IVE CHANGED FOR YOU
3er parte
3er parte
Cuando los hermanos Leagan llegaron finalmente a Nueva York, ya no alcanzaron el funeral en el teatro, el encargado les informó que en ese momento la misa con toda seguridad estaba por empezar, eran casi las 6 de la mañana y apresurándose pasaron a comprar dos ramos de rosas rojas en un puesto callejero que estaba en una esquina cercana y posteriormente lograron encontrar un lugar para estacionar su auto cerca a la catedral. Cuando entraron al edificio el panorama era verdaderamente desolador. Justo debajo de las escalinatas del altar, estaba el féretro y haciendo guardia estaban Archi, un rubio que les pareció cara conocida y otros 4 tipos que probablemente eran compañeros de trabajo de Terrence. Al frente en la primer hilera de bancas vieron a Candy acompañada por Annie y otras 3 mujeres que no reconocieron. Con mucho silencio se acercaron y se sentaron unas filas más atrás por que el servicio se estaba llevando a cabo. Una vez que el sacerdote hubo terminado el ritual romano de bendición del difunto, concedió unos minutos para que los dolientes pasaran a despedirse de este y una hilera de personas pasó a ver por ultima vez al infortunado joven y a dar sus condolencias a la madre, Eleanor, quien finalmente había confesado su lazo consanguineo.
Candy miraba fijamente el ataúd, tenía rato sin llorar, estaba en shock, agotada y apenas podía mantenerse despierta. Neal se puso en pie seguido por Eliza y tomaron su lugar en la fila para acercarse al ataúd. Los hermanos tenían una expresión de sincero pesar, cuando Archie los vio acercarse se sorprendió con gran desagrado y de haber sido posible habría hecho que los sacaran inmediatamente del lugar, no entendía que demonios estaba haciendo ese par en un momento tan delicado, cual era el afán de venir a causar problemas que ni a los muertos respetaban en su incansable deseo de lastimar a Candy. Sin embargo optó por guardar silencio y estar atento de la primer agresión que alguno realizara para ponerlos a golpes en su lugar. Mayor fue su sorpresa cuando vio sus expresiones graves y que denotaban el desvelo y las horas de viaje que debieron realizar para estar esa mañana ahí, acompañando en su ultimo adiós, a alguien con quien tuvieron infinidad de pleitos y desagradables enfrentamientos.
Primero pasó Neal y dejó una rosa sobre el cristal. Hizo una leve reverencia con la cabeza y miró brevemente a Archie sin ningún gesto de burla o ironía como solía hacerlo, simplemente se dio la media vuelta. Eliza después de él se detuvo un instante mas largo y puso sus manos sobre el cristal, sintió como se le encogía el corazón de ver a ese joven que siempre fue un torbellino imparable y tumultuoso. Mirarle dormido y con una palidez mortal, con sus hermosas pestañas cerradas y los labios que anteriormente habían sido carnosos y sensuales, ahora se veían apretados y con un rictus de dolor. Ahogó un sollozo cubriéndose la boca con ambas manos y mirando brevemente a su primo siguió a su hermano quien se dirigió directamente hacia Candy. Archie y Albert cruzaron una mirada de duda, pero el heredero Cronwel le hizo una seña de esperar y observar.
Neil se colocó a un lado de Candy quien no reaccionó, su mirada permanecía fija en el féretro.
-Candy, Candy... por favor, recibe mis más sinceras condolencias. Lo siento mucho, de verdad.
Candy giró su rostro y Neil intentó sonreírle, pero la tristeza solo le permitió hacer un leve gesto, ver el rostro abotagado de la joven le resultó más de lo que podía soportar. Ella se sorprendió un poco y tuvo una pequeña reacción involuntaria pero él le tocó con gentileza el hombro para tranquilizarla y le extendió el ramo de rosas que llevaba en las manos, las cuales ella aceptó con humildad sin ser capaz de sonreír pero asintiendo con la cabeza y los ojos cerrados. Eliza detrás de él se acercó con lagrimas en los ojos pero con su misma expresión de siempre, autosuficiente y arrogante. Se colocó frente a ella y Candy levantó sus ojos para mirarla sin poder ocultar su alma herida. Eliza le tendió el ramo que ella llevaba.
-Lo siento mucho, Candy. Por favor acepta mis condolencias.
Candy miró las rosas y volvió a mirarla a la cara y las tomó abrazándolas con las otras que Neal le había dado primero.
-Gracias, Eliza. La voz quebrada pero llena de digna resignación resonó en el recinto. Cuando los asistentes hubieron terminado de pasar, el sacerdote llamó a la madre y a las mujeres que estaban con ella para que se acercaran antes de proceder a trasladar el cuerpo hacia la carroza. Se acercaron Candy y Eleanor y ambas besaron el frío cristal, Susana y Karen lo hicieron después de ellas para posteriormente cerrar y atornillar la tapa y el cortejo de caballeros tomó en sus hombros el ataúd para llevarlo hacia la salida de la iglesia.
El sol de la mañana los recibió en el exterior del recinto y los asistentes abordaron los diferentes autos que habían disponibles para acompañar a Terry en su viaje final al cementerio. Candy iba en la misma limusina con Eleanor, Susan, su madre y Karen Klaise.
-Eleanor, yo soy la culpable, soy la culpable de que Terry haya muerto. La voz de Susana se escuchaba alterada.
-Calla por favor Susi, le dijo su madre. - No estas bien, tu no pudiste hacer nada , absolutamente nada para evitar este lamentable accidente, hija, no te atormentes.
-Es que tu no entiendes, madre, el rato que dormí mientras velábamos a Terry te juro que soñé que el accidente ocurrió de una forma distinta, soñé que las luces cayeron pero yo aun estaba presente y al darme cuenta corrí y lo empuje y le salvé la vida, madre, yo lo había salvado! Si no hubiera salido antes del escenario yo pude haberlo salvado y él estaría vivo, madre, Terry estaría vivo!!! Susana volvía a llorar desconsolada mientras su madre la abrazaba.
Eleanor miró a la pobre muchacha y giró su rostro hacia Candy quien también la miraba con un gesto indescriptible y finalmente abrazaba con fuerza las rosas que le habían dado los muchachos aquellos poco antes de salir a la iglesia.
llegaron al camposanto y como en un sueño se procedió a realizar el entierro. Fue un acto corto pero muy emotivo con un cielo azul despejado de una nevada que pintó el entorno de un blanco aperlado en el que los cientos de rosas rojas resaltaban como gotas de sangre sobre el blanco de la nieve. Antes de despedirse, el director de la compañía de teatro, el señor Robert Hathaway, dijo unas palabras de agradecimiento a las personas que estaban acompañando a Terrence en su último adiós. Al final sólo quedaron Candy del brazo de Eleanor, Archie y Annie, Albert, Susana del brazo de su madre, Karen del brazo de Robert y mas atrás Eliza y Neil. En ese momento Susana comenzó a llorar presa de una crisis nerviosa y se desmayó, a lo que Albert presuroso intervino para tomarla en sus brazos y proceder a ayudarla en su traslado a la limusina de la señora Baker. El gran hombre le dijo unas palabras al oído que la hicieron serenarse y la madre se disculpó por el duro e incomodo momento despidiéndose rápidamente para irse con su hija de ahí.
Eleanor se disculpo con los demás y les dijo que quería retirarse por que no se sentía bien y debía cerciorarse de llevar a Susana a descansar para evitar se pusiera peor de lo que estaba, Karen le dijo que ella se marcharía con Robert. Albert finalmente regresó y después de que Candy dejara los ramos que llevaba en sus brazos sobre el sepulcro y auxiliada por sus amigos regresaron al auto. Eliza y Neil ya se habían marchado.
-Amigos, creo que lo ideal es que vayamos a un hotel para que Candy coma algo y descansemos todos antes de regresar a Chicago, George no ha de tardar en llegar y necesito avisarle que estamos bien. Le pedí que nos reservara habitaciones en el Waldorf-Astoria. Albert, por favor, deseo que nos acompañes, nos harías un grandísimo honor si estas con nosotros en estos momentos tan difíciles.
Albert asintió agradecido. En silencio llegaron al lujoso hotel y antes de subir a las habitaciones se sentaron en el restaurante del hotel, Archie pidió les sirvieran un servicio de Té negro para compartir, y un mesero les acercó un hermoso juego de porcelana con 4 servicios, los cuales sirvió para cada uno de ellos. Todos observaron con atención a Candy esperando a que ella tomara primero. Pero ella solamente observó con la mirada perdida la hermosa taza de té que humeaba de una forma seductora invitándola a beber su contenido.
-Candy querida, le dijo Annie con ternura,-Toma tu té para que puedas relajarte y descansar, lo necesitas hermanita, no querremos que te enfermes...
-Annie... dijo Candy en un hilo de voz.
-Dime cariño?
-Yo, anoche en un momento en el que me quedé dormida mientras velábamos a Terry, yo... yo también tuve un sueño...
Los tres se quedaron en silencio, hasta que Albert tomó la palabra para animarla a continuar.
-Dinos, pequeña. Nos quieres decir que soñaste?
-Hoy Susana dijo en el carro camino al cementerio, que soñó que ella salvaba a Terry empujándolo y evitando que lo golpearan esos aparatos...
Los tres se quedaron con sus tazas a medio camino.
-Yo anoche soñé, que ella lo salvaba también, pero...
-Pero que, gatita? preguntó Archie.
-Pero, en mi sueño a ella le caían en un pie y se lo despedazaba, se lo arrancaban...
El silencio era apenas roto por las voces y las conversaciones de los comensales que comenzaban a llenar el restaurante para el desayuno.
-Fue sólo un sueño, no debes desgastar tu energía en eso, cariño. Toma tu té para irnos a descansar, por la tarde partiremos de regreso a casa.
Candy en silencio, mirando hacia un punto fijo en la distancia bebió el contenido de su taza de té.
CONTINUARÁ
PRIMER PARTE
SEGUNDA PARTE
CUARTA PARTE
QUINTA PARTE
Última edición por Maga Cafi el Sáb Mayo 02, 2020 2:13 pm, editado 2 veces