Aunque ella mandó varias en el lapso de un año, entendió que Barnes, aquel joven que le prometiera amor eterno solo había dicho una sarta de mentiras, cada año que pasaba amargura se albergaba en su corazón; lo no supo hasta después de diez años de llegar a América en el lecho de muerte de su progenitora, día que ella le hiciera entrega de una caja llena de cartas que jamás fueron entregadas en sus manos, su madre entre lágrimas solo le pidió perdón por haberle hecho tanto daño
—¡Hija perdoname! —sollozaba—. Elroy, se que no merezco de tu perdón, llegamos casi sin nada en las manos a este país y gracias a la visión de negocios de tu padre nuestro apellido fue conocido y nuestra fortuna creció en gran manera, yo quería que te casaras con alguien de alcurnia como tu hermano William y tristemente no fue así, te has cerrado al amor y tu amargura a crecido tanto, ¡no tengo perdón de Dios! en ese cofre añadió su madre—: también hay todas las cartas tuyas, por eso que Barnes dejó de escribir, él te ama, buscalo tal vez aun no sea demasiado tarde.
Emilia abrió y leyó cada una de las cartas entre lágrimas, lo que en el fondo de su corazón creía era cierto, él jamás se había olvidado de ella.
Decidió viajar a Escocia, lo buscó y descubrió que había muerto en un accidente a caballo, solo entre lágrimas depositó un ramo de bellos cardos flor típica de la región de Escocia, lugar de sus orígenes. En esos momentos comparó el amor como esa flor.
—Como puedes ser tan bella a simple vista y a la vez causar tanto dolor al tocarte, así ha sido mi vida con la experiencia del amor...
Última edición por Saadesa el Dom Abr 11, 2021 8:39 pm, editado 1 vez