-Señorita, ha llegado éste obsequio para usted...
Me dice mi secretaria entrando en mi despacho con un objeto grande envuelto en papel marrón, lo miro sorprendida. No me imagino de quién puede ser
-Gracias Cristine... déjalo por ahí, luego lo veo
-Está bien... por cierto, viene con éste sobre
-Gracias
Me entrega el sobre en mano y la veo marcharse. Lo abro curiosa al cien por ciento. Cuando veo la tarjeta del interior, mis ojos se deslizan por las frases y de presto se me suben los colores al rostro.
Me levanto para abrir el paquete y encuentro un hermoso cuadro al óleo de girasoles. Me tiemblan las piernas de.
Es un regalo por parte de él, dice que me lo manda sólo para que recuerde la tarde que pasamos juntos. Un hermoso picnic, queso, uvas, vino y mini bocadillos.
La puesta de sol mientras él me rodea con sus brazos y me dice palabras tiernas al oído.
Fue simplemente encantador... y con los últimos rayos del sol me declaró su amor.
-Eres hermosa, y no se me ocurre nada mejor que hacer planes, inventos, travesuras contigo
-Oh Stear, eso... eso es...
-Candice White ¡Te quiero en mi vida! Por las mañanas, en las tardes y hasta en las más frías noches... dime ¿Quieres casarte conmigo?
Se me hizo un enorme nudo en la garganta y en mi estómago aleteaban pájaros, nada de mariposas ¡Pájaros! Porque éste increíble, ingenioso, adorable y tierno hombre, me estaba pidiendo matrimonio.
-Señorita White, el señor Alistear Corwell está aquí y desea verle
-Está bien Cristine, dile que puede pasar
Mi secretaria sale y segundos después la puerta se vuelve a abrir y ahí está él
-¡Hola! ¿Cómo se encuentra la futura señora Corwell?
Lo que dije ¡Pájaros! Los pájaros se vuelven a alterar en mi estómago y las piernas me tiemblan
-¡Hola mi amor! Me alegra verte