TE CONFIESO.-
Link a la Primera Parte
2da parte del capitulo 1.-
—Dime, ¿te preocupa no hacer un buen papel?, ¿tomar decisiones equivocadas? ¿No saber luchar por tu convicciones, creencias o libertades? —le preguntó Terry.
—¡Exacto! —se giró el muchacho para quedar frente a ellos —¿De donde voy a sacar la entereza que tú has tenido a lo largo del tiempo? —se dirigió a Terry —no me creo capaz de ser imparcial si las decisiones que tome llegasen a tocar a mi familia —negó con la cabeza —Es mucho mayor mi preocupación, no me considero apto para opinar como deben los demás vivir sus vidas, y eso es exactamente lo que se decide en el parlamento. ¿En verdad crees que podría ser cómplice de tales actos?, ¿crees que tenemos el derecho a decidir como deben vivir sus vidas los ciudadanos Ingleses? —suspiró y continuó
Se necesita más que nobleza… inteligencia y valentía o yo que sé —cubrió su rostro con frustración — no me mal interpreten —los observó tras remover sus manos —, sé que no soy un idiota y que la nobleza corre por mis venas, pero.. la verdadera nobleza la sembraron en mi corazón ustedes —Dijo conmovido a sus padres —lo que me deja el tercer punto, la valentía —concluyó.
—Jajajaja —las carcajadas de Terry inundaron el lugar —hijo podrás ser todo, pero nunca un cobarde, quienes te conocemos sabemos que eso es una gran mentira.
—Padre te debo confesar que, a mis breves años, he cometido tanto errores y hasta ahora esos errores solo me afectaban a mí y a unas pocas personas…pero, al asumir el título, será distinto, los destinos de muchas personas reposaran en mis manos y jamás llegaré a ser como tú —replicó con voz de derrota.
Conmovido por sus palabras, Terry acortó la distancia y lo envolvió en un abrazo. Cuando este al fin se rompió, Candy observó como dos hombres tan parecidos físicamente se miraban con mucho amor y comprensión mutua.
—Ven, quiero que te sientes a mi lado—dijo Terry a su hijo mayor. Ambos se dirigieron a un amplio sofá —quiero que sepas que si hubo alguna vez alguien indigno de llevar esta responsabilidad ese fui yo —Le confesó
—Jajaja no juegues conmigo Duque —resonaron las carcajadas del muchacho las cuales eran tan parecidas a las de su padre —tus logros hablan por sí mismos —lo observó —y tu trayectoria en el parlamento será difícil de superar por ningún otro —concluyó de manera orgullosa.
—Hijo, escúchame con atención —Terry extendió sus largas piernas —no merece quien no ha fallado, es mucho más digno quien habiéndose equivocado es capaz de rectificar, aprender de sus experiencias y contribuir con ellas a que otros no vivan sus desatinos. No me idealices, ni a mí, ni a nadie, todos somos personas con defectos y virtudes, por lo general mucho más de lo primero y escasamente lo segundo. Tal vez, en mi afán de ocultar mis vergüenzas de ustedes, los he dejado inventarse una imagen que no es cierta. Que no te quepa duda, que eres un hombre extraordinario, tu madre se ha encargado que así sea, además llevas en tus venas su sangre, su esencia, y hasta el color de sus ojos —alzó la mirada para ver a la dueña de aquellas dos hermosas esmeraldas que los observaba en silencio en busca de su aprobación.
Un asentimiento de cabeza de parte de Candy le fue suficiente para continuar —jamás confesaría las barbaridades que te voy a mencionar, pero ten por seguro que a tu edad yo había cometido todos los errores posibles —lo observó —menciona alguno y te aseguro que ya lo cometí. Fui un rebelde aún antes de aprender a atar mis propias agujetas —comenzó a enumerar —sin respeto por nada ni nadie, un egoísta desinteresado, desobligado y resentido, no había terminado el colegio cuando ya ostentaba varios vicios, sin ningún tipo de vergüenza. – el joven lo miraba totalmente extrañado, aquello era algo que él desconocía –¡Si!, y no te hablo de los suaves como el alcohol y el juego, tenía vicios más peligrosos y auto destructivos, de los cuales aún me avergüenzo de admitir, tomé decisiones equivocadas, las cuales me llevaron a perder una parte importante de mi vida, decisiones que hicieron sufrir a mucha gente, especialmente a quienes amaba —miró a Candy para de inmediato proseguir.
—Pero luego que años mas tarde, Dios recompensara mi sufrimiento y me devolviera lo que mas amaba en la vida, tomé la determinación de enmendar mis pasos y juré que mi familia estaría orgullosa de mi, que usaría aquel título obsoleto que años atrás me negué a tomar, para impulsar cambios, ayudar a la gente y cuidar de ellos; así que, no menosprecies el regalo que se te otorga, pocos jóvenes reúnen las características que tu posees.
No te digo que es tu obligación, ya que tu prioridad es ser feliz, pero créeme, la felicidad propia se puede encontrar dando a los demás motivos y oportunidades para serlo también. Solo piénsalo, esta es una de las cosas más importantes que te tocarán vivir, y aceptaré lo que tú quieras hacer, solo te pido que hagas lo que hagas te bases en los motivos correctos —lo observó —tengo algo que jamás pensé compartir con nadie, pero si después de leerlo aún piensas que no eres digno, al menos sabrás que hacer. —dijo Terry poniéndose de pie, dirigiéndose a la caja fuerte.
Tras colocar la clave, extrajo un sobre con varias hojas. —Cuan distintas hubiesen sido las cosas si alguien hubiese hecho algo similar conmigo durante los años de mi adolescencia. Al darte esto —alzó el sobre —mi única intensión es que no pases por lo mismo que yo pasé para entender el alcance que puedes llegar a tener y lo mucho que puedes ayudar a los demás si te despojas de los miedos y del egoísmo.
En palabras de Shakespeare. — enfatizaba— “En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser”, —citó —aquí no hay palabras mágicas, solo mi motivo para ser quien soy; quiero que encuentres tus propias razones —le entregó el sobre. Acto seguido salió de la biblioteca junto a su orgullosa esposa a quien se le habían humedecido los ojos por las palabras dichas por Terry a su hijo mayor y dejaron al joven para que pudiese leer aquel extraño escrito parecido quizás a una obra o un poema.
continuará...