VACACIONES EN ALTAMAR UN AMOR EN UN CRUCERO.
CAPITULO VIII: RECONCILIACION
AUTOR DEL CAPITULO VIII: PITU GRANCHESTER
DISCLEIMER: LOS PERSONAJES DE LA HISTORIA DE CANDY CANDY, NO ME PERTENECEN, ESTA HISTORIA FUE CREADA SOLO POR DIVERSIÓN Y SIN FINES DE LUCRO[/
00cc[color=#000099]]Candy, no podía creer por todo por lo que había pasado su Terry, el sentimiento de culpabilidad que había sentido al iniciar “su confesión” como le dijo, llego a un punto que no pudo dejar de recriminarse, sabía que pudieron haberse evitado tanto sufrimiento si ella hubiese sido más sensata y valiente para poder enfrentar a las Marlowe y defender su amor.
No podía creer que este frente a ella, mirándola con tanto amor y pidiéndole ocupar su corazón. ¡Cuando nunca salió de ahí!, porque desde el día que se conocieron se adueño de todo su ser y no pudo arráncalo más…
- Terry… perdón mi amor. --Se abalanzó sobre él y lo rodeo con sus brazos para hundir su rostro en ese pecho firme y cálido, dando rienda suelta a su llanto. – Te hice … pasar… por...---Los sollozos no la dejaban hablar.–Si pudiera… retroceder ... el tiempo...yo...
Terrence la estrecho por la cintura, mientras una de su manos levantaba su barbilla para que pudieran mirarse y depósito un leve beso en sus labios.
- Volvería a pasar por ello mil veces si la recompensa es tenerte en mis brazos y poder llamarme tuyo. – Sus labios tomaron posesión de su boca, de forma hambrienta recorría su interior y sus lenguas iniciaron una danza de amor, reconociéndose, saboreándose.
¡Sentían latir sus corazones al unísono, volvían a sentirse vivos! Se separaron para tomar aire y volver a fundirse en un solo beso que expresaba todo el amor que habían contenido durante esos largos años y así hubieran seguido, si un pequeño carraspeo a sus espaldas no los hubiera interrumpido
- Disculpen la intromisión, - Un joven perteneciente al equipo de restaurante visiblemente cohibido llamaba su atención.-Es casi hora del almuerzo y debemos acondicionar esta área parala atención de terraza. Podrían continuar su plática en un espacio que tenemos a nuestra derecha subiendo las escalerillas, tiene un balcón privado y si gustan podemos servirles su almuerzo en ese sector más intimo.
El rostro de Candy se fue cubriendo de un tono rojizo que la hizo bajar la cabeza avergonzada por el pequeño espectáculo de amor que habían protagonizado, mientras Terry mas dueño de sí mismo, la agarro de la cintura e indicó al joven con un gesto de cabeza que lo seguirían al pequeño privado.
-Nuevamente mil disculpas, tartamudeaba el joven garzón, les hare llegar en seguida un aperitivo para que puedan refrescarse.-y al notar un mayor sonrojo en la joven dama, decidió hacer una pequeña reverencia y desaparecer, mientras Terry soltaba una sonora carcajada.
- No hay duda amor mío, que nos está costando pasar desapercibidos, tal vez se deba a todo lo que cenaste anoche, mas la doble ración de wafles del desayuno. --Seguía riendo mientras la alzaba y la hacía dar vueltas.
- ¡Terrence bájame! ¡eres un grosero! Cómo te atreves a seguir insinuando que estoy ¡¡gorda!! - su voz sonaba molesta, pero en sus ojos brillaba una chispa de alegría. - Además el hecho de que no hayas comido casi nada en el desayuno, es porque anoche no dejaste ¡nada!
- Me encanta cuando te enojas, tus pecas resaltan más y yo las amo, ¡las extrañe tanto! ---y pequeños besos comenzó a repartir por su rostro, queriendo absorber una a una esas manchitas que siempre lo enloquecieron.
- ¡Te amo Candy! Eres…has sido y serás la única mujer de mi vida.
- ¡Te amo Terry, porque para mí no hay ni abra otro al que pueda entregar mi amor!
Decidieron sentarse en un sillón doble que estaba en el balcón, lo más junto posible que el espacio les permitía, era como si quisieran recuperar el tiempo que estuvieron separados y asegurarse de que esta vez no se alejarían.
Candy acaricio sus cabellos, lo miro y le dijo suavemente.–entiendo tu reacción cuando me viste con Michael y sus hijos, mi querido Terry, ahora tu ponte cómodo para escuchar lo que ha sido de mi durante estos años que hemos permanecido separados.
Lo miro con intensidad y agarro su rostro entre sus manos, deposito un beso en sus labios y se dispuso a narrar.
- Salí del hospital con una sola idea en mi mente alejarme de ti y de todo lo que pueda recordarte, no quise contestar tus llamadas y esa misma noche tome el último vuelo rumbo a Chicago, a casa junto a Albert. A él le pedí que se haga cargo de todo lo que deje en el departamento de New York, ya que salí con lo más indispensable y sin mirar atrás.
Mi querido y buen amigo no me hizo muchas preguntas cuando me vio llegar, simplemente me abrazo y dio órdenes de que no se me moleste que de momento no se informe al resto de la familia de mi llegada, dándome así tiempo para que yo pueda calmarme y estar lista para contarle todo
No estuvo de acuerdo con mi decisión, que la consideró precipitada, pero respeto como siempre mi voluntad.
En una semana me encontraba abordando un vuelo a Los Ángeles, debido a las influencias de Albert, logre el traspaso al Hospital Good Samaritan en tiempo record y con la determinación de iniciar una nueva etapa y mantenerme ocupada, me negué a que Albert o Archie fueran conmigo a ayudarme a instalarme.
El primer mes fue difícil por mi estado de ánimo, aunque todos eran muy amables conmigo y el sector de pediatría que me delegaron, no contaba con muchos pacientes. Me negué a tener una amistad que vaya más allá de mis horas laborables, solicité me asignen si fuera posible el turno nocturno, el cual me fue negado para mi gran desasosiego, el director me explicó que necesitaba ver cómo me desenvolvía con los diferentes casos que se presentaban y bueno tu sabes que nunca me gusto hacer ostentación sobre mi “apellido” para obtener beneficios y ya este puesto lo había conseguido de esa forma, lo cual me tenía incómoda, de manera que opte por lo mas sensato que era demostrar mi capacidad profesional sin importar mis deseos particulares y me dedique con todas mis fuerzas a ganarme un lugar ante mi jefe y mis colegas.
Las noches se me hacían insoportables ¡Como se olvida un amor! después de haberlo amado como yo… entregando mi corazón que ahora sangraba sin remedio… pues para mí el amor solo era un nombre ¡Terry!
No se olvida, se aprende a vivir con el dolor de haberlo dejado ir… se vive por inercia… Se vive porque el sol sale cada día y porque solo la esperanza de volver a encontrarte libre algún día se convirtió en mi lema.
Los meses fueron pasando y casa día me sentía más cómoda y aceptada por todos, en mis días libres salía a recorrer a ciudad y sus alrededores, el clima cálido y la piscina del edifico donde vivía obraron el milagro de tener un bronceado aceptable que fue la envidia de Annie, cuando me visito brevemente.
Otro de los cambios en mi rutina, es que empecé a correr por las mañana temprano… me llenaba de vitalidad para enfrenta la jornada y fue por esa actividad que conocí a Dylan Peterson.
A ese punto de su relato, Candy aferra con fuerza la mano de Terry y mirándolo directamente a los ojos
- Dylan, fue mi prometido, la crónica que leíste sobre mi compromiso y boda era con él.
Terrence, dio un respingo y la miró con asombro, sus ojos zafiro se apagaron por un momento, para con voz ronca
- Continua, por favor… necesito saber…
- Si, lo sé... y yo necesito que todo esté claro entre nosotros
- Dylan es abogado de una gran firma en Los Ángeles, el es de Seattle y hace dos años que vivía en L.A, trabajando para el consorcio Meyer y Compañía, uno de los mejores bufetes de la ciudad. Actualmente sigue trabajando con ellos y ha logrado ser socio.
Cuando leí sobre los beneficios de caminar diariamente, no lo pensé y me compré ropa deportiva adecuada y decidí levantarme una hora antes, - ¡No te rías Terrence! De verdad ya no soy dan dormilona e incluso acá en el barco me levanto y camino media hora cada mañana ----al hablar le guiña el ojo coquetamente
- Fue un jueves, que era mi día libre y disponía de mayor tiempo para mi práctica de jogging, decidí ir un poco más lejos de mi ruta habitual y mientras trotaba por el sendero distraída en mis ensoñaciones, ¡no me percaté de un gran pastor inglés que se soltó de la correa de su dueña venía en mi dirección como toda una aplanadora! De pronto me vi arrojada a un lado y con mi espalda aprisionada entre unos brazos y un montón de pelos. Tarde unos segundos en darme cuenta que pasaba, el montón de pelos fue apartado, lo mismo que el peso que sentía sobre mí, vi aun joven de cabello oscuro que con una sonrisa y una mano extendida me ayudo a levantarme, mientras la chiquilla de unos quince años dueña de esa bola de pelos, nos pedía disculpas a la vez que trataba de controlar al inquieto animal.
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- Se encuentra bien, disculpe creo que no pude evitar del todo que el perro la lleve por delante.
- Gracias, me encuentro bien y… ¡Oh ¡ parece que este animalito la tiene conmigo, no deja de lamerme
- Lo siento. ¡Rufus! Compórtate. Dijo la chiquilla y al fin pudo colocarle nuevamente la correa y alejarse lo más rápido que pudo
-No pude disimular una sonrisa al ver como en realidad era “Rufus” quien llevaba de paseo a su dueña. Y volví mi rostro hacia mi “salvador”
-Gracias en verdad, estaba distraída y bueno, debo tener más cuidado al ir por esta senda, ¡¡la próxima vez puede ser un elefante el que quiera jugar conmigo!!
- Las risas no se hicieron esperar. - Me alegra que lo lleve con buen humor.----Mientras me hace entrega de mi vaso que en la caída termino por abrirse y derramar toda el agua que contenía. -Veo que se derramó todo.---Me dijo apenado.-Conozco un pequeño local donde sirve jugos détox muy buenos. ¿Le gustaría ir? Es cruzando por esa vía y así podrá reponer su vaso con agua fresca, si tiene tiempo, ¡claro está!
Su sonrisa era franca y me inspiro confianza, accedí porque en verdad estaba un poco hambrienta, la hora de desayunar ya había pasado y luego de alboroto, me venía muy bien una buena merienda. Después de desayunar, me acompaño hasta mi departamento, intercambiamos números de teléfono e indicamos una buena amistad.
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- ¿No fue solo amistad, verdad Candy? Decidiste aceptarlo como algo más que un amigo.---Terrence no pudo evitar que salgan esas palabras de sus labios con un dejo de dolor.
Candy lo observa con tristeza y al bajar su rostro una lágrima se resbala lentamente antes de que pueda secarla, Terry la limpia con su dedo índice.
- Lo siento pecosa, no quise incomodarte. Tú siempre has tenido la capacidad de sobreponerte y no es difícil que se fijen en ti y se enamoren de la mujer tan maravillosa que eres.---Le da un beso en su frente y le anima a continuar.
- Terry soy yo la que no se merece el amor que me profesas…a pesar de no estar de acuerdo con la decisión, te hiciste cargo de Susana y soportaste las humillaciones de su madre, lo hiciste todo por amor a mí, mientras que yo…
- Amor, no te llegaste a casar y lo que importa es que estas a mi lado el pasado ya fue… Creo en ti y en nuestro amor-
- Oh Terry!!! eres mi todo!!! Ahora que estas a mi lado no cometeré el error de alejarte nuevamente ¡te amo!---Besos y caricias en su rostro y torso, queriendo disipar así, cada momento de dolor en su amado.
-Necesito contarte todo, tú mereces saber que sucedió con Dylan, --suspiro largo. -Al comienzo él aparecía por el hospital a la hora de almuerzo, levándome un pedazo de pastel de chocolate o un cheescake de mora que sabía eran mis favoritos y sí, al igual que la mayoría que me conoce medianamente, sabe lo golosa que soy. --le da otro suave beso es sus labios. – Esos pequeños agrados aligeraban mis largas horas de trabajo, en otras ocasiones pasaba a buscarme para asegurarse de que llegue bien a mi departamento.
Tomamos parte de algunas carreras amateur, para probar nuestra resistencia, mas por diversión que por conseguir alguna medalla, que bien sabía estaba muy lejos de obtener. En otras ocasiones me invitaba a escuchar conciertos de jazz, a tomar una copa luego de un largo día de trabajo para ambos. El logro hacerme reír nuevamente y cuando notaba tristeza en mi rostro no permitía que yo me deprima e inventaba cualquier loca actividad que me distraiga- Se convirtió en mi segundo Albert, el amigo en quien confiarme y apoyarme, pues el Albert original estaba cada vez más ocupado con los negociosy sus viajes flash a lugares exóticos y luego de conocer a Dylan, confió en que ya no necesitaba estar tan pendiente de su “alocada hija”.
Dylan era ese amigo alegre que no me dejo desmayar, estuvo para limpiar mis lagrimas cuando me llego la noticia de que se había fijado tu fecha de boda… una fecha que se nunca llegó, pero en su momento me afecto tanto como supongo a ti al leer la crónica de mi compromiso. Me convenció de sacar un par de días libres y nos fuimos de juerga a Las Vegas con sus primas y unos amigos. Fue un fin de semana de sana diversión, increíble para esa ciudad, pero al no gustarme el juego, simplemente los acompañaba a los casinos y me tomaron como su fetiche de buena suerte “el ángel dorado” me llamaba Tracy, la menor de sus primas al tocar mis crespos antes de lanzar el dado. Durante la semana que se quedaron en Los Ángeles, no dejaron que pasara una sola noche encerrada en mi cuarto, no había excusa que valiera, ni lo cansada que pudiera estar, ¡ese par de morenas son un huracán de diversión! Debo confesarte si, que cuando partieron a Seattle y la calma volvió a mi vida, me alegre de poder refugiarme en noches de lectura y acostarme temprano, recuperar las horas de sueño perdida me llevo otra semana.
Luego que Dylan gano un caso muy relevante y lo hizo de formas magistral, el consorcio organizo una cena en su honor y me pidió que fuera su acompañante, inicialmente me negué, no me gusta asistir a esos compromisos llenos de etiqueta y donde tienes que estar impecable (producida diría yo) y a los que la Tía Elroy no pierde ocasión de llevarme cuando me tiene a su cargo, sin embargo, ante su insistencia y sabiendo que el siempre trataba de complacerme, acepte.
El jueves previo al evento, siendo mi día libre, me fui de compras y por video llamada Annie me ayudo a elegir el vestidoadecuado ala ocasión, así como todo el accesorio que debía acompañar la vestimenta perfecta, según sus propias palabras.
Me gusta Chanel y ahí conseguí un elegante y sobrio vestido negro con la espalda descubierta, unos zapatos con taco de aguja, cartera a tono y me decidí por un juego de aros y gargantilla con esmeraldas que Albert me regalo cuando me titule de enfermera.¿Lo recuerdas? Lo usé también para asistir a la primera presentación que asistí como tu novia oficial, “El Fantasma de la Opera”. De alguna menara yo seguía aferrada al tu amor.
Dylan paso por mi puntualmente, note su mirada de admiración y por supuesto me dijo que sería la envía de toda esa noche. ¡Claro que los serás eres el homenajeado y los ojos de cada invitada no dejaran de observar al joven abogado que hizo morder el polvo al equipo del senador Rolowl! ¡Ese hombre sin escrúpulos se lo tenía bien merecido!
-Gracias mi querida Candy, pero no solo me verán a mí, sino a la hermosa mujer que me acompaña y que de lejos será la más bella de la fiesta.
-Sabes que no me gusta ser el centro de atención y dios creo que,si sigues así, es mejor que me quede bien guardadita en casa. - Ni lo sueñe señorita – usted es mi pareja por esta noche y no dejare que encierres tu belleza Candy, hoy quiero que brilles, que te des cuenta de que hay un mundo delante que espera por ti y yo se que tu corazón tiene mucho que ofrecer.
No podía defraudar a mi amigo y me propuse pasarla bien, me comporte cortés con sus jefes, converse de banalidades con las damas presentes, haciendo un gran esfuerzo para que mi sonrisa permanezca lo más naturalposible ante tanta superficialidad de algunos presentes que en su afán de elogiar a Dylan mostraban una falsa amabilidad.
Fue luego de la cena y de abrir el baile, que Dylan me llevo aparte y me declaró sus sentimientos Me quede sin poder hablar unos segundos y antes de que pueda rechazarlo, continuó:
-Candy, sé que tu corazón aún está ocupado por tu antiguo amor, y que de momento soy solo un querido amigo, al que has confiado tus penas y alegrías, tu respuesta será un NO, pero antes de adelantarte… quiero que te des un tiempo y veas que es el momento de seguir con tu vida, esa fue la razón por la que llegaste del otro lado del país, alejarte de él y olvidarlo… No ha sido fácil para ti hacerlo y también sabes que sola no puedes… he estado a tu lado, tratando de mostrarte que cada día viene con sus propios desafíos y que juntos hemos logrado que al llegar la noche, la esperanza siga en pie y se renueven las fuerzas. De la Candy que conocí hace un año, que poco sonreía y solo se dedicaba a su trabajo, hay un cambio y sé con certeza que soy parte de él. No te cierres a lo evidente, está en tu naturaleza ser positiva y también sabes que así con das a los demás, también vas a recibir y yo en verdad tengo mucho amor para darte, quiero cuidarte y protegerte mas allá de una amistad.
Candy te has convertido en mi fuerza y yo podré ser la tuya, solo deseo que vayamos caminando de la mano y me des la oportunidad de demostrarte cuanto significas para mí...con el tiempo sabrás si tus sentimientos van cambiando y tu corazón te dirá si soy algo más que un amigo, mas eso solo se podrá dar si lo intentas… Mientras no des ese paso nunca podrás verlo.
Me llevo tiempo entender que tenía una oportunidad de continuar, al lado de un buen hombre que me ofrecía no solo su amistad, sino su corazón y que estaba dispuesto a ganarse un lugar en el mío. Mi cabeza me decía que era lo correcto, sin embargo, mi corazón seguía teniendo tatuado a fuego mi amor por ti… ya eras un hombre comprometido, yo misma te había entregado a ella y tenía que ser consecuente con mis actos. Por ello acepte su proposición y sabiendo que conocía mi sentir, no lo estaba engañando.
CONTINUARA….
La bella portada es gracias a mi querida Mia Grandchester
Gracias por leerme