Era increíble que ese gran y sangriento equipo, este año, cumpliera ocho años de vigencia.
Ocho años de peleas, ocho años de tortura, de crear grandes historias, ediciones de imágenes, videos, fan art que no hacían más que engalanar a un más a su preciado jefe.
No era una casualidad que estuvieran vestida tan ostentosamente, como si fueran a una fiesta y no al campo de batalla; la verdad era que tenian la intención de crear una fiesta dentro de otro evento, una donde ellas se destacarían con su inclemente y especial estilo…
El color rojo no era mas que un mero camuflaje…
Las cuatros chicas, cada una distribuidas de dos en dos aun lado de su jefe, se dedicaron una mirada cargada de evidente burla y complicidad, aquella que resaltaba los despiadas que serian sus acciones ese año; bajaban las escalinatas del cuartel general de la mafia en un característico estilo que iba con ese derroche de elegancia que emanaba cada uno.
El jefe se arreglaba la muñequera de su elegante traje, Tiger, al verlo luchar con tan simple tarea, se acercó a él con intención de ayudarlo, luego le secundó Igzell para unirse Cilenita79 quien las empujó…
Gezabel, valiéndose del poder que su cargo como «Capo di tutti » le daba, se interpuso con maestría entre ellas una vez que leyó las intenciones de la sanguinaria de Tiger y las hizo retomar la posición de hace un rato.
Era verdad que eran un equipo dentro de la Mafia, pero rivales en todo el sentido de la palabra cuando de Terry se trataba, no podía dejar que esas tres se enfrentaran a unas horas del comienzo de la gran guerra.
Cada una se hizo de un auto, mismos que estaban llenos de armas hasta no poder de todo tipo; cada una sola, excepto Gezabel quien ni de broma dejaría al jefe de la mafia solo.
La Mafia Terrytana se dirigía al campo de batalla.