Tal vez era cosa de la vejez pero al revisar aquel viejo álbum Elroy se sorprendio asi mismo de cuan joven habia sido y cuantas cosas habian cambiado en ella a través de los años. No podia quejarse, a pesar de todo se mantenía de pie, a pesar de las tormentas que habia tenido que navegar a través de los años.
Alguna vez habia sido aquella de la fotografía, una chica llena de sueños, una chica aventurera y hasta cierto punto, una pionera en el feminismo, de solo recordarlo sus facciones dibujaron una sonrisa. Alguna vez se habia enfrentado a sus padres para pelear por sus sueños.
No, nunca habia tenido madera para ser una matriarca pues era una aventurera, le gustaba viajar y perderse en la selva, le gustaba nadar en arroyos y ríos, le gustaba montar a caballo a dos piernas, si sus padres la vieran al termino de sus dias no creerían que aquella desfachatada muchacha seria lo que era hoy.
A su memoria llegaban imágenes de ella escapandose por la ventana de la casa para hacer excursiones en el bosque, sin importar si encontraba un oso o una liebre, se veía asimismo con los pies en el agua de algun riachuelo mientras sentada en alguna piedra leia los libros robados de la biblioteca de su padre, aquellos cuyos títulos estaban prohibidos en casa para nadie que no fuera un hombre. Si, esa habia sido ella, una chiquilla rebelde como aquella que ella misma detestaba ahora.
Ahora solo existía en su memoria, no lamentaba su vida, no lamentaba haberse casado y haber vivido a la sombra de su esposo hasta que le toco tomar las riendas de aquella familia, en sus sobrinos volvió a sentirse joven pero no tanto para volver a soñar. Guardo la foto en su lugar, solo ella sabia todo lo que habia pasado en aquellos años y lamento no tener alguien a quien compartirle aquellas aventuras, al final, tenia que guardar las apariencias.