EL AMOR NO TIENE RAZÓN DE SER
Capítulo 2
-Toma asiento, gustas algo de tomar -me dice, mientras abre el
refrigerador y saca una cerveza.
-Lo mismo que tu -contesto.
Llega a mi y me la entrega, cuando lo hace hay un leve roce de mis dedos, con los del él, se estremece todo mi cuerpo.
-Y bien señorita estudiosa, dime ¿como quieres que trabajemos? mira que en mi habitación podríamos hacerlo muy bien -Me dice con sorna.
-¡Como te atreves! -le respondo y por impulso me levanto del sillón y lo primero que quiero hacer es salir de ese lugar -me tomó del brazo y soltó una carcajada.
-No aguantas nada es una broma, ven -me tomó de la mano-. Vayamos a la terraza y platiquemos sobre tu trabajo para que logres graduarte.
Llegamos nos sentamos en sus lujosa sala para exteriores ya quisiera un sillon asi, para mi departamento.
-Es asombrosa esta vista,-no solo lo pense lo dije en voz alta, a lo que él responde:
-Si, lo es, disfruto mucho estar aquí.
-¿Por qué dices que platiquemos sobre mi trabajo? si no mal recuerdo el trabajo es de los dos.
-Lo haga o no lo haga yo me graduare y con honores te lo aseguro, no quiero ser culpable de que tu no te gradues, mi padre es uno de los benefactores de Columbia así que crees que serían capaces de reprobar al hijo de su mayor benefactor.
-¡Oh! vaya ahora entiendo tu actitud, que fácil es tener la vida hecha sin esforzarte.
-Eso es lo que tu crees, mis padres siempre se la pasan de viaje, nunca están conmigo, esa es su forma de decirme; "te quiero" y este departamento que me dieron al cumplir la mayoría de edad es parte de ello. Mi hermana supuestamente vive aquí conmigo pero la mayor parte del año viaja, cambiaría todo por tal vez haber tenido una navidad juntos los cuatro, la única navidad que recuerdo juntos es de niño. Siempre me han dejado al cuidado de mi tio Albert, lo mismo es de la vida de mis primos Stear, Archibald y Anthony.
Terminado la universidad empezare a trabajar en en consorcio de mi familia.
-Entiendo disculpa no quise ser entrometida.
-No, no te preocupes, esta bien.
Me miró a los ojos y sonrió -bueno dime ¿que quieres que hacer de trabajo?
La tarde transcurrió en la planificación del proyecto y en cómo lo realizaremos.
-Bueno creo debo irme gracias por todo -le digo-. Nos vemos en la Universidad.
-Espera yo te llevo.
-No, no te preocupes caminare unas cuadras y tomaré el metro.
-Vamos déjame llevarte, te la debo por ser un grosero.
-Esta bien -acepto.
Cuando estamos en el estacionamiento recuerdo que tiene moto, 《¡oh no! por Dios, no pienso subirme a esa cosa》creo que mira el temor en mi cara.
-¿No me digas que tienes miedo?
-No, no le tengo miedo a nada -tragó saliva.
-Anda, ten ponte el casco.
Me lo pongo y me subo a la motocicleta, mi primer instinto es abrazarlo fuertemente por detrás.
Así transcurrió un mes entre ir a su departamento, comer los dos juntos disfrutar del atardecer en su terraza, tomando un buen vino o una cerveza, y en una de esas veces me contó, más de su relación con sus padres y su hermana.
-Ellos siempre viajan, me pregunto si debieron tener hijos, realmente yo no les interesó, nunca me han preguntado nada sobre la universidad o algún aspecto de mi vida -su mirada se tornó sombría-. Quien ha hecho el papel de mi padre es mi tío, y mi hermana debería vivir conmigo y no está aquí se la pasa viajando me evita lo más que puede, soy su hermanito cuando quiere algo o desea un regalo costoso.
Se levanta y me ofrece un poco más de vino, no sé cómo tome la copa entre mis manos y resbaló, todo mi pantalón y camiseta se manchan.
-¡Soy una idiota! ¡lo siento! -me dice preocupado.
El trato de limpiarme con una servilleta, puedo sentir su mano entre mis piernas, un calor fluye dentro de mi. 《Esto es una locura》
-Mi hermana tiene ropa ven, -me tomó de la mano y me lleva a la habitación de su hermana, abre el closet -veo todo su guardarropa de diseñador.
-No, no puedo aceptar, una sola prenda vale el sueldo de toda una semana Neal, creo que ella no será muy feliz de que me ponga algo.
-Bueno entonces ponte esto, me da un albornoz que toma del baño déjame lavar esta ropa, ¡espera! no se como lavar -me dice un poco avergonzado.
-Deja me cambio y yo misma lo haré te parece.
-Si, esta bien.
Salió de la habitación y me deja a solas, me quito el pantalón y la camiseta, el vino traspaso hasta mi ropa interior decido quitarla y lavarla también.
Cuando salgo me sorprende que esté recargado sobre la puerta.
-Bien dime donde esta tu cuarto de lavado yo lo haré, -me dirige hacia el lugar, lo sigo por detrás.
Por alguna razon empeze a sentirme muy nerviosa, verlo parado en el umbral de la habitación observando cada movimiento mío, es abrumador.
-¿Pasa algo? - le pregunto al mirarlo muy serio.
-Ah no, no pasa nada -me responde.
Me mira a los ojos y se acerca a mi, y me dice:
-Sabes que eres una mujer muy bonita, cualquier hombre sería feliz de tener una chica como tú por novia.
-Pues no no lo creo, la persona que me interesa le soy invisible, soy tan insignificante para él, nunca pondría sus ojos en alguien como yo.
En ese momento se acercó y me beso, y yo respondí a ese beso, para mi era él, como un vaso de agua fría en medio de un desierto, donde mucho tiempo yo he muerto de sed por él, sé que seré algo pasajero en su vida, pero no me importa, empiezo a responder a sus besos más posesivos cada vez, de repente sentí meter sus manos en la abertura de la bata, me tomo por el derrier y me levanto sentandome en la lavadora y ahí frente a él, mire como desabrochaba de aquella bata, solo me miró, no era necesario quitar ninguna prenda más, quede a su merced, deseando que hiciera de mí lo que él quisiera.
-¡Eres hermosa!
En un movimiento beso uno de mis pezones, me tomó y enredo mis piernas entre su cintura, entre besos y caricias me llevó a su habitación, me depositó en su cama, observé como se desvistió, primero quitó su camiseta dejando su bien definidos bíceps al descubierto, luego desabrocho su pantalón y lo dejó caer al piso, pude admirar su cuerpo tan perfecto para mí, se inclinó hacia mí y empezó acariciar todo mi cuerpo.
Sus besos y manos, todo a la vez, es tan delicioso y torturante. El corazón me latía como loco, posó sus labios en mis labios, y en ese instante es como si un agujero en el tiempo nos tragará a ambos. Era un momento donde ambos nos reconociamos sólo un hombre y una mujer entregándonos al placer. Acariciaba mis senos, en mi crecía más la excitación, los besaba de un modo tan erótico y sensual, nunca antes nadie me había hecho sentir estas sensaciones, empezó a bajar a mi parte mas intima y por un momento me sobresalte, quise detenerlo y él lo impidió
-¡Oh vamos! disfrútalo, disfrutemos uno del otro en su máximo esplendor y si nunca antes nadie te ha besado de esta forma, déjame enseñarte que puede ser muy placentero.
Me eché hacia atrás y deje que continuara, tocaba mis pliegues húmedos con su lengua, formaba círculos en mi centro haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera, y cuando los gemidos en mi fueron inevitables, el entrelazo una de sus manos con la mía, despues de yo alcanzar el clímax con sus besos, se incorporó y del cajón de la mesilla de al lado sacó un preservativo, agradecí que lo hiciera no pensé en ese momento en cuidarme, mi deseo por él me hizo perder cualquier ápice de responsabilidad en mi, cuando lo hubo colocado se acercó y volvió a besarme, deslizó sus manos a mis caderas y en un movimiento sujetándome me penetro, cuando hubo hecho aquello dejó escapar un suspiro, y empezó a moverse dentro de mí, llevándome nuevamente a un lugar donde podria decir que vi colores, lo rodeé con mis piernas sintiendo en mis talones sus glúteos tan perfectos, haciendo que se hundiera más profundo en mi, Neal gimió entre mis labios y lo escuche decir mi nombre -¡Flammy…!
Yo al igual que él, volví a llegar al éxtasis gimiendo junto con el, apretó su rostro en mi cuello y se dejó caer al lado de mi lo único que atino a decir es:
-¡Fue perfecto…!
Se quedó dormido, yo no sabia que hacer, era la primera vez que terminaba de aquella manera con alguien, me levanté fui al baño tome una ducha cuando salí recogí mi ropa, me empezaba a vestir cuando me dijo:
-¿Que haces?
-Creo que debo irme -le dije un poco apenada.
-No, no quiero que te vayas, ven vuelve a la cama.
Regresé a su lado y de inmediato el me abrazo y beso nuevamente, puede sentir su miembro endurecido nuevamente, aquella noche entendí lo que era una noche desenfrenada y loca, vinieron más noches de esas, solo llegaba a su departamento y ambos saciamos nuestros instintos de deseo, en mí era más que un deseo, yo me había enamorado como una tonta a sabiendas que en él; no había el mismo sentimiento.
Continúara...