Desde la fundación K-G Amazonas de Terry —Haremos Arder El Cosmos Por Terry
¿Señorita Ardley o Señorita Pecas?
Capítulo V
By Rossy Castaneda
Ya había pasado una semana desde su llegada a Londres. Una semana donde lo único que hacía era recibir una clase tras otra. Una semana donde cada noche, al cerrar los ojos, un par de ojos azules con destellos verdes se colaba entre sus pensamientos, sin dejar lugar a nadie mas.
Afortunadamente durante los escasos minutos de descanso, mientras caminaba por el amplio jardín de aquel lugar, encontró el lugar perfecto donde reposar lejos de todos. Pero su tranquilidad se vio interrumpida al ser pillada por Anthony quien a partir de ese día irrumpió los momentos de soledad en donde ella daba rienda suelta a sus pensamientos con aquel insolente chico que veía hasta en la sopa que comía.
¿Que habrá sido de él? ¿En que parte de Inglaterra vivirá? ¿A que colegio asistirá? ¿Se recordará de mi, de la misma manera como yo lo recuerdo a él ?
—Candy no deberías estar recostada en pasto, sabes que eso...
—No es propio de una dama —completó ella, aquella frase era su pan de cada día desde que la descubrió en aquel lugar.
—Dime Candy, ¿tienes una respuesta a mi propuesta?
—Anthony, te pedí tiempo y espacio. Realmente agradezco que esta semana que llevamos en el colegio hayas sido tan gentil de otorgármelo, pero siendo sincera, con tantas clases y deberes diarios, apenas y he tenido tiempo para mi.
—Pero todo sacrificio vale la pena, y veras sus frutos cuando salgas de aquí convertida en toda una dama de alta sociedad de la cual me sentiré orgulloso llevar del brazo.
Candy suspiró
—¿Cuánto tiempo llevas ahí de pie observándome ? —Preguntó para desviar el tema sin molestarse siquiera en abrir los ojos, no se le apetecía encontrarse con su mirada de desaprobación
—El tiempo suficiente como para ser testigo de tus suspiros —respondió él —Si no pensabas en mi propuesta, ¿en que pensabas entonces?
Ni loca iba a decirle la verdad.
—En lo mucho que extraño América, en especial el Hogar de Pony —suspiró nuevamente
—¿Es por eso que vienes todas las tardes a este lugar?
—Si —respondió ella —este lugar me recuerda a la colina de Pony —abrió sus ojos —lo he nombrado la segunda Colina de Pony.
—¿Te refieres al mismo lugar que prometiste me llevarias a conocer?
—El mismo —respondió ella con una leve sonrisa —pero tu accidente y el tiempo que tardaste en recuperarte impidieron cumplir mi promesa.
—Podrás hacerlo cuando regresamos —extendió su mano para ayudarla a que se pusiera de pie —cuando eso suceda, tus madres estarán muy orgullosas de ver en la gran dama que te has convertido.
Una gran dama —se dijo a si misma.. pero...— ¿que era una dama? —¿Una mujer distinguida, refinada con buenos modales y una excelente educación, con una reputación intachable? — ¿alguien sin voluntad y sin derecho a decir o hacer lo que pensaba?,— ¿una pieza en una mesa de ajedrez a quien se mueve de un lugar a otro? ¿Una mujer a la que un hombre presume llevándola de su brazo? — ¿Alguien que no tiene derecho a mencionar una sola palabra si no le es requerido? — ¿Una mujer sin voz ni voto? —¿Una especie de mueble bonito que adorna una estancia? —¿Una mujer sumisa que acata sin replicar a todo lo que su esposo dice? —¿Una mujer dependiente de su esposo? —¿Una mujer que mata su ocio quedándose en casa bordando, cuidando de su casa, de los hijos en espera a que su esposo regrese? — ¿Alguien sin derecho a buscar su propio camino? —¿En verdad eso era ser una dama? —Pues si, Eso era lo que le habían enseñado en su semana dentro del Real Colegio San Pablo. —¿Era eso lo que ella verdaderamente quería?. La respuesta era mas que clara... "No" —ella tenía otra visión de lo que quería en la vida. Amaba su libertad, no solo de sus acciones sino de sus expresiones.
—Si claro —respondió esbozando una leve sonrisa —dime una cosa Anthony —alzó el rostro para mirarlo a los ojos —¿Si yo desistiera de ser una dama, tu propuesta seguiría en pie?
—¿Por que lo preguntas, es que acaso has pensado en esa posibilidad? —respondió él con otra pregunta.
—No he dicho eso —respondió ella —pero si lo decidiera, ¿cambiaría algo entre tu y yo?
—Candy, vivimos bajo una sociedad que exige ciertas normas las cuales debemos aceptar, y cuando existe amor verdadero, una de las partes debe seder, renunciar a su forma de vida para adaptarse a la manera de vivir de la persona que ama.
—Y si es así, ¿por que quien no tiene una posición privilegiada, debe renunciar a lo poco que tiene para adaptarse al otro y no lo contrario?, es decir ¿por que la persona que tiene una posición privilegiada, no renuncia a todo por la persona que dice amar? ¿No crees que ese sería un verdadero acto de amor?.
—Tal vez —respondió el joven rubio —pero no se vive de amor —tocó su nariz. —Si el que no tiene una posición social renuncia a lo poco que posee, estará haciendo un verdadero acto de amor al dejarlo todo y al final ambos ganan, gozarán del amor y una posición económica que asegurará el futuro de ellos y su descendencia.
—Pero eso es muy injusto ¿en donde quedan los sueños del que renuncia?
—Lo sé, la vida es injusta, pero muchos sacrificios valen la pena.
—Pero tu podrías renunciar a todo por amor como tu madre estuvo dispuesta a hacerlo.
—Eso es diferente
—¿Que le hace diferente?
—A pesar de ser la hija mayor, el peso de la responsabilidad de la familia Ardley jamás hubiese recaído sobre mi madre ya que para ocupar esa posición se requiere que el sucesor sea un hombre, en cambió, en mi caso particular y por ser no solo el primogénito sino el único hijo, el peso del apellido Brown recae sobre mi y no puedo simplemente renunciar a ese derecho porque eso significaría la extinción de un legado que mi padre forjó con mucho esfuerzo, además soy el siguiente en linea de sucesión del Clan Ardley en caso que suceda algo con el Tío Abuelo William —le mostró una cálida sonrisa —
—Ya veo —musitó la rubia pensativa.
—Candy, tienes que dejar de venir a este lugar.
—¿Por qué?
—Porque podrían tomártelo como una falta a los reglamentos del Colegio y solo se necesitan tres faltas pequeñas para ser expulsado o una muy grave para echarte al instante —tocó su mentón.
El sonido de la campana anunciando el final del receso sonó haciendo que ambos se alejaran del pequeño escondite de Candy sin imaginar que arriba del árbol que los cobijaba, un joven castaño estuvo a punto de caer de una rama cuando la vio recostada de lo mas tranquila en medio de la nada.
—Vaya, vaya, así que este es el Colegio en donde estudias, Pequeña Pecosa —rió de medio lado —sé que no es de caballeros escuchar conversaciones ajenas, pero me hubiera encantado escuchar lo que hablabas con tu noviecito —hizo un gesto de desagrado al pronunciar la última palabra —pero por tus caras me di cuenta que lo que sea que te decía no era de tu agrado —curvó sus labios —no importa lo sabré mas tarde que temprano
Terry se escondió detrás de unos arbustos.
—¿Te ha quedado claro, lo que debes hacer Patricia?
—Si —respondió la joven intimidada —¿pero por que quieres que Candy rompa las reglas?
—Eso a ti no te interesa —respondió la pelirroja a quien Terry reconoció —que esperas, ve y haz lo que te he dicho, ahora.
Terry observó como la joven de lentes corría en dirección a las habitaciones de las chicas.
—Elisa ¿crees que la hermana Grey le tome como falta a Candice el que se presente a la Iglesia sin vestir como corresponde?
—Claro Luisa, tendrá que hacerlo al ver que todos los alumnos del prestigioso Real Colegio San Pablo estamos vestidos adecuadamente a excepción de esa moza de establo.
Así que quieren afectar a la pequeña Pecosa —musitó Terry —muy bien, no planeaba ir a la Iglesia hoy, pero tendré que esforzarme un poco para distraer la atención de la hermana Grey y salvarla de este par de arpías.
******************
—¿Quien ese él?
—Es Terrence Granchester, es hijo de un Duque Inglés
Al escuchar aquellas palabras, Candy se giró inmediatamente, sus ojos estuvieron a punto de salir de sus cuencas cuando lo vio ahí con un pie sobre una de las bancas y hablando con una desfachatez que escandalizó a todos dentro de la Iglesia.
¡Dios mio! —Está aquí en Real Colegio San Pablo —su pobre corazón se aceleró y en su interior compadeció a la hermana Grey, realmente aquel chico le iba a sacar canas verdes si es que no lo había hecho antes.
Candy se sonrojó y apartó la mirada cuando los ojos verde azules de él se encontraron con los suyos y curvó sus labios en una media sonrisa antes de salir de Iglesia.
*********************
¿Se acordará de mi? —Se preguntó a si misma
—Candy perdóname, yo no quería hacerlo, pero Elisa y sus amigas me amenazaron y tuve mucho miedo —decía Patricia O'brian totalmente avergonzada sacándola de sus pensamientos —hablaré con la hermana Grey para que no te reten.
—Descuida Patty —Candy le sonrió —no sé exactamente que sucedió pero la hermana Grey me dijo que por esta vez no habrían consecuencias por romper el reglamento.
—Debió ser porque no fuiste la única, Terrence Grantchester se presentó en la Iglesia con la chaqueta colgada en su hombro y se portó de manera impertinente con la hermana Grey frente a todos.
—Dime Patty, ¿ese chico siempre es así de insolente cuando asiste a la Iglesia?
—No sabría decírtelo Candy, la verdad en el tiempo que tengo en el Colegio es la primera vez que lo veo dentro de la Iglesia y muy pocas veces se le ve por los pasillos.
—¿Como? —¿no asiste al salon de clases junto a los demás chicos?
—Al parecer no —Patty se encogió de hombros —se dice que es muy inteligente y que toma clases avanzadas
—Quien lo diría —musitó la rubia mirando por la puerta Francesa de su habitación.
—¿Lo habías visto antes? —Me dio la impresión que lo conocías.
—Si, lo conocí a bordo del barco que nos trajo a Inglaterra.
—¿Y fue amable contigo?
—No —Candy frunció nariz —fue un insolente. ¿Puedes creer que se burló de mi y me llamó Pequeña Pecosa?
Patty cubrió sus labios para acallar su risita.
—¿Y que hiciste?, por que dudo mucho que te hayas quedado callada.
—Lo llamé mocoso atrevido.
Ambas chicas comenzaron a reír
********************
En uno de los pasillos, Elisa se encontraba furiosa, al saber que su plan de perjudicar a Candy se había ido a la basura gracias al entrometido joven que se presentó en la Iglesia armando tremendo espectáculo.
Luego de buscar entre sus recuerdos finalmente dio con aquel rostro. Se trataba del mismo insolente que llamó explosivo a Anthony y muñeco de trapo a Archie. No podía creer que el hijo de un Duque Inglés estuviera también interesado en aquella moza de establo, porque era evidente que lo estaba. Ella se dio cuenta la manera como él la vio y cuervo sus labios en una media sonrisa provocando un rubor en el rostro de aquella maldita hospiciana el cual no pasó desapercibido para ella, aquello era una clara señal que aquel insolente no le era indiferente.
—Debes calmarte Elisa, si tu plan de perjudicar a Candice no salió como esperabas, podemos hacer de sus días aquí, los mas miserables de su vida.
—Habría funcionado de no haber sido por ese entrometido que se presentó en la Iglesia armando tremendo espectáculo, Neil.
—¿Crees que el Duquesito esté interesado en la huérfana?
—Claro que lo está, ¿es que acaso no viste la manera como la miro? —Arggggg! —no sé que le ven a esa maldita hospiciana sin clase ni educación —Elisa apretó los puños —es una vulgar. La odio, la odio.
—Mira hagamos esto... En tanto Niel le explicaba lo que harían para hacer de los días de Candy dentro del San Pablo los peores de su vida, la maquiavélica cabeza de Elisa comenzó a tejer otro plan.
—¿Has entendido lo que debes hacer? Le preguntó Niel al finalizar.
—Si, claro lo he entendido perfectamente.
—En ese caso me marcho y aguardare junto a dos compañeros a que la huérfana llegue.
**************
Luego de salir de la Iglesia, Terry se dirigió a la caballeriza.
—¿Hola Teodora, lista para un paseo?
Tras ensillar a su fiel compañera, salió a todo galope el cual se vio obligado a detener al ver como una demente joven salía de entre los arbustos y se plantaba en su camino.
—Hola Terrence, ¿te acuerdas de mi?
—Hola. —respondió el joven Ingles enarcando una ceja, claro que recordaba aquel rostro, como no hacerlo, pero ignoró la pregunta de la joven —no creo que se haya puesto en peligro al salir de entre los arbustos y plantarse en mi camino, para hacerme esa pregunta milady.
—Bueno en eso tienes razón —esbozó una sonrisa.
—Ahora si estamos hablando el mismo idioma —Terry rió de lado, era mas que evidente que aquella joven pelirroja se traía algo entre manos —la escucho.
—No me andaré por las ramas, iré directo a la raíz
—Como debe de ser.
—Me di cuenta como viste a Candice.
—No tengo idea de que me está hablando milady, como tampoco sé quien es Candice —Terry se hizo el desentendido, entre mas información le sacara a esa tarántula ponzoñosa, sería mucho mejor.
—Sabes perfectamente de que te hablo —Elisa entrecerró los ojos —pero si insistes en hacerte el desentendido te haré un resumen. Candice es una vulgar huérfana que trabajó en mi casa como moza de establo.
—Mmmm vaya que interesante —Terry rió de medio lado —¿pero que tiene eso que ver conmigo?
—Recuerdo la manera como veías a Candice la tarde que discutiste con Anthony y Archie era la misma manera como la viste hoy dentro de la Iglesia..¿te gusta verdad? o ¿vas a negármelo?
—No tengo idea de que habla milady.
—Aunque lo niegues, sé que estoy en lo correcto.
—Y si así fuera ¿que? —Terry achicó los ojos.
—Tu yo podríamos hacer una alianza.
—¡Una alianza! —Repitió el castaño inexpresivo —¿y que gano yo con eso?
—A ti te gusta la huérfana y a mi Anthony, podemos unir fuerzas para separarlos, tu te quedas con la moza de establo y yo con Anthony y así los dos ganamos.
—Mmm! Muy interesante propuesta —Terry se tocó la barbilla simulando que pensaba en su propuesta —pero como el caballero Inglés que soy, me veo en la obligación de rechazarla —dijo mirándola a los ojos.
—¿Por que? —preguntó Elisa con sorpresa ante su negativa —no tienes nada que perder pero si mucho que ganar.
—Se equivoca milady, tengo mucho que perder con su propuesta, mi honor está en juego y eso es razón suficiente para declinar.
—Nadie lo sabrá, esto quedará entre tu y yo, soy una dama y se cumplir mis promesas.
Terry bufó
—¿Y le parece poco? —es mas que evidente que usted no es una persona fiable, ni mucho menos una dama, usted es una jovencita caprichosa acostumbrada a salirse con la suya sin importarle a quien se lleve por delante. Alguien sin dignidad y con un autoestima tan bajo que tiene que denigrar a otra persona para sentirse superior, pero en realidad es peor que un gusano que se arrastra entre la maleza.
—¿Como te atreves a hablarme así?
Terry le lanzó una mirada gélida
—¿Como se atrevió usted, a hacerme una propuesta tan baja? Que creyó , ¿que sería tan miserable como usted para aceptar tal propuesta?
—Eres un idiota.
—Y usted una serpiente y de las peores.
Elisa se apartó del camino al ver que aquel insolente Inglés animaba a su yegua a emprender la marcha sin importarle que ella estuviera en el camino.
—Idiota, juro que pagarás el haberme humillado de esta forma —siseó con los dientes apretados cuando lo vio alejarse a todo galope.
@@@@@
Té equivocaste de aliado tarántula ponzoñosa !
¿Señorita Ardley o Señorita Pecas?
Capítulo V
By Rossy Castaneda
Ya había pasado una semana desde su llegada a Londres. Una semana donde lo único que hacía era recibir una clase tras otra. Una semana donde cada noche, al cerrar los ojos, un par de ojos azules con destellos verdes se colaba entre sus pensamientos, sin dejar lugar a nadie mas.
Afortunadamente durante los escasos minutos de descanso, mientras caminaba por el amplio jardín de aquel lugar, encontró el lugar perfecto donde reposar lejos de todos. Pero su tranquilidad se vio interrumpida al ser pillada por Anthony quien a partir de ese día irrumpió los momentos de soledad en donde ella daba rienda suelta a sus pensamientos con aquel insolente chico que veía hasta en la sopa que comía.
¿Que habrá sido de él? ¿En que parte de Inglaterra vivirá? ¿A que colegio asistirá? ¿Se recordará de mi, de la misma manera como yo lo recuerdo a él ?
—Candy no deberías estar recostada en pasto, sabes que eso...
—No es propio de una dama —completó ella, aquella frase era su pan de cada día desde que la descubrió en aquel lugar.
—Dime Candy, ¿tienes una respuesta a mi propuesta?
—Anthony, te pedí tiempo y espacio. Realmente agradezco que esta semana que llevamos en el colegio hayas sido tan gentil de otorgármelo, pero siendo sincera, con tantas clases y deberes diarios, apenas y he tenido tiempo para mi.
—Pero todo sacrificio vale la pena, y veras sus frutos cuando salgas de aquí convertida en toda una dama de alta sociedad de la cual me sentiré orgulloso llevar del brazo.
Candy suspiró
—¿Cuánto tiempo llevas ahí de pie observándome ? —Preguntó para desviar el tema sin molestarse siquiera en abrir los ojos, no se le apetecía encontrarse con su mirada de desaprobación
—El tiempo suficiente como para ser testigo de tus suspiros —respondió él —Si no pensabas en mi propuesta, ¿en que pensabas entonces?
Ni loca iba a decirle la verdad.
—En lo mucho que extraño América, en especial el Hogar de Pony —suspiró nuevamente
—¿Es por eso que vienes todas las tardes a este lugar?
—Si —respondió ella —este lugar me recuerda a la colina de Pony —abrió sus ojos —lo he nombrado la segunda Colina de Pony.
—¿Te refieres al mismo lugar que prometiste me llevarias a conocer?
—El mismo —respondió ella con una leve sonrisa —pero tu accidente y el tiempo que tardaste en recuperarte impidieron cumplir mi promesa.
—Podrás hacerlo cuando regresamos —extendió su mano para ayudarla a que se pusiera de pie —cuando eso suceda, tus madres estarán muy orgullosas de ver en la gran dama que te has convertido.
Una gran dama —se dijo a si misma.. pero...— ¿que era una dama? —¿Una mujer distinguida, refinada con buenos modales y una excelente educación, con una reputación intachable? — ¿alguien sin voluntad y sin derecho a decir o hacer lo que pensaba?,— ¿una pieza en una mesa de ajedrez a quien se mueve de un lugar a otro? ¿Una mujer a la que un hombre presume llevándola de su brazo? — ¿Alguien que no tiene derecho a mencionar una sola palabra si no le es requerido? — ¿Una mujer sin voz ni voto? —¿Una especie de mueble bonito que adorna una estancia? —¿Una mujer sumisa que acata sin replicar a todo lo que su esposo dice? —¿Una mujer dependiente de su esposo? —¿Una mujer que mata su ocio quedándose en casa bordando, cuidando de su casa, de los hijos en espera a que su esposo regrese? — ¿Alguien sin derecho a buscar su propio camino? —¿En verdad eso era ser una dama? —Pues si, Eso era lo que le habían enseñado en su semana dentro del Real Colegio San Pablo. —¿Era eso lo que ella verdaderamente quería?. La respuesta era mas que clara... "No" —ella tenía otra visión de lo que quería en la vida. Amaba su libertad, no solo de sus acciones sino de sus expresiones.
—Si claro —respondió esbozando una leve sonrisa —dime una cosa Anthony —alzó el rostro para mirarlo a los ojos —¿Si yo desistiera de ser una dama, tu propuesta seguiría en pie?
—¿Por que lo preguntas, es que acaso has pensado en esa posibilidad? —respondió él con otra pregunta.
—No he dicho eso —respondió ella —pero si lo decidiera, ¿cambiaría algo entre tu y yo?
—Candy, vivimos bajo una sociedad que exige ciertas normas las cuales debemos aceptar, y cuando existe amor verdadero, una de las partes debe seder, renunciar a su forma de vida para adaptarse a la manera de vivir de la persona que ama.
—Y si es así, ¿por que quien no tiene una posición privilegiada, debe renunciar a lo poco que tiene para adaptarse al otro y no lo contrario?, es decir ¿por que la persona que tiene una posición privilegiada, no renuncia a todo por la persona que dice amar? ¿No crees que ese sería un verdadero acto de amor?.
—Tal vez —respondió el joven rubio —pero no se vive de amor —tocó su nariz. —Si el que no tiene una posición social renuncia a lo poco que posee, estará haciendo un verdadero acto de amor al dejarlo todo y al final ambos ganan, gozarán del amor y una posición económica que asegurará el futuro de ellos y su descendencia.
—Pero eso es muy injusto ¿en donde quedan los sueños del que renuncia?
—Lo sé, la vida es injusta, pero muchos sacrificios valen la pena.
—Pero tu podrías renunciar a todo por amor como tu madre estuvo dispuesta a hacerlo.
—Eso es diferente
—¿Que le hace diferente?
—A pesar de ser la hija mayor, el peso de la responsabilidad de la familia Ardley jamás hubiese recaído sobre mi madre ya que para ocupar esa posición se requiere que el sucesor sea un hombre, en cambió, en mi caso particular y por ser no solo el primogénito sino el único hijo, el peso del apellido Brown recae sobre mi y no puedo simplemente renunciar a ese derecho porque eso significaría la extinción de un legado que mi padre forjó con mucho esfuerzo, además soy el siguiente en linea de sucesión del Clan Ardley en caso que suceda algo con el Tío Abuelo William —le mostró una cálida sonrisa —
—Ya veo —musitó la rubia pensativa.
—Candy, tienes que dejar de venir a este lugar.
—¿Por qué?
—Porque podrían tomártelo como una falta a los reglamentos del Colegio y solo se necesitan tres faltas pequeñas para ser expulsado o una muy grave para echarte al instante —tocó su mentón.
El sonido de la campana anunciando el final del receso sonó haciendo que ambos se alejaran del pequeño escondite de Candy sin imaginar que arriba del árbol que los cobijaba, un joven castaño estuvo a punto de caer de una rama cuando la vio recostada de lo mas tranquila en medio de la nada.
—Vaya, vaya, así que este es el Colegio en donde estudias, Pequeña Pecosa —rió de medio lado —sé que no es de caballeros escuchar conversaciones ajenas, pero me hubiera encantado escuchar lo que hablabas con tu noviecito —hizo un gesto de desagrado al pronunciar la última palabra —pero por tus caras me di cuenta que lo que sea que te decía no era de tu agrado —curvó sus labios —no importa lo sabré mas tarde que temprano
Terry se escondió detrás de unos arbustos.
—¿Te ha quedado claro, lo que debes hacer Patricia?
—Si —respondió la joven intimidada —¿pero por que quieres que Candy rompa las reglas?
—Eso a ti no te interesa —respondió la pelirroja a quien Terry reconoció —que esperas, ve y haz lo que te he dicho, ahora.
Terry observó como la joven de lentes corría en dirección a las habitaciones de las chicas.
—Elisa ¿crees que la hermana Grey le tome como falta a Candice el que se presente a la Iglesia sin vestir como corresponde?
—Claro Luisa, tendrá que hacerlo al ver que todos los alumnos del prestigioso Real Colegio San Pablo estamos vestidos adecuadamente a excepción de esa moza de establo.
Así que quieren afectar a la pequeña Pecosa —musitó Terry —muy bien, no planeaba ir a la Iglesia hoy, pero tendré que esforzarme un poco para distraer la atención de la hermana Grey y salvarla de este par de arpías.
******************
—¿Quien ese él?
—Es Terrence Granchester, es hijo de un Duque Inglés
Al escuchar aquellas palabras, Candy se giró inmediatamente, sus ojos estuvieron a punto de salir de sus cuencas cuando lo vio ahí con un pie sobre una de las bancas y hablando con una desfachatez que escandalizó a todos dentro de la Iglesia.
¡Dios mio! —Está aquí en Real Colegio San Pablo —su pobre corazón se aceleró y en su interior compadeció a la hermana Grey, realmente aquel chico le iba a sacar canas verdes si es que no lo había hecho antes.
Candy se sonrojó y apartó la mirada cuando los ojos verde azules de él se encontraron con los suyos y curvó sus labios en una media sonrisa antes de salir de Iglesia.
*********************
¿Se acordará de mi? —Se preguntó a si misma
—Candy perdóname, yo no quería hacerlo, pero Elisa y sus amigas me amenazaron y tuve mucho miedo —decía Patricia O'brian totalmente avergonzada sacándola de sus pensamientos —hablaré con la hermana Grey para que no te reten.
—Descuida Patty —Candy le sonrió —no sé exactamente que sucedió pero la hermana Grey me dijo que por esta vez no habrían consecuencias por romper el reglamento.
—Debió ser porque no fuiste la única, Terrence Grantchester se presentó en la Iglesia con la chaqueta colgada en su hombro y se portó de manera impertinente con la hermana Grey frente a todos.
—Dime Patty, ¿ese chico siempre es así de insolente cuando asiste a la Iglesia?
—No sabría decírtelo Candy, la verdad en el tiempo que tengo en el Colegio es la primera vez que lo veo dentro de la Iglesia y muy pocas veces se le ve por los pasillos.
—¿Como? —¿no asiste al salon de clases junto a los demás chicos?
—Al parecer no —Patty se encogió de hombros —se dice que es muy inteligente y que toma clases avanzadas
—Quien lo diría —musitó la rubia mirando por la puerta Francesa de su habitación.
—¿Lo habías visto antes? —Me dio la impresión que lo conocías.
—Si, lo conocí a bordo del barco que nos trajo a Inglaterra.
—¿Y fue amable contigo?
—No —Candy frunció nariz —fue un insolente. ¿Puedes creer que se burló de mi y me llamó Pequeña Pecosa?
Patty cubrió sus labios para acallar su risita.
—¿Y que hiciste?, por que dudo mucho que te hayas quedado callada.
—Lo llamé mocoso atrevido.
Ambas chicas comenzaron a reír
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En uno de los pasillos, Elisa se encontraba furiosa, al saber que su plan de perjudicar a Candy se había ido a la basura gracias al entrometido joven que se presentó en la Iglesia armando tremendo espectáculo.
Luego de buscar entre sus recuerdos finalmente dio con aquel rostro. Se trataba del mismo insolente que llamó explosivo a Anthony y muñeco de trapo a Archie. No podía creer que el hijo de un Duque Inglés estuviera también interesado en aquella moza de establo, porque era evidente que lo estaba. Ella se dio cuenta la manera como él la vio y cuervo sus labios en una media sonrisa provocando un rubor en el rostro de aquella maldita hospiciana el cual no pasó desapercibido para ella, aquello era una clara señal que aquel insolente no le era indiferente.
—Debes calmarte Elisa, si tu plan de perjudicar a Candice no salió como esperabas, podemos hacer de sus días aquí, los mas miserables de su vida.
—Habría funcionado de no haber sido por ese entrometido que se presentó en la Iglesia armando tremendo espectáculo, Neil.
—¿Crees que el Duquesito esté interesado en la huérfana?
—Claro que lo está, ¿es que acaso no viste la manera como la miro? —Arggggg! —no sé que le ven a esa maldita hospiciana sin clase ni educación —Elisa apretó los puños —es una vulgar. La odio, la odio.
—Mira hagamos esto... En tanto Niel le explicaba lo que harían para hacer de los días de Candy dentro del San Pablo los peores de su vida, la maquiavélica cabeza de Elisa comenzó a tejer otro plan.
—¿Has entendido lo que debes hacer? Le preguntó Niel al finalizar.
—Si, claro lo he entendido perfectamente.
—En ese caso me marcho y aguardare junto a dos compañeros a que la huérfana llegue.
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Luego de salir de la Iglesia, Terry se dirigió a la caballeriza.
—¿Hola Teodora, lista para un paseo?
Tras ensillar a su fiel compañera, salió a todo galope el cual se vio obligado a detener al ver como una demente joven salía de entre los arbustos y se plantaba en su camino.
—Hola Terrence, ¿te acuerdas de mi?
—Hola. —respondió el joven Ingles enarcando una ceja, claro que recordaba aquel rostro, como no hacerlo, pero ignoró la pregunta de la joven —no creo que se haya puesto en peligro al salir de entre los arbustos y plantarse en mi camino, para hacerme esa pregunta milady.
—Bueno en eso tienes razón —esbozó una sonrisa.
—Ahora si estamos hablando el mismo idioma —Terry rió de lado, era mas que evidente que aquella joven pelirroja se traía algo entre manos —la escucho.
—No me andaré por las ramas, iré directo a la raíz
—Como debe de ser.
—Me di cuenta como viste a Candice.
—No tengo idea de que me está hablando milady, como tampoco sé quien es Candice —Terry se hizo el desentendido, entre mas información le sacara a esa tarántula ponzoñosa, sería mucho mejor.
—Sabes perfectamente de que te hablo —Elisa entrecerró los ojos —pero si insistes en hacerte el desentendido te haré un resumen. Candice es una vulgar huérfana que trabajó en mi casa como moza de establo.
—Mmmm vaya que interesante —Terry rió de medio lado —¿pero que tiene eso que ver conmigo?
—Recuerdo la manera como veías a Candice la tarde que discutiste con Anthony y Archie era la misma manera como la viste hoy dentro de la Iglesia..¿te gusta verdad? o ¿vas a negármelo?
—No tengo idea de que habla milady.
—Aunque lo niegues, sé que estoy en lo correcto.
—Y si así fuera ¿que? —Terry achicó los ojos.
—Tu yo podríamos hacer una alianza.
—¡Una alianza! —Repitió el castaño inexpresivo —¿y que gano yo con eso?
—A ti te gusta la huérfana y a mi Anthony, podemos unir fuerzas para separarlos, tu te quedas con la moza de establo y yo con Anthony y así los dos ganamos.
—Mmm! Muy interesante propuesta —Terry se tocó la barbilla simulando que pensaba en su propuesta —pero como el caballero Inglés que soy, me veo en la obligación de rechazarla —dijo mirándola a los ojos.
—¿Por que? —preguntó Elisa con sorpresa ante su negativa —no tienes nada que perder pero si mucho que ganar.
—Se equivoca milady, tengo mucho que perder con su propuesta, mi honor está en juego y eso es razón suficiente para declinar.
—Nadie lo sabrá, esto quedará entre tu y yo, soy una dama y se cumplir mis promesas.
Terry bufó
—¿Y le parece poco? —es mas que evidente que usted no es una persona fiable, ni mucho menos una dama, usted es una jovencita caprichosa acostumbrada a salirse con la suya sin importarle a quien se lleve por delante. Alguien sin dignidad y con un autoestima tan bajo que tiene que denigrar a otra persona para sentirse superior, pero en realidad es peor que un gusano que se arrastra entre la maleza.
—¿Como te atreves a hablarme así?
Terry le lanzó una mirada gélida
—¿Como se atrevió usted, a hacerme una propuesta tan baja? Que creyó , ¿que sería tan miserable como usted para aceptar tal propuesta?
—Eres un idiota.
—Y usted una serpiente y de las peores.
Elisa se apartó del camino al ver que aquel insolente Inglés animaba a su yegua a emprender la marcha sin importarle que ella estuviera en el camino.
—Idiota, juro que pagarás el haberme humillado de esta forma —siseó con los dientes apretados cuando lo vio alejarse a todo galope.
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Té equivocaste de aliado tarántula ponzoñosa !