VACACIONES EN ALTAMAR UN AMOR EN UN CRUCERO.
CAPITULO VII:CONFESIONES
AUTOR DEL CAPITULO VII: PITU GRANCHESTER
DISCLEIMER: LOS PERSONAJES DE LA HISTORIA DE CANDY CANDY, NO ME PERTENECEN, ESTA HISTORIA FUE CREADA SOLO POR DIVERSIÓN Y SIN FINES DE LUCRO.
Candy se encontraba recostada sobre las mullidas almohadas de su cama y con su mirada absorta sobre la máscara de Romeo que sostenía en sus manos, una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar los acontecimientos de las últimas horas.
Flashback
El baile terminó y Terry la llevo galantemente hasta la mesa que les habían designado, un lugar un poco apartado cerca a uno de los ventanales que daba a la terraza del salón, en la mesa se podía observar las 3 flores de narcisos con las que Terrence le había abordado cuando ingresó, estas junto a un pequeño arreglo de cristal con un vela al centro, le daban un toque romántico que emociono el corazón de Candy. Se sentaron y sus miradas se encontraron nuevamente, esmeraldas y zafiros con un brillo intenso. La mano de Terry se deslizo sobre la suya y suavemente enlazo sus dedos sin dejar de mirarla, un suspiro broto de sus labios para decirle con voz ronca
- ¡Eres tan hermosa! Estas más bella aún de lo que te recordaba y eso que siempre te he tenido presente mi tarzan pecoso. No ha habido día ni hora en que aún contra mi voluntad, te haya podido apartar de mis pensamientos.
Candy iba a hablarle, pero el sello sus labios suavemente con un beso.
- Hoy no, No hablaremos eres mi novia y ¡esta noche es nuestra!
- Será complacido por hoy, mi querido Romeo. -Y no pudo evitar su luminosa sonrisa Candy.
Esa sonrisa que enloquecía a Terrence, esos hoyuelos que se le formaban y que él deseaba comerse a besos, sus verdes esmeraldas, sus cabellos dorados y esos rizos que tanto amaba enredar y desenredar en sus dedos, pero sobre todo sentir su calidez y saberla solo para él hacían que tema perder su autocontrol en cualquier momento, por suerte para él, a su espalda escucho una voz.
Un joven de no más de 20 años, vestido pulcramente con el uniforme blanco de asistente de mesa y notoriamente nervioso por estar frente al famoso actor y su bella acompañante les dijo:
- Buenas noches, mi nombre es Ryan y seré la persona encargada de atenderlos por esta noche, realmente es un placer para mi estar a disposición de la pareja más encantadora y enamora de la velada.
Los rubores subieron a las mejillas de Candy, dándole un tono tan encantador que Terry no pudo dejar de admirarla y pensar que ella seguía siendo “su dulce Candy”
- Este es el menú compuesto de una entrada, plato fuerte y postre a elección. Si me permiten una sugerencia: Como entrada Foie Gras de Pato en bloque, confitado de naranja y apio con mini baguette tostado. Para el plato de fondo nada mejor que laSuprema de ave amarilla, fondant y champiñones con ostras, patatas acompañadas con una salsa al vino tinto.Y cerrar esta gran cena nada más que con el espectacular Ganache de chocolate amargo como nuestro postre estrella.
Todo esto lo dijo de una forma muy profesional y con un dejo de petulancia, propia de un jovencito que se siente seguro de sí mismo.
- La organización del evento prosiguió con su tono de confianza, como una atención especial les obsequia una botella de Lewis Cabernet Sauvignon Napa Valley 2013 para que puedan degustar junto sus platillos.
Terrence deja escapar un silbido y observa a Candy de forma divertida, quien le devuelve la mirada con una sonrisa y con un leve asentimiento le hace saber que está de acuerdo.
- Muy amable por la sugerencia, mi novia y yo estamos conformes con la misma y hágales llegar nuestro agradecimiento a los ejecutivos de ACNUR por todas las atenciones que han tenido con nosotros. - Decía Terry mientras acariciaba con el pulgar la mano de Candy que no había soltado.
Realmente fue una cena deliciosa, amenizada por una conversación fluida y miradas cargadas de complicidad. Candy no pudo evitar repetir su postre y aguantar las bromas de Terry sobre lo glotona que es y los kilitos que este crucero podría dejar si seguía a ese ritmo.
- Vamos mi hermosa novia Pecas. La música se está adueñando nuevamente del salón y alguien necesita quemar calorías.
- “Alguien” suena a pocos, mi insolente novio, tú solito has dado fin con la mesa de quesos y fiambres, le decía risueña mientras se levantaba y aceptaba su mano que gentilmente la guiaba a la pista.
El ritmo musical estaba alegre, una serie de canciones se sucedían mientras iba subiendo de intensidad. Candy y Terry bailaban con una coordinación increíble, ellos mismos lo notaban y no podían creer que pese a los años de separación, seguían actuando como uno solo. La rubia se sentía flotar, era un sueño volver a estar en brazos de Terry, sentir el aroma de Hugo Boss que al parecer seguía siendo su perfume favorito, acariciar sus sedosos cabellos ligeramente más cortos, la dureza de su torso y poder perderse en su mirada color mar… Tantos recuerdos y momentos compartidos que inundaban su mente y la hacían sentir un calor que se extendía hacia el sur de su cuerpo.
Para Terry era un momento único que hacía aún más mágica la noche, volver a estar con ella, su único amor, el que lo marcó su corazón y por el que estaría dispuesto a todo con tal de recuperarla, a concretar un futuro en común con el que ambos soñaron, lo llenaba de ilusión y esperanza al ver sus ojos brillar con esa chispa de alegría y amor.
Eran ya las dos de la mañana y el salón estaba casi vacío, la mayoría de los asistentes se habían retirado y quedaba un grupo de jóvenes que se notaba pasados de copas y una pareja más aparte de ellos. Terrence la toma por los hombros para encaminarla a la salida.
-Vamos mi dulce Julieta, es hora de irse a dormir y que esos pies traviesos descansen un poco. - Mientras la besaba suavemente en su frente.
Caminaron lentamente hasta la puerta de la suite de Candy y ella la entre abrió para darse la vuelta y despedirse, de pronto se vio atrapada en la mirada de él e incapaz de moverse sintió los labios de Terrence sobre los suyos, un beso suave apenas una caricia que la estremeció y esa sensación de mariposas que aletearon durante toda la noche levantaron vuelo y ella instintivamente llevo sus brazos para rodear el cuello de Terry, mientras el beso se profundizaba, sentía como la lengua de él invadía cada rincón para luego vagar por su cuello dejando un rastro húmedo y volver a atacar con mayor posesión sus labios, mientras las manos de ambos cobraban vida propia acariciándose y estrechando el abrazo hasta parecer uno solo. ¿Cuánto tiempo estuvieron así?, no lo supo y no habría reaccionado si el mismo Terry no la hubiera separado y decirle con voz ronca.
- Mi amada Pecosa, esta noche ha sido perfecta y quiero que así continúe. Por favor entra antes de que ya no pueda controlarme.
- Terry...yo...
- Amor, lo sé, eres única y especial para mí.Te parece si desayunamos juntos, vamos al último turno de las diez para que nos dé tiempo de recuperarnos. – El castaño no le dio tiempo a responder. - Paso por ti mi dulce Candy.
Fin del Flashback
Miró su reloj y vio que marcaban las 09:00, aún tenía tiempo para alistarse y permaneció otros 10 minutos más en la cama, llevándose la mano a los labios donde aún sentía los besos de Terrence y una sonrisa volvió a asomar en su rostro. Se dio una ducha rápida y comenzó a ver entre su ropa. “¿Hace cuando tiempo que no prestaba especial atención a mi atuendo? Creo que desde que deje de verlo, entonces todo perdió interés para mí. Cuanto te agradezco Annie querida el que te hayas encargado de mi guardarropa”, pensó y se prometió hacerle un hermoso regalo.
Al final se decidió por un lindo conjunto de pantalón corto de color verde claro acompañado de una blusa crema sin mangas y calzando unas sandalias del mismo color que la blusa, un maquillaje suave y brillo en los labios para terminar su arreglo y luego de observarse en el espejo sonrió satisfecha.
En la suite de arriba, Terrence debatía entre una enorme alegría y la vez un sin sabor, sabía muy bien que a Candy le pediría explicación no solo del porqué se mantuvo en secreto, sabiendo que ella era Julieta, sino también sobre la forma como se despidieron. La conocía y su pequeña entrometida no lo dejaría en paz, así que lo mejor era confesarse de una vez. Durante la cena ella se mostró ¡tan ella! Alegre, bromista, ¡tan segura de sí! Al tenerla entre sus brazos bailando la sintió vibrar y al volver aprobar sus labios, ¡Dios! fue sublime.
Cuando caminaban hacia su camarote, no podía dejar de mirarla, su brazo protector sobre sus hombros no la abandono hasta llegar a la puerta y cuando ella se dio la vuelta, ¡Oh cielos! tal vez el reflejo de la luz sobre su cabello o esos labios rosas que siempre fueron su perdición, no fueron la excepción esta vez y simplemente se vio saboreándolos nuevamente, el néctar entre fresas y miel lo enloqueció como siempre, cuando ella gimió correspondiendo al beso, sintió desfallecer y estuvo a punto de perder toda conciencia.
Solo eran ella y él…Romeo y Julieta que se unían bajo el manto cómplice de la noche, maldijo por lo bajo cuando sus dedos rozaban un poco más allá de los muslos de su amada y la dureza de su entrepierna estaba cada vez más notoria, sin embargo no era el momento de seguir adelante y la separó delicadamente con lo último de fuerza que le quedaba.
Termino de alistarse y se encamino al camarote de Candy, se veía tan guapo en sus bermudas azules y un polo celeste, que saco suspiros de un grupo de chiquillas que iban camino al desayunador. Toco la puerta y luego de unos segundos se abrió para mostrarse ante él, la imagen de una diosa y es que su Candy estaba ¡increíblemente bella! sencilla y elegante a la vez, solo en ella se daba esa perfecta combinación.
- Estas lista ya.
- Si, solo deja recoger mi bandolera y nos vamos.
Caminaron hacia el desayunador de clase VIP y se ubicaron en una mesa con una linda vista hacia el azulado mar, Terrece la ayudo a acomodarse y luego de pedir algo ligero, comenzó.
- Mi querida Candy imagino que te estas preguntando porque no me di a conocer apenas supe que eras tú mi Julieta, ¿verdad?
- Así es, ¿tal vez querías jugar un poco conmigo?
- Si y no, veraz, yo necesitaba saber si estabas libre, si no había un compromiso de por medio. Te vi junto a unos niños y un hombre… Yo penséque se trataba de tu esposo y tus hijos, te veías tan feliz y muy atenta con ellos que en verdad. _Su rostro mostro una mueca de tristeza y prosiguió.
- Años atrás leí sobre tu compromiso y bueno la imagen de familia feliz que pude observar no daba lugar a dudas sobre tu vida. -- Luego de un largo suspiro y con su mirada perdida en ese océano infinito al igual que sus ojos, prosiguió:
- Es por eso que en la noche de la fiesta de disfraces, me llamo la atención que se dirijan a ti con tu apellido de soltera, quede intrigado y necesitaba acercarme a ti y poder descubrir el misterio, además por ironías de la vida tú estabas vestida de Julieta y yo de Romeo, el destino nuevamente nos unía y yo no deseaba dejar pasar la oportunidad.
- Han sido cuatro años de sentirme muerto en vida, el día que te marchaste de ese hospital, dejaste mi vida sin sentido… Intente hacerla feliz sus último días, pero fue muy duro. – No estabas tú a mi lado para darme fuerza.
La miro sin reproche, pero se notaba la tristeza en su voz al continuar
- No, no ha sido nada fácil,las continuas visitas a su casa o al hospital se convirtieron en una tortura, suspiró hondamente
- Terry!! Imagino el dolor de verla a ella apagarse y…
- Oh, Candy ! Eso yo lo imaginaba y me preparaba para ese desenlace, pero no tome en cuenta a la loca de su madre que apenas llegaba comenzaba a lamentarse que ella estaba dedicada las 24 horas del día con su niña y que yo apenas y la visitaba una vez al día, que debía fijar la fecha del matrimonio tantas veces pospuesta y hacer una sencilla ceremonia en la capilla “Terrence, ella lo ama tanto que estoy segura al sentirse su esposa, se podrá recuperar” – Estoy convencida que el mejor tratamiento es convertirse en la señora Grandchester - Incluso el trato que pueda recibir en el hospital sería mucho más adecuado a su nuevo status, pero usted le da vueltas al asunto, no le interesa que se recupere!! .
- Candy puedo asegurarte que no le falle en nada, trataba de visitarla en mis momentos libres y ser lo más amable y afectuoso que me permitía, ya que no era fácil para mi demostrar un amor que no sentía. Me encargue de que reciba el mejor tratamiento y no escatime gastos para ello, pero estaba demasiado avanzado y afectando a otros órganos, por ello me concentre en evitarle un mayor malestar físico y apelamos a una terapia alternativa contra el dolor, pero nada parecía ser suficiente para su madre que en un momento me exigió darle una tarjeta de crédito dependiente de mi cuenta para no tener que esperar cada vez que se presentaba una emergencia y así cubrir de forma inmediata lo necesario. Lo hice de buen grado, me pareció una buena idea y no tendría que salir de mis ensayos o dejar reuniones a medio terminar por correr al hospital y escuchar lo reclamos continuos sobremi falta de amor. Sin embargo, fue como darle una navaja a un mono, ella no solo se encargó de costear las cuentas médicas, también su propia vanidad y otro detalle que debes saber –No pudo dejar de golpear la mesa con su puño y mirarla con frustración.
- Nos sacrificamos por alguien que no valía la pena! - Primero pensé que era la madre quien quería sacarme hasta el último centavo por no haber accedido a la boda y ¡Bendita la hora que no me case con Susana!- Sabes? Cuando le reclame por los gastos extravagantes entre los que se encontraba el alquiler de una limosina con chofer para ir de compras.
- Me dijo de forma descarada que era lo menos que se merecía por cuidar tanto de su pobre y abandonada hija y como futura suegra del gran actor Terrence Grandchester , no podía moverse por el metro neoyorquino. Realmente la mujer tenía una ínfula de diva que ni mi madre se le hubiera ocurrido. La tarjeta fue cancelada de inmediato y enfrenté una de las peores escenas en presencia de Susana, trate de sacar a la señora Marlowe fuera de la habitación, con el fin de proteger a Susy y evitar que tenga una recaída, mas ella se puso de su parte y por primera vez vi su verdadera naturaleza, la chica dulce y “enamorada” no era más que una caza fortuna, un lobo disfrazado de corderito, entre las dos me atacaron sin piedad, no solo era un avaro que apenas les daba una limosna, que me negaba a atender sus necesidades básicas y estas eran tener un hermoso guardarropa de grandes diseñadores, un catering exclusivo para la dieta de ambas, porque las princesas no podían rebajarse a la comida simple del hospital, y no te nombro la cantidad de cosas superfluas que estaban atesorando a mis costillas - Susana con una mirada desquiciada agarro un camisón de fina lencería para restregarme que ella estaba comprando su ajuar para la “noche de bodas” y que no era posible que ni siquiera ese detalle me pudiera alegrar!!
- Dios!! Noche de bodas, cuando el doctor Lewis me había indicado lo delicado de su estado y que cualquier esfuerzo podría llevarla a una nueva crisis.
- Las miraba horrorizado! y sin poder entender ese comportamiento, los insultos estaban subiendo de tono y lo último fue acusarme de estar jugando con ella y dilatar la fecha de boda. ¡Porque seguramente yo seguía manteniendo una relación contigo, que eras una z…! y esa fue demasiado. A nadie permitiría que te injurie y menos ese par de víboras! - Aferre su brazo con fuerza, creo que demasiado para su debilidad e indignado le dije que no tenía derecho a nombrarte, pues tu eres una mujer integra de grandes valores y que ellas no podían aspirar ni en sueños a compararse con mi ángel
- La madre se me vino encima, golpeándome y – te juro – estaba echando espuma por la boca –Lo dijo con su sonrisa de lado.
- Es usted una persona despreciable,¡Como se atreve a lastimar a mi Susy de esa manera! - voy a demandarlo por agresión – ella está enferma y ..
- Hágalo de una vez señora! - No sabe el placer que me dará enfrentarla ante una corte y poder destruirla por abuso de confianza y robo descarado!- me di la vuelta y salí con la cabeza que me estallaba y mi corazón en un puño- Cómo fui tan idiota de caer en su juego! - Cómo deje escapar la felicidad por un par de arpías – Solo escuche el grito de Susana: ¡Terry no me dejes, no puedes abandonarme! Y eso apresuro mis pasos hacia la calle
CONTINUARA….
Gracia Mia Grandchesrter por la portada
ESPERO SIGAN DISFRUTANDO DE ESTA HISTORIA