Buenas tardes mis lindas combatientes,
les presento esta bella historia.
Comenzamos
DISCLEIMER: LOS PERSONAJES
DE LA HISTORIA DE CANDY CANDY,
NO ME PERTENECEN,
ESTA HISTORIA FUE CREADA
SOLO POR DIVERSIÓN Y SIN FINES DE LUCRO.
AUTOR: MÍA GRANCHESTER.
AMOR EN UN CRUCERO
REENCUENTRO.
Candy escucha a lo lejos unos golpes en la puerta, sus ojos no se quieren abrir, está muy cansada, su habitación se encuentra en penumbra, sabe que tiene que levantarse, “que hora será” pensó, lentamente se sienta en el borde de la cama aun con los ojos cerrados, se dirige a abrir las cortinas de su ventana, los rayos de sol entran en todo su esplendor, Candy estira todo su cuerpo, un sonoro bostezo sale de su boca, sus ojos se abren lentamente para apreciar la magnífica vista del mar en calma, su vista se dirige al reloj que se encuentra enmarcado en un cuadro en una de las paredes de su habitación, sus ojos se salen casi de sus órbitas al ver la hora.
-Dios las dos de la tarde, dormí más de lo normal, tengo que alistarme para comer algo y regresar para arreglarme para esta noche. Recordó que habían tocado la puerta, se dirigió hacia ella, en el piso estaba un sobre.
-Qué extraño, quien lo abra dejado. ---En el frente decía Candice White Andrew, la rubia lo abrió sin prisa aun bostezando, “hola amiga me imagine que seguías durmiendo, te dejo las indicaciones para esta noche, no te preocupes se tu misma, una chica normal, tal vez por ahí no veamos, y como me imagino que debes estar hambrienta dentro de una hora te llevaran el servicio de la comida a tu suite, Siara”. A continuación decía, puedes asistir con la ropa que sea de tu agrado, tu arreglo debe de ser magnífico porque eres una de las invitadas especiales, la noche será desenfrenada así que tienes permitido todo, no puedes asistir con ningún masculino ya que tienes pareja, recuerda hacer lo que se te indica en la puerta de acceso al lugar, se amable y respetuoso con la persona que te atienda, la diversión es garantizada ya que contaremos con un cantante del momento su identidad se mantiene en secreto y un DJ, no se te olvide llevar tu antifaz,¡ te esperamos!.
-Dios, creo que la noche va a ser inolvidable tengo que apurarme, quiero verme hermosa y sí Siara tienes razón estoy famélica pero mientras llega el servicio, me iré a bañar. --Se dijo a sí misma la rubia.
Mientras tanto Terrence recibía una visita en su suite que no era de su agrado, el joven le tendió la mano para saludar a Terrence. –Hola mi nombre es Christopher Smith me recuerdas representante de….
Terry tomándole la mano para corresponder a su saludo lo interrumpió. –Sí, eres representante de ACNUR. –Le hizo un ademán para que pasara a la suite.
-Dime en que te puedo servir.
-Vine a darte algunas indicaciones para hoy en la noche.
-Bien ¿cuáles son?. –Le dice Terry con tono indiferente, el chico rubio le entrega un sobre.
-Léelas sin prisa, si tienes alguna duda, te las aclaro ahora. –Terry no le contesto, solo mueve su cabeza de forma afirmativa, abre el sobre, desliza la hoja que viene dentro y comienza a leer, “ Hoy será una noche espectacular se tú mismo, un chico normal, puedes asistir con la ropa que sea de tu agrado, tu arreglo debe de ser magnífico porque eres uno de los invitados especiales, la noche será desenfrenada, así que tienes permitido todo, no puedes asistir con ninguna fémina ya que tienes pareja, recuerda hacer lo que se te indica en la puerta de acceso al lugar, se amable y respetuoso con la persona que te atienda, la diversión está garantizada ya que contaremos con un cantante del momento, su identidad se mantiene en secreto además de un DJ, no se te olvide llevar tu antifaz, ¡te esperamos!.
-Todo me parece bien, ¿me puedes hacer un favor? –Terry mira fijamente al chico rubio a los ojos. -Necesito que me consigas un ramo de Narcisos amarillos y un ramo de rosas blancas.
-No hay problema, debe de haber en las bodegas del crucero, para cuando las necesitas.
-Las rosas para dentro de una hora y los narcisos antes del evento del club.
-Muy bien, ahora te mando las rosas con algún mozo, los narcisos te los entregarán a la entrada del club.
-Eres muy eficiente, ¿cómo me dijiste que te llamas?
- Christopher Smith, pero me puedes llamar Chris.
-Muchas gracias, Chris, no sabes cuánto aprecio tu ayuda y dime… viajaras en el crucero hasta el final del viaje. –Terrence lo interroga sutilmente para sacar la información que necesita.
-¿Cómo me dijiste que te llamas? – Terry solo volteo los ojos en señal de fastidio, resulta ahora que él sería el interrogado, solo esto le faltaba, el chico rubio lo miró fijamente escudriñando su rostro. – ¡Oye!, yo te conozco, tú eres Terrence Granchester el famoso actor de Broadway.
-Vaya sí que eres observador. –Le contestó con sarcasmo el castaño.
-Esto es grandioso, te imaginas cuando se descubra quien está detrás del antifaz. --Le decía Chris moviendo las manos con emoción y caminando de un lado a otro por la sala donde se encontraban. –Sera magnifico para la organización a la que pertenezco, será buena publicidad para ambos.
-Tranquilo, se te va a quemar el cerebro de tanto que tienes en mente. —Le dijo con sorna Terry al rubio. –Ya hablaremos después de eso, hoy solo quiero gozar la noche, pasarla bien con mi novia.
-¿Tu novia? No entiendo, se supone que iras con la chica que es Julieta.
-Exacto, ella es mi novia.
-¿La conocías de antes? --Seguía insistiendo el rubio.
-Ya deja la preguntadera, me estas exasperando. Ahora el que pregunta soy yo… ¿Cuánto tiempo estarás en el crucero?
-Aun no lo sé, creo que depende de las circunstancias y de una chica que me encanta y que está a bordo.
-De una chica, ¿Quién es? --La voz de Terry salió gélida, su mirada no lo pierde de vista, sus entrañas se revuelven al pensar que puede ser la pecosa.
-No creo que la conozcas, pertenece a una de las familias más acaudaladas de Chicago.
-Conozco a muchas personas acaudaladas del país y de Inglaterra, no te quepa la menor duda y déjate ya de rodeos, ¿cómo se llama la chica?
El rubio lo observa sorprendido por la sequedad de sus palabras. –Candice White Andrew. –Contestó de lo más natural. –Hija del millonario William Albert Andrew ¿los conoces? –El joven castaño sonríe de lado, está que hierve de rabia, como buen actor, su rostro parece una máscara llena de indiferencia.
-Claro, conozco a cada uno de ellos, sabes… soy como parte de la familia.
-¡En serio! Nunca te he visto en las reuniones que organizan la familia Andrew.
-Cuando asisto soy demasiado discreto. –Mintió el castaño. -Pero dime ¿aún no has visto a Candice? --Quiso saber Terry.
-Con esto de los eventos que ACNUR organizó, me ha sido imposible buscarla, Candice no sabe que estoy a bordo, se sorprenderá cuando me vea.
-¡No me digas!, bueno creo que ya es tarde y tienes muchas cosas que hacer, supongo. –De manera amable con una sonrisa fingida en su rostro, Terry le indicó la salida. –Nos vemos en un rato Chris y por favor que no se te olvide mi pedido.
-De ninguna manera Terrence, quedamos en lo dicho, hasta el rato.
Cerro la puerta de la suite muy despacio “me lleva este tarado está interesado en Candy, pero que esperabas Terrence tener el camino libre” pensó el castaño, se escuchó una estruendosa risa, por la suite hablo en voz alta para si mismo.
-Maldita sea, porque ahora, ¿Por qué?... Pero esta vez no me voy a rendir, nada me lo va a impedir que ella sea mía y de nadie más. –Avanzó hacia el baño para tomar una ducha y relajarse, tenía que pensar que iba a hacer cuando se encontrara con Candy y ella se diera cuenta quien era, sentía miedo de un nuevo rechazo, pero aun cuando este llegara no se la pondría fácil a Candy, esta vez no se desharía de él tan fácilmente.
Candy se encontraba frente al espejo, observándose, frunció el ceño. --Esta lencería me encanta, es tan suave, que siento como si no trajera nada puesto. – su sujetador era estraples de espalda descubierta a juego con unas bragas de cintura alta estilo cachetero, se iba a colocar el vestido, pero en ese momento se oyeron unos suaves golpes en la puerta.
--Servicio señorita Andrew.
-¡Comida! -- Dijo Candy emocionada, de inmediato se colocó el albornoz que tenía sobre la cama, abrió la puerta, encontró a un joven con una bandeja llena de comida. -¡Muchas gracias!, entre por favor y colóquelo en la mesita por favor.
-Un placer señorita, con permiso. ---El joven se retiró de la suite, cuando se disponía a disfrutar de sus alimentos, volvieron a tocar la puerta. -¿Quién será? Se me va a enfriar mi comida. –Sin demora se aproximó a abrir la puerta, quedo sorprendida al ver a una joven con un ramo hermoso de rosas blancas, en las manos.
-Señorita Andrew, esto es para usted. –La joven extiende el ramo junto con un sobre blanco.
-Muchas gracias, sabe ¿Quién las manda?
-Lo siento señorita, pero no lo sé, debe de ser un admirador suyo, con permiso.
Sin más la chica se retira del lugar dejando detrás de si a una Candy intrigada y sorprendida, la rubia entró en su habitación y colocó las flores en un florero, toma el sobre y lo abre, saca la misiva. “Espero que hayas descansado mi querida Julieta, más bien mi querida novia Candice, la noche del baile ha sido una de las mejores de mi vida, espero que también para ti, recuerda que tenemos una cita dentro de unas horas, te garantizo será una noche inolvidable para ambos, como mi primer presente te envié un ramo de rosas blancas esplendidas, que palidecen con tu belleza, colócalas en tu habitación para que cuando las veas, te acuerdes de mí, tú Romeo.
Yo aún te siento a mi lado, tú aroma tan encantador y el sabor de tus labios los llevo gravados en mi mente, ardo en deseos de tenerte nuevamente entre mis brazos. Las horas se me hacen eternas, pero soportaré esta espera, te veo en el Club no llegues tarde por favor, yo te encontraré dentro, ROMEO.
-¿Cómo sabe que me gustan las rosas blancas? Este chico está un poco loco, pero es un loco adorable, no conozco su rostro, pero me gusta mucho, ni si quiera sé su nombre, pero dentro de poco sabré todo de él, tengo que darme prisa mi comida se enfría.
Después de unas horas Terrence ya está listo, se coloca la máscara y sale de su suite, se dirige rumbo al club, las personas que quieren entrar están formadas, pero un grandulón lo divisa y lo invita a que se adelante, una joven con una gran sonrisa lo recibe y se pone frente a él con una pequeña bandeja, con dos cloches sobre ella.
-Buenas noches, sea usted bienvenido al Club Salón Spinakker, en esta bandeja hay dos tragos sorpresa, el cual debe tomarlo de una sola vez ¿Cuál de los dos prefiere?
-Buenas noches, que te parece el de la derecha. La chica descubre la bebida y le comenta al castaño.
-Buena elección señor.
Terry, toma el vaso riedel con un líquido ambarino, lo lleva hacia su nariz, percibe los aromas frescos de miel y frutos, lo bebe y lo deja unos segundos en su boca sintiendo la presencia de vainilla y humos refinados, al tomarlo por completo nota los sabores a durazno blanco y oleadas de miel. – ¡Exquisito whisky!
-Uno de los mejores del mundo señor, Aberfeldy de 21 años, escocés. Si me permite. --La joven da paso a una chica mulata que le hace entrega de lindo buqué de Narcisos amarillos y con voz melosa se dirige a Terrence. –Buenas noches, el joven Chris me encargó que le entregara este buque de narcisos en cuanto usted llegara.
-Muchas gracias, es muy amable, ¿sabe usted si mi acompañante ya está dentro?
-Aun no llega señor, quiere que le de algún recado.
-No, ninguno, si pregunta por mí, dígale que no he llegado, quiero sorprenderla. –Vaciló un momento. –Espere… le puede entregar el buqué de Narcisos a ella cuando llegue por favor, no le diga quien se los manda –Sin prisa Terrence saca del buque tres narcisos. –Gracias.
-De nada, pase por favor.
Terrence se adentra al lugar, las personas que están dentro ya se encuentran dispersas por la pista, algunas en la barra y otra tantas en las pequeñas mesas, la música suena por todo lo alto, las luces cambian de intensidad de colores, sus ojos se mueven de un lado a otro hasta que divisa una mesa vacía, un poco alejada de todas las demás con toda calma se dirige a ella, deposita el buque de narcisos, un chico se acerca a él.
-Señor, ¿le puedo ofrecer algo?
-Un whisky por favor. – Le dice Terrence al joven, se siente nervioso al ver que la rubia no aparece “Espero que Candy no tarde mucho en llegar” pensó Terrence.
Mientras tanto Candy ya lista, con su máscara puesta se aproxima a la entrada del club, el mismo.
hombre alto que momentos antes divisó a Terrence, la vio venir, con grandes zancadas el grandulón
llego hasta Candice, la llevo a la entrada, un joven alto muy apuesto la recibió con una bandeja, con
dos cloches sobre ella.
-Buenas noches señorita, bienvenida al Club Salón Spinakker, en esta bandeja hay dos tragos sorpresa, el cual debe tomarlo de una sola vez ¿Cuál de los dos prefiere?
Candy le dedica una gran sonrisa al joven. --Que te parece si tomo los dos, hoy quiero divertirme.
-¿Esta segura señorita?
-Completamente segura, vamos destapa los dos tragos. –El joven solo asienta con una sonrisa dibujada en su rostro, quita los cloches de encima de los tragos, observa uno y otro, toma primero el de la derecha, lo lleva hacia su boca.
-Hasta el fondo. –Cuando el líquido pasa por su garganta de la rubia, lo siente caliente y suave. –No me diga, este es tequila.
-Así es señorita, es tequila 1800 Milenio, extra añejo con un balance natural y extrema suavidad.
-No es fuerte y sabe cómo a miel. Me gustó, ahí de este tequila haya dentro.
-Si señorita, usted y su acompañante pueden tomar lo que quieran, es cortesía de la casa.
-Muy bien entonces deme el otro trago porque ya quiero entrar. –Sin decir más Candy agarró el otro vaso y se lo tomó de un solo hilo, al terminarlo solo carraspeo un poco. -Este es más fuerte, es…
-Es whisky señorita, Aberfeldy de 21 años escocés.
-De verdad escocés, este le encantara a Alberth. –En ese mismo instante se acercó la chica mulata a Candy.
-Buenas noches, señorita, bienvenida. –En ese instante le entrega el buqué de narcisos.
-Que hermosos narcisos, ¿Quién los manda?
-No lo sé señorita, solo me dieron la orden que los entregara. –Contesta muy cortésmente la mulata a Candy. La sonrisa de la rubia se extiende de oreja a oreja. –Diviértase mucho, adelante. –Sin más la rubia entra en el lugar.
Ensimismado en sus pensamientos Terrence observa los tres narcisos que tiene en su mano , su mirada se desplaza hacia el frente, ve a una chica enfundada en un entallado vestido negro, su silueta se marca de manera armoniosa, sobresalta todos sus atributos, la chica se gira y queda de espaldas hacia él, puede apreciar en todo su esplendor su espalda hasta la cintura que es cubierta por una fina trasparencia, su melena está sujeta en una sencilla cola de caballo, se pone de pie y llega rápidamente a la chica, se coloca detrás de ella sin que se dé cuenta, le roza el cuello sutilmente con los narcisos ,le habla de una manera muy sensual, casi en un susurro muy cerca de su oído.
-Buenas noches, mi querida novia Candice. --En ese momento Terrence la toma por los hombros y la atrae hacia él.
La joven rubia al sentir el rose de algo suave en su cuello, da un pequeño brinquito, quiso voltear de inmediato, pero una voz sexy cerca de su oído la hiso detenerse, sorprendida por la cercanía de sus cuerpos, comienza a sentir un escalofrió que la recorre completa, las manos del joven queman sobre sus hombros, lentamente Terrence la gira, quedan frente a frente, el espacio entre sus rostros es poco, solo el espacio que demandan las máscaras que llevan puestas, se miran a los ojos, sin previo aviso Terry acerca sus labios a los de Candy, bebe de su miel muy lentamente, ella se abre a su pedido, suave, sin prisa disfrutando del momento, las manos de Terrence viajan por su espalda hasta posarse en su cintura rodeándola completa, por su parte Candice lleva sus brazos hasta su cuello, su mano viaja hasta su melena castaña que ahora la lleva suelta, con el juego de las luces del lugar, su cabello luce de color obscuro, Candy siente la suavidad de su pelo en sus manos, al separarse sus miradas se cruzan, la sonrisa de Candy aflora entre sus labios. Terrence pone cerca de su pequeña nariz que apenas asoma por la máscara, los tres narcisos que tiene en su mano, ella los recibe con mucho agrado, ahora ya sabe quién le envió los narcisos, lo que le da una gran alegría, le vuelve a hablar cerca del oído.
-Bienvenida, te esperaba con ansia.
-Gracias, pero no me esperaba este recibimiento.
-Eso no es nada, ya verás nos la pasaremos en grande, por lo pronto acompáñame. —La toma de la mano y la dirige a la pista, se tropieza con el mesero que lleva su bebida, le dice al chico que quiere otro trago igual,Terry le pide a Candy que deje en la mesa el buque de narcisos, la música suena fuerte, sus cuerpos se acoplan para bailar al ritmo que les impone las melodías después de un rato se escucha una canción lenta, Terry toma a Candy de la cintura, sus cuerpos se mesen lentamente.
Esto va por los que quedamos
Brindis por el deseo que fuiste y ya no eres
Porque las copas no traen todos los recuerdos
De todo lo que hemos pasado.
Un brindis por los que quedamos
Un brindis por los que hemos perdido en el camino
Porque las copas nos traen todos los recuerdosY los recuerdos traen recuerdos, te traen a ti.
Terry comenzó a cantarle al oído la canción a la rubia, decía cosas con las que sentía identificado, que aún le dolían, pero nada importaba, ella estaba a su lado y por hoy él era hombre más feliz sobre la faz de la tierra.
Hay un tiempo que recuerdo
Cuando no conocía el miedo
Cuando creia en la eternidad
Y que todo seguía igual
Y ahora mi corazón esta como en diciembre
Cuando alguien decía tu nombre
Porque no puedo llamarte
Porque sé que lo hare algún día.
Al escucharlo cantar Candy no pudo evitar levantar su mirada, observarlo como salían de su boca las palabras con tanto sentimiento, su corazón sintió dolor, no se explicaba el porqué de este sentimiento, había algo que le causaba mucha emoción, pero tampoco entendía porque. “Sera que mi corazón empieza a sanar y tengo una nueva oportunidad con este chico” pensó la rubia.
Hay un tiempo que recuerdo
Cuando me sentía tan perdido
Cuando sentía todo el odio
Era demasiado para poder pararlo
Ahora tengo en el corazón como una braza
Iluminando la obscuridad
Llevare estas antorchas por ti
Para que sepas que no me rendiré
Si los recuerdos traen recuerdos
Te traen a ti.
Sigue el tono de la canción, Terry le sonríe a Candy, está fascinado de tenerla tan cerca, de poder estrecharla, besarla. Cuando la melodía llega a su fin el castaño le dice a la rubia.
-¿Quieres tomar algo?
-Sí por favor.
-Ven vamos a la mesa, nuestras bebidas están ahí. –Al llegar a la mesa ven unas copas y una botella de champagne, al lado unos vasos con whisky.
-¿Que tomamos primero? –Le cuestiona la rubia al castaño.
-Creo que no es buena idea Candice, decide una o la otra.
-Las dos, cual es el problema, no pasa nada. –Agarró el vaso de whisky y se lo tomó de un solo trajo. –Vas tú, que esperas, vamos. ---Apuro la rubia al castaño, No le quedó otro remedio que tomar el whisky. “tengo que ser cauteloso, no quiero que la pecosa se le suban las copas, no es bueno” pensó.
-Despacio, no hay prisa recuerda que la noche es joven, ven vamos a bailar.
Así siguieron unas horas más, los acercamientos de sus cuerpos eran inevitables, los besos subían de tono, comenzaba a avivarse el fuego entre ellos, todo iba viento en popa, pero había un detalle que se le había pasado a Terrence, el momento de dar a conocer sus identidades.
Una voz interrumpió la música, todas las miradas se giraron hacia el lugar donde provenía la voz, una luz iluminó la silueta de Siara, Terrence comenzó a sentir un escalofrió que recorrían todo su cuerpo, el momento había llegado, no sabía cuál sería la reacción de Candy al verlo ahí. Candy al ver a Siara sabía que por fin conocería al chico del antifaz, Romeo.
-Buenas noches, espero que la velada haya cubierto sus expectativas y que se estén divirtiendo. –Se escucharon algunos aplausos y silbidos en todo el club, señal que las personas la estaban pasando bien. -Creo que ya es hora, demos paso a nuestros invitados de honor, Romeo y Julieta, ¿dónde están? Vengan chicos su público los aclama.
Se escucharon los aplausos se las personas ahí congregadas, Terrence con los nervios de punta, toma a Candy de la mano y la guía hasta el lugar donde se encuentra Siara, la joven los saluda con mucho afecto especialmente a Candy, se colocan junto a ella.
-Como sabrán estos dos jóvenes, la noche anterior portaban los disfraces de Romeo y Julieta, fueron seleccionados por medio de una votación, como ganadores del evento y fueron invitados esta noche para que disfrutaran de su triunfo, esta noche revelaran su identidad ante todos ustedes, pero antes quiero hacerle una proposición a ambos, ustedes y sus atuendos han tenido mucho éxito. –Terry y Candy se miran extrañados no entendiendo lo que dice Siara. --Las redes sociales que maneja nuestra asociación le ha dado publicidad al evento del baile a nivel internacional, muchas personas están a la expectativa, quieren conocer sus identidades, además si ustedes dan su consentimiento de donar sus trajes, estos serán subastados, todo lo que se recaude será canalizado a la asociación, que dicen chicos quieren contribuir con nuestra causa. –Les decía Siara muy entusiasmada a los dos jóvenes.
-Para una causa como esta, claro que sí, dono con mucho gusto mi traje de Julieta.
-Yo igual, dono con mucho gusto el traje de Romeo. –Afirmo el castaño.
-Han escuchado, los dos jóvenes han accedido a donar sus trajes, démosle un aplauso. –Candy y Terry se sentían satisfechos de poder contribuir con un granito de arena a una causa tan noble como era ayudar a los más necesitados.
-Ahora les pedimos que se coloquen uno frente al otro, al mismo tiempo, Julieta le quitará la máscara a Romeo y viceversa, cuando estén libres sus rostros se giraran para que las personas aquí reunidas, los conozcan. A Terrence se le había secado la boca, las manos le temblaban “tengo que ser fuerte, voy a luchar con uñas y dientes por nuestro amor” pensó.
Los jóvenes se giraron, sus miradas se cruzaron, Candy no podía dejar de sonreír, al fin conocería el rostro del hombre que hacía que su corazón se acelerara de solo sentir su presencia.
Las manos de Terry tomaron con cuidado la máscara de Candice, con lentitud la retiró de su rostro, al mismo tiempo Candice hacia lo mismo con Terrence, la sonrisa del rostro de Candy se borró al ver el rostro detrás de la máscara de Romeo.
-¡Terry! Eres tú, pero no lo entiendo ¿Qué haces aquí?
-Sí mi pecosa, soy yo. –Terry no le dio tiempo a Candy de reaccionar, le dio un casto beso en los labios y la atrajo hacia sí, la encerró en un fuerte abrazo. El comentario que hizo Siara, los saco de su burbuja, tomados de las manos se giraron hacia todas las personas. Candy seguía sorprendida no podía articular palabra alguna, solo podía ver de reojo a Terry, quería que le soltara la mano, pero el agarre del él se sentía cada vez más fuerte cuando ella quería soltarse. Terrence muy discretamente se acercó a ella y le murmuro al oído.
-¡Ni lo intentes Candy! esta vez, no te dejare ir. –Le dijo el castaño a la rubia con toda la resolución del mundo. –Mientras tanto Siara con mucho orgullo hacia el anuncio de sus identidades.
-Señoras y señores, les presento a la señorita Candice White Andrew y al señor Terrence Granchester, les pedimos por favor un fuerte aplauso para nuestra pareja y les hacemos la invitación para que pasen a la pista, nuestro cantante sorpresa interpretará una canción de su autoría especialmente para ustedes.
Los murmullos y los gritos de las jovencitas ahí presentes se comenzaron a escuchar, alguien mencionó. –Terrence Granchester el famoso actor de Hollywood. --Alguien más dijo. -Es la joven millonaria, heredera del clan Andrew. Los dos jóvenes hicieron oídos sordos ante todos los comentarios, se dirigieron a la pista y comenzaron a sonar los acordes de una guitarra, una linda balada cantada por uno de los cantantes más populares del momento.
Creo en tu amor para mí
Querida, solo lánzate de cabeza y sígueme
Bueno, encontré una chica hermosa y dulce
Oh, nunca pensé que tú eras
Ese “alguien” esperándome
Porque éramos solo unos niños
Cuando nos enamoramos
Sin saber lo que era
Esta vez no renunciare a ti
Pero cariño, solo bésame lentamente
Tu corazón es todo lo que poseo
Y en tus ojos, tú tienes el mío
Cariño, estoy bailando en la obscuridad
Contigo entre mis brazos
Descalzos sobre la hierba.
La sorpresa del público en general era mayúscula, todos aplaudían al escuchar la canción, los gritos continuaban, Candice y Terrence bailaban mirándose a los ojos, diciéndose tantas cosas en silencio.
Bueno, encontré una mujer
Más fuerte que nadie a quien conozca
Ella comparte mis sueños
Espero algún día compartir su hogar
Encontré un amor
Para llevar más que solo mis secretos
Para llevar amor, para llevar a nuestro hijos
Aun somos unos niños, estamos tan enamorados
Luchando contra todo pronostico
Sé que esta vez estaremos bien
Cariño, solo toma mi mano
Se mi chica, y yo seré tu hombre
Veo mi futuro en tus ojos
Cariño, estoy bailando en la obscuridad.
Candy veía a Terry a los ojos estaba hipnotizada por esa mirada tan azul, los recuerdos se agolparon en la mente de Candy, sus ojos comenzaron a anegarse de agua, una lágrima solitaria recorrió su mejilla, Terrence la atrapó con uno de sus dedos.
-No pecosa, no llores, por favor, me rompes el alma.
-¡Terry! Tenemos que hablar ¿lo sabes verdad?
-Eso puede esperar, solo por esta noche déjame disfrutar de tu compañía, ¡por favor!
-Está bien, solo por esta noche.
CONTINUARÁ…….
agradecimientos:
Para mis amigas
Cristina e Isabel
en la elaboración del fic
Espero que la lectura haya sido de su agrado
.
Seguimos en la lucha.
Defensora de todos
Amante de uno.