mis pensamientos en orden, estando aquí, teniendo noticias de ella no podré pensar.
-Terry ¿porque no la buscas y hablas con ella? te quitas de una buena vez ese peso de encima, solo ella te podrá decir todo lo que quieres saber.
–No madre, ¡ya para que! me queda clarísimo que ella es feliz. Decía el joven con tono fatalista. -Embarcare el día quince de enero, pasaré mi cumpleaños solo, qué más da. Madre, ¿cuándo me darás el alcancé?
-No lo sé hijo, espero terminar pronto con todos los compromisos que tengo pendientes. Me llamarás todas las noches y me darás tu ubicación, de esa manera sabré donde está anclado el crucero, para poder embarcarme, ¿te parece bien?
-Está bien, me reportare todos los días, solo porque no quiero que tardes mucho en reunirte conmigo. Rio de medio lado.
–Terry, te quedan cinco días para hacer las compras necesarias para tu viaje y hagas tus maletas. –El joven castaño la observó con inquietud preguntando.
- ¿Iré de compras?
-Sí, yo te acompaño.
- Está bien. – Contestó sin ganas Terry, no le quedaba más remedio que complacer a su madre, a lo que le hizo un puchero.
CHICAGO
En la mansión de los Andrew, una joven rubia de ojos verdes se encontraba en su habitación haciendo sus maletas para su viaje en el crucero en compañía de su mejor amiga Annie, la pelinegra le decía a Candy.
- No señorita Andrew, eso no combina con nada, entiende que debes de verte espectacular.
-Annie, hemos comprado toda una tienda, ya tengo dos maletas hechas y ¿quieres que lleves más ropa? --Annie con sorna le contestó.
-Nunca es suficiente Candy, debes ser precavida, llevando Ropa de noche, de playa, ropa casual y sobre todo ropa elegante, he escuchado decir que hacen muchos bailes en los cruceros.
Candy resoplo, la miro con cara de fastidio. Tú gana Annie, me rindo. Alzó las manos mostrando su derrota, se dejó caer en la cama rendida por las exigencias de su amiga, algún tiempo después terminaron de hacer las maletas.
El día que Candy tenía que viajar a Nueva York llegó, fueron a despedirla al aeropuerto, Annie lloraba a mares, Archie abrazaba a Candy diciéndole que se cuidara, que hiciera una video llamada o tal vez un mensaje para que los tuviera al tanto de como se la estaba pasando, la tía abuela por su parte no aceptaba que Candy viajara sola y mucho menos que se fuera de vacaciones en el crucero, pero en fin William ha decidido eso.
Albert comprendía la inquietud de la anciana, sabía que el mundo giraba vertiginosamente, peligros donde quiera había para todo mundo, pero debía confiar que todo estaría bien, anteriormente se cercioro de que tan seguro sería el viaje para una mujer joven soltera, investigo e indago y llegó a la conclusión de que era seguro al cien por ciento, la tecnología que existía actualmente era una buena herramienta para estar en contacto en cualquier parte del mundo.
-Tía Elroy, Candy va por quince días, va a regresar sana y salva, nada le va a pasar, además tengo una aplicación en el celular que me mostrará la ubicación del crucero cuando haga falta, relájate todo estará bien, si quieres saber de ella enlazamos una video llamada y podrán platica un rato. –Sin más Albert se dirigió a la rubia.
-Candy es la hora de partir, sino pasamos a la sala de abordaje perderemos el vuelo y perderás el crucero, vamos.
La rubia se apresuró a despedirse de sus seres queridos, con una sonrisa radiante en su rostro, llevaba la convicción de que se divertiría a lo grande en ese crucero.
CONTINUARA…….
Estimado lector gracias por tu visita, espero haya sido de tu agrado
DEFENSORA DE TODOS, AMANTE DE UNO