EL REENCUENTRO
By Cherry
Los meses como los años se habían pasado uno tras otro al igual que los sucesos. El famoso y misterioso "Tío Abuelo William" en 1915 estaba haciendo los preparativos para hacer su gran entrada en escena, ese mismo año también habían recibido la triste noticia de que su querido "Stear" había muerto en batalla... algo muy triste y lamentable... hecho del cual quisieron aprovecharse queriendo forzar a Candy en casarse con Neil... algo quizás no tan descabellado, siendo tan normal en esos tiempos los matrimonios concertados.
Pero Candy nunca había sido una persona muy seguidora de las reglas tácitas y no tácitas de la sociedad, por lo que muy a pesar de los Legan se presentó en las oficinas del Banco Central Ardley, donde se supone tendría que estar el tío abuelo; para hacerle saber de una forma más que contundente "Que ella no estaba para esos juegos, no ama a Neil, por lo tanto no consiente un matrimonio con el susodicho"
El señor George Johnson sorprendido por todo, decidió llevar a la joven hasta la residencia de los Ardley en Lakewood para que pudiese hablar directamente con le tío abuelo. Ese momento fue brutal para la rubia, quién nunca se hubiese imaginado que... el hombre que estaba ante ella... y que con su misma boca le confesaba "Mi nombre es William Albert Ardley" era el mismo hombre vagabundo que siempre había conocido por "Albert" a secas... sin pasado, ni norte o sur que le dijese por asomo que Ardley era su apellido.
Después de conversar por largas horas donde él le confesaba las razones de haber mantenido bajo perfil su verdadera identidad, el por qué la había adoptado y todo lo que ella había aportado en su vida; le sugirió que fuese a pasar unos días al "Hogar de Ponny" y así poder pensar qué hacer con su vida. Y lo hizo, fue al maravilloso lugar donde había crecido, donde tenía los mejores recuerdos de su infancia, del cual siempre había sacado fortalezas para seguir... el mismo donde por primera vez vio al "Príncipe de la Colina" y años después, en un hermoso reencuentro, vino a descubrir su verdadera identidad.
Después de haber celebrado la fiesta, Candy había decidido permanecer en ese lugar, por tiempo indefinido, por lo visto. Deseaba poder ayudar a sus madres con el cuidado de los niños, consiguió trabajo en la clínica del pueblo y de vez en cuando visitaba a sus vecinos Tomm o Jimmy. Y así siguió mientras pasaba el tiempo y finalmente un 11 de Noviembre de 1918 se le ponía fin a la desastrosa "Gran Guerra". Entonces, soldados heridos regresaban a sus casas, con las ganas de poder reencontrarse con sus seres queridos; los que habían sido tomados como prisioneros de guerra eran puestos en libertad mientras que los altos mandos son sometidos a consejos de guerra con cientos de cargos en su contra por el atentado de vidas inocentes y el rompimiento de acuerdos que promovían la paz.
El frío invierno trajo consigo nuevas esperanzas, muchos soldados estaban ansiosos por llegar a sus casas y disfrutar del calor de la familia. Por lo que cuando un joven llegaba a la residencia de la cual había salido, casi a hurtadillas, dejó sin aliento al mayordomo que le habría la puerta... incapaz de moverse de su lugar, por temor de encontrarse ante una alucinación lo dejó esperando, hasta incomodado por el frío el extraño habló
- Hola Jaime ¿Me dejas pasar?
- ¡Santo cielos, estoy viendo alucinaciones?
- ¿Eehh, de qué hablas? o es que acaso ¿Ya no viven aquí los Ardley?
Comenta medio gracioso a la vez que se hace a un lado para entrar al recibir y refugiarse del frío
- ¿En dónde están los demás?
Sin esperar a que le digan nada, el joven sigue caminando por esos pasillos que se conocen tan bien... cuando llegó al salón azul
- ¡Hola tía!
Saludo el joven muy jovial a la mujer que yacía viendo una revista mientras tomaba el té... el sonido de la tacita rompiéndose en el suelo fue estrepitoso, pero el de ella dando semejante alarido fue peor
- Aaaaahhh... ¡auxilio! un f-fantasma
- ¿Qué dice tía? ¿Qué fantasma?
- AAAAAAAaaaaaHHHHH - ploooof
Fue el sonido que hizo su cuerpo cuando su cuerpo cayó al suelo debido al desmallo... ante el grito que había dando la mujer, los demás miembros de la familia corrieron a socorrerla topándose con la imagen del siglo...
Una Elroy más blanca que el papel tirada en el suelo y un joven, de cabellos castaños, cabestrillo en mano izquierda intentando levantar a la dama... Albert, George y hasta Archy se quedaron de piedra...
continuará
Parte 2