I´VE CHANGED FOR YOU
PARTE 5
PARTE 5
Candy miraba por la ventana de su habitación y en su rostro había una suave sonrisa, estaba esperando a que Albert pasara por ella para llevarla a la iglesia, le costaba trabajo creer a esas alturas que lo que estaba a punto de suceder pudiera ser posible. Si cinco años atrás le hubieran dicho que iba a dar semejante paso y con esa persona particularmente, probablemente le hubiera plantado el puño entre los ojos por que no le habría causado ninguna gracia el comentario. Escuchó los leves golpes de su padre en la puerta y regresando al presente se esforzó por no permitirse los pensamientos turbios que comenzaban a asomarse desde los rincones oscuros de su mente.
-Ya voy, papá! dijo con su voz tintineante y clara como cuando era una pequeña niña alegre y ansiosa por vivir. Antes de abrir la puerta se miró en el espejo de cuerpo completo que estaba a la entrada de su elegante recamara.
No pudo evitar maravillarse de lo bella que lucía vestida de blanco, su traje de novia era de corte imperio de un chantú de seda frances traído especialmente desde París para que la modista más solicitada de Chicago le confeccionara un atuendo digno de una princesa. Finos y delicados cristales importados de Austria adornaban el pecho y caían cual cascadas por la falda y la cauda del vestido. Su cabello corto a la altura del mentón estaba adornado con una delicada tiara de diamantes que fue mandada hacer en Suiza y el velo estaba totalmente bordado con hilo de seda en toda la orilla. No se escatimó en costo para que el ajuar de novia de Candy fuera el más hermoso que ninguna persona de la alta sociedad de esa ciudad hubiera visto alguna vez. Era la misma imagen de un ángel encarnado, no pudo evitar sonrojarse al verse de esa forma tan espectacular y no pudo evitar mas que sentir agradecimiento por él hombre que estaba completamente enfocado en hacerla feliz y darle todo el cariño y protección que pudo haber deseado alguna vez en su más tierna infancia. Al abrir la puerta y verlo ahí de pie, tan guapísimo y elegante, unos incontrolables deseos de brincar de emoción la invadieron. La forma como Albert la miraba era de una adoración absoluta, y ella se sentía adorada por él.
-Mi pequeña! Te ves, te ves... divina!!!
-Me vas a hacer llorar! Por favor no exageres, Dijo ella con una sincera congoja, él la tomó de ambas manos apretándolas fuertemente y acariciando con ternura la suavidad de los guantes a juego que ella llevaba.
-Mi niña preciosa, sabía que te verías bella vestida de novia, pero de verdad jamas pude siquiera imaginar que lucirías así. Ven cariño, dame un abrazo...
Candy abrazó fuertemente a el hombre que se había convertido en su fortaleza y bastión. El se esforzó para no llorar ni demostrar lo conmovido que estaba y acortó el abrazo.
-Vamos Candy, es hora de partir por que no puedes hacer esperar a tu futuro esposo! Ante todo hay que ser formales y serios, la tía abuela debe estar que muere de la emoción por verte llegar ya. Ella eligió personalmente todo lo que llevas puesto, pequeña, no lo olvides...
-Ja! No me hagas reír, tu fuiste el responsable, no pretendas engañarme. Pero bueno no nos demoremos más!
Te quiero mucho, mucho mucho!!
-Yo también Candy, nunca lo olvides. Candy le dio un beso en la mejilla y tomando su brazo, salieron del área de las habitaciones de la enorme mansión y bajaron por las lujosas escaleras. La servidumbre suspiró de admiración cuando vieron a la señorita de la casa bajar hecha una visión celestial y rompieron en un espontaneo aplauso. Cuando finalmente abordaron el lujoso Rolls Royce en el que se dirigían a la Catedral del Santo Nombre, Candy rememoró durante el traslado los acontecimientos previos a su enlace nupcial.
Una vez que llegaron a Chicago después del sepelio de Terry, pasados dos días después de hecho, Albert acompañado de George y la tía abuela Elroy se presentó a si mismo de forma sorpresiva ante todos los miembros de la familia como el esquivo y misterioso abuelo Williams en una reunión convocada de urgencia en la mansión principal en la ciudad. Para ella esta noticia fue una de las cosas más bizarras e inverosímiles que había podido imaginar. Tuvo que pellizcarse para cerciorarse de que no estaba soñando. Pero cuando asimiló que no deliraba su primera reacción fue de enojo al descubrirse engañada todos esos años por él. Salió corriendo del salón y de la residencia llorando ante la sorpresa de todos los presentes. Albert disculpándose de forma apresurada corrió detrás de ella. La alcanzó en el jardín nevado, en el lugar donde en la primavera las rosas de Anthony florecían, de pie con los puños apretados a los costados y las lágrimas derramándose profusamente.
-Candy... lo siento pequeña. No fue mi intención, nunca fue mi intención herirte.
Candy giró su rostro y lo miró con un gran coraje.
-Que me vas a decir? Que fue por tu amnesia que no me dijiste quien eras en realidad? Me vas a negar que todos los años anteriores ocultaste tu verdadera identidad??
-Candy...
-No. Albert! Ella lo interrumpió tajantemente,- O mejor dicho, SEÑOR WILLIAMS...
Ella lo miraba a los ojos con una gran decepción, estaba aun procesando el duelo de Terry y recibir semejante noticia le había caído como un balde de agua fría. Albert estaba consciente de eso y decidió abrir su corazón.
-Pequeña, si te sirve de consuelo, mucho tiempo ni yo mismo sabía quien era aun antes de perder la memoria. Siendo muy joven quedé huérfano y perdí además a mi única hermana pocos años después, cuando te conocí me recordaste a ella, la madre de Anthony, por eso cuando él y mis sobrinos me pidieron apoyo para ayudarte, no dudé en hacerlo...
-Adoptandome...
-Si, pero no estaba listo ni mucho menos deseaba asumir la responsabilidad que se me imponía como jefe de mi familia, aceptar a renunciar los sueños que tenía... Quería ser libre Candy, era lo único que me importaba, y sin embargo intenté en la medida de lo posible estar al pendiente de mis responsabilidades a traves de George. Intenté cuidar de ti, a mi manera, deficiente, lo reconozco. De verdad los siento tanto, no sólo por ti, por los muchachos, por tía Elroy, por tantas cosas que se pudieron evitar si hubiese sido diferente.
-Por eso siempre estabas ocultándote... Candy miraba hacía el horizonte recordando y hallando la lógica de tantos acontecimientos hasta entonces irrelevantes e inconexos. Como Albert de una forma u otra aparecía cerca de ella cuando lo necesitaba. Ahora todo tenía sentido.
-Yo sabía que tu necesitabas una familia, que necesitabas el apoyo y protección que nosotros teníamos, los medios económicos para proporcionarte un hogar y seguridad, pero... yo no estaba capacitado para darte lo que en realidad necesitabas.
-Y eso según tú, que era? Su voz sonó con un dejo de reproche, Albert con tristeza le tomó las manos y la miró fijamente a los ojos.
-Un padre, Candy. Un padre que te amara y protegiera contra cualquier peligro y te guiará en cada nuevo reto. Alguien que te defendiera con uñas y dientes y se gozara con cada nueva aventura y experiencia que vivieras. Entiéndeme, Candy, aunque hubo gente, familia de sangre que se hizo cargo de educarme y darme amor, desde muy chico me quedé también sin padres que me enseñaran como serlo para alguien más.
Candy siguió llorando, pero ahora fue el sentimiento de entender plenamente a Albert y los motivos de sus esquivas decisiones. Eran más parecidos de lo que alguna vez había podido imaginar.
-Pequeña, quiero que sepas que cualquier cosa que decidas y cualquier cosa que traiga el mañana, ahí estaré para ti. Quiero pedirte, Candy, que me permitas ser ese padre que necesitaste, permiteme ser tu amigo fiel y esa persona en quien puedas confiar plenamente, que cuando te sientas cansada y agobiada tomará las riendas por ti y a quien puedas recurrir en los momentos de temor y con quien puedas celebrar tus alegrías y triunfos. Aun cuando somos adultos, quiero creer que aún estamos a tiempo de curar juntos nuestras heridas y superar nuestras tragedias apoyándonos.
-Albert!!! Candy sonrió y ahora sus lágrimas eran de felicidad.
-Es eso un si? Candy contestó moviendo afirmativamente su cabeza con euforia.
-Es un si te perdono o si acepto ser tu hija??
-Si papá, te perdono!!!
Alberto dio un grito de emoción y la abrazó levantándola cuan alto era y comenzaba a dar vueltas con ella en sus brazos con la tierna felicidad de un padre que juega con la niña de sus ojos.
Cuando al fin regresaron a la mansión, la familia entera esperaba ansiosa las palabras del Patriarca. Previamente Elroy en su papel de la cabeza saliente, les decía a todos los presentes que ella era la principal agradecida con Candy por la devoción y entrega con la que había cuidado de su amado sobrino en los meses siguientes a su desaparición cuando este había perdido la memoria en la explosión el tren donde viajaba. Y también pedía comprensión y disculpas por el arrebato ya que debido a la muerte de su prometido que estaba tan reciente, ella no se encontraba bien emocionalmente. Archie estaba que no daba crédito a las palabras que escuchaba pero conforme fue recordando en sus memorias surgió la imagen de un joven algo mayor que en el entierro de su tía Rosemary había estado tocando la gaita y después ya no le volvió a ver, era demasiado pequeño y quizá por ello lo había borrado de su memoria, pero incluso hoy le encontró un gran parecido con su querido primo Anthony. Todo tenía sentido y se sintió feliz de ver a su tía Elroy sonreír después de tantos meses deprimida y enferma por la muerte de su hermano Stear. Annie apretaba su mano compartiendo el impacto de su noticia y él agradecía enormemente tener su apoyo y amor incondicional en esos momentos confusos.
Quienes también se vieron sorprendidos fueron los hermanos Leagan, quienes le habían visto en el funeral de Terry y jamas en ningún momento supusieron que el gigantón fuera su familiar, y muchísimo menos fuera el famoso patriarca. Eliza y Neil se miraron entre ellos alzando los hombros y haciendo un gesto de "quien lo hubiera imaginado".
Entonces Albert y Candy regresaron al salón, ella tomándolo del brazo y él de una forma cortes la llevó de vuelta al sillón donde originalmente estaba sentada, ella sonreía serena mientras que él retomaba su sitio al lado de Elroy.
-Gracias a todos por su comprensión, ahora antes de continuar con los asuntos pendientes que debo comunicarles a ustedes como miembros de mi familia, les quiero hacer extensiva la noticia que desde ayer, Candy no sólo es protegida de la familia Andrey, es mi hija legalmente. Yo tomé la decisión y agradezco de todo corazón que mi tía Elroy la haya respaldado. Se que esta noticia será del beneplácito de todos ustedes y les aseguro que trabajaré diligentemente para que nuestros intereses y recursos sean correctamente administrados y dirigidos. Me pongo a la orden de cada uno de ustedes para apoyarles y ayudarles en todos sus proyectos y les reitero mi intención de ser un líder digno de nuestro nombre ancestral.
La reunión terminó y a partir de ahí, muchas cosas ocurrieron encadenadas una detrás de otra, compromisos, matrimonios y el nacimiento de los primeros niños de la nueva generación del clan Andley. Y hoy, le tocaba a ella iniciar su familia, y a su lado, un hombre orgulloso la llevaba a la cita más importante de su vida.
Cuando llegaron a la iglesia, sudaba copiosamente de nervios y Albert apretó su mano para darle ánimos.
-Nerviosa? No me dirás que ya te entraron dudas o estas arrepentida de lo que vas a hacer...
Candy rió ruidosamente como ella acostumbraba hacerlo, y esa alegría fue recibida con alivio por su acompañante.
-Claro que no, como crees? Sólo que, esto es demasiado emocionante! Y si no hago las cosas bien, y si algo malo pasara?? Albert la miró con ternura.
-Aquí estaré para apoyarte, sin importar lo que sea, yo estaré ahí para ti. Con los brazos abiertos y los ojos prestos para lo que sea necesario. Albert la ayudó a cubrir su rostro con el fino velo y a bajar del lujoso automóvil.
Candy bajó y tomándolo del brazo entró a la iglesia que lucía como una verdadera ensoñación celestial llena de rosas blancas y velas perfumadas. La crema y nata de Chicago estaba presente acompañando a la benjamina de una de las familias más poderosas de la ciudad, hubo una exclamación de admiración de los presentes al verla entrar de la mano de su padre adoptivo, la belleza de la esplendida rubia era inigualable. Al frente los familiares cercanos encabezados por Elroy Andley los miraban llegar con orgullo y felicidad, y el novio, cuyos ojos brillaban de adoración y un amor que lo hacía ver como el hombre mas afortunado del universo, esperaba ansioso la llegada de su prometida.
La sonrisa de felicidad de la novia resplandecía a pesar de llevar el velo sobre el rostro y al llegar al altar, él joven con un arrobo rayando en la veneración lo retiraba para verla extasiado.
Neil Leagan se supo el hombre más afortunado de todos los infelices mortales de ser quien desposaría a Candy Andley.
CONTINUARÁ
PRIMER PARTE
SEGUNDA PARTE
TERCER PARTE
CUARTA PARTE
SEXTA PARTE
Última edición por Maga Cafi el Dom Mayo 03, 2020 1:12 pm, editado 2 veces