Hola queridas foristas... aquí... dejando mi respuesta al último reto que lancé... intento entre el trabajo y más cosas poder terminar y traer todos lo aportes restantes antes del cierre de la Guerra Florida. Perdón por la tardanza.
El escrito está inspirado en la canción "LAGRIMAS NEGRAS" de el Cigala con Bebo Valdés.
"LAGRIMAS NEGRAS"
BY CHERRY
Sólo es un resfriado… nada grave… pero suficiente para haberme tenido lejos del trabajo por dos semanas. Después de haber estado un año fuera del país haciendo la especialidad, justo cuando me toca regresar me enfermo. Ha, ha, ha… ¡No podía ser más irónico! Una doctora enferma.
Han pasado tantas cosas desde mi partida, y ahora que vuelvo a Chicago, mi temible compañera Flammy Hamilton se casa. ¡No me lo puede creer! Había estado saliendo tanto tiempo con Jasson y no me había dado cuenta, y nada más marcharme resulta que se comprometen y hoy se casan, quien me iba a decir que la estricta jefa de residentes tiene corazoncito y que alguien lo ha conquistado.
Me doy un último vistazo en el espejo y me dirijo al club de campo para acompañar a mi amiga. Cuando llego al lugar me encuentro a varios compañeros, nos saludamos y poco a poco vamos tomando asiento. El día es hermoso, es lo que tiene casarse en primavera, todo reverdece y revive. Finalmente, las damas desfilan y música nupcial suenan precediendo a la novia ¡Se ve radiante!
La ceremonia es preciosa y tras el “Sí quiero” soltaron palomas blancas. Todos aplaudimos y vitoreamos… y… creo que me estoy poniendo un poco paranoica, pues siento que alguien me está viendo a mí y no a los novios. Bahhh… seguro son pavadas.
Tras el banquete y la música, la sensación no desapareció. Cuando llega el momento de lanzar el ramo parece que soy absorbida por un tornado…
-¡Venga Candy! Tienes que coger el ramo
-¡¿Yo?! Tampoco te pases Nathaly, yo no tengo nada que hacer
-Pues es tradición que todas las mujeres cazaderas
-¡Ahí le has dado! Cazaderas
-¡Y solteras! ¡De ésta no te escapas bichito! Algo me dice que eso puede cambiar
-¿Por qué lo dices?
Pero Nathaly sólo se ríe y me arrastra hasta el medio de la pista. Sigo sin creerme mi suerte. Me siento nerviosa, no tengo esa misma efusividad que las demás, teniendo en cuenta que no quiero casarme… o mejor dicho no tengo con quien casarme… hubo un tiempo que sí, pero eso se terminó cuando me fui a Ámsterdam.
¡Para Candy! Éste no es el momento de ponerse melancólica recordando amores pasados… que si no te pondrás tan triste… aun siento el dolor profundo, creo que mi corazón aún tiene lagrimas por llorar, y si lo hace, serán lágrimas negras… como negra ha estado mi vida sin tu presencia…
-Yo lo quiero… yo lo quiero… háganse a un lado que ese ramo es mío ¡Seré la siguiente en casarme!
-¡No, será mío!
Oigo como las demás chicas ya se están peleando y posicionando para poder lograr su objetivo, me da la sensación que si hago el amago de cogerlo son capaces de caerme encima y arrancarme el ramo con sus zarpas con la manicura recién hecha.
De presto es como si fuese a cámara lenta… giro mi rostro para ver a las personas que nos observan desde las mesas… y ahí está… es él… siento que hay silencio al derredor… trago grueso… ese hombre alto de piel blanca, cabellos rubios sus ojos azules me observan. No soy consciente de lo que sucede a continuación… sólo que Flammy se acerca hasta mí y deja en mis manos su ramo de novia. Estoy seguro que más de una de las chicas están desconcertadas tanto o más que yo… ¿Por qué me lo da?
Tardo más de lo normal en reaccionar y trato de esconderme tras la mesa del pastel… siento mi corazón latir con fuerza retumbando en mis oídos, no sé qué me afectó más, si recibir el ramo o encontrarme con él
-¡Oh vamos Candy! Era de esperar que estuviese aquí… no seas y tonta y empieces a fantasear…
Me reprendo a la vez que me doy un par de bofetadas imaginarias. No entiendo por qué ese hombre me pone tan nerviosa, otra vez. De presto Patricia y Nathaly se acercan hasta mí, me entregan una copa de champán
-¿Estás bien Candy? No se te ve muy alegre de haber conseguido el ramo
-No, no Patty… no lo estoy… ¿Para qué me lo da?
-Cielos Candy, ni que te hubiese pasado una bomba… tranquila, sólo es un ramo.
De un par de trago me termino y copa, logrando con ello que mis amigas me observen preocupadas.
-¿Ustedes sabían que él estaría aquí?
Observo como sus ojos divagan de un lado a otro como buscando una respuesta que darme… ¿Será que me ocultan algo?
-Candy, la mayoría de las personas que trabajan en el hospital están aquí… no es de extrañar que él también lo esté
-S-si… sí, tienes razón Nath
Luego siguen comentando un par de cosas que realmente no les presto atención, lo que realmente quiero es salir corriendo de ese lugar. Ignoro lo que pasa en la fiesta y a mis amigas, mientras pienso cómo podría pararme frente a la persona a la que le rompí el corazón porque antepuse mi carrera a nuestra relación, estoy segura que él nunca me perdonará por ello.
Recuerdo la tarde que le dije que viajaría al extranjero, le tomó por sorpresa y decía que no era necesario ir tan lejos para hacer una especialidad, que debí haberlo consultado con él antes de tomar cualquier decisión. Incluso me pareció un poco desesperado y desquiciado, pero no podía dejar pasar la oportunidad de crecer y mejorar como profesional. Por lo que le dije que lo mejor era dejar nuestra relación y que cada quien siguiera su camino.
Sí, puede que haya sido un poco frívola con sus sentimientos. Por lo que ahora tengo menos intenciones de verlo ¿Y si ahora está con otra mujer? ¿Si es feliz mientras yo he sufrido su ausencia. Me despido de mis amigas y voy a la entrada del recinto, llamo a la compañía de taxi para que me envíen uno, lo mejor es volver a mi departamento ya. Mientras espero observo el ramo en mis manos y de repente empieza a caer una lluvia de primavera, perfecto ¡Lo que me faltaba! Acabo de recuperarme de un resfriado y ahora voy a pillar otro.
De presto soy cubierta con un paraguas rojo y un brazo rodea mi cintura.
-Candy
Oh cielos ¡Es él! Ha pronunciado mi nombre como un susurro cerca de mi oído y todos mis bellos se han puesto de punta
-Me gustaría poder hablar contigo
-L-lo siento… estoy esperando un taxi, estará a punto de llegar… será en otro momento
Intento parecer serena, inmune a su cercanía y calidez
-No puedo esperar más Candy… aunque me has echado al abandono, o hayas matado mis ilusiones, no puedo olvidarte. Todavía te amo
¡¿Qué?! No puedo creer lo que estoy escuchando… temo que en cualquier momento mis piernas fallen, mientras me sigue rodeando con su brazo y su voz acaricia mi cuello
-No puedo maldecirte cariño; es cierto que he sufrido de pena por haberte perdido, he sufrido cada día desde tu partida porque ya no estabas conmigo… era tan lúgubre y miserable que mi alma sólo lloraba lágrimas negras, porque mi vida era oscura sin ti
-Mi-Michael
Logro a penas susurrar su nombre… porque reconozco esa misma oscuridad acompañándome todo ese tiempo; también lo extrañé
-Perdóname Candy… por interponerme en tu carrera… sé que deseas ser una gran cirujana, y que estas empezando. No puedo retenerte y cortarte las alas. Contigo voy hasta el fin del mundo, aunque me cueste morir
-Michael… yo… yo
-Shhh… no llores… no quiero hacerte daño… sólo dime que me aceptas nuevamente en tu vida y que me permitirás colmarte de cuidados, amor y felicidad. Nunca me interpondré en tu carrera profesional, sé que tienes mucho talento y que llegarás muy lejos, y cuando logres ello, quiero estar a tu lado… porque quiero vivir en tu mundo lleno de vida y luz, ya no quiero llorar más lágrimas negras.
Nunca imaginé escuchar esas palabras… lamenté tener que dejarlo atrás, incluso dudé si estaba haciendo bien. Sólo sabía que, sin Michael todo era lúgubre y oscuro.
-Te amo Michael… siempre te he amado
-Candy… amor mío
Me dice, puedo sentir esas palabras cargadas de afecto… decido girarme para verlo a la cara, entonces veo mi reflejo en sus pupilas azules… cuántas veces he soñado con volver a ver esa imagen, estar rodeada de los brazos de ese hombre que tanto amo y a quien extrañé hasta el punto del dolor. No quiero volver a separarme, lo amo y quiero siempre en mi vida… me pongo de puntitas para alcanzar sus labios y besarlos. Michael responde apasionadamente y voraz, se entrega en la caricia. Siento que me elevo y si lloro, pero ya no serán lágrimas negras, porque nuevamente está en mi vida y nunca más lo dejaré salir de ahí.
F I N